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jueves, 31 de octubre de 2013

El honor, según el Corán

El honor, según el Corán

El honor, según el Corán
En este programa se describen los factores de la verdadera dignidad del ser humano desde el punto de vista del Corán.
Todos los hombres por naturaleza desean tener dignidad y honor y nadie quiere el desprecio. De todas formas, la “dignidad”, así como otras características humanas, tiene diferentes interpretaciones, de las cuales dos ideas generales en este terreno son más conocidas que otras.
Algunas personas resumen la grandeza y la dignidad a tener riquezas materiales y utilizan casi todo su tiempo en obtener dinero y posibilidades financieras. Mientras que otras personas consideran que la dignidad y el honor está en la elevación del nivel espiritual. El Islam insiste en la segunda idea y considera que se alcanza el honor y el verdadero orgullo a través de la perfección espiritual y adornándose de virtudes morales y espirituales. En el sagrado Corán, se explican los factores que preparan el terreno para tener dignidad, constructiva y divina y, al respecto, proporciona órdenes y directrices completas.
Desde el punto de vista del Sagrado Corán la dignidad se debe pedir a Dios. Pues Dios es la fuente de la dignidad en su significado real y todos los creyentes en su naturaleza son débiles e incompletos. Todo creyente naturalmente necesita de Dios, y Dios, omnipotente, es el dueño de todos. El Señor en la aleya 10 de la sura Creador dice:
Quien quiera el poder... El poder pertenece, en su totalidad, a Alá.
Es obvio, los que buscan la dignidad tienen que suplicar a su Creador; porque la dignidad pertenece a Dios y el hombre mediante la adoración, la suplica y rendición ante Dios logrará la dignidad. El Hazrat Ali (la paz sea con él), en su oración, decía: ¡Dios mío! para mí es suficiente ser tu creyente y es un honor que Tú seas mi creador. Adorar a Dios, único, y hacer buenos actos es como tener dos alas que nos llevarán hacia la dignidad. Dios, a continuación de la aleya 10 de sura Creador dice:
Hacia Él se eleva la buena palabra y Él realza la obra buena. En cambio, quienes tramen males tendrán un castigo severo, y la trama de ésos se malogrará.
Además, en los relatos de la familia del profeta del Islam se menciona que los creyentes no deben pedir a nadie excepto a Dios, como Ali (P) dijo: “Alguien que quiere elevar su dignidad sin la ayuda de Dios, solo conseguirá la humillación”.
Otro factor de la dignidad en el Corán es la adhesión a las enseñanzas sobre este asunto que están mencionadas en el libro sagrado. Porque el Corán incluye órdenes y principios divinos, que junto con los relatos de la familia del profeta, son lecciones que orientan a los hombres hacia el camino recto lo que conlleva grandeza y dignidad para todos los musulmanes.
Dios en la aleya 9 de sura El viaje nocturno dice:
Este Corán dirige a lo que es más recto y anuncia a los creyentes que obran bien la buena nueva de una gran recompensa.
El Corán invita a los musulmanes a enfrentar la tiranía, no aceptar la opresión, luchar por la justicia, la libertad y la dignidad ya que todas estas directrices dan lugar al orgullo y la dignidad.
Seguir al profeta y a su familia se considera otro de los factores de la dignidad humana. El querido profeta del Islam, (la paz sea con él y sus descendientes) es ejemplo pleno de la relación del hombre con Dios. El creyente al tener fe en el Señor hace buenas obras y alcanza la gloria. Seguir al profeta y a su familia es signo de amistad verdadera con el Señor. El sagrado Corán enfatiza este punto en la aleya 59 de la sura Las mujeres dice:
¡Creyentes! Obedeced a Alá, obedeced al Enviado y a aquéllos de vosotros que tengan autoridad
El Hazrat Mohammad (p), que se levantó contra el politeísmo y ateísmo, a lo largo de 23 años de su profecía nunca mostró signos de debilidad. Aquel Hazrat finalmente venció con orgullo a sus enemigos e izó la bandera de monoteísmo y así dio a los musulmanes lecciones de honor, moralidad, paciencia, resistencia y orgullo. Entre las virtudes destacadas de aquel Hazrat destaca la dignidad. La familia del profeta del Islam siempre vivió con dignidad y nunca aceptó la tiranía ni la humillación.
En las narraciones de la familia del profeta, el honor ha sido considerado muy en serio y el Enviado de Dios ha pedido a los musulmanes tener en cuenta esta particularidad como positiva y admirable. Un ejemplo evidente y práctico de la dignidad se observa en la vida y el levantamiento del querido nieto del profeta del Islam el Imam Husein (la paz sea con él) quien es conocido por rechazar la humillación y la opresión. El hombre libre jamás acepta ser humillado; al respecto, el Imam Husein dice: “la humillación y la opresión están lejos de nosotros”. Si la opresión y la humillación están lejos del sufrimiento humano, la dignidad y la libertad están en buen camino.
El Imam Husein en este terreno dice, "Morir con dignidad es mejor que una vida de humillación." Como consecuencia, el Imam Hussein y sus compañeros prefieren morir en Karbala antes de aceptan la humillación y la opresión. De hecho, el movimiento de Husein es un motivo claro para todos los que están buscando lecciones de libertad y orgullo.
Sí, la familia de profeta orienta a los hombres a ser cada día más dignos y a lograr la felicidad. Seguir las pautas del querido profeta del Islam y su familia causa que los musulmanes nunca acepten la humillación. Por lo tanto, los que quieren ser dignos ante su Señor deben afirmar su lealtad y amistad con el profeta y su familia.
Otro factor de la dignidad es el vínculo entre creyentes. La amistad de los fieles de Dios tiene en el honor y la gloria de su Señor una fuente principal proveedora de dignidad, y ha tomado la dignidad desde su origen principal, es decir del Señor, proveedor de dignidad. Otra particularidad de los que tienen fe es la amistad y la fraternidad entre los hermanos en la fe. Los líderes del Islam consideran esta amistad como un signo de perfección. La fraternidad religiosa exige que los devotos se amen mutuamente y se ayuden en diversos escenarios de la comunidad para no enfrentarse con asuntos humillantes. El mejor ejemplo de tales comportamientos y que puede ser un modelo para los otros musulmanes es el comportamiento de los habitantes de Medina, durante el periodo de profeta, conocidos como Ansar, que ayudaron a los exiliados y les ofrecieron su hogar y propiedades. Dios en la aleya 8 de la sura Los hipócritas dice:
Dicen: «Si volvemos a la ciudad, los más poderosos, sin duda, expulsarán de ella a los más débiles». Pero el poder pertenece a Alá, a Su Enviado y a los creyentes. Los hipócritas, empero, no saben.
En otro lugar del libro sagrado, Dios en la aleya 139 de la sura Las mujeres se menciona:
Toman a los infieles como amigos, en lugar de tomar a los creyentes. ¿Es que buscan en ellos el poder? El poder pertenece en su totalidad a Alá.
Según las órdenes del Corán, los ateos y politeístas en las relaciones militares, políticas y sociales, entre otras, no deben tener ningún liderazgo (Wilayat) ni dominio sobre los musulmanes.
El Corán también señala que el pan nuestro de cada día lícito pone a los hombres en la ruta de dignidad. El hombre digno y honorable crece en una mesa lícita. Al respecto el Imam Husein dice: “Un pedazo de pan lícito, aleja al hombre de muchas corrupciones y humillaciones y lo hace en un ser digno, verdadero y valiente. La comida lícita e ilícita, tienen diferentes efectos morales y espirituales. Pues, las comidas ilícitas oscurece el alma del ser humano y son el origen de malas e indignas acciones.
El Islam solo considera lícitas las comidas puras y útiles y ordena no comer comidas impuras y dañinas. De otro lado, el hombre honorable cree que con esfuerzo y apoyándose en Dios puede obtener el pan nuestro de cada día. El profeta del Islam considera que obtener el sustento de la vida es como practicar Yihad y agrega que Dios ama a sus creyentes que se esfuerzan por obtener su sustento lícito, ya que, esto obstaculiza que los hombres por pedir dinero a los demás entren en un nivel de humillación que daña la dignidad de los devotos.
Por lo tanto, tener fe y apoyarse en Dios, relacionarse con el Corán, el profeta y su familia, así como esforzarse para lograr medios de sustento lícitos, regala a los humanos dignidad y honor. El camino hacia la felicidad, la perfección y la salvación es vivir con dignidad en este mundo.

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