La Última Canción en Mazatlán de Angela Peralta

La Última Canción en Mazatlán

Escrito por Robert W. Bone. Posted in Into Mazatlan

photo courtesy of Robert W. Bone

Historia de Ángela Peralta, una novela real…

Mazatlán, México - La vida se mueve suavemente a lo largo de las playas de esta ciudad, la costa del Pacífico. Los bañistas se inspiran en los pelícanos perezosamente costeando, pulgadas por encima de las olas.
Esta "Zona Dorada", como se le llama, no es muy diferente a un resort de playa en cualquier parte del mundo. Sin embargo, los visitantes que se alejan de la arena para tomar un viaje al centro de la ciudad encontrarán algo muy diferente. Allí, entre los edificios de color pastel, las calles estrechas y plazas sombreadas es un Mazatlán que todavía tiene la atmósfera de una ciudad colonial española.
Una antigua plaza, en particular, evoca una historia convincente de triunfo y la tragedia que tuvo lugar hace 125 años. La Plazuela Machado fue el escenario de una dramática aparición pública y de la muerte dolorosa de una de las grandes sopranos de ópera del mundo.
Nacida en 1845, Ángela Peralta no fue considerada una niña atractiva, y ella trabajó por primera vez en la Ciudad de México como una sirvienta. Pero pronto se descubrió que fue bendecida con un enorme talento musical.
Ella aprendió el piano y el arpa. Pero sobre todo, la élite de la ciudad de México quedaron impresionados con la voz verdaderamente angelical de Ángela. Ellos financiaron sus estudios en Italia, y mientras todavía era una adolescente, atrajo a una multitud entusiasta en su país natal, y más tarde en los mejores escenarios de ópera en los EE.UU. y Europa.
Ella se hizo conocida en Nueva York y Londres como el "ruiseñor mexicano" por su hermosa voz y su personalidad enérgica. Ella obtuvo premio tras premio por sus actuaciones. Ángela también ganó fama como compositora.

photo courtesy of Robert W. Bone

Ángela Peralta dejó la vida pública por un tiempo durante su breve e infeliz matrimonio. Sin embargo, su talento floreció de nuevo cuando la joven viuda volvió a los escenarios en 1871. Pronto formo su propia compañía de ópera, con la ayuda de su manager y abogado, don Julián Montiel y Duarte.
Con el paso del tiempo, Ángela y don Julián se enamoraron, y comenzaron un romance que escandalizó a los elementos más conservadores de la Ciudad de México. Las mismas audiencias que la habían elogiado vuelven ahora contra ella con una venganza. Cuando estos influyentes aficionados a la ópera no tuvieron éxito en la destrucción de su carrera, inclusive llegaron a contratar a personas para interrumpir sus actuaciones.
Ha Ángela la siguieron adorando en otras partes de México, y ella nunca volvió a presentarse a cantar en la capital de nuevo. A los 38 años, comenzó lo que resultó ser su última gira. Una de las primeras fechas de la compañía incluyó una actuación decisiva en Mazatlán.
El barco que transportaba a Ángela, don Julián, y su compañía de ópera llegó al puerto de Mazatlán el 22 de agosto de 1883. Multitudes entusiastas se reunieron en el muelle para luego acompañar con su alegría a toda la compañía de Ángela hasta la Plazuela Machado.
Ella agradecida con sus fans, los recompenso al aparecer en el balcón del hotel Iturbe que tenia vista a la plaza. La multitud quedó en silencio cuando Ángela levantó la mano y comenzó a cantar.
La canción que resonó en la plaza era "La Paloma", el tradicional estribillo que sigue siendo popular hoy en día, y cuya letra española celebran el triunfo del amor sobre la muerte. Resultó ser una opción profética.
Sin que nadie supiera, un miembro de la tripulación de la nave que viajaba con Ángela había bajado con un caso de fiebre amarilla altamente contagiosa, y la infección se había extendido en Mazatlán.

photo courtesy of Robert W. Bone

En la puerta del teatro al lado del hotel Iturbe, la compañía de ópera comenzó a ensayar Il Trovatore de Verdi, pero no estaba destinado a ser escuchada.
Antes de la actuación, el Ruiseñor de México en presencia de casi todos los miembros de su compañía y un número considerable de fans, cayó enferma y murió, a consecuencia de una repentina epidemia de la enfermedad para la cual no se conocía ni causa ni cura en ese entonces.
Entre los sobrevivientes estaba don Julián. El gerente perturbado estaba dispuesto a casarse con Ángela en su lecho de muerte, en la habitación 10 del hotel Iturbe. Algunos decían que era para preservar su buen nombre. Otros creían que era para hacer un reclamo legal en la empresa.
Los relatos de los testigos de la escena también varían. Pero cuando llegó el momento de la novia para dar su consentimiento para el matrimonio, ella estaba completamente inconsciente, y tal vez ya muerta. Uno de los miembros sobrevivientes de su compañía de ópera ayudó con el "Sí", asintiendo con la cabeza suavemente, cuando se hizo la pregunta. Otra versión dice que su aprobación fue expresada de hecho por una mujer debajo de la cama.
Hoy en día el hotel Iturbe se ha convertido en el Centro Municipal de las Artes. Al lado está el teatro, ahora renovado y rebautizado en su honor como el Teatro Ángela Peralta. El teatro sigue desempeñando un papel activo en la vida cultural de Mazatlán.
Recorridos turísticos por Mazatlán con frecuencia incluyen una visita al teatro, junto con otros sitios históricos, galerías de arte y cafés populares en las aceras. Un museo, la Casa Machado, ofrece una vista a la plaza. También cuenta con fotos y otros recuerdos de Ángela Peralta, recuerdo triste de Mazatlán, por ser la última presentación del ruiseñor mexicano.
El escritor de viajes, Robert W. Bone vive en Walnut Creek, California. Más fotos de Mazatlán se pueden ver en http://robertbone.com/mazatlan . Su sitio web es http://robertbone.com.