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miércoles, 31 de mayo de 2017

Publicada: martes, 30 de mayo de 2017 11:06
El presidente de EE.UU., Donald Trump, al contrario de otros mandatarios estadounidenses que realizaban los primeros viajes exteriores a Canadá y México, prefirió viajar a Arabia Saudí y a los territorios ocupados de Palestina.
Trump, en el marco de su primer viaje al exterior como presidente de EE.UU., arribó el pasado 20 de mayo en la capital saudí, Riad, donde fue recibido con una cálida bienvenida de las autoridades del país árabe. Incluso durante su estancia, el rey Salman le colocó a Trump la medalla de Abdulaziz Al Saud, el honor civil más alto de la nación.
En este artículo pretendemos estudiar el porqué del viaje de Trump a la inestable región de Oriente Medio y, más concretamente,  su visita al reino de los Al Saud.
Objetivos de Trump en Arabia Saudí
Durante el viaje fueron suscritos acuerdos en diferentes campos y el mandatario estadounidense recompensó a sus anfitriones con un paquete de armamento por 110.000 millones de dólares con el que se pretende fortalecer la seguridad saudí. El volumen de los acuerdos era tan significativo que Trump, durante una reunión con el príncipe heredero saudí Mohamad bin Nayef, dijo: "Fue un día formidable, enormes inversiones en Estados Unidos". Además del campo económico, Trump anunció un relativo apoyo a la invasión saudí en Yemen. Sin olvidar a Irán, calificándolo como el eje principal de  propagación del terrorismo en la región. Todo dicho para satisfacer a su aliado árabe en la región de Oriente Medio.
Sin embargo, no todo se limita a los lazos bilaterales entre EE.UU. y Arabia Saudí, ya que hay otros muchos factores internacionales del porqué del viaje de Trump al país árabe.
El primero reside en tapar los desafíos y problemas a los que se está enfrentando Trump a nivel interno. El mandatario estadounidense desde su llegada al poder, se ha enfrentado con una enorme presión por la posible intervención rusa en las presidenciales de EE.UU. que benefició su victoria. El último, fue el tema del director del FBI, James Comey, el hombre que dirigía la explosiva investigación de la trama rusa. Pocas horas después de que Comey reconociese errores graves en su declaración ante el Comité Judicial del Senado, sobre el caso de los correos privados de Hillary Clinton, la Casa Blanca aprovechó y anunció su destitución fulminante, hecho que provocó la reacción tanto de los demócratas como de los republicanos. A esto, se sumaba la vinculación de Jared Kushner, el yerno del presidente Donald Trump y asesor de la Casa Blanca, quien está bajo escrutinio del Buró Federal de Investigaciones sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016. Así que en estos momentos, realizar un viaje a un país ubicado en una inestable región y la suscripción de acuerdos de miles de millones de dólares podrían desviar o calmar, por un corto plazo, las opiniones acerca de los temas relacionados con Rusia.
Fomentar la rivalidad armamentística en la región puede considerarse otro factor que motivó al magnate a realizar este viaje. Trump, que es también reconocido como un exitoso comerciante, es consciente de que la venta de armas a un país en Oriente Medio, en este caso a Arabia Saudí, provoca a otros gobiernos de la región a fortalecer su poderío militar. En otras palabras, el aumento de presupuestos militares de los países árabes, que resulta en comprar nuevos armamentos, beneficia los intereses económicos de Washington. 
Crear una coalición árabe-israelí es otro motivo que se puede considerar en el marco del viaje de Trump a Arabia Saudí y a los territorios ocupados de Palestina. De hecho, la existencia de un enemigo común, o lo que es lo mismo, la República Islámica de Irán, ha motivado la cercanía de los enemigos del pasado y unirles contra el país persa. Razón por la cual, la presencia de Trump en Riad, como un aliado común de Arabia Saudí e israelíes, podría servir como un mediador entre los mencionados enemigos de Irán para formar una coalición antiraní en la región de Oriente Medio. En este contexto, cabe señalar, la celebración de la Cumbre de Países Islámicos en Riad con la participación de más de 50 jefes de estado, encabezado por Al Saud, para provocar a los países participantes contra Teherán.   
Consecuencias de viaje de Trump a Arabia Saudí
De hecho, Trump ha dado al régimen de Al Saud vía libre en la región. Los hechos son bien conocidos. Durante cinco décadas, Riad ha extendido su propia e intolerante versión del Islam (no se practica en ningún otro país musulmán). Los correos filtrados de la exsecretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, pusieron de relieve que en los últimos años, el régimen saudí, junto con Catar, han financiado clandestinamente a los terroristas de Daesh y a otros grupos radicales y extremistas en la región. Asimismo, los saudíes tiene una relación muy estrecha con los terroristas de Al-Qaeda en Yemen.
Por ello se debe señalar que cualquier medida que motive el fortalecimiento de los saudíes en Oriente Medio, tendría efectos negativos y catastróficos para, no solo la región, sino para el mundo. Mi fundamento para decir y concluir así reside en los informes filtrados por inteligencia alemana y británica que afirman que Arabia Saudí, a través de centros de caridad, está impulsando su ideología extremista a lo largo del mundo, especialmente en Europa. De ahí, el aumentado de atentados terroristas en el viejo continente.
Ahora, si Trump está ayudando a Riad y le da luz verde para continuar sus actividades devastadoras, los otros gobiernos que se han visto afectados por la inseguridad y el terrorismo deben tomar medidas para erradicar este virus de raíz y cortar las fuentes que apoyan y financian a tales grupos.

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