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martes, 27 de junio de 2017

Los Signos de la Fe

29/07/2002 - Autor: Recopilación por Mariam Castiñeiras
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hadiz
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Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "El corazón es como una pluma de ave colgada de un árbol, movida por el viento." Puesto que no todos los musulmanes somos iguales, algunos podríamos desviarnos del camino del Islam y estar muy por encima de muchos valores morales, y otros aferrarnos a él más que nunca: hay señales que nos indican en cuál de las dos variantes podría encontrarse uno, así como también hay remedio para retornar al estado natural del ser humano, nuestra fitra.
Algunos signos de una Fe débil
1. Cometer pecados sin sentirse culpable, o por lo menos no arrepentirse de ellos.
2. Ser poco sensible, no desear leer el Corán o no sentir nada al escuchar el Corán, por ejemplo cuando Al-lâh nos advierte de los castigos y de Su promesa de buenas noticias.
3. Sentir pereza para llevar a cabo nuestras obligaciones, como por ejemplo retrasarse para realizar la oración o no sentir el temor de Al-lâh.
4. No respetar la Sunnah.
5. Tener un humor fácilmente variable, como entristecerse por cosas insignificantes o estar irritado la mayor parte del tiempo.
6. Encontrar dificultad para recordar a Al-lâh (dhikr) y hacer suplicas (dua). Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "Al-lâh no acepta los ruegos de un corazón distraído o ausente."
7. No sentirse mal cuando se hacen cosas en contra de la Sharîa. Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "Si se cometen pecados en la tierra, hay, entre los que los presencian, algunos que los detestan; pero hay otros que los niegan, como si hubieran estado ausentes."
8. Desear un alto status social y riqueza.
9. Ser mezquino y mísero, por ejemplo no queriendo compartir la riqueza.
10. Ordenar a otros realizar buenos actos cuando no los practica uno mismo.
11. Sentirse agradado cuando los demás no tienen éxito. Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "No muestres alegría por los problemas de tu hermano, pues puede que Al-lâh sea misericordioso con él y te ponga a prueba a ti."
12. Preocuparse únicamente de si algo es lícito (halal) o ilícito (haram), olvidándose de si algo es no recomendable (makruh). Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "El que cae en lo sospechoso, cae en lo ilícito."
13. Burlarse de la gente que hace buenos actos, como por ejemplo las personas que limpian la mezquita.
14. No sentirse preocupado acerca de la situación de los musulmanes (la umma).
15. No sentir la responsabilidad de hacer algo para promocionar el Islam.
16. Discutir simplemente por el hecho de discutir sin ninguna razón o prueba.
17. Sentirse fascinado con lo mundanal (dunyawi), cosas materiales, como por ejemplo sentirse mal sólo cuando se pierde algo en términos de riqueza material.
18. Ser egocéntrico. Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "Ninguno de vosotros se considere verdadero creyente hasta que desee para su prójimo lo que desea para sí mismo".
Algunas formas de incrementar la fe
1. Recitar y reflexionar sobre los significados del Corán. La tranquilidad que transmite, hace sensibles a nuestros corazones. Para obtener un óptimo beneficio, debe recordarse que Al-lâh está hablando a uno mismo. En el Corán se distinguen varias categorías de personas: piensa en cuál de ellas te encontrarías. Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "El mejor de entre vosotros es aquél que haya aprendido y enseñado el Corán".
2. Ser consciente de la grandeza de Al-lâh. Todo está bajo Su control. Hay signos en cualquier cosa que vemos que nos indican Su magnificencia. Todo ocurre con Su permiso. Aunque nosotros no Le vemos, no debemos olvidar que Él sí nos está viendo (Ihsán). Al-lâh lleva la cuenta y tiene cuidado de cualquier cosa, incluso de una hormiga negra en una roca negra en una noche negra sin luna.
3. Hacer un esfuerzo por adquirir conocimientos, al menos las cosas básicas de la vida diaria como por ejemplo, cómo hacer la ablución (wudu) correctamente. Conocer el significado de los nombres de Al-lâh y sus atributos. Las personas piadosas son aquéllas que tienen conocimientos.
4. Asistir a reuniones en las que se recuerda a Al-lâh. En estos eventos nos encontramos rodeados por ángeles. Dice Al-lâh, alabado sea: "... aquellos que creen, y cuyos corazones encuentran alivio en el recuerdo de Al-lâh - pues verdaderamente en el recuerdo de Al-lâh los corazones se alivian." (13:28).
5. Aumentar nuestras buenas obras. Una buena obra lleva a otra. Al-lâh hará el camino fácil para aquél que da caridad y también le hará más fácil hacer buenas obras. Los buenos actos deben realizarse continuamente, no de forma esporádica. Dice Al-lâh, alabado sea: "Realmente, el hombre camina a su perdición excepto aquellos que creen y hacen buenas obras, y se exhortan mutuamente con la verdad, y se exhortan mutuamente a la paciencia." (2,3:103)
6. Debemos temer el miserable fin de nuestras vidas; el recuerdo de la muerte es el destructor de los placeres.
7. Recuerda los diferentes niveles de la otra vida (ájirah), por ejemplo cuando se nos entierre, cuando seamos juzgados, si estaremos en el infierno o en el paraíso.
8. Hacer dua, ser conscientes de que necesitamos a Al-lâh. Dice el Profeta, paz y bendiciones sobre él: "No hay un solo musulmán que ruegue a Al-lâh con una súplica desprovista de pecado y de abandono de los familiares sin que Al-lâh le conceda una de entre tres cosas: Concederle lo que pide, atesorárselo, o apartarle un mal equivalente". Dijeron: "Entonces tenemos que pedir en abundancia". Y dijo: "Al-lâh da en abundancia".
9. Nuestro amor por Al-lâh debe ser mostrado mediante acciones. Debemos tener la esperanza de que Al-lâh acepte nuestras oraciones y temer constantemente si estamos haciendo algo equivocado. Por la noche, antes de acostarse, debemos pensar en qué obras buenas hemos hecho durante el día.
10. Comprender los efectos de los pecados y la desobediencia: la fe de uno mismo se incrementa con los buenos actos y nuestra fe disminuye con las malas obras. Todo lo que ocurre es porque Al-lâh lo ha querido. Cuando la calamidad nos ocurre a nosotros, también procede de Al-lâh. Es un resultado directo de nuestra desobediencia a Al-lâh.
Pero sólo Al-lâh sabe.
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