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martes, 29 de agosto de 2017

"Los niños de Raqqa nunca han oído hablar de fútbol"

Niños sirios desplazados de Raqqa recolectan agua en el campo de Areesha. UNICEF
El responsable de Unicef en Siria, Fran Equiza, advierte de que la huida de civiles en plena ofensiva contra el Estado Islámico se ha intensificado, pero quedan 20.000 personas -la mitad niños- atrapadas en el bastión yihadista
"Aterrorizados" llegan a los campamentos de desplazados los niños que han escapado con sus familias del yugo del Estado islámico en Raqqa o Deir Ezzor.Niños que nunca han oído hablar de Ronaldo o Messi, ni del Barça ni del Real Madrid. Niños que no saben ni lo que es un balón de fútbol. Rawaen, una niña siria de 11 años huida de Raqqa, describe gráficamente cómo era la vida en el califato: "Antes jugábamos y de golpe vino la oscuridad".
Fran Equiza, representante de Unicef en Siria, está impresionado por el nivel de aislamiento del mundo exterior que ha logrado establecer el IS en estos territorios. "Aunque parezca anecdótico, es impresionante ver que los niños no saben de fútbol, nunca han oído hablar de Cristiano ni Messi. Les suena a chino. Los chicos de siete u ocho años que vienen de allí ni siquiera saben jugar con un balón", explica sobre la situación de los menores.
Unos 10.000 niños continúan atrapados en ese régimen de oscuridadimpuesto por el IS en Raqqa. Son la mitad de los civiles que todavía no han podido salir de la ciudad.
Desde que el 6 de junio efectivos de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) ayudados por fuerzas kurdas y por la coalición internacional liderada por Estados Unidos lanzaran la última fase de la operación militar para arrebatar Raqqa de las garras del IS, la huida de la ciudad de decenas de miles de personas se ha intensificiado. Las SDF aseguran que a finales de julio recuperaron la mitad de Raqqa, ciudad que el IS convirtió en su bastión desde 2014. Sin embargo, el grupo yihadista aún controla cinco barrios de la ciudad, que sufre violentos bombardeos por parte de la coalición sirio-kurda y de las fuerzas estadounidenses.
Con el respaldo de EEUU, las SDF anunciaron el viernes (25 de agosto) que lanzarán "dentro de unas semanas" una nueva ofensiva contra el grupo yihadista en la provincia de Deir Ezzor, en paralelo a la campaña militar de Raqqa.
Mientras comienza esa ofensiva contra Deir Ezzor, los civiles ya han comenzado a salir para ponerse a salvo. Esta nueva oleada de desplazados se une a los de Raqqa. "Los desplazamientos han aumentado en las últimas dos semanas. Los civiles llegan aterrorizados, después de que adultos y niños hayan tenido que cruzar las líneas de frente y campos minados, hayan tenido que pasar horas y horas escondidos en bosques o pagar para poder salir", relata Equiza, que acaba de visitar los campamentos de civiles de Areesha, Ein Issa y Mabrouka, situados en las gobernaciones nororientales de Hassakeh y Raqqa y donde se han instalado unas 62.000 personas.
"Además, hay entre 130 y 140.000 desplazados que no están en campos, sino fuera de sus hogares, en casas de familiares en otras regiones del país", explica. "La situación es muy volátil en Raqqa y Deir Ezzor. Calculamos que más de 100.000 personas pueden desplazarse en los próximos meses". Para proveerles de asistencia humanitaria, Unicef necesita 17 millones de dólares en los próximos tres meses.
"Sobre todo estamos trabajando en materia de agua y saneamiento, pero también en salud materno infantil, en atajar los casos de malnutrición aguda y prevenirlos y en asistencia psicológica, estableciendo espacios donde niños y adolescentes pueden jugar y aprender", especifica el responsable de Unicef en Siria, en una entrevista telefónica con EL MUNDO.

Vías de escape seguras

Unicef se suma a la petición que ha lanzado Naciones Unidas a todas las partes beligerantes en Raqqa para que cesen los combates con el fin de permitir que los civiles se pongan a salvo fuera de la ciudad. "Es tiempo de pensar en posibilidades, pausas u otra cosa que pueda facilitar el escape de los civiles, sabiendo que los milicianos del Estado Islámico están haciendo lo posible para usarlos comoescudos humanos", declaró el enviado humanitario de la ONU Jan Engeland.
Estos civiles, afirma la ONU, "están atrapados en un laberinto mortal, expuestos al fuego de todas las partes". Advirtiendo sobre la gravedad de su situación, Engeland exige dar "prioridad a protegerlos de las hostilidades y crear rutas seguras para que huyan". Una petición a la que se une Equiza: "La ofensiva de Raqqa no puede no tener en cuenta que hay 20.000 civiles atrapados".
Cada día llegan a los tres campos de la región nororiental entre 800 y 1.000 civiles, según cálculos facilitados por Equiza. Van sobre todo al campo de Mabrouka, que es el que tiene mayor capacidad para acoger a nuevos desplazados, con la construcción de nuevas tiendas y letrinas. Ein Issa está a 50 kilómetros de Raqqa, mientras que Mabrouka está a unas dos horas del anterior.
Equiza, que llegó a su puesto en Damasco hace seis semanas procedente de Mali, cuenta a este diario que la agencia humanitaria está aplicando en la ofensiva de Raqqa las lecciones que aprendió durante el dispositivo humanitario que montó en la campaña militar para expulsar al IS de Mosul (Irak). "Somos conscientes que la situación es muy volátil y que los civiles salen cuando pueden. Por lo tanto, es necesario estar preparados. No podemos esperar a que los desplazados estén en la puerta del campamento para actuar", concluye.

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