viernes, 30 de octubre de 2009

PRINCIPE LIBIO TOMA CARGO EN EL GOBIERNO LIBIO



Era el secreto peor guardado de Libia. La apuesta más segura en las quinielas de los analistas internacionales que, finalmente, han visto confirmadas sus predicciones. Seif Islam, segundo hijo de Muamar Gadafi, es ya coordinador de los Comités Sociales y Populares o, lo que es lo mismo, número dos del régimen, una especie de jefe del Gobierno.
Algunos medios digitales libios, entre ellos 'Libya al-Youm', aseguran que Gadafi solicitó a los comités -uno de los órganos con mayor poder ejecutivo en el país- que buscaran un puesto a su hijo para que pudiera poner en marcha una serie de reformas. Además pidió que este cargo no tuviera un límite temporal de cuatro años, como suele ser habitual, para que a Seif Islam pudiera completar las reformas.
Gadafi, que este año cumplió 40 años en el poder, no es amigo de las sucesiones. Sin embargo, el relevo ha estado en el subconsciente colectivo libio cada vez que a Seif Islam se le ofrecía un puesto o un encargo nuevo. Gadafi siempre lo había negado, argumentando que su título de Guía de la Revolución, que no se encuadra oficialmente en los organigramas del Estado, pero que le otorga el liderazgo indiscutible, no puede heredarse puesto que es un cargo simbólico.
De hecho, hasta hace poco, otro nombre se barajaba también para la sucesión: el de Muatassim, otro de los hijos del coronel. Este parecía haber conseguido los apoyos de los más duros del régimen, pero el paso dado por Gadafi parece no dejar lugar a dudas de que su hermano es el elegido.
Seif Islam (Espada del Islam), apuesto, alto y educado parece, a simple vista, el polo opuesto de su padre. De modales suaves, impecablemente vestido y con una educación exquisita, ha sido presentado en sociedad como un reformador, un hombre de su tiempo dispuesto a tomar las riendas de un país que ha trotado desbocado durante demasiado tiempo.
Libia ha aprovechado esta imagen más aterciopelada de Seif Islam, que preside la Fundación internacional Gadafi para la caridad y el desarrollo, para convertirle en portavoz del régimen en algunos de sus últimos momentos más peliagudos. De hecho, fue quien encabezó las negociaciones de las enfermeras búlgaras, liberadas tras ocho años de prisión en Libia acusadas de contagiar el sida a más de 400 niños. También fue quién recogió en Escocia a Al-Megrahi, el terrorista de Lockerbie que pasa sus últimos días de vida en Trípoli. Pero muchos dudan fuera de suelo libio de que Seif cambie el rumbo del país. 31-10-2009 AIIM

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