sábado, 28 de agosto de 2010

2012 verdades y mitos

PREDICCIONES MAYAS: Profecias 2012
El origen de las Profecias Mayas
Publicado por: Pablo Padula en General
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El fin del mundo, es, sin duda alguna, uno de los temas más explotados en los ambientes esotéricos y religiosos para mantener la hegemonía de los feligreses. Sin embargo, ahora hasta en el cine se ha convertido en una línea temática muy socorrida, y lamentablemente, también muy desinformadora. Las llamadas “Profecías Mayas” han sido uno de los temas más actuales, pero en realidad, desde siempre el fin del mundo ha sido una de las mayores preocupaciones de los seres humanos. Por lo menos en los dos últimos siglos. Pero es necesario estar tranquilos: por una parte, nuestro calendario gregoriano está totalmente desfasado por años, y por otra parte, hay profecías que dicen que “los elegidos heredarán la Tierra”, por lo que aún tenemos planeta para rato.


El origen de las Profecías Mayas
Las profecías mayas tienen su origen en una reunión de los ancianos de los pueblos del mundo maya quiché, alrededor del año 900, en la sierra de los Cuchumatanes, al oeste de Guatemala. Se trata de una reunión iniciática, en la que nada se escribió, sino que todo se transmitía de boca a oídos y quedó registrado en la tradición oral y, desde luego, en la iniciación.
Pero nunca se escribieron en piedra, sino que se fueron transmitiendo de generación en generación, y algunos libros como el Chilam Balam, recogen parte del saber velado que estas previsiones encierran, y que por un largo tiempo, no debían darse a conocer públicamente, tal como todo conocimiento iniciático auténtico. Es decir, “hasta que los tiempos fueran maduros y los oídos estuvieran preparados para escuchar”.
No es sino hasta después de que, misteriosamente los mayas desaparecieran de la escena histórica en el año 830 de nuestra era, que esta reunión tiene lugar, para establecer los lineamientos que habrían de seguirse y sobre todo, para rescatar ese conocimiento iniciático, que durante años, quedó vedado a la conciencia de las personas.
Debemos tener muy claro que los mayas eran excelentes matemáticos, astrónomos y astrólogos, y por ende, grandes observadores de los cielos. Y es en esas observaciones y sobre todo, en su ciencia tan exacta, que se basan estas profecías. Evidentemente hay una componente de conocimiento extrahumano en ellas, que hoy podría catalogarse como “canalizado” o “inspirado”. Pero en su mayor parte, estas sentencias son resultado del simple análisis de los hechos y devenires que los mayas entendieron perfectamente en el comportamiento humano de todos los tiempos, y que sabían que un día se repetiría.
Pero intensificado por el influjo de los astros, que como es perfectamente sabido, determinan en mucho las condiciones de las cosas, como bien lo sabe la Astrología. No olvidemos que los mayas eran profundamente místicos, religiosos y nunca olvidaron su parte espiritual, en equilibrio con su parte física y anímica.

Los calendarios mayas y José Argüelles
En la cumbre de su civilización, los Mayas utilizaron más de 17 calendarios y podemos decir que -en cuanto a desarrollo mental-, ningún otro pueblo en la Tierra se acercó siquiera a la sofisticación del tiempo y la matemática que ellos lograron. La civilización Maya se localizó en América Central, desde lo que hoy llamamos Guatemala, hasta la península de Yucatán.
La civilización Maya desarrolló la matemática del 20 y con ella fueron capaces de hacer cálculos astronómicos y calendáricos fantásticos. En algunos sitios Mayas encontramos lo que parece ser un registro de fechas que se remonta, en el pasado, a 400 millones de años, o incluso tan atrás como 25 billones de años. Esto es un gran rompecabezas para los arqueólogos y científicos occidentales. Cuando los Españoles arribaron a México y a Yucatán en los comienzos del siglo XVI, los Tolteca-Maya estaban aún floreciendo, la mayoría de ellos en el área de Yucatán, aunque algunos también en las zonas altas de Guatemala. Fue el obispo de Landa quien presentó la primera información de lo que había aprendido del conocimiento Maya del tiempo: esto fue el Tzolkin o Calendario Sagrado. Fue de Landa quien codificó lo que más tarde, el investigador José Arguelles llamaría la “Matriz 13:20″.
José Argüelles, siguiendo los consejos del indígena norteamericano Tony Shearer, da a conocer mucho de este conocimiento, alrededor de 1970, gracias a la vinculación que Shearer le da con el calendario maya Tzolkin. En el lenguaje Maya, Tzolkin significa «cuenta de los días»: Tzol= cuenta y Kin= día. Tony Shearer era un estudioso de la tradición nativa americana, de las profecías y también del Calendario Sagrado Maya. Había publicado dos libros: El Señor del Amanecer y En Nombre de la Luna y Bajo el Sol, donde se refería profusamente al calendario Maya. Un conocimiento que, junto a las profecías, muy probablemente le habría transmitido la curandera oaxaqueña María Sabina (1894 – 1985) durante sus viajes de investigación a México.
El 2012 en otras culturas y profecías
Sorprendentemente, el 2012 no es una fecha que los mayas hayan señalado exclusivamente como el “final de los tiempos”. Existen otras profecías que también cuentan al año 2012 como una fecha decisiva, tales como la profecía tibetana del Kalachakra (Kala = Tiempo y Chakra = Rueda), en la que se señala que “860 años después de su introducción en el Tibet (1127), se cumplirían las condiciones para un período que culminaría con la aparición de la ciudad oculta de Shamballa”.
Y 860 años después de 1127 dan 1987, y 25 años después nos llevan al 2012. Por otra parte, también los indígenas norteamericanos hablaron del 2012 en sus profecías. Los indios Seneca son una de las tribus que lo hicieron, a través de la gran abuela Twylah Nitsch, quien es una Gran Anciana del Clan del Lobo, y que fue heredera del conocimiento ancestral de la tribu por parte de su abuela materna,
Moses Shongo, quien fe la última Mujer Medicina (o chamana) de la tribu. Shongo preveía un período de 25 años de purificación, mismos que durarían hasta el año 2012, durante los cuales la Madre Tierra se purgaría a sí misma.
Las ruedas calendáricas de los indios Cherokee, inspiradas en las 52 escalas alrededor de la boca de la víbora de cascabel, y que “representan los movimientos de las estrellas, los cielos y el universo”. Hay seis anillos, de los que tres visibles representan al cielo y tres invisibles representan al universo, pero uno de los tres anillos visibles tiene 22 secciones, cada una representando 52 años.
Estas 22 secciones están divididas en dos partes: los primeros son 13 años de Luz y los siguientes nueve son años de Oscuridad. Así, el ciclo completo es de 1144 años y se denomina un “Mundo”, compuesto por 676 años de Luz (13 x 52) y 468 años de Oscuridad (9 x 52). Pero hay un período de transición de la Luz a la Oscuridad y viceversa, llamado “Cruce”. Estos puntos de cruce varían de cero a 25 años y son una etapa de lucha colectiva, comparable al nacimiento y a la muerte de un individuo. Y de esta manera, es que aquí también tenemos, con los Cherokees, un período de transición, que comienza en 1987, y que termina en el 2012, que es la fecha en la que termina el calendario de esta cultura norteamericana.
No debemos olvidar de ninguna manera al Gran Señor Quetzalcóatl, que en sus profecías cita a los 13 Cielos y a los nueve Infiernos antes de su partida. Cuenta la tradición que Quetzalcóatl regresaría al final de los 13 Cielos, y entonces comenzarían los nueve Infiernos. Recordemos que los Aztecas recibieron a Hernán Cortés en 1519 como si fuera Quetzalcóatl, debido a su aspecto (piel blanca y barbado), y a su insignia, que era la misma de Quetzalcóatl (la cruz de las cuatro direcciones, como los Cuatro Vientos). Y nueve Infiernos de 52 años cada uno más tarde, nos dan la fecha de agosto de 1987… ¡Justo los 25 años de purificación antes del final del calendario!
En síntesis: conocer y entender las predicciones de los mayas implica conocer su mundo científico, religioso y espiritual. Es cierto que estas profecías son derivadas y contienen una gran parte de mitos y de predicciones que tal vez nunca sucedan, pero otros muchos puntos a favor de las mismas han sido dados ya por la ciencia, y principalmente por la Astronomía. Y por la vida cotidiana, sin duda alguna, así como por los eventos que hoy en día se están desarrollando en el hombre y en todo el mundo, y que son innegables para todos. Por ello, debemos estar seguros de que nosotros somos los protagonistas del tiempo y de la historia, y por ende, actuar en consecuencia… (continuará).

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