miércoles, 2 de marzo de 2011

IRÁN

IRÁN
El fanatismo religioso frena las revueltas en Irán
Si hay algo que impidió un triunfo masivo de la oposición iraní al estilo egipcio o tunecino en 2009 fue la dominación religiosa, ideológica e institucional que ejerce la Guardia Revolucionaria, y no hay señales de cambio hasta ahora con respecto a esto.



Manifestación del oficialismo contra los dirigentes opositores. (AFP)
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jueves 17 de febrero de 2011 06:14 AM
La oposición iraní vuelve a retumbar las calles estos días inspirada por los movimientos populares que en menos de un mes acabaron con dos dictaduras, la de los Ben Alí en Túnez, y la de Hosni Mubarak en Egipto. Pero si los detractores al presidente Mahmoud Ahmadinejad se envalentonaron, el Gobierno y sus fuerzas de seguridad también lo harán con tal de mantener el orden y sobre todo el poder.

La nación persa tuvo su propia revolución en julio de 2009 . Se llamó la "Revolución Verde", en referencia al "Movimiento Verde" del entonces candidato presidencial Mir Hussein Musavi. Pero si hay algo que impidió un triunfo masivo de la oposición en Irán al estilo egipcio o tunecino de hoy fue la dominación religiosa, ideológica e institucional que ejerce la Guardia Revolucionaria, y no hay señales de cambio hasta ahora con respecto a esto.

Ese fervor religioso alimentado por los recuerdos de la última revolución islámica en Medio Oriente puede llegar a impedir un triunfo popular como los vistos recientemente, porque al interior del sistema los movimientos juveniles son percibidos como un enemigo de la teocracia y el legado del ayatolá Ruholá Jomeini, padre de la República Islámica.

Si bien los iraníes sorprendieron al mundo hace año y medio, cuando miles de jóvenes se manifestaron en las calles contra la reelección de Ahmadinejad, denunciando un fraude apoyado por el líder supremo Alí Jamenei, lo ocurrido en varias repúblicas árabes de Medio Oriente y África recientemente recordó los "métodos revolucionarios" de la oposición en Irán. El gobierno de Egipto respondió con las mismas fórmulas: cortes de Internet y censura televisiva, pero al contrario de Irán, la nación árabe tenía unas Fuerzas Armadas neutrales.

El hecho de que los militares hayan guardado consideración y neutralidad con las masas opositoras que tomaron la calles de El Cairo evitó un derrame de sangre que hubiese sido lamentable, una realidad muy contraria en Teherán, donde policías, militares y paramilitares fueron denunciados por reprimir sanguinariamente las revueltas pacíficas de jóvenes, políticos y activistas de los derechos humanos.

Jamenei ha impulsado la idea de que la caída de Mubarak -quien gobernó por 30 años Egipto- es una señal de que aquel país busca una revolución islámica similar a la ocurrida en Irán en 1979 que condujo a la instauración de una teocracia; pero los últimos acontecimientos demuestran que tal afirmación carece de fundamentos y que al contrario de lo que viven o sufren muchos iraníes, los egipcios lucharon por alcanzar mayores libertades.

En realidad es esa "sed democrática" la que parece estar preocupando al establishment iraní, pero la oposición ha insistido en que no busca derrocar la teocracia ni a Jamenei, sino presionar para acelerar las reformas impulsadas hace varios años por la clase política, pero detenida por el gobierno conservador de Ahmadinejad.

"Es dificil ahora determinar la fuerza y continuidad de las manifestaciones que estàn teniendo lugar en Irán, y si pueden ser resueltas. Sin embargo es cierto que hay un deseo de libertad a la luz de lo que ocurrido hace un tiempo, y también que una sociedad democrática en ese país sería una adición importante a la estabilidad de la región", escribía en un artículo de opinión Alí Ibrahim, editor adjunto del periódico panárabe Asharq Al- Awsat, con sede en Londres.

La sociedad iraní está muy fragmentada desde 2009, año en el que más de 70 personas fallecieron por la ola represiva de los Pasdarán (fuerzas paramilitares) así como de los seguidores de Ahmadinejad. El hecho de que desde internet se hayan "organizado" las revueltas tiene un significado: que son los más jóvenes (el 70% de la población iraní) los que buscan un cambio. Ahora desde Youtube o un perfil de Facebook es más sencillo mostrar las brutalidades del sistema.

Se está comenzando a percibir cómo el fervor popular en Irán a favor de una mayor apertura no se apagó nunca, y que desde internet el fuego comienza a avivarse de nuevo saltando a las calles. La juventud de ese país parece dispuesta a levantarse y no guardar los teclados ni celulares para demostrar su cansancio. Por segunda vez inspirada ahora por sus vecinos, los iraníes se arriesgan por un cambio.

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