martes, 1 de marzo de 2011

Libia y el imperialismo

Libia y el imperialismo
-De todas las luchas actuales en África del norte y el Oriente Medio, la más difícil de dilucidar es la de Libia.

¿Cuál es el carácter de la oposición al régimen de Gadhafi, que según se informa ahora controla la ciudad de Benghazi en el este?

¿Es pura coincidencia que la rebelión comenzó en Benghazi que está al norte de los yacimientos de petróleo más ricos de Libia, así como cerca de la mayor parte de sus óleo y gasoductos, de refinerías y de su puerto de transporte de gas líquido natural (LNG por las siglas en inglés)? ¿Hay un plan para dividir el país?

¿Cuál es el riesgo de una intervención militar imperialista que representaría el peligro más grave para los pueblos de la región entera?

Libia no es como Egipto. Su líder Moammar al-Gadhafi no ha sido una marioneta del imperialismo como Hosni Mubarak. Por muchos años Gadhafi fue aliado de países y movimientos que luchaban contra el imperialismo. Cuando tomó el poder en 1969 a través de un golpe militar, él nacionalizó el petróleo de Libia y utilizó mucho de ese dinero para desarrollar la economía libia. Las condiciones de la vida mejoraron dramáticamente para el pueblo.

Por eso, los imperialistas estaban decididos a destruir a Libia. Estados Unidos lanzó ataques aéreos en Trípoli y Benghazi en 1986 que mató a 60 personas, incluyendo la pequeña hija de Gadhafi – lo cual es raramente mencionado por los medios corporativos. Se impusieron devastadoras sanciones por EEUU y la ONU para arruinar la economía libia.

Después de que EEUUA invadió a Iraq en 2003 y destruyó gran parte de Bagdad con una campaña de bombardeo que el pentágono exultantemente llamó “choque y temor,” Gadhafi intentó proteger a Libia de una adicional amenaza de agresión otorgando grandes concesiones políticas y económicas a los imperialistas. Él abrió la economía a bancos y corporaciones extranjeras; accedió a las demandas del FMI sobre “ajuste estructural”, privatizó muchas empresas propiedad del estado y recortó los subsidios del gobierno para necesidades como alimentos y combustible.

El pueblo libio está sufriendo de los mismos precios elevados y desempleo que son la base de las rebeliones en otras partes y que fluyen de la crisis económica mundial del capitalismo.

No hay duda de que la lucha que recorre el mundo árabe por la libertad política y la justicia económica también ha resonado en Libia. No hay duda de que el descontento con el régimen de Gadhafi está motivando a una sección significativa de la población.

Sin embargo, es importante que los/as progresistas sepan que muchas de las personas que están siendo promovidas en el oeste como líderes de la oposición son agentes experimentados del imperialismo. El 22 de febrero la BBC mostró imágenes de muchedumbres en Benghazi bajando la bandera verde de la república y sustituyéndola por la bandera del derrocado monarca, rey Idris quién había sido una marioneta de los EEUU y del imperialismo británico.

Los medios occidentales están basando muchos de sus reportajes en hechos supuestos proporcionados por el grupo en el exilio, el Frente Nacional para la Salvación de Libia, que fue entrenado y financiado por la CIA estadounidense. Si usted busca en Google el nombre del Frente más la CIA, encontrará centenares de referencias.

En el editorial del 23 febrero, el periódico The Wall Street Journal escribió que “EEUU y Europa debían ayudar a los libios a derrocar el régimen de Gadhafi”. No hay mención en los salones o en los pasillos de Washington sobre una intervención para ayudar a la gente de Kuwait o de Arabia Saudita o de Bahrein a derrocar a sus dictadores. Incluso, con toda la hipocresía con la que hablan a favor de las masas en lucha de la región ahora, esto sería inconcebible. En cuanto a Egipto y a Túnez, los imperialistas están haciendo todo lo posible por conseguir que las masas salgan de las calles.

No se habló de una intervención estadounidense para ayudar al pueblo palestino de Gaza cuando millares murieron por el bloqueo, el bombardeo y la invasión de Israel. ¡Todo lo contrario! Estados Unidos intervino para prevenir la censura del estado sionista.

El interés del imperialismo en Libia no es difícil de encontrar. Bloomberg.com escribió el 22 de febrero que mientras que Libia es el tercer productor de petróleo más grande de África, tiene las reservas probadas más grandes del continente - 44.3 mil millones de barriles. Es un país con una población relativamente pequeña pero con el potencial de producir ganancias enormes para las gigantes compañías petroleras. Así es como lo ven los súper ricos, y la base de su supuesta preocupación por los derechos democráticos del pueblo de Libia.

Conseguir concesiones de Gadhafi no es lo suficiente para los imperialistas señores del petróleo. Desean un gobierno que puedan poseer abiertamente. Nunca han perdonado a Gadhafi por derrocar la monarquía y nacionalizar el petróleo. Fidel Castro de Cuba en su columna “Reflexiones”, toma nota del hambre del imperialismo por el petróleo y advierte que EEUU está sentando las bases para una intervención militar en Libia.

En EEUU algunas fuerzas están intentando movilizar una campaña que promueve tal intervención. Debemos oponernos a esto firmemente y recordarle a las personas bien intencionadas y sinceras, las millones de personas matadas y desplazadas por los EEUU por su intervención en Iraq.

La gente progresista siente lo que ve como movimiento popular en Libia. Podemos ayudar más a ese movimiento apoyando sus justas demandas al tiempo que rechazamos la intervención imperialista, en cualquier forma que ésta pueda tomar. Es el pueblo de Libia el que debe decidir su futuro.









Libya and imperialism / La Libye et l’impérialisme / A Líbia e o imperialismo / Libia y el imperialismo / Libyen und der Imperialismus
La Libye et l’impérialisme


A Líbia e o imperialismo

Libia y el imperialismo

Libyen und der Imperialismus






Feb 23, 2011

Of all the struggles going on in North Africa and the Middle East right now, the most difficult to unravel is the one in Libya.


What is the character of the opposition to the Gadhafi regime, which reportedly now controls the eastern city of Benghazi?


Is it just coincidence that the rebellion started in Benghazi, which is north of Libya’s richest oil fields as well as close to most of its oil and gas pipelines, refineries and its LNG port? Is there a plan to partition the country?


What is the risk of imperialist military intervention, which poses the gravest danger for the people of the entire region?


Libya is not like Egypt. Its leader, Moammar al-Gadhafi, has not been an imperialist puppet like Hosni Mubarak. For many years, Gadhafi was allied to countries and movements fighting imperialism. On taking power in 1969 through a military coup, he nationalized Libya’s oil and used much of that money to develop the Libyan economy. Conditions of life improved dramatically for the people.


For that, the imperialists were determined to grind Libya down. The U.S. actually launched air strikes on Tripoli and Benghazi in 1986 that killed 60 people, including Gadhafi’s infant daughter - which is rarely mentioned by the corporate media. Devastating sanctions were imposed by both the U.S. and the U.N. to wreck the Libyan economy.


After the U.S. invaded Iraq in 2003 and leveled much of Baghdad with a bombing campaign that the Pentagon exultantly called “shock and awe,” Gadhafi tried to ward off further threatened aggression on Libya by making big political and economic concessions to the imperialists. He opened the economy to foreign banks and corporations; he agreed to IMF demands for “structural adjustment,” privatizing many state-owned enterprises and cutting state subsidies on necessities like food and fuel.


The Libyan people are suffering from the same high prices and unemployment that underlie the rebellions elsewhere and that flow from the worldwide capitalist economic crisis.


There can be no doubt that the struggle sweeping the Arab world for political freedom and economic justice has also struck a chord in Libya. There can be no doubt that discontent with the Gadhafi regime is motivating a significant section of the population.


However, it is important for progressives to know that many of the people being promoted in the West as leaders of the opposition are long-time agents of imperialism. The BBC on Feb. 22 showed footage of crowds in Benghazi pulling down the green flag of the republic and replacing it with the flag of the overthrown monarch King Idris - who had been a puppet of U.S. and British imperialism.


The Western media are basing a great deal of their reporting on supposed facts provided by the exile group National Front for the Salvation of Libya, which was trained and financed by the U.S. CIA. Google the front’s name plus CIA and you will find hundreds of references.


The Wall Street Journal in a Feb. 23 editorial wrote that “The U.S. and Europe should help Libyans overthrow the Gadhafi regime.” There is no talk in the board rooms or the corridors of Washington about intervening to help the people of Kuwait or Saudi Arabia or Bahrain overthrow their dictatorial rulers. Even with all the lip service being paid to the mass struggles rocking the region right now, that would be unthinkable. As for Egypt and Tunisia, the imperialists are pulling every string they can to get the masses off the streets.


There was no talk of U.S. intervention to help the Palestinian people of Gaza when thousands died from being blockaded, bombed and invaded by Israel. Just the opposite. The U.S. intervened to prevent condemnation of the Zionist settler state.


Imperialism’s interest in Libya is not hard to find. Bloomberg.com wrote on Feb. 22 that while Libya is Africa’s third-largest producer of oil, it has the continent’s largest proven reserves - 44.3 billion barrels. It is a country with a relatively small population but the potential to produce huge profits for the giant oil companies. That’s how the super-rich look at it, and that’s what underlies their professed concern for the people’s democratic rights in Libya.


Getting concessions out of Gadhafi is not enough for the imperialist oil barons. They want a government that they can own outright, lock, stock and barrel. They have never forgiven Gadhafi for overthrowing the monarchy and nationalizing the oil. Fidel Castro of Cuba in his column “Reflections” takes note of imperialism’s hunger for oil and warns that the U.S. is laying the basis for military intervention in Libya.


In the U.S., some forces are trying to mobilize a street-level campaign promoting such U.S. intervention. We should oppose this outright and remind any well-intentioned people of the millions killed and displaced by U.S. intervention in Iraq.


Progressive people are in sympathy with what they see as a popular movement in Libya. We can help such a movement most by supporting its just demands while rejecting imperialist intervention, in whatever form it may take. It is the people of Libya who must decide their future.



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La Libye et l’impérialisme


24 février 2011

De toutes les luttes qui se déroulent actuellement en Afrique du Nord et au Moyen-Orient, la plus malaisée à décortiquer est celle qui se passe en Libye.


Quel est le caractère de l’opposition au régime de Kadhafi et qui, rapporte-t-on, contrôle actuellement la ville de Benghazi, dans l’est du pays ?


Est-ce précisément une coïncidence si la rébellion a démarré à Benghazi, située au nord des champs pétroliers les plus riches de la Libye et proche en même temps de ses oléoducs, gazoducs, raffineries et port GNL ? Existe-t-il un plan de partition du pays ?

Quel est le risque d’intervention militaire impérialiste, ce qui pose un très grave danger pour la population de toute la région ?


La Libye n’est pas comparable à l’Égypte. Son dirigeant, Mouammar Kadhafi, n’a pas été une marionnette de l’impérialisme comme Hosni Moubarak. Durant de nombreuses années, Kadhafi a été l’allié de pays et de mouvements combattant l’impérialisme. En prenant le pouvoir en 1969, à la faveur d’un coup d’État militaire, il a nationalisé le pétrole libyen et a utilisé une grosse partie de cet argent pour développer l’économie libyenne. Les conditions de vie se sont considérablement améliorées, pour le peuple.


Pour cette raison, les impérialistes étaient bel et bien décidés à écraser la Libye. En fait, en 1986, les États-Unis ont lancé des frappes aériennes sur Tripoli et Benghazi, lesquelles avaient tué 60 personnes, dont la petite fille de Kadhafi – chose que l’on mentionne rarement dans les médias traditionnels. Des sanctions dévastatrices ont été imposées à la fois par les États-Unis et par les Nations unies, afin de couler l’économie libyenne.

Après l’invasion de l’Irak par les Américains, en 2003, et la destruction d’une grande partie de Bagdad via une campagne de bombardement orgueilleusement baptisée « shock & awe » (choc et terreur) par le Pentagone, Kadhafi a tenté d’écarter d’autres menaces d’agression contre la Libye en faisant d’importantes concessions politiques et économiques aux impérialistes. Il a ouvert l’économie aux banques et sociétés étrangères, il a abondé dans le sens des demandes d’« ajustements structurels » émanant du FMI, privatisant ainsi de nombreuses entreprises de l’État et réduisant fortement les subsides de l’État à l’alimentation et au carburant.

Le peuple libyen souffre de ces mêmes prix élevés et du chômage à la base des rébellions qui éclatent ailleurs et qui découlent de la crise économique capitaliste mondiale.

Il ne fait pas de doute que la lutte pour la liberté politique et la justice économique qui balaie actuellement le monde arabe a également trouvé son écho en Libye. On, ne peut douter que le mécontentement suscité par le régime de Kadhafi motive une section signification de la population.

Toutefois, il est important que les progressistes sachent qu’un grand nombre des personnages dont l’Occident fait la promotion en tant que dirigeants de l’opposition sont à long terme des agents de l’impérialisme. Le 22 février, la BBC a montré des séquences où l’on voit à Benghazi des foules qui arrachent le drapeau vert de la république pour le remplacer par celui du monarque renversé (en 1969, NdT), le roi Idris – qui avait été une marionnette de l’impérialisme américain et britannique.

Les médias occidentaux appuient une bonne partie de leurs reportages sur des faits supposés, fournis par le groupe d’exilés du Front national pour la sauvegarde de la Libye, formé et financé par la CIA américaine. Cherchez sur Google en introduisant le nom du front plus CIA et vous découvrirez des centaines de références.

Dans un édito du 23 février, The Wall Street Journal écrivait ceci : « Les États-Unis et l’Europe devraient aider les Libyens à renverser le régime de Kadhafi. » On n’y dit mot des chambres de commission ou des corridors de Washington sur une intervention destinée à aider le peuple du Koweït, de l’Arabie saoudite ou du Bahreïn à renverser leurs dirigeants dictatoriaux. Même avec tout le semblant d’intérêt accordé aux luttes de masse secouant la région actuellement, la chose serait impensable. Quant à l’Égypte et à la Tunisie, les impérialistes tirent sur toutes les ficelles possibles pour retirer les masses des rues.

Il n’a pas été question d’intervention américaine pour aider le peuple palestinien de Gaza quand des milliers de personnes ont perdu la vie suite au blocus, aux bombardements et à l’invasion par Israël. Ce fut exactement le contraire : les États-Unis sont intervenus afin d’empêcher la condamnation de l’État sioniste occupant.


Il n’est pas difficile de voir où résident les intérêts de l’impérialisme, en Libye. Le 22 février, Bloomberg.com disait, à ce propos, que, tout en étant le troisième pays producteur de pétrole de l’Afrique, la Libye est en même temps le pays qui possède les plus importantes réserves – prouvées – du continent, avec 44,3 milliards de barils. C’est un pays à la population relativement peu nombreuse mais qui doté d’un important potentiel de production de bénéfices pour les compagnies pétrolières géantes. Voilà comment les grosses fortunes voient la Libye et c’est ce qui sous-tend les préoccupations qu’elles expriment quand aux droits démocratiques du peuple libyen.

Obtenir des concessions de Kadhafi ne suffit pas, pour les barons impérialistes du pétrole. Ils veulent un gouvernement dont ils peuvent disposer directement, le cadenasser, le tenir en dépôt et le mettre en fût. Ils n’ont jamais pardonné à Kadhafi d’avoir renversé la monarchie et nationalisé le pétrole. Dans sa rubrique « Réflexions », Fidel Castro, de Cuba, met en exergue la soif de pétrole de l’impérialisme et met en garde contre le fait que les États-Unis posent actuellement les bases d’une intervention militaire en Libye.

Aux États-Unis, certaines forces tentent de lancer au niveau de la rue une campagne de promotion en faveur d’une telle intervention américaine. Nous devrions nous y opposer carrément et rappeler à toutes les personnes bien intentionnées les millions de morts et de personnes déplacées provoquées par l’intervention américaine en Irak et en Afghanistan.



Les progressistes éprouvent de la sympathie pour ce qu’ils considèrent comme un mouvement populaire en Libye. Nous pouvons aider un tel mouvement en soutenant ses revendications légitimes tout en rejetant toute intervention impérialiste, quelle que soit la forme qu’elle puisse revêtir. C’est au peuple libyen qu’il revient de décider de son avenir.


Traduit de l'anglais par Jean-Marie Flémal pour Investig'Action



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A Líbia e o imperialismo
De todas as lutas que agora decorrem no Norte de África e no Médio Oriente, a mais difícil de deslindar é aquela na Líbia.

Qual é o carácter da oposição ao regime Kadafi, a qual consta que agora controla a cidade de Bengazi, no Leste do país?

Será apenas coincidência que a rebelião tenha começado em Bengazi, a qual é a norte dos mais ricos campos petrolíferos da Líbia bem como próxima da maior parte dos seus oleodutos e gasodutos, refinarias e o seu porto de gás natural liquefeito (GNL)? Haverá um plano de partição do país?

Qual é o risco de intervenção militar imperialista, a qual apresenta grave perigo para o povo de toda a região?

A Líbia não é como o Egipto. Seu líder, Moamar Kadafi, não tem sido um fantoche imperialista como Hosni Mubarak. Durante muitos anos, Kadafi esteve aliado a países e movimentos que combatiam o imperialismo. Ao tomar o poder em 1969 através de um golpe militar, ele nacionalizou o petróleo da Líbia e utilizou grande parte do dinheiro para desenvolver a economia líbia. As condições de vida do povo melhoraram radicalmente.

Por isso, os imperialistas estavam determinados a deitar a Líbia abaixo. Os EUA em 1986 realmente lançaram ataques aéreos a Trípoli e Bengazi que mataram 60 pessoas, incluindo a menina filha de Kadafi – o que raramente é mencionado pelos media corporativos. Foram impostas sanções devastadoras tanto pelos EUA como pela ONU a fim de arruinar a economia líbia.

Depois de os EUA invadirem o Iraque em 2003 e arrasarem grande parte de Bagdad com uma campanha de bombardeamento que o Pentágono exultantemente chamou "pavor e choque", Kadafi tentou evitar a ameaça de outra agressão à Líbia fazendo grandes concessões políticas e económicas ao imperialismo. Ele abriu a economia a bancos e corporações estrangeiras; concordou com exigências do FMI quanto ao "ajustamento estrutural", privatizando muitas empresas estatais e cortando subsídios do estado a necessidades como alimentos e combustível.

O povo líbio está a sofrer dos mesmos preços elevados e desemprego que estão na base das rebeliões em outros lados e que decorre da crise económica capitalista mundial.

Não pode haver dúvida de que a luta que varre o mundo árabe pela liberdade política e a justiça económica também tocou um ponto sensível na Líbia. Não há dúvida de que o descontentamento com o regime Kadafi está a motivar uma secção significativa da população.

Contudo, é importante para gente progressista saber que muitas das pessoas que estão a ser promovidas no Ocidente como líderes da oposição são há muito agente do imperialismo. A BBC mostrou em 22 de Fevereiro filmes de multidões em Bengazi deitando abaixo a bandeira verde da república e substituindo-a pela bandeira do antigo rei Idris – que foi um fantoche dos EUA e do imperialismo britânico.

Os media ocidentais baseiam grande parte das suas reportagens sobre supostos factos fornecidos pelos grupo exilado Frente Nacional para a Salvação da Líbia (National Front for the Salvation of Libya), a qual foi treinada e financiada pela CIA estado-unidense. Pesquise no Google o nome da frente mais CIA e encontrará centenas de referências.

O Wall Street Journal de 23 de Fevereiro escreveu em editorial que "Os EUA e a Europa deveriam ajudar os líbios a derrubarem o regime Kadafi". Não há qualquer conversa nas salas das administrações ou nos corredores de Washington acerca de intervir para ajudar o povo do Kuwait ou da Arábia Saudita ou do Bahrain a derrubarem seus governantes ditatoriais. Mesmo com todos os falsos elogios às lutas de massas que agora sacodem a região, isso seria impensável. Em relação ao Egipto e à Tunísia, o imperialismo está a mover todas as alavancas que podem para tirar as massas das ruas.

Tão pouco houve qualquer conversa de intervenção dos EUA para ajudar o povo palestino de Gaza quando milhares morreram por serem bloqueados, bombardeados e invadidos por Israel. Exactamente o oposto. Os EUA intervieram para impedir a condenação do estado colonizador sionista.

O interesse do imperialismo na Líbia não é difícil de descobrir. Em 22 de Fevereiro a Bloomberg.com escreveu: se bem que a Líbia seja o terceiro maior produtor de petróleo da África, é o país do continente que tem as maiores reservas provadas — 44,3 mil milhões de barris. É um país com uma população relativamente pequena mas com potencial para produzir enormes lucros para as companhias de petróleo gigantes. É assim que os super ricos a encaram e é o que está por trás da sua apregoada preocupação com os direitos democráticos do povo da Líbia.

Obterem concessões de Kadafi não é suficiente para os barões imperialistas do petróleo. Eles querem um governo sob a sua dominação total, tudo do bom e do melhor. Eles nunca esqueceram que Kadafi derrubou a monarquia e nacionalizou o petróleo. Fidel Castro, em Cuba, na sua coluna "Reflexões" regista o apetite do imperialismo por petróleo e adverte que os EUA estão a lançar as bases para a intervenção militar na Líbia.

Nos EUA, algumas forças tentam mobilizar uma campanha a nível de rua promovendo uma intervenção estado-unidense. Deveríamos opor-nos a isto totalmente e recordar a qualquer pessoa bem intencionada os milhões de mortos e deslocados pela intervenção dos EUA no Iraque.

As pessoas progressistas têm simpatia com o que encaram como um movimento popular na Líbia. Podemos ajudar tal movimento principalmente pelo apoio às suas exigências justas mas rejeitando uma intervenção imperialista, seja qual for a forma que assuma. É o povo da Líbia que deve decidir o seu futuro.



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Libia y el imperialismo

23 de febrero--De todas las luchas actuales en África del norte y el Oriente Medio, la más difícil de dilucidar es la de Libia.

¿Cuál es el carácter de la oposición al régimen de Gadhafi, que según se informa ahora controla la ciudad de Benghazi en el este?

¿Es pura coincidencia que la rebelión comenzó en Benghazi que está al norte de los yacimientos de petróleo más ricos de Libia, así como cerca de la mayor parte de sus óleo y gasoductos, de refinerías y de su puerto de transporte de gas líquido natural (LNG por las siglas en inglés)? ¿Hay un plan para dividir el país?

¿Cuál es el riesgo de una intervención militar imperialista que representaría el peligro más grave para los pueblos de la región entera?

Libia no es como Egipto. Su líder Moammar al-Gadhafi no ha sido una marioneta del imperialismo como Hosni Mubarak. Por muchos años Gadhafi fue aliado de países y movimientos que luchaban contra el imperialismo. Cuando tomó el poder en 1969 a través de un golpe militar, él nacionalizó el petróleo de Libia y utilizó mucho de ese dinero para desarrollar la economía libia. Las condiciones de la vida mejoraron dramáticamente para el pueblo.

Por eso, los imperialistas estaban decididos a destruir a Libia. Estados Unidos lanzó ataques aéreos en Trípoli y Benghazi en 1986 que mató a 60 personas, incluyendo la pequeña hija de Gadhafi – lo cual es raramente mencionado por los medios corporativos. Se impusieron devastadoras sanciones por EEUU y la ONU para arruinar la economía libia.

Después de que EEUUA invadió a Iraq en 2003 y destruyó gran parte de Bagdad con una campaña de bombardeo que el pentágono exultantemente llamó “choque y temor,” Gadhafi intentó proteger a Libia de una adicional amenaza de agresión otorgando grandes concesiones políticas y económicas a los imperialistas. Él abrió la economía a bancos y corporaciones extranjeras; accedió a las demandas del FMI sobre “ajuste estructural”, privatizó muchas empresas propiedad del estado y recortó los subsidios del gobierno para necesidades como alimentos y combustible.

El pueblo libio está sufriendo de los mismos precios elevados y desempleo que son la base de las rebeliones en otras partes y que fluyen de la crisis económica mundial del capitalismo.

No hay duda de que la lucha que recorre el mundo árabe por la libertad política y la justicia económica también ha resonado en Libia. No hay duda de que el descontento con el régimen de Gadhafi está motivando a una sección significativa de la población.

Sin embargo, es importante que los/as progresistas sepan que muchas de las personas que están siendo promovidas en el oeste como líderes de la oposición son agentes experimentados del imperialismo. El 22 de febrero la BBC mostró imágenes de muchedumbres en Benghazi bajando la bandera verde de la república y sustituyéndola por la bandera del derrocado monarca, rey Idris quién había sido una marioneta de los EEUU y del imperialismo británico.

Los medios occidentales están basando muchos de sus reportajes en hechos supuestos proporcionados por el grupo en el exilio, el Frente Nacional para la Salvación de Libia, que fue entrenado y financiado por la CIA estadounidense. Si usted busca en Google el nombre del Frente más la CIA, encontrará centenares de referencias.

En el editorial del 23 febrero, el periódico The Wall Street Journal escribió que “EEUU y Europa debían ayudar a los libios a derrocar el régimen de Gadhafi”. No hay mención en los salones o en los pasillos de Washington sobre una intervención para ayudar a la gente de Kuwait o de Arabia Saudita o de Bahrein a derrocar a sus dictadores. Incluso, con toda la hipocresía con la que hablan a favor de las masas en lucha de la región ahora, esto sería inconcebible. En cuanto a Egipto y a Túnez, los imperialistas están haciendo todo lo posible por conseguir que las masas salgan de las calles.

No se habló de una intervención estadounidense para ayudar al pueblo palestino de Gaza cuando millares murieron por el bloqueo, el bombardeo y la invasión de Israel. ¡Todo lo contrario! Estados Unidos intervino para prevenir la censura del estado sionista.

El interés del imperialismo en Libia no es difícil de encontrar. Bloomberg.com escribió el 22 de febrero que mientras que Libia es el tercer productor de petróleo más grande de África, tiene las reservas probadas más grandes del continente - 44.3 mil millones de barriles. Es un país con una población relativamente pequeña pero con el potencial de producir ganancias enormes para las gigantes compañías petroleras. Así es como lo ven los súper ricos, y la base de su supuesta preocupación por los derechos democráticos del pueblo de Libia.

Conseguir concesiones de Gadhafi no es lo suficiente para los imperialistas señores del petróleo. Desean un gobierno que puedan poseer abiertamente. Nunca han perdonado a Gadhafi por derrocar la monarquía y nacionalizar el petróleo. Fidel Castro de Cuba en su columna “Reflexiones”, toma nota del hambre del imperialismo por el petróleo y advierte que EEUU está sentando las bases para una intervención militar en Libia.

En EEUU algunas fuerzas están intentando movilizar una campaña que promueve tal intervención. Debemos oponernos a esto firmemente y recordarle a las personas bien intencionadas y sinceras, las millones de personas matadas y desplazadas por los EEUU por su intervención en Iraq.

La gente progresista siente lo que ve como movimiento popular en Libia. Podemos ayudar más a ese movimiento apoyando sus justas demandas al tiempo que rechazamos la intervención imperialista, en cualquier forma que ésta pueda tomar. Es el pueblo de Libia el que debe decidir su futuro.

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