miércoles, 20 de abril de 2011

El día del juicio final

El día del juicio final


El día del Juicio final es tan difícil que lleva varios nombres, entre los cuales está el de as s'a («la hora»).
«¡Ay de vosotros los hombres! ¡Temed a vuestro Señor! ¡El terremoto de la Hora será con toda seguridad algo terrible! El día en que veáis al Señor, toda mujer que dé el pecho se olvidará del niño que amamanta y toda mujer embarazada abortará. Verás a todos los hombres ebrios, aun cuando no lo estén. El castigo de Dios es muy duro» (Corán 22,1-2).

A cada paso, se encuentran detalles de este género que el Corán retoma desde diferentes ángulos. Así, en una escena, se ve a los hombres abriéndose paso para ser juzgados:
«A todo hombre le hemos colgado del cuello su suerte. El día de la Resurrección, le presentamos un libro que él encontrará abierto: “¡Lee -le diremos- tu libro.!” Este momento es suficiente para que te des cuenta de quién eres» (Corán 17,14-15).

Los creyentes que han hecho buenas obras toman su libro en la mano derecha:
«Quien tome su libro en la mano derecha será juzgado con mansedumbre. Y retornará, lleno de alegría, a los suyos. Pero quien reciba su libro por la espalda, apelará a la aniquilación, y caerá en una hoguera» (Corán 84, 7-11).

Así mismo, cada comunidad dispondrá de un libro común a sus miembros:
«Tú verás arrodillada a cada comunidad. Cada una de ellas será convocada delante de su Libro: "Hoy seréis retribuidos. Nosotros registramos todos vuestros actos"» (Corán 45, 27-29).

«Se depositará el Libro, y entonces verás tú a los culpables ansiosos a propósito de su contenido. Ellos exclamarán: "¡Ay de nosotros! ¿Por qué no deja este Libro nada sin registrar, ni pequeño, ni grande?". Ellos se verán enfrentados a cuanto hayan hecho. Y tú, Señor, no cometerás ninguna injusticia con nadie» (Corán 18, 47).
Los injustos que conducían a la gente a la incredulidad o a la maldad desaprobarán a sus seguidores.

«Cuando aquéllos que hayan sido seguidos desaprueben a quienes les siguieron, cuando vean el castigo, cuando se corten todos los lazos establecidos con ellos, dirán quienes los siguieron: "¡Ah, si pudiéramos volvernos atrás, nosotros los reprobaríamos, como ellos han hecho con nosotros!". Dios les muestra así sus obras, causa para ellos de remordimientos; pero ellos no podrán salir del fuego» (Corán 2,161-162).

En ese día, se entablará un diálogo entre el demonio y sus discípulos.

«Cuando el decreto haya sido promulgado, el Demonio dirá: "Dios os hizo ciertamente una promesa verdadera, mientras que yo no mantuve la que os hice. Pero ¿qué poder tenía yo sobre vosotros sino el de llamaros? Vosotros me habéis respondido.

Por tanto, no me censuréis. Censuraos a vosotros mismos. Yo, para vosotros, no soy ningún valedor, ni vosotros para mí. Yo he sido incrédulo respecto de aquéllos a quienes me asociasteis en otro tiempo". Sí, los injustos recibirán un doloroso castigo» (Corán 14, 26-27).

Así pues, la literatura coránica, como acabamos de ver en algunos ejemplos, es muy rica y sutil. Las elocuentes descripciones son muchas veces muy metafóricas. Pero muchos musulmanes las toman al pie de la letra. Algunas interpretaciones retóricas nos informan que son medios de acercarse a hechos inimaginables, incomprensibles para el espíritu humano.

Por lo que respecta a la literatura popular, oral o escrita, que ha tratado del Juicio final, es tan rica y minuciosa que no es posible exponerla aquí.

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