viernes, 8 de abril de 2011

La Vulnerabilidad de la Ciudad de Mexico

CENTRO HISTORICO

CIUDAD CAPITAL



La Vulnerabilidad de la Ciudad de México
Los habitantes de la gran metrópoli somos tan vulnerables a un macrosismo como el de 1985, y aunque se ha avanzado en la preparación de la protección civil, no lo necesario y lo suficiente como para garantizar que un probable macrosismo de gran magnitud no nos lleve a un resultado tan dramático como hace 26 años. Uno de los efectos inmediatos de la grave tragedia de septiembre de 1985, en gran parte generado por la presión de las organizaciones sociales y la opinión pública en general, fue dar un fuerte impulso a la creación y reforzamiento de organismos, instancias, programas y normas relacionadas con la protección civil en casos de desastres.

Las bases para organización del Sistema Nacional de Protección Civil se expidieron en 1986, y el Consejo Nacional de Protección Civil que es parte de su estructura se creó en 1990. Se crearon o reestructuraron organismos gubernamentales para la protección civil en el DF. Se elaboraron múltiples programas de acción en las dependencias correspondientes para tal efecto. Se expidieron nuevas normas como el Reglamento de Protección Civil en el Distrito Federal (hoy elevado a rango de Ley), y se revisaron los ya existentes y que habían mostrado su insuficiencia en el sismo como el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal y a sus normas técnicas complementarias.

Con la creación de instituciones, planes, programas y reglamentos, además de su carácter normativo, en los que se describen las estructuras formales, las instancias e instituciones involucradas, las funciones, las responsabilidades institucionales y las asignadas a otros sectores sociales, las líneas jerárquicas de mando y las formas de funcionamiento, los objetivos y acciones más generales y sus ámbitos administrativos y territoriales. Se regula sobre el deber ser, en el marco legal e institucional vigente, en forma declarativa y pragmática, sin anclar lo propuesto en un diagnostico riguroso y profundo de la realidad social e institucional, que en muchos casos tiene una lógica distinta y opuesta a la plasmada en la norma, lo cual impide parcial o totalmente su aplicación. En el plano operativo concreto de las acciones a desarrollar y los medios disponibles para lograr objetivos específicos, se observan algunas cuestiones que limitan su accionar, que nos parece son fundamentales.

En principio hoy se continúa con la falta del planteamiento de los recursos legales, institucionales, humanos, materiales y financieros concretos de que se dispone o se dispondrá en el futuro, en el sector público, privado y social para llevar a cabo las acciones planteadas. No se analizan ni describen las formas alternativas de operación concretas de las instituciones con los medios disponibles, en los ámbitos específicos y para las calamidades diversas, al menos para las acciones y los objetivos fundamentales de los planes y programas. En un periodo de crisis económica constante como el que venimos padeciendo en México, es relevante, ya que esta limitación adquiere una importancia fundamental, pues la escasez de recursos minimiza la capacidad de acción del Estado y la sociedad o la del cumplimiento de las normas por parte de la empresa privada o el sector social. De igual manera no se evalúa la posibilidad real de cumplir los objetivos y acciones planteadas con los recursos disponibles, y en su caso, los requerimientos de modificaciones legales e institucionales y las necesidades adicionales de recursos para poder cumplirlos, y la viabilidad de lograrlos. No se analiza la relación de estos planes y programas con el funcionamiento real del todo social en lo político, económico e ideológico-cultural y, en este contexto, la posibilidad de alcanzar las acciones o las limitaciones al cumplimiento de los objetivos derivadas de las estructuras de la vida social, las modificaciones sociales necesarias para hacerlos viables. Asimismo no se establecen los mecanismos que garanticen el cumplimiento pleno de las regulaciones por parte del Estado mismo y sus funcionarios, ni penalizaciones para su incumplimiento. En la situación de debilidad del denominado estado de derecho, de corrupción administrativa y judicial, que persiste y aún predomina, estas normas pueden quedar como simples intenciones o servir para extorsiones o autoritarismos hacia la sociedad civil.

Hoy, en pleno siglo XXI, los mexicanos en general, así como los habitantes del Distrito Federal seguimos siendo VULNERABLES ante los fenómenos hidrometeorológicos y telúricos, así lo demostró el sismo del pasado 7 de abril del año en curso donde en un sinfín de centros de trabajo y oficinas gubernamentales no entró en funcionamiento la alarma sísmica. Asimismo, y a pesar de experiencia de 1985, nuestra ciudad capital como sus habitantes NO ESTAMOS PREPARADOS PARA ENFRENTAR ESTE TIPO DE FENOMENOS GEOLOGICOS. El gobierno de Marcelo Ebrard hoy le ha dado prioridad a la construcción de su candidatura rumbo a la presidencia de la república rumbo al 2012. Desde el año pasado, la mayoría de sus reuniones no tienen otro tema de discusión que este proceso de elección. Todo el aparato del gobierno del DF está concentrado y trabajando cada cual en construir y preparar sus campañas. Poco les importa la seguridad de los habitantes del Distrito Federal. La Protección Civil no les genera los votos que necesitan las diversas corrientes perredistas actuantes en la ciudad, empezando por la que encabeza el Jefe de Gobierno. En otro trabajo, las organizaciones sociales integrantes del Movimiento Urbano Popular-Frente Nacional del Movimiento Urbano Popular (MUP-FNAMUP) realizaremos algunas propuestas para poder enfrentar la vulnerabilidad en la que nos encontramos los habitantes de la capital, a partir de que las autoridades no realizan su trabajo a pesar de que es su responsabilidad, pero si cobran su quincena puntualmente.

Por fortuna el último sismo del pasado jueves 7 de abril no pasó a mayores consecuencias para los que habitamos esta gran ciudad. Sin embargo si hay muchas cosas que atender y resolver para reducir nuestra vulnerabilidad ante estos movimientos de tierra que van a volver a ocurrir.

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