viernes, 27 de mayo de 2011

Los partidos, por tanto negociar, robar y joder, se ganan a pulso el odio mundial de los pueblos

Los partidos, por tanto negociar, robar y joder, se ganan a pulso el odio mundial de los pueblos
Por Pedro Echeverría V.
España
Sigo con alegría y enorme entusiasmo a los jóvenes que acampan –desde el 15 de mayo- en la plaza de Puerta del Sol de Madrid. No sólo están furiosos contra los partidos, sino también contra el sistema que explota el trabajo y mantiene en la pobreza y la miseria a la mayoría de los españoles. Y si preguntáramos a los pueblos de EEUU, Francia, Italia, Colombia y demás acerca de sus condiciones de vida, nos respondería que están igual de jodidos y encabronados.

Sigo con alegría y enorme entusiasmo a los jóvenes que acampan –desde el 15 de mayo- en la plaza de Puerta del Sol de Madrid. Están hasta la madre de los partidos españoles PSOE y PP que se alternan el gobierno, así como de los otros. Pero no sólo están furiosos contra los partidos, sino también contra el sistema que explota el trabajo y mantiene en la pobreza y la miseria a la mayoría de los españoles. El caso es que en México pasa exactamente lo mismo: el pueblo está hasta la madre de los partidos políticos -PAN, PRI, PRD y demás- que se alternan el poder, dilapidan el presupuesto público y no hacen absolutamente la beneficiar a la población, que mantienen en la pobreza y la miseria. Y si preguntáramos a los pueblos de EEUU, Francia, Italia, Colombia y demás acerca de sus condiciones de vida, nos respondería que están igual de jodidos y encabronados.

A los partidos les importa un carajo si la población muere de hambre, si cuenta con trabajo e ingresos salariales suficientes; los partidos están preocupados por lograr acuerdos, obtener financiamiento, espacios en los medios, nombrar sus candidatos y contar con cargos electorales. Acabo de recibir de España una nota de mi querido amigo Tomás: “Una denominada Junta Electoral Central (que dice defender los derechos de los electores y está compuesta por magistrados del mismo Tribunal Supremo que ampara los crímenes del franquismo y acosa al juez Garzón), ha prohibido cualquier manifestación de carácter político a partir del sábado. Los que infrinjan esta ley serán apaleados y arrestados por policías sin escrúpulos, condenados por jueces corruptos y -si no disponen de medios económicos para pagar la multa de mil euros que se les impondrá- hasta encarcelados”.

Todos los partidos y organizaciones, cuando nacen se presentan como muy revolucionarios, democráticos, justos y honestos, pero apenas crecen se convierten en importantes y comienzan a transar con el gobierno y poder, así terminan siendo enemigos de lo que propagaron antes, es decir, más de lo mismo. Nada ni nadie en la historia han sido distintos, parece ser producto de la naturaleza misma. Es el problema del poder, tal como han subrayado los anarquistas. Cualquier poder, por más pequeño, siempre busca someter a los demás. ¡Imagínate cuando se trata del poder económico de los gigantescos empresarios y del poder político de los gobernantes de EEUU, de México o de España! Los anarquistas señalan que cualquier organización permanente siempre busca poder, busca apoyos de todo tipo y cuando lo obtienen aplasta a los demás, sus competidores.

Durante la dictadura de Francisco Franco (1939-75) muchísimos anarquistas indomables, fueron asesinados y perseguidos; muchos “socialistas y comunistas” (los honestos) tuvieron que exiliarse o seguir luchando en la clandestinidad; pero muerto Franco aparecieron políticos deshonestos que, con el apoyo de franquistas (sobre todo del nuevo rey (Juan Carlos) de España) fueron integrando el nuevo gobierno. Así se fortalecieron los partidos PSOE “socialista” y PP, abiertamente franquista derechista. Los medios de información (Grupo El País, ABC, El Mundo) que fueron creados por grandes accionistas burgueses, se pusieron a disposición de los partidos y de la clase capitalista en general. Estos partidos y medios, al servicio del capital, en nombre de la democracia y la justicia, persiguieron con saña a los independistas vascos llenándolos de basura.

No estoy seguro que los jóvenes españoles, a pesar del pasado de sus padres y abuelos anarquistas, resistan las amenazas y la represión que anuncia el fascista gobierno del PSOE “socialista”. Por sus declaraciones y respuestas me parece que no han logrado la suficiente conciencia para responder a los militares con piedras, palos, molotovs y con todo el heroísmo del mundo. Pero a pesar de que su resistencia llegara a ser débil lo que han hecho está extendiéndose entre los jóvenes europeos y de otros continentes. Yo nací cuando el maldito Franco apenas había instalado su dictadura; me imagino que aquellos héroes que lucharon que lucharon con las armas contra él deben haber fallecido o están ya muy viejitos; deben ser abuelos de los que hoy están en las calles. Confío en que los jóvenes nietos –como los anarquistas de los treintas- no lo olviden.

Espero que las batallas de Madrid se hayan extendido a Barcelona, al país vasco, a Valencia y todas las grandes ciudades españolas. Al parecer también en Francia, Alemania e Italia se han registrado protestas frente a las embajadas españolas. ¿Qué han hecho los españoles radicados en México, sobre todo viviendo en este país de gobierno derechista? Espero que los jóvenes madrileños no sólo estén pacíficamente acampados el la Puerta del Sol; es urgente que el volanteo, los mítines y las pintas, se extiendan en la ciudad y para eso hay que organizar comisiones. Los milicos, que obedecen órdenes del gobierno, pueden imponer el desalojo en cualquier momento –sobre todo en la madrugada- pero el pueblo debe estar informado y atento sobre todo los días de mañana sábado y el domingo. No olviden camaradas de que no es sólo España, su lucha tiene trascendencia mundial y por eso es importante.

Como dice mi queridísimo amigo el escritor Tomás al describir la ley de la autoridad fascista: “los que infrinjan esta ley serán apaleados por policía sin escrúpulos y condenados por jueces sin escrúpulos”. Ni modo camaradas hay que resistir o, por lo menos, correr arrasando con todo lo burgués que está a nuestro paso. ¿O acaso permitiremos que esos hijos de puta gobernantes y partidos sigan sometiéndonos como les da la gana? No estamos aún gozando de los estertores del régimen capitalista en España, mucho menos del capitalismo mundial, pero en cada etapa el pueblo da muestras que está dispuesto a luchar aunque tenga que arriesgar la vida. ¿Qué han hecho en España –así como en todo el mudo los oprimidos- sino demostrar que el capitalismo es una sociedad que se ha desarrollado en contra de los intereses de la inmensa mayoría de la población?

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