miércoles, 4 de mayo de 2011

Osama bin Laden es insignificante

Osama bin Laden es insignificante,
> mejor aún, su muerte es insignificante. Y es insignificante porque
> si su deceso –como se repite hasta el hartazgo- es producto de un
> esfuerzo para contribuir a la paz (extraña de suyo es esa lógica de
> perseguir la paz haciendo la guerra) entonces la iniciativa murió en
> la cuna. La violencia genera violencia, y esta no es ni será la excepción.
> Las
> noticias de todos los medios carecen de lógica, mejor aún, las declaraciones
> de los asesinos arecen de lógica; al balance general del presidente
> Barack Obama -"El mundo es más seguro sin bin Laden"- siguió una
> pista sobre el futuro por voz del Departamento de Estado -"Seguirá
> ofensiva contra Al-Qaeda, advierte Clinton". Y recubriendo el optimismo
> del primero y la amenaza de la segunda, la sombra del miedo: "EU emite
> alerta mundial tras la muerte de Osama".
> Sólo
> la tercera noticia tiene fundamento si tomamos en consideración la
> relación de Osama bin Laden con Al-Qaeda y con el terrorismo.
>
>
> Osama
> bin Laden y Al-Qaeda
>
> El asesinato de Osama
> bin Laden es insignificante. Es insignificante porque en nada afectará
> el modo de operar de esa entelequia a la que el mundo conoce como
> Al Qaeda. Y la razón es simple: Al-Qaeda no es un grupo
> estructurado y controlado de forma centralizada, es decir, Al-Qaeda
> no es una organización sino un movimiento. No es monolítico
> en su estructura ni jerarquizado en su control y comando. Esto es bien
> sabido desde hace años. Si "Todos somos Marcos" fue el grito de
> batalla de todos los simpatizantes de la causa indígena en su momento,
> ahora, en los tiempos de la "guerra contra el terror", el grito
> en la boca de todos los que en el mundo árabe musulmán se rebelan
> violenta y no-violentamente cuando ven sus tierras sagradas invadidas
> -como en Arabia Saudita e Israel- sus recursos saqueados -como en Somalia
> y Nigeria- y su historia destruida -como en Irak- el grito es "Todos
> somos Al-Qaeda".
> Y
> tal vez lo sean.
> Al-Qaeda
> no existe. O, al menos, así lo asegura un especialista tras otro. ¿Qué
> especialistas? No los "expertos" en "Seguridad Internacional"
> y "Estudios Estratégicos" (esta última, disciplina que a decir
> de Johan Galtung no es más que paranoia académicamente sancionada)
> sino los especialistas de verdad en procesos árabes y musulmanes como
> Edward Said. ¿A qué se refieren cuando dicen que "Al-Qaeda
> no existe" se refieren a que no existe como se presenta, es decir,
> no existe como una organización.
> ¿Qué
> si alguna vez lo fue y estuvo bajo las órdenes de Osama bin Laden?
> Sí, tal vez, en un principio, allá en la década de los setentas cuando
> la organización fue financiada, entrenada y armada por los Estados
> Unidos. Pero las cosas han cambiado desde entonces. Tras la invasión
> soviética de Afganistán (1979), tras la guerra entre Irán-Irak con
> su millón de muertos musulmanes de ambo lados (1980-88), tras la caída
> del Muro de Berlín (1989), tras la disolución de la Unión Soviética
> y la guerra del golfo (1991), tras la guerra de Bosnia-Herzegovina en
> la Ex Yugoslavia (1991-1995), tras la publicación por Samuel Huntington
> del "Choque de Civilizaciones" (Foreign
> Affairs, Julio, 1993), tras las guerras chechenas (1994-96 contra
> Boris Yeltsin y 1999 contra Vladimir Putin en el Cáucaso ruso), tras
> la guerra de Kosovo en Serbia, la de Osetia del Sur en Georgia y el
> ataque con misiles contra Sudán el mismo año (1998) y tras la intifada
> de Al-Aqsa (que inició en el año 2000) en los territorios ocupado;
> tras estos hechos –acontecidos todos antes del 11 de Septiembre del
> 2001- el mundo árabe-musulmán es sin duda diferente.
> Suponer
> que grupos como Al-Qaeda no aprendieron nada de ellos y que no
> reflejarán la repercusión de todas estas atrocidades en su estructura
> y operación en la entrada del siglo XXI es incurrir en la ingenuidad
> o en la estupidez. Al-Qaeda ha cambiado, sin duda, y el cambio
> principal ha tenido lugar en la naturaleza misma de la organización:
> ha dejado de ser una organización
> político-militar monolítica, verticalmente estructurada y centralmente
> dirigida para convertirse en un movimiento social violento en algunas
> de sus facciones y no violento en otras, de estructura horizontal,
> conformado por células independientes en cuando a mando y control.
> Utilizando
> la gastada –aunque todavía efectiva- nomenclatura de la Guerra Fría,
> Al-Qaeda en su presentación "estándar" es una entelequia útil
> para explicarle al "mundo libre" quién es el enemigo. ¿Cómo explicarle
> a un mundo acostumbrado a presentaciones caricaturescas de "buenos"
> contra "malos" conflictos con raíces profundas y estructuras complejas?
> Simplificando la realidad. ¿Cómo explicarle a un mundo adicto a las
> generalizaciones que terroristas, talibanes, afganos, árabes y musulmanes
> son todos términos que refieren cosas diferentes, y la mayoría de
> las veces, incompatibles? Simplificando la realidad. ¿Cómo explicarle
> a un mundo ignorante de la diversidad que existen tantas variantes del
> islam y que son tan diferentes unas de otras que resulta imposible agruparlos
> bajo una misma etiqueta sin cometer injusticias? Simplificando la realidad.
> Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen nazi, recomendaba
> al Führer decirle a la gente que tenía un enemigo -uno y sólo uno-
> de otro modo el pueblo comenzaría a hacerse preguntas incómodas como
> ¿por qué tenemos tantos enemigos?
> Al-Qaeda
> no existe como organización dirigida por Osama bin Laden, esa organización
> desapareció hace mucho, décadas. Concebir como hacen los amos del
> mundo a Al-Qaeda en estos términos es más un síntoma de las
> inercias ideológicas de las que adolecen que una realidad. Expertos
> en la conformación de grupos paramilitares (la Contra en Nicaragua
> desde 1979; Alpha-66 en Miami-Cuba desde 1960, los escuadrones
> de la muerte en El Salvador en los años 80´s, etc.) los policy
> makers estadounidenses no terminan de entender que, al margen de
> la voluntad de sus creadores, las organizaciones evolucionan al ritmo
> en que lo hacen sus integrantes.
> ¿Y
> cómo han evolucionado las sociedades en el mundo árabe-musulmán?
> En primer lugar aprendieron que no pueden confiar en liderazgos centralizados
> –independientemente de si se trata de gobiernos o grupos; las revueltas
> del norte de África del año 2011 son la prueba más dura de ello.
> Al-Qaeda no es un caso aislado. Ocurrió también en Hamas
> en los territorios ocupados de Palestina: el Shin
> BethHamas a cuyos miembros armó, entrenó y
> financió para que se enfrentaran a Al-Fatah, brazo armado del
> Frente para la Liberación de Palestina (FLP) bajo las órdenes de Yasser
> Arafat. Con el tiempo Hamas adquirió independencia de sus amos
> israelíes; con su recién ganada independencia disminuyeron su perfil
> militar y ampliaron su perfil social trabajando con organizaciones de
> base en la Franja de Gaza y Cisjordania hasta que por votación popular
> se hicieron gobierno en 2006 con la mayoría absoluta. "Todos somos
> Hamas" fue el grito implícito de la elección. –el servicio de seguridad interna de Israel- prestó apoyo
> para la creación de
> Como
> Hamas, Al-Qaeda no desaparece ni se debilita permanentemente
> con el asesinato de sus líderes reales o imaginarios: pese a que pueden
> tener alguna estructura organizativa, por mucho, se trata de movimientos
> populares. Así ocurrió con la Intifada
> de Al-Aqsa en Palestina tras la muerte de Yasser Arafat en 2004.
> ¿Se terminó la intifada? No. ¿Se debilitarían las banderas, simpatizantes
> y luchas indígenas en México, América Latina, y porque no, en el
> mundo entero- en el sentido más amplio del término con el arresto
> o asesinato del Subcomandante Marcos o del Comandante Zebedeo? No.
> ¿Desaparecerían
> o se harían más fuertes?
>
> Osama
> bin Laden y el terrorismo internacional
>
> El asesinato de Osama
> bin Laden es insignificante. Es insignificante también porque en nada
> afectará el modo de operar de esa entelequia a la que el mundo conoce
> como "el terrorismo". ¿Qué es el terrorismo? No existe en disciplina
> alguna definición incontrovertiblemente aceptada del término. A grandes
> rasgos, el consenso se puede alcanzar sólo en términos vagos: terrorismo
> es el uso político del terror.
> ¿Por
> qué si "El mundo es más seguro sin bin Laden" (Obama) se emitió
> una alerta mundial tras su asesinato? La alerta desacredita las palabras
> del presidente: el mundo es más inseguro con el saudita muerto, en
> el corto, mediano y largo plazo. Punto.
> ¿Por
> qué? Porque Osama bin Laden no era el líder de un grupo terrorista,
> sino el ícono de un movimiento –y el vocero para su ala radical del
> mismo, pero sólo para ella. Contra lo que supone el gobierno que lo
> mató, Bin Laden tiene más simpatizantes que seguidores:
> no es a los "integrantes" de "Al-Qaeda" (los seguidoes) a quienes
> los Estados Unidos deberían temer (que por mucho son los menos), sino
> a todos aquellos que ven en la figura del jeque muerto no a un líder
> terrorista sino a la persona que tuvo el coraje enfrentar a los Estados
> Unidos, a sus aliados y sus abusos. Y esos se cuentan por miles en todo
> el globo, millones tal vez, por igual dentro que fuera del mundo árabe-musulmán…
> incluso dentro de los Estados Unidos: de entre el mar de noticias que
> se dieron a conocer tras el deceso, se filtró la posibilidad de que
> un tal Anwar Al Alwaki –de nacionalidad estadounidense (Nacido en
> Nuevo México) y yemení- fuera sucesor del saudita. ¿Otro candidato
> más al trono? Según el FBI un tal Adam Pearlman –también conocido
> como Adam Yahiye Gadahn- nacido en Oregon en 1978, convertido al islam
> y que ahora se encuentra en la lista de los más buscado, entre otras
> cosas, por traición a la patria.
> Mal
> servicio hace a la causa de la paz el asesinato de Osama bin Laden.
> Tras él, pueden encontrar y matar al Mullah Omar en Afganistán, Ayman
> Al Zawahiri en Pakistán o Muamar Gadafi en Libia a quien sea donde
> sea; pueden "limpiar" la lista de los más buscados una y otra vez
> y eso que llaman eufemísticamente "el terrorismo" no se detendrá
> como no se detuvo en Irak tras la muerte de Saddam Hussein en Diciembre
> del 2006. La razón es simple: tiene un diagnóstico equivocado del
> conflicto, tienen un diagnóstico equivocado de sus actores y tienen
> un diagnóstico equivocado de sus intereses. Suponer que "el mundo
> es más seguro" ahora como producto de un asesinato es prueba de ello.
> Una auténtica estupidez.
> Mal
> servicio hacen también a la causa de la reconciliación los festejos
> por la muerte de bin Laden y mal servicio hace a la causa de la resolución
> del conflicto el seguir utilizando etiquetas vagas que nada tienen que
> ver con la realidad como "terrorismo" y "Al Qaeda". ¿O es que
> sirve mejor los intereses de los Estados Unidos atizar el conflicto
> y la violencia con el mundo árabe y musulmán (y persa si se cuenta
> también el acoso contra Irán) con la excusa de la "guerra contra
> el terrorismo" en el Indu-Kush entre Afganistán y Pakistán practicando
> la viejas teorías geopolíticas de Sir Halford Mackinder; en Indonesia
> por intereses estratégicos; en Nigeria por petróleo, en Abjasia (Georgia)
> por geopolítica caucásica; en Nagorno-Karabaj entre Azerbaiján y
> Armenia por los recursos del mar Caspio; en Egipto y Israel-Palestina
> para el control militar del África del Norte y el Medio Oriente respectivamente
> y en Irak, Libia y Siria por mencionar sólo algunos más? ¿sirve mejor
> a los intereses de 300 millones en Estados Unidos la venganza por la
> muerte de casi 3,000, matando a uno pero tensando la relación con una
> comunidad de 1,500 millones de musulmanes en todo el planeta? Y no es
> que todos los musulmanes sean seguidores o simpatizantes de Osama bin
> Laden, pero los Estados Unidos se han encargado de tratarlos política,
> económica, mediática, intelectual, cultural y militarmente de esa
> forma. ¿Cómo? Corrompiendo a sus dirigentes como en la península
> arábiga; ahogando sus economías como en África del Norte; denigrando
> sus culturas inventando "Choques de Civilizaciones"; difamando sus
> creencias con estereotipos y prejuicios xenófobos y racistas. Todos
> estos son los filtros de la experiencia reciente a través de los cuales
> el mundo árabe y musulmán hará la lectura del asesinato de Osama
> bin Laden, quien es -como tituló Youssef Bodansky su libro- El hombre
> que declaró la guerra a Estados Unidos (Aguilar. México, 2001).
> Por
> esto la muerte de Osama bin Laden es insignificante. Porque no contribuye
> en nada a limpiar el pasado, a componer el presente y a construir un
> futuro. Antes bien ensucia más la relación, agita las tensiones actuales
> y destruye cualquier arreglo pacífo al futuro. Con la muerte del jeque
> nada va a cambiar para mejor. O tal vez sea al revés: la muerte de
> bin Laden es significativa sólo en el sentido negativo, y es que se
> inserta en una dinámica que de tan conocida es casi aburrida de no
> ser tan trágica: el ciclo de la represalia: las agresiones históricas
> contra el mundo árabe-musulmán fueron vengadas el 11 de Septiembre
> del 2001; y en venganza se invadió Afganistán en Noviembre de ese
> año; en venganza de la invasión se desataron atentados en Bali (12
> de Octubre de 2002), Madrid (11 de Marzo de 2004) y Londres (7 de Julio
> de 2005) entre muchos otros. Ahora en el ajedrez del terror se eliminó
> un alfil, habrá que esperar la respuesta.
> La
> muerte de Osama bin Laden en nada contribuye a la paz. Por eso es insignificante.
> La
> violencia, pues, genera violencia y el mundo como diría Gandhi se está
> quedando ciego.

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