domingo, 1 de mayo de 2011

Rumbo a Gaza Vittorio y Juliano, dos muertes que dejan más sola a Palestina

Rumbo a Gaza Vittorio y Juliano, dos muertes que dejan más sola a Palestina....................Siria se levanta en primavera.
Rumbo a Gaza
Caravana “Sigamos siendo humanos”
Asambleas de diferentes ciudades de Italia convocan en mayo a una caravana para volver a Gaza y repudiar el asesinato del periodista y activista Vittorio Arrigon
No estaba saturado del silencio de ajenjo de una felicidad inculta
Pegada como un esparadrapo mal puesto sobre una boca que grita

Vittorio Arrigoni
Gaza, 25 de Diciembre 2008



El sentimiento colectivo de vacío e impotencia que provocó el asesinato del periodista y activista italiano Vittorio Arrigoni en diversos sectores de la comunidad internacional, derivó en la organización –por parte de asambleas en diferentes ciudades de Italia– de la caravana “Sigamos siendo humanos”, para volver a Gaza y repudiar el cobarde homicidio de Vittorio.


Durante los primeros momentos posteriores a su asesinato, muchos individuos, asociaciones y movimientos, cada quien a su manera, recordaron a Vittorio contando quién era, qué hacía y por qué decidió vivir varios años en la cárcel a cielo abierto que es la Franja de Gaza.


Ahora, las asambleas que convocan a la caravana explican las diferentes razones por las que irán a Gaza del 11 al 18 de mayo:


“Queremos ir a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con todos y todas las personas del mundo que quieran gritar alto lo que Vittorio solía decir: ‘Sigasmos siendo seres humanos!’


“Queremos que la frontera con el Egipto de la era post Mubarak se convierta en un paso que rompa el asedio que desde hace tanto tiempo sufre la población de Gaza.

Queremos estar en Gaza el 15 de mayo, día en que se cumple un mes de la muerte de Vittorio y, también, día de la Nakba, un día en el cual miles de jóvenes palestinos volverán a las calles para exigir el fin de la ocupación y pedir una nueva unidad que termine con la división interna de la autoridad palestina.


“Queremos decir que a pesar del asesinato de Vittorio, la solidaridad internacional con el pueblo palestino no se detendrá, sino que ahora la lucha contra la ocupación de Gaza y Cisjordania será más fuerte.


“Queremos dar voz y continuidad al trabajo que Vittorio, junto con los hombres y mujeres palestinos, estaba llevando a cabo. De modo particular, queremos seguir con el trabajo de información independiente que él fue capaz de llevar a cabo en una situación de constante asedio. Por esta razón, queremos llevar con nosotros todos los materiales y herramientas necesarias para abrir un centro de medios que le dedicaremos.

Dentro de poco tiempo, también la ‘Flotilla Internacional’ intentará llegar a Gaza por vía marítima. Creemos que las dos iniciativas, aun si son organizadas por separado, podrían reforzarse mutuamente para romper el asedio de Gaza.


“El sueño de Vittorio es también nuestro sueño. Queremos darle voz a Gaza, sofocada por el asedio y el silencio internacional. Llevaremos a Vittorio nuevamente a Gaza, por medio de las ideas que inspiraban sus acciones cotidianas. Sus ideas son las nuestras también”.

Para cualquier consulta o para unirse a la caravana, es posible contactar a los organizadores del caravana “Sigamos siendo humanos” por medio del correo electrónico vik2gaza@autistici.org o en el sitio web vik2gaza.org.

Vittorio y Juliano, dos muertes que dejan más sola a Palestina
El activista y periodista Vittorio Arrigoni fue asesinado en el infierno de Gaza. Juliano Mer-Khamis, actor y director israelí, también lo fue en el campo de refugiado de Jenin. Los hombres y mujeres de Gaza y de Jenin estarán más solos sin ellos.

Tiziana Perna
Traducción: Marcela Salas Cassani
Vittorio Arrigoni y Juliano Mer-Khamis
No 1
Ligas Guerrilla Radio

En esta tierra


Pueden atarme de pies y manos

Quitarme el cuaderno y los cigarrillos

Llenarme la boca de tierra

La poesía es sangre de mi vivo corazón

Sal de mi pan, luz en mis ojos

Será escrita con las uñas, la mirada y el fierro

La cantaré en la celda de mi prisión

En el baño

En el establo

Entre las cepas

En el tormento de las cadenas

Tengo dentro de mí un millón de ruiseñores

Para cantar mi canción de lucha


Mahmud Darwish


Vittorio

Roma, Italia. La noche del jueves 13 de abril llega inesperada, desde el infierno de Gaza, la noticia del secuestro operado por el grupo salafita Jamaat al Tawhid wwa al Jihad (monoteísmo y jihad) de Vittorio Arrigoni, periodista y activista italiano del Movimiento de Solidaridad Internacional. Tras el desconcierto y el ansia, de Gaza a Ramallah, de Milán a Roma, comienzan a organizarse las primeras iniciativas de movilizaciones para exigir la liberación inmediata de Vittorio. Mientras en el mundo miles de personas piensan en cómo liberarlo, Vittorio es bárbaramente asesinado.

Vittorio Arrigoni se volvió conocido en Italia en diciembre de 2008 cuando Israel lanzó la operación “Plomo Fundido” contra Gaza. En 22 días de bombardeos se contaron cerca de mil 400 palestinos asesinados, de los cuales 420 eran niños, además de mil 500 heridos y un paraje desolador de muerte y destrucción. A ningún periodista extranjero se le permitió entrar en la franja de Gaza en aquellos días. En romper el muro de silencio dentro del cual se consumaba la tragedia de Gaza, desde las columnas de Il Manifesto, histórico cotidiano italiano de izquierda, pensaba Vittorio Arrigoni, joven activista del Movimiento de Solidaridad Internacional, quien llegó por vía marítima a la prisión de Gaza en agosto de 2008 a bordo del Free Gaza Movement.

En sus crónicas cotidianas desde el infierno, Vittorio contaba sobre los bombardeos a casas, escuelas y hospitales; sobre los disparos de los francotiradores a las ambulancias; sobre los refugiados; sobre los cuerpos de los niños deshechos por las bombas de fósforo; sobre las humillaciones cotidianas y sobre los pescadores masacrados sin piedad, en la indiferencia general del mundo.

En sus crónicas lúcidas y detalladas Vittorio nunca dejaba de escribir el nombre y apellido de las víctimas, era su forma de devolver la dignidad, de dar cuerpo y rostro a aquellas historias que de otro modo habrían permanecido en el anonimato, habrían sido tan sólo números. Era su modo de permanecer humano, la exhortación con la que concluía todos sus reportajes sobre Gaza.

Vittorio vio con sus propios ojos el horror; compartió con sus hermanas y sus hermanos de la franja de Gaza el hambre y la desesperación; sostuvo en sus brazos cuerpos de niños en los hospitales; soportó las pesadillas nocturnas y el estrés de sobrevivir como tantos en aquella franja de tierra.

Cada día, desde las columnas de Il Manifesto o desde su blog, contaba las historias cotidianas de Gaza que desafiaban los proyectiles del ejército israelí para seguir cultivando perejil y fruta, historias de gente que no estaba dispuesta a dejar morir su tierra más amada. Él los acompañaba al campo con un megáfono en mano, y con éste gritaba a los soldados que estuvieran cerca que no dispararan. Su cuerpo era el resguardo de quien sabe que no cuenta con ninguna otra protección. A mano limpia, contra la guerra y la barbarie desafiaba los proyectiles Vittorio. Sin heroísmo y con el miedo que revuelve el estómago y obliga a temblar cuando se moja los pantalones junto a los pescadores de Gaza City, forzados de manera arbitraria por las motos acuáticas israelís a no ir más lejos de tres millas de la costa, cuando las convenciones internacionales establecen que pueden trabajar dentro de 20 millas.

Vittorio no hermanaba con el poder, poca simpatía mostraba hacia los políticos de Hamas y de Fatah, él permanecía cerca de la gente humilde, de los que no tenían armas, de los jóvenes de Gybo (Gaza youth breaks out), autores de un manifiesto que pide la reconciliación entre Hamas y Fatah en nombre de la lucha común contra la ocupación israelí, y que han dado vida en los últimos meses a numerosas manifestaciones en Gaza y Cisjordania. Jóvenes iguales y diversos a los tantos que en el Maghreb y en todo el Medio Oriente han dejado de tener miedo. También ellos, junto a Vittorio construyeron blogs, compusieron música, atravesaron fronteras y muros, fueron golpeados y despreciados tanto por Israel como por Hamas. Él estaba de su lado; joven entre jóvenes palestinos y voluntarios internacionales, dando vida a un nuevo modo de ser solidarios con Palestina que nada tenía que ver con los movimientos pasados, sin caretas ideológicas ni éticas. Vittorio no era jamás imparcial. Vittorio “tomaba partido” habría dicho Gramsci.

Enseguida, luego de la noticia de su asesinato, las plazas de toda Italia, así como las de Gaza se llenaron de gente. En la playa de Gaza City, el lugar donde llegó tres años antes, alistaron un pabellón en el cual se reunieron para recordarlo. Pero también para enviar un decidido mensaje a quien lo asesinó y celebra su muerte: que seremos más fuertes que quien lo mató, nosotros, que gracias a Vittorio permanecimos humanos, que continuaremos exigiendo el fin del asedio de Gaza, que trataremos de llegar por vía marítima con la Freedom Flotilla, que regresaremos a Palestina de mil maneras, y continuaremos dando testimonio.

Manos asesinas se lo llevaron, se lo arrebataron a su gente que jamás lo olvidará. Es difícil comprender hoy quién está realmente detrás de las manos que lo estrangularon, qué intereses. Su muerte conviene a tantos en Israel como en Palestina, pero son muchos más aquellos que lo amaron y continuarán haciéndolo, permaneciendo humanos.

Juliano

El 4 de abril en el campo de refugiado de Jenin, frente al Freedom Theater que fue fundado por él, fue asesinado con dos tiros en la cabeza Juliano Mer-Khamis, actor y director israelí, autor del film documental “Los niños de Arna”.

Juliano era hijo de padres comunistas, el padre palestino y la madre, Arna Mer, una actriz israelí de Nazaret. En 1989 Arna fundó en el campo de refugiados de Jenin un espacio dedicado a los niños y a los jóvenes. Activa trabajadora del teatro, arranca de las garras de la calle y el odio a niñas y niños, construyendo un lugar el cual los pequeños pudieran expresar sus emociones, poniendo en escena el sufrimiento y la rabia. Juliano, también él actor, acompañaba a su madre, filmaba sus obras, entrevistaba a los niños, y los acompañaba a las callejuelas del campo y los llevaba de vuelta a los muros en ruinas que conformaban sus casas.

Arna enfermó de cáncer y se vio obligada a abandonar el teatro, pero su enfermedad no le impidió continuar protestando contra la ocupación de su gente, contra su gente, convirtiéndose en una extranjera y una traidora para la sociedad israelí hasta el día de su muerte.

En el 2002 cuando arranca la operación israelí “Muralla de defensa” que resultó en la reocupación de Cisjordania y en el asedio de Arafat a Ramallah, el ejército entra en el campo de Jenin y comete una enésima masacre. Jenin trata de resistir el asedio por 12 interminables días, al final de los cuales no quedaron más que escombros. Y es justo al final del asedio cuando Juliano regresa a su Jenin, al tiempo que seguían los disparos. Va a buscar a los niños y a las niñas que ahora son jóvenes adultos. Reconstruye, filmándolos, las historias de quienes había conocido y amado antes. “Los niños de Arna” es un documental que habla sobre su madre y sobre aquellos niños yendo y viniendo en el tiempo. El tiempo de los juegos y el teatro de Jousef, quien se hizo explotar en el 2001; de Alá, quien murió en los días del asedio en 2002 defendiendo su Jenin; y de Ashraf, quien nueve años después aparece inmóvil entre los escombros de su casa recién destruida por un buldócer mientras se tortura las manos, las mismas que en el 2002 sostuvieron un fusil durante el asedio. También él morirá en esos días.

Y es desde allí, donde Juliano, junto con Zakaria Zubeidi, ex líder de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, reconstruye el Freedom Theater de Jenin. El teatro se convierte en poco tiempo en un nuevo punto de referencia para tantos jóvenes del campo de refugiados y para tantos artistas de todo el mundo que contribuyen a producir obras y espectáculos de alto nivel profesional. El teatro y la cultura como instrumento de resistencia no violenta a la violencia de la ocupación israelí. Era un personaje incómodo Juliano, como Vittorio. Odiado por Israel y por las fuerzas oscurantistas palestinas que sofocan la esperanza y el deseo de miles de jóvenes de vivir una vida más digna.

Los hombres y mujeres, pero sobre todo, los niños y niñas de Gaza y de Jenin estarán más solos sin Juliano y Vittorio.

Por eso es importante, hoy más que nunca, no dejarlos solos.

En esta tierra


Pueden atarme de pies y manos

Quitarme el cuaderno y los cigarrillos

Llenarme la boca de tierra

La poesía es sangre de mi vivo corazón

Sal de mi pan, luz en mis ojos

Será escrita con las uñas, la mirada y el fierro

La cantaré en la celda de mi prisión

En el baño

En el establo

Entre las cepas

En el tormento de las cadenas

Tengo dentro de mí un millón de ruiseñores

Para cantar mi canción de lucha


Mahmud Darwish

Siria se levanta en primavera
Miles de sirios han salido a las plazas de diversas localidades en una ola de protestas sin precedentes, para exigir reformas, libertad, el fin del estado de emergencia y la excarcelación de los presos políticos.

Martina Iannizzotto
Traducción: Adrián Castro Bibriesca

No 1 No 2 No 3 No 4

Siria. El aire cambió desde que llegué a Siria hace un mes, y no sólo por la entrada de la primavera. Era difícil de creer que la primavera árabe no hubiera tocado un país tan importante y significativo para la región como Siria. Hace un mes el miedo a hablar de política y a expresar un desacuerdo era total; en los alrededores de los cafés mirábamos continuamente para ver si agentes de la policía secreta, la temida mohabarat, estaban escuchando u observando.

Aún ahora el miedo está presente. Los agentes del mohabarat siguen activos, hay tensión y preocupación, pero no se puede pretender que no ocurrió nada en absoluto. Desde el 15 de marzo, en una ola de protestas sin precedentes, miles de manifestantes salieron a las plazas de las localidades de Daraa, Latakia, Homs, Hama y otros lugares del país para exigir reformas, libertad, el fin del estado de emergencia y la liberación de los presos políticos. No se vieron las multitudes como en la Plaza Tahrir, en El Cairo, pero estos eventos eran inimaginables hace unas semanas, pues desde 1963 el gobierno sirio tenía en vigor un estado de emergencia que prohibía toda disidencia y tenía a la población viviendo bajo el control de la policía secreta.

El primer episodio se registró el 18 de febrero en el mercado central (un zoco) en Damasco, cuando dos policías golpearon al hijo de un negociante, sólo un ejemplo de los encuentros con la autoridad que viven continuamente los ciudadanos en los países árabes. Pocas horas después, se reunieron un millar de personas al grito de: “el pueblo sirio no puede ser humillado”. El Ministro intervino personalmente para garantizar una investigación sobre el incidente. El video de la escena ha tenido una enorme difusión en YouTube, así como Facebook, y sucedió a principios de febrero. Una escena sin precedentes en Siria, y un indicativo de cómo la población siria está cansada de estar sometida a una burocracia autoritaria y corrupta.

De Jerusalén a Tel Aviv
¡Detengan ese tren!
Están en marcha las obras de un nuevo proyecto israelí para la construcción de un tren de alta velocidad entre Jerusalén y Tel Aviv. Quienes pagarán el precio serán, una vez más, las comunidades palestinas de los territorios ocupados.

Barbara Antonelli
Traducción: Marcela Salas Cassani
Terreno donde se construirá la sección C de las vías del tren Pueblo palestino Beit Iksa La empresa Pizzarotti fue contratada para construir un túnel en el valle de Cedars Abu Shadi, jefe del consejo de Beit Iksa, donde han sido confiscado terrenos. Puente 6 cruzando el enclave Latrun Olivos en Beit Iksa cerca de la entrada oeste de Jerusalén
No 1 No 2 No 3 No 4 No 5 No 6
Ligas Cruzando la frontera. El tren de alta velocidad de Tel Aviv a Jerusalén (PDF en inglés)
Tel Aviv, Israel. Dos o tres por hora, y sólo 28 minutos para llegar de Jerusalén a Tel Aviv, y viceversa. Se trata del proyecto de infraestructura más grande que el gobierno israelí haya realizado en los últimos diez años: la construcción de un tren de alta velocidad, también conocido como A1, que conectará dos centros urbanos.

Un proyecto pensado en 1995, que ha sido interrumpido o modificado varias ocasiones (con el consecuente retiro de varias empresas que estaban involucradas), debido a las protestas de asociaciones ambientalistas israelís que han evidenciado en todo momento los posibles daños a áreas verdes. A estos inconvenientes, se ha sumado el rechazo de los habitantes de Mevasseret Zion (un vecindario chic a las puertas de Jerusalén) que siempre han dicho “no” a las líneas de alta velocidad en su área, porque esto implicaría contaminación acústica, destrucción del paisaje natural y riesgo de que las propiedades de la zona se devalúen.

La rápida alternativa encontrada por el gobierno israelí fue modificar la ruta inicial, alargándola 55 kilómetros, con largos trazos de viaductos y túneles, en detrimento de la comunidad palestina.

De hecho, la nueva ubicación de la A1 está muy cerca de la Línea Verde (la línea del armisticio de 1949), cerca del enclave de Latrun. Y va más allá, hasta los territorios palestinos ocupados por Israel en 1967, donde viven comunidades conformadas, muchas de ellas, por refugiados de 1948 y de 1967. De este modo, Israel viola el derecho internacional en materia de derechos humanos, incluido el cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe la explotación de tierras ocupadas por parte de las potencias ocupantes.

El proyecto que ya inició y que deberá ser completado en el 2017, pone en peligro la existencia de las comunidades palestinas de Beit Surik y Beit Iksa, dos aldeas situadas al oeste de Jerusalén: ambas fueron aisladas de la vida comercial de Ciudad Santa, justo después de la construcción del Muro deseado por las autoridades israelíes, y ahora sobreviven de la agricultura, principalmente del cultivo de olivos. Ambas comunidades se vieron particularmente afectadas por la construcción del Muro, pues perdieron gran cantidad de tierras que les fueron expropiadas o confiscadas.

Los cuatro mil habitantes de Beit Surik conquistaron las páginas de los periódicos porque en mayo de 2004 ganaron una apelación contra el gobierno de Israel ante la Suprema Corte de Justicia, obligando al estado a eliminar parte de la ruta del Muro; a pesar de ello, han perdido al menos el 31 por ciento de sus tierras agrícolas, y ahora están en riesgo de perder parte de sus tierras restantes, pues, a pesar de que la construcción de la A1 ya ha comenzado, los habitantes de esta región han recibido muy poca información por parte de las autoridades israelíes, y a menudo han encontrado órdenes de confiscación de la tierra pegadas cerca del Muro desde marzo de 2010.

Beit Iksa es un pueblo que ha acogido a muchos refugiados palestinos, víctimas de la limpieza étnica israelí en Ramle- Lod en 1948. Después, con la guerra de 1967, gran parte de la población de Beit Iksa se dio nuevamente a la fuga. Hoy, el 80 por ciento de los dos mil habitantes restantes están registrados como refugiados del ’48 en la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos. Israel ha confiscado el 40 por ciento de las tierras de cultivo del pueblo para la construcción de la colonia hebrea (ilegal según el derecho internacional) de Ramot, mientras que el 60 por ciento restante permanece situado detrás del Muro. También aquí, los habitantes temen que una vez que haya sido construido el tren, la recta se volverá inaccesible para ellos por razones de “seguridad”.

En noviembre, las autoridades israelíes entregaron el Consejo del pueblo una “orden de adquisición de tierras, según la cual 50 dunam (1) de las tierras serán confiscados (20 de forma permanente, para dar paso a un camino de acceso al túnel, y 30 de modo “temporal”).

Quinientos olivos están en riesgo de ser erradicados, lo que implica la destrucción de las familias que están económicamente vulnerables, pues sufren los efectos del desempleo y su subsistencia depende de la producción de aceite de olivo.

En este sentido, el cambio de la ruta A1 refleja que las autoridades israelíes han preferido no comprometer las negociaciones con los habitantes de Israel, mediante la imposición de una realidad que afecta a las comunidades palestinas. De este modo, el proyecto refuerza el régimen de ocupación llevado a cabo por Israel, un sistema de apartheid, que discrimina al pueblo palestino, el cual ni siquiera disfrutará de los beneficios de la A1, ya que se trata de una línea que utilizarán exclusivamente los viajeros israelíes.

El proyecto prevé también la intervención de dos empresas estatales, la Deutsche Bahn y el Metrostroy Moscú, Rusia, además de la participación de muchas empresas privadas. Por ejemplo, la de una empresa con sede en Parma que opera en el sector energético construyendo y restaurando. La empresa suiza HBI Haeter y la italiana Pizzarotti SPA, que fabrican infraestructura de carreteras, y aeropuertos civiles y miliares, deberán gestionar en el proyecto de la A1 la realización de la sección C, con la consecuente construcción de un túnel.

La voz de alarma sobre las consecuencias y los daños a la población palestina fue lanzada en un informe publicado en octubre por whoprofit.org, un proyecto de investigación de la ONG feminista “Coalición de Mujeres por la Paz, que recogió los datos y la información sobre la participación de varias compañías internacionales, además de las de Israel, y ha desencadenado la movilización de la sociedad civil israelí, a la que están apoyando también diversos grupos europeos dentro de la campaña BDS (boicot, desinversión y sanciones).

En Italia, nació la Coalición Stop that Train, integrada por organizaciones, asociaciones, redes, movimientos, ONGs y ciudadanos independientes que se están está movilizando con una campaña contra la construcción del ferrocarril en los territorios palestinos ocupados. La campaña insta a la empresa Pizzarotti SPA a retirarse inmediatamente del proyecto ya que éste viola el derecho internacional, y pide también a las instituciones italianas (a los gobiernos locales) a no estipular contratos con la empresa si esta no se retira del proyecto A1.

El 16 de marzo se llevó a cabo una movilización en Parma; la compañía Piazzotti se justifica diciendo que la intervención de la empresa no contempla territorios ocupados y no tendrá ningún tipo de impacto ambiental. Incluso, en un artículo publicado después de la marcha, se defendió diciendo que “no es responsable por la decisión sobre la elección de la ruta”, pues ese es un asunto que corresponde al cliente, es decir, a Israel Railways Ltd. Sin embargo, esto no exime a la compañía de su responsabilidad. Es decir, como socio de una empresa, es responsable, y por tanto cómplice de un proyecto que, al entrar en territorios palestinos, viola el derecho internacional.

(1) El duman es una unidad de medida que fue usada en los tiempos del imperio otomano, y actualmente sigue en uso en algunos países; equivale aproximadamente a 1000 metros cuadrados.

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