viernes, 3 de junio de 2011

Olmecas – Los hijos del país de Hule (3/4): Religión y magia olmecas

Olmecas – Los hijos del país de Hule (3/4): Religión y magia olmecas
Religión y magia olmecas

Por la construcción, conservación y restauración de los centros religiosos y el número de esculturas monumentales y de pequeñas dimensiones, se piensa que el gobierno era teocrático. Los centros ceremoniales eran respetados y cuidados, en tanto que las cercanías de la sierra eran puntos ideales y, aparentemente, de ocupación temporal.

Existen ejemplos de construcción de chozas de planta rectangular en adobe (La Venta), pero el resto de las construcciones debe haber tenido muros de madera cubiertos de barro, en algunos casos, y techos de palma y otro material perecedero, iguales a los que se siguen construyendo en la actualidad.

Es posible que, a ojos del profano, la religión de los olmecas nos parezca incomprensible y compleja, sin embargo se puede resumir en el culto a los dioses-jaguares, representantes de un ancestral culto totémico a los espíritus de la naturaleza, encarnados en este animal sagrado para todas las culturas mesoamericanas. Pero esto no implica que no encontremos en sus altares y esculturas religiosas figuras de extrañas criaturas y monstruos aberrantes cuyo significado todavía no ha sido explicado.

Esas representaciones de extraños seres y motivos religiosos no se limitan a los centros ceremoniales, sino que aparecen reflejados en todo el arte olmeca, así como en objetos y elementos rituales, como las hachas para sacrificios.

Para los arqueólogos resulta paradójico el realismo de las esculturas olmecas que, supuestamente, representaban a los monarcas teocráticos mas relevantes. Sin embargo, el realismo y detalle de esas gigantescas cabezas nos plantea dos interrogantes: ¿por qué los rostros olmecas tienen esas sospechosas características negroides (nariz achatada, labios grueso, etc.), si los primeros esclavos negros no llegaron al continente americano hasta el siglo XVI? (Aunque debemos reconocer que existen representaciones también de rostros de nariz aguileña, labios mas finos y, a veces, barbados). Y lo que es más inquietante: ¿si los olmecas representaban con tanto detalle lo que veían, a quién querían representar con las espeluznantes esculturas de monstruos y extrañas criaturas que nos encontramos en nuestro viaje?

Como en todas las culturas primitivas, el mago, brujo o chamán tenían un importantísimo papel en la sociedad olmeca. Ataviados lujosamente, con pelucas, máscaras, camisas de piel, fajas y cinturones, los hechiceros eran quienes dirigían en realidad toda aldea o poblado olmeca. Todavía hoy, en nuestros viajes por diferentes países centroamericanos, hemos podido constatar que esa importancia social de los chamanes, herederos de la tradición olmeca, continua.

Entre sus ritos mas crueles destaca el sacrificio de niños, a los que les eran amputados las manos o brazos, o sencillamente decapitados, para enterrar esos miembros mutilados junto con algún hombre importante a quien los brujos quisiesen favorecer en sus viaje al más allá.

Los cadáveres eran enterrados envueltos en telas de algodón o petates atados con cuerdas, aunque también existían enterramientos secundarios, o sea, que el muerto era enterrado en compañía de perros, para que realizasen su viaje al más allá acompañados de su fiel amigo. Además, el difunto era enterrado, como otras culturas, rodeado de objetos personales y ofrendas.

Mundo Misterioso

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