jueves, 30 de junio de 2011

Se inicia batalla palestina para entrar en la ONU

Se inicia batalla palestina para entrar en la ONU
Los palestinos quieren conseguir de aquí a septiembre el apoyo de al menos 128 países para lograr el estatus de Estado independiente. Mientras tanto, Israel también moviliza su maquinaria para evitarlo

Autoridad nacional palestina, Mahmud Abas | AP

Durante los dos próximos meses, una gran cantidad de capital diplomático será empleado en intentar conseguir el reconocimiento internacional que permita la creación de un Estado palestino. Lo más probable, sin embargo, es que se fracase en el intento.



La Autoridad Palestina, que gobierna ciertas zonas de Cisjordania, anunció formalmente este lunes su intención de solicitar la membresía plena de las Naciones Unidas, argumentando que ya no puede esperar a que un proceso de paz paralizado otorgue la independencia a los territorios palestinos ocupados por Israel.



El principal escollo que podrían tener los palestinos es un posible veto de EE.UU. en el Consejo de Seguridad, que es el que debe someter el reconocimiento de independencia a la Asamblea General, donde debe obtener dos tercios de los votos (128).



La estrategia palestina es presionar para obtener el apoyo de una mayoría que sea lo más amplia posible, con el fin de disuadir a Washington. Hasta ahora, 112 naciones han reconocido al Estado palestino. Según Riyad Mansour, observador palestino en la ONU, el número de aprobaciones ya se acerca a 120.



Los palestinos esperan un fuerte respaldo -posiblemente unánime- de África, Asia, América Latina y los países árabes.



En el pasado, los aliados de EE.UU. -como Egipto- advirtieron a los palestinos de que no se convirtieran en enemigos de los estadounidenses. Sin embargo, las revueltas en el mundo árabe a favor de la democracia han ayudado a acabar con esa moderación.



"Fallidas conversaciones de paz"

Existe una sensación generalizada en la región, y más allá, de que la intransigencia del gobierno de Israel es la responsable de que las conversaciones de paz hayan fracasado, así como una decepción de que el presidente Barack Obama no haya podido persuadir al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.



Este sentimiento lo reflejó con más dureza el ex jefe de la inteligencia saudita y embajador en EE.UU., Turki al-Faisal, quien advirtió que el hecho de que Washington ejerza su derecho al veto podría tener "consecuencias desastrosas" en las relaciones Estados Unidos-Arabia Saudita.



Con el apoyo de los Estados miembros, la Autoridad Nacional Palestina ha prometido realizar manifestaciones masivas en las calles.



"Nuestra estrategia consiste en sobrepasar la mayoría de dos tercios, para luego golpear con fuerza a la puerta del Consejo de Seguridad y ver si alguien aún se opone", dice Mansour.



"Si cientos de miles de palestinos están en las calles durante semanas antes del día D en septiembre y cuentan con el apoyo de millones de árabes en las en distintas capitales de la región... ¿Cuál sería el argumento del presidente Barack Obama para tratar de ignorar este deseo?".



Cable filtrado

Los israelíes también están movilizando su maquinaria de presión.



En un cable diplomático que se filtró a la prensa israelí, se les ordena a los embajadores acercarse a políticos de alto nivel en los países donde estén cumpliendo servicio y conseguir el apoyo de los medios de comunicación y la comunidad judía local.



Su argumento es que la petición del Estado palestino para convertirse en un miembro de la ONU provocará que el Estado de Israel pierda credibilidad. Al llevarla a cabo, dicen, los palestinos están tratando de conseguir sus objetivos de manera unilateral, en lugar de hacerlo a través de negociaciones.



Israel sabe que es probable que los palestinos obtengan una mayoría de dos tercios en la Asamblea General, pero considera que la votación tendrá menos validez si no incluye a los principales Estados europeos.



"Nuestro objetivo es impedir el reconocimiento de un Estado palestino en septiembre mediante la creación de un bloque de países de la Unión Europea que expresen su oposición a la acción unilateral palestina lo más pronto posible", escribió el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rafael Barak, en un comunicado citado por el periódico israelí Haaretz.



Europeos divididos

No habrá una posición europea unificada. Se espera que países como Alemania, Italia y Holanda voten en contra o que incluso se abstengan.



Pero otros, como Francia y Reino Unido, han advertido que de no haber una verdadera disposición para un proceso de paz en septiembre, podrían apoyar a la candidatura palestina.



A diferencia de los estadounidenses, los europeos consideran que la ONU es un lugar legítimo para que se lleve a cabo un proceso de paz en el Medio Oriente. Washington respalda la posición de Israel de que las negociaciones bilaterales son más adecuadas y ha prometido a su aliado mantener el asunto fuera del Consejo de Seguridad.



Los Estados europeos también creen que el único modo de resolver el conflicto es mediante negociaciones. Pero al igual que los palestinos, no consideran que pueda llevarse a cabo mediante un proceso de final abierto, sin un plazo establecido. Por ello, Reino Unido y Francia -en particular- han centrado sus esfuerzos diplomáticos en impulsar un marco para las conversaciones.



Estos dos países y Alemania han propuesto cuatro parámetros que cualquier negociación deberá cumplir: que se respeten las fronteras de 1967 con los ajustes mutuamente acordados; medidas que echen por tierra cualquier signo de ocupación de ambos bandos y prevengan el terrorismo, una capital compartida en Jerusalén y un solución justa al tema de los refugiados.



Temor a la violencia

Hasta ahora, Obama las ha cumplido hasta la mitad, al apoyar la necesidad de seguridad de Israel y declarar en un discurso reciente que un futuro Estado palestino debería basarse en la fronteras de 1967.



Los palestinos han aceptado sus condiciones, como una manera de volver a negociar, mientras que los israelíes han dicho oficialmente que las condiciones no están dadas para que se reanuden las conversaciones, además de rechazar de plano la idea de un retorno a 1967.



Además de realizar intensos esfuerzos para que se reanuden las negociaciones, los diplomáticos aseguran que los europeos están explorando opciones para que se lleve a cabo la aprobación internacional de los parámetros (quizá por el Consejo de Seguridad).



Ellos tenían la esperanza de que la aprobación de estos parámetros fuese suficiente para convencer al presidente palestino Mahmoud Abbas de que suspendiera su campaña para convertirse en miembro de la ONU.



Si el intento palestino de lograr el reconocimiento es vetado, no se sabe qué acciones llevarán a cabo los palestinos en la Asamblea General. Lo cierto es que la asamblea no puede otorgar una membresía de la ONU sin el respaldo del Consejo de Seguridad.



Al igual que los estadounidenses, los europeos no quieren que llegar tan lejos. Temen que el veto de la petición palestina cause un inmenso daño político a los estadounidenses en la región y en los países europeos -como el Reino Unido y Francia- aliados con ellos.



También le temen a la violencia. Si EE.UU. veta la propuesta de miembros palestinos sin ofrecer una alternativa, muchos creen que la Autoridad Palestina podría perder el control de cualquier protesta palestina masiva. Algunos hablan incluso de una tercera "intifada" que podría fusionarse con las protestas de la primavera árabe.

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