jueves, 14 de julio de 2011

bendito mes de ramadan

Razones porque ayuna un musulmán

Cada año el mes de Ramadán llega y se va, cada año ayunamos, aún sin la propia apreciación del potencial que sostiene el ayuno para nosotros en cuanto a la construcción del carácter. Nos encontramos de espaldas espiritualmente después del ayuno tal como cuando había comenzado mes De hecho nuestra falta de conocimiento del real objetivo del ayuno frecuentemente tiende a producir un efecto adverso en nosotros, por lo que, como es bien sabido, la mejor de las medicinas puede tener efectos nocivos si no es tomada en concordancia con las directivas e instrucciones de un facultativo.
Así el ayuno tiende a hacer de muchos de nosotros coléricos e irritables (esperando, como hacemos, tratamiento VIP de otros, especialmente nuestros subordinados y miembros de nuestras familias a causa de nuestro ayuno) mientras que el ayuno de hecho significa prepararnos exhibiendo los delicados caminos del carácter humano como lo ilustraron nuestros Imanes El Imam Zainul Abidin (La Paz sea con él) registraría los errores de sus sirvientes durante el mes de Ramadán, sin decirles nada en el momento.
Cuando el mes se acercaba a su final, él congregaba a los sirvientes ante él y les informaba sobre sus errores, para darlos al mismo tiempo y suplicarle al Señor que les perdone, del mismo modo que él los hubiera perdonado. El Sagrado Imam, Ma’asum como era, solo buscó con esta demostración práctica llamar la atención de sus seguidores en el hecho de que ellos serán responsables ante Dios por sus acciones y deberán desear Su perdón, y tendrían que perdonar a sus subordinados igualmente. Esta lección práctica enseñada por el Imám debe ser rigurosamente perseguida durante el mes de Ramadán por los seguidores del Imán.
Como en este caso, y en otras esferas de la vida, nuestra actitud al ayunar debe ciertamente cambiar de manera radical. Debemos darle la bienvenida al ayuno como un medio práctico para reformarnos en vez de considerarlo apenas como una inevitable sumisión religiosa, ansiosamente esperada para liberarnos al fin del mes y reanudar nuestras antiguas modalidades otra vez. Por supuesto a parte de ser un medio de obtener el agrado de Dios, por lo cual todos los actos de devoción básicamente dan por entendido, el ayuno puede ser usado como el punto de apoyo para construir los diversos rasgos del carácter en conformidad con las prohibiciones judiciales evidentes del mismísimo Corán que dicen que el ayuno ha sido prescripto con miras a desarrollar la piedad en el hombre.
En el apuro y alboroto de la vida diaria, el hombre frecuentemente se encuentra mal equipado para la batalla a través de los obstáculos de la vida si el no se provee con la actitud propia para enfrentar los diferentes problemas. Mientras que nos encontramos frustrados o miramos hacia diferentes direcciones en tales dificultades, desafortunadamente hemos pasado por alto la fuerza que provee cada año la construcción del carácter en nosotros.


Ramadán es un mes de ayuno y plegarias para los musulmanes. El ayuno consiste en la abstinencia total de comida y bebida de la madrugada hasta el crepúsculo.
Allí esta de todas maneras, el gran significado que el ayuno no es una mera abstinencia de comer y beber. El real objetivo del ayuno es inculcarle al hombre el espíritu de la abstinencia de los pecados, y el cultivo de la virtud. Así el Corán declara que el ayuno ha sido prescripto con la visión de revelar la piedad en el hombre. ¿Cómo son cultivadas las muchas facetas de la devoción a través del ayuno? Este artículo trata de catalogar lo más concientemente posible los variados beneficios que el ayuno confiere a los Musulmanes.
La consideración más importante al proyectar el ayuno, como en todo acto de devoción, es buscar la cercanía con Dios, y buscar Su agrado y Su perdón. Esto genera el espíritu de piedad en el hombre
Crear las condiciones de hambre y sed para nosotros, en simple obediencia al Orden Divino, mide la Fe del hombre en Dios y ayuda a enderezarlo poniéndole una prueba severa. Ayunar realza a través de la creación de la disponibilidad no artificial, el valor de las generosidades de Dios las cuales el hombre a menudo da por concedidas. Esto inculca en el hombre el espíritu de gratitud y devoción consecuente hacia Dios. Nada más puede traer a la casa de un hombre el valor de generosidades de Dios que un vaso de agua y una comida completa después del ayuno de un día de duración
Así aviva en el hombre el espíritu de sacrificio conduciéndolo a cambiar hacia sus padecientes hermanos. El ayuno le brinda al hombre un entrenamiento sin fallas en cuanto a la resistencia, y al espíritu de aceptación. Esto lo prepara para levantarse ante situaciones inalterables de la vida con el mismo espíritu de resignación cultivado durante el ayuno. El ayuno cultiva el coraje, la fortaleza, y el espíritu de lucha en el hombre para superar las pesadas dificultades de la vida con una mente tranquila y calmada.
Afila su poder de concentración para superar obstáculos a través de vigorosos ejercicios basados en este mes, la conducción para acerar lo que él impulsará y resolverá, que le podrá ayudar a desafiar situaciones en la vida.
Esta visto que muchos hábitos indeseables que son dificultosos de abandonar, son más fáciles de abandonar durante los días de ayuno. El ayuno le enseña al hombre la confianza en Dios, y la esperanza en Él. Justo como el vigoroso estado de ayuno de todo un mes es emprendido bajo Su asistencia, situaciones amargas de la vida también son superadas con Su ayuda. El ayuno desarrolla el espíritu de paciencia en el hombre, con la realización de los días de ayuno, que aparentan ser interminables, y llegar a un exitoso final feliz. Así es la vida.




Todas las situaciones amargas pasan, y llegan al final. El ayuno significa conquistar el hambre y desarrollar el control en el hombre. El esfuerzo vigoroso requerido aguantando el hambre y la sed puede ser extendido para conquistar otras dolencias del carácter humano que conducen al error y al pecado. El ayuno inculca el espíritu de tolerancia en el hombre para enfrentar condiciones y situaciones desagradables sin hacer de sus semejantes las víctimas de su ira.
Muchas personas, cuando enfrentan incomodidades y privaciones, se transforman en irritables y disgustados. Esta ira es luego vertida en aquellos que los rodean.
El ayuno ayuda al hombre a volverse más tolerante a pesar de su disconformidad. El ayuno sazona al hombre y realza su carácter, dándole un topetazo a los instintos humanos del orgullo, la arrogancia, los celos y la ambición. El ayuno suaviza el carácter, limpia los corazones y las mentes de las emociones negativas. El ayuno expone las debilidades del hombre al estar privado de dos gracias de Dios: comida y bebida. Esto infunde el espíritu de debilidad y sumisión, generando humildad y súplica en vez de otras formas arrogantes.
El ayuno sopla el espíritu de perdón en el hombre hacia otros, como busca el perdón de Dios a través del ayuno y la oración.
El ayuno da lecciones de puntualidad. El hombre debe adherirse a un estricto horario de tiempo en observación del ayuno. El ayuno puede afectar la economía del individuo ya que gasta menos en comida y bebidas. El ayuno demanda un sentido rígido de la disciplina mental, espiritual y física. Esto forma características que son el ingrediente esencial para tener éxito en la vida.
El ayuno crea el espíritu de reforma en el hombre, infundiéndole un espíritu de entusiasmo y de energía para cambiar y transformarse en un mejor ser humano a los ojos de Dios. Esta es una excelente oportunidad, dada a los creyentes cada año, para cambiarse a sí mismos y consecuentemente a sus destinos.
Por el lado físico, el ayuno limpia el sistema humano de las impurezas por comer ininterrumpidamente durante todo el año.
Prepara el cuerpo para enfrentar enfermedades y condiciones de escasez. La rígida abstinencia del ayuno regula la salud del hombre, afina su intelecto y realza las cualidades de su corazón. Así el ayuno es una gracia en sí mismo, envolviendo dentro de sí muchas generosidades. Inspira el espíritu de reforma en el hombre, creando un vasto despertar en él para completar los deberes entre Dios y el hombre, y hacia él mismo.
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El Bendito Mes de Ramadán
Posted on/at 16:28 by Sur

En el Nombre de Dios el Clemente el Misericordioso
¨ ¡Oh, los que creéis! Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado a quienes os precedieron. Quizás así seáis temerosos de Dios.¨ (Corán Sura 2:185)


Dios nos ha abierto una vez más las puertas de Su misericordia bendita al permitirnos vivir nuevamente este bendito mes de Ramadán, en el cual damos nuestra más sincera felicitación a todos los hermanos y hermanas de las diferentes comunidades islámicas de América Latina, la cual con vuestra presencia santifican y bendicen la tierra de vuestras naciones, con vuestras súplicas y oraciones, cubren con la clemencia y amor de Dios vuestra patria y nuevamente desde hoy comparten con sus semejantes, el dulce aroma del paraíso el cual ha sido abierto para el disfrute de sus mercedes, la bendita recolección de sus frutos y la cura de la sed del alma, con el agua fresca de sus fuentes las cuales son el lavabo de nuestros corazones y nuestros ojos, los que han llorado por el amor del Amado, los cuales esperan con ansias la libertad y el calor del beso del Eterno, al cual rogamos Su Misericordia al momento de pesar nuestras acciones y la sentencia del destino que será escrito para el siguiente año.




El Mes de Ramadán es el Mes de Dios, Señor de los Mundos y es el más Noble de los meses, en el cual se abren las puertas del Cielo, las de los Paraísos y las de la Misericordia y en el que se cierran las puertas del Infierno.
En este Mes hay una noche en la cual la adoración a Dios es mejor que adorarle en mil meses. Entonces pues, pon atención a tu alma en él y observa cómo pasas en él tu noche y día y cómo preservas tus órganos y miembros de la desobediencia a tu Señor. ¡Pobre de aquel! Que sea en su noche de entre los durmientes y en su día de entre los negligentes del recuerdo de tu Señor, puesto que (encontramos) en el Hadîz, que Dios Majestuoso e Imponente libera al final de cada uno de los días del Mes de Ramadán, al momento del Iftâr (rompimiento del ayuno) a miles y miles de personas del Fuego y durante la noche o el día del Viernes, Dios libera del Fuego, a cada hora, miles y miles de personas a quienes les correspondía el castigo y libera en la última noche y día del Mes, en la medida de los que liberó en todo el Mes. Así pues, ¡pobre de ti, oh querido! que finalice el Mes de Ramadán y permanezca aun en ti algún pecado.
Y ¡pobre de ti! que te vuelvas de entre los pecadores que son privados del pedido de perdón y la súplica.


روزه عام ازشراب و نان بود روزه خاص از همه عصیان بود
روزه های او بود از غیر دوست هر چه می خواهد همه از هر اوست
El ayuno de la persona común consiste en abstenerse de comer y beber,
Pero el ayuno de los distinguidos, es abstenerse de todo acto de desobediencia,
Es abstenerse de todo lo que no sea el Amado
Y que todo lo que quiera sea por el Amado.


Con respecto a este tema, tenemos muchas narraciones y concejos por parte del Profeta Muhammad (BPD) y su familia purificada el Ahlul Baith (P), los cuales mencionaremos algunos a continuación:
Se narra del Imam Alí (P) lo siguiente: “Cierto día el Enviado de Dios (BPD)disertó para nosotros diciendo:
“¡Oh gente! Por cierto que ha venido hacia vosotros el Mes de Dios con bendiciones, misericordia y perdón. Éste es un Mes que ante Dios es el mejor de los meses, sus días los mejores días, y sus horas las mejores de las horas. Es un Mes en el que fuisteis convocados a la invitación de Dios y en él os habéis vuelto de entre la gente que ha sido objeto de la Generosidad de Dios. Vuestra respiración en él es glorificación; vuestro sueño en él es adoración; vuestras acciones en él son aceptadas y vuestras súplicas en él, respondidas. Así pues, requerid de vuestro Señor, con correctas intenciones y con corazones puros (de pecados), que os otorgue en él el éxito de ayunar y de recitar Su Libro (el Corán).
¡Desgraciado es aquel que se ve privado del perdón de Dios en este Mes Majestuoso!
Recordad, por medio de vuestra hambre y sed en este Mes, la sed y hambre del Día de la Resurrección. Dad limosna a vuestros pobres e indigentes; respetad a vuestros mayores y tened misericordia de vuestros niños; fortaleced los lazos con vuestros parientes; retened vuestras lenguas (de aquello que no se debe decir), cerrad los ojos ante aquello que no es lícito para vosotros mirar y alejad vuestros oídos de aquello que no es lícito para vosotros escuchar; y sed benevolentes con los huérfanos de la gente para que sean benevolentes con vuestros huérfanos (una vez que hayáis partido).
Volveos a Él arrepentidos de vuestros pecados, y elevad hacia Él vuestras manos en súplica en los momentos de vuestras oraciones, puesto que los mismos conforman las mejores horas, en las que Dios, Majestuoso e Imponente, dirige Su mirada con misericordia a Sus siervos, les responde cada vez que le imploran reservadamente, comparece ante ellos cada vez que le invocan, y les responde afirmativamente cada vez que le suplican.
¡Oh gente! Ciertamente que vuestras almas dependen de vuestras acciones, así pues, mantenedlas indemnes requiriendo el perdón de Dios. Vuestras espaldas se encuentran cargadas de vuestros pecados, entonces, aligeradles la carga por medio de prolongar vuestras prosternaciones. Y sabed que Dios, Glorificada sea Su mención, ha jurado por Su Grandeza que no castigará a los orantes y a los que se prosternen en este Mes, y que no los atemorizará con el Fuego el Día que comparezca la gente ante el Señor del Universo.
¡Oh gente! Quien de vosotros dé de desayunar a un ayunante creyente en este Mes, por ello tendrá ante Dios la recompensa de liberar a un esclavo y el perdón de los pecados que haya cometido”.
¡Oh gente! Todo aquel que mejore su carácter en este Mes, tendrá la venia sobre el Sirât (el Puente hacia el Paraíso) el Día en que los pies tropiecen. Quien en este Mes aligere las tareas de su siervo o sierva, Dios le aligerará en el Día de la Resurrección su cómputo y quien contenga su mal, Dios Altísimo contendrá de él Su Ira el Día de Su encuentro.
Quien honre en este Mes a un huérfano, Dios le honrará el Día de Su encuentro. Quien en este Mes fortalezca los vínculos con los parientes, Dios fortalecerá Sus vínculos con él, con misericordia, el Día de Su encuentro; y todo aquel que en este Mes corte sus vínculos de parentesco, Dios cortará Su Misericordia de él el Día de la Resurrección. Todo aquel que realice un rezo meritorio en este Mes, Dios escribirá para él la exención del Fuego, y todo aquel que realice un rezo obligatorio en este Mes, Dios le otorgará la recompensa de 70 oraciones obligatorias realizadas en otros meses. Todo aquel que en este mes me dirija muchas bendiciones (salawât), Dios hará que pese la balanza de sus (buenas) acciones el Día en que se encontrarán livianas las balanzas de las acciones. Y aquel que recite una sola aleya del Corán en este Mes, tendrá la recompensa de alguien que haya leído todo el Corán en otros meses.
¡Oh gente! Por cierto que durante este mes las puertas del Paraíso están abiertas, requerid pues a vuestro Señor que no las cierre ante vosotros. Y en este Mes las puertas del Infierno se encuentran cerradas, entonces, requerid a vuestro Señor que no las abra ante vosotros y los satanaces en este Mes se encuentran encadenados, entonces pues, rogad a Dios que no los haga dominar sobre vosotros.”
Por otro lado tenemos otras narraciones del Ahlul Baith que mencionan la importancia y acciones durante este bendito mes.
Del Imam As-Sâdiq (P) al decir: “Cuando estés ayunando, entonces que ayunen tus oídos, tu vista, tu cabello, tu piel y todos tus miembros, o sea, (que ayunen o se abstengan) de las cosas prohibidas, e incluso también de las cosas desaconsejables (o makrûh)”. Y dijo (P): “Que tu día de ayuno no sea igual que el día en que no ayunas”. Y dijo (P):
“Ciertamente que el ayuno no es (abstenerse) solamente de la comida y la bebida, entonces pues, cuando ayunéis, proteged vuestras lenguas de la mentira, y bajad vuestras miradas ante aquello que Al·lah prohibió. No disputéis entre vosotros, no os envidiéis, no hagáis maledicencia unos de otros, no riñáis, no juréis (en falso, ni tampoco verdaderamente), no os agraviéis, no os insultéis, no os oprimáis, no os injuriéis, no os fastidiéis entre vosotros, y no seáis negligentes del recuerdo de Dios, ni de la Oración.
Imponeos el silencio, la paciencia y la veracidad, y apartaos de la gente del mal. Absteneos de las palabras falsas y de la mentira, de calumniar, de ser hostiles, de suponer mal, de la maledicencia y de la calumnia. Y consideraos prontos a partir hacia la Otra Vida, de entre los que esperan (para vuestros días) la manifestación del Qâ’im (P) de la familia de Muhammad, y de entre los que esperan lo que Dios os ha prometido, hallándoos aprovisionados para encontrar a Dios.
Y debéis comportaros con la calma, solemnidad, humildad, sumisión y mansedumbre de los siervos temerosos de su amo, mientras os encontráis temerosos (del castigo de Dios) y esperanzados (de Su misericordia).
¡Oh tú, ayunante! Que tu corazón se haya purificado de los defectos, que tu pensamiento se haya depurado de lo pérfido y que tu cuerpo se haya limpiado de las suciedades. Que tú te hayas desentendido por Dios de otro que Él; que Le hayas tornado sincero tu reconocimiento de la potestad divina (wilâiah); que hayas sofocado aquello que Dios te prohibió, tanto en privado como públicamente, y que hayas temido a Dios como debe ser temido tanto en tu privacidad como al encontrarte en público. Que hayas otorgado tu alma a Dios en los días de tu ayuno; que hayas vaciado tu corazón para dejarlo en exclusiva para Él, y para Él hayas erigido tu alma en aquello que te ordenó y hacia lo cual te exhortó.
Si es que hiciste todo eso, entonces habrás ayunado para Dios en la real concepción del ayuno, llevando a cabo por Él lo que te ordenó; y todo aquello que te falte de lo que te expliqué, entonces en esa misma medida habrá disminuido (la valía) de tu ayuno.
Ciertamente que mi padre (la paz sea con él) dijo: “El Mensajero de Dios (BPD) escuchó a una mujer insultar a su esclava, en tanto que estaba ayunando. Entonces el Enviado de Dios (BPD) pidió comida y le dijo (a la mujer): “¡Come!”. A lo que ella dijo: “¡Yo estoy ayunando, oh Mensajero de Dios (BPD)!”. Entonces dijo (BPD): “¿Cómo es que estás ayunando siendo que has insultado a tu esclava? Por cierto que el ayuno no es (abstenerse) de la comida y la bebida, sino que Dios dispuso ello como un velo para otros asuntos fuera de esas dos cosas, de entre las inmoralidades de la acción y la palabra. ¡Qué pocos ayunantes y qué tanta es el hambre!”.
Y dijo Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): “¡Cuánto ayunante hay que no obtiene de su ayuno más que sed (y hambre), y cuántos que se erigen (en oración) y que no obtienen de ello excepto cansancio. ¡Bien por el sueño de los listos! (que es mejor que la vigilia y adoración de los necios) y por el desayuno de los mismos! (que es mejor que el ayuno de los necios)”.
Acciones meritorias.
Debes saber que la mejor de las acciones en las noches y días del mes de Ramadán es la recitación del Sagrado Corán, por lo que es adecuado recitarlo lo más posible en este Mes, que es el mes en que fue descendido el Corán.
Es narrado en los hadices que cada cosa tiene su primavera y que la primavera del Corán es el Mes de Ramadán, el cual fue revelado en la ¨Noche del Decreto¨.
Es meritorio en este Mes completar la lectura del Corán aunque sea una vez.
Otras acciones meritorias.
1. Tener la intención de ayunar, tomar conciencia, adquirir conocimiento y saber el significado del Sagrado Mes del Ramadán.
2. No proferir malas palabras o insultos.
3. Al-Iftâr (es decir, desayunar), y es preferible retrasar el Iftâr hasta después de la oración del ‘ishâ’, a menos que lo haya invadido la debilidad o hubiera gente esperándolo (para comer).
4. Romper el ayuno con algo halâl o lícito, cuya procedencia esté libre de dudas, especialmente con dátil para que incremente así la recompensa de su salât cuatrocientas veces. Y es bueno realizar también el iftâr ya sea con dátil maduro y seco (tamr), o dátiles maduros frescos (rutab), o algo dulce, y con agua caliente.
5. Dar limosna (sadaqah) en el momento del Iftâr, y que dé de desayunar a los ayunantes, aunque sea con una cantidad de dátiles o con un sorbo de agua. Y se transmitió del Profeta (BPD): “Por cierto que quien dé de desayunar a un ayunante, obtendrá la misma recompensa del ayunante, sin que (por ello) merme nada de su recompensa, y obtendrá la misma recompensa de lo que haya hecho de bien, por la fuerza de dicha comida”.
6. Comer a la madrugada, antes del alba, preferiblemente algo dulce y realizar las súplicas correspondientes acompañadas con la lectura del Sagrado Corán.
7. Recitar la Sûra Al-Qadr (nº 97) en el momento del Iftâr.
8. Fue transmitido el hecho de recitar cada noche la Sura Al-Qadr mil veces.
9. Recitar la Sûra Hâ mîm Ad-Dujjân (Nº 44), cada noche cien veces si es que le resulta posible.
10. Recitar mucho el Generoso Corán y al hacerlo dedicárselo al espíritu de uno de los catorce Infalibles, así su recompensa se duplicará.
11. Decir siempre el “Salawât” (las bendiciones al Profeta), astagfirul·lah (“Pido perdón a Dios”) y la ilaha il·la allah (“No hay divinidad más que Dios”).
12. Recitar luego de cada oración las diferentes suplicas las cuales pueden encontrar junto con más acciones meritorias y obligatorias para realizarse durante el mes bendito de Ramadán.


¡Por el cielo y Quien lo ha edificado! ¡Por latierra y Quien la ha extendido! ¡Por el alma y Quien le ha dado forma armoniosa, instruyéndola sobre su propensión al pecado y su temor de Dios! ¡Bienaventurado quien la purifique!¡Decepcionado empero, quien la corrompa!


(Corán 91:5-10)


Dios le bendiga a ustedes y sus familias grandemente durante este y los siguientes meses, con lo mejor de ésta y la otra vida, siendo estos nuestros más sinceros deseos, esperamos pasen un muy feliz Ramadán lleno de la Misericordia de Dios, Exaltado Sea.


Fundación Cultural Oriente.
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La Recompensa para quien invita a comer durante el bendito mes de Ramadán
Posted on/at 16:22 by Sur

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IMAM HASSAN (LA PAZ SEA CON ÉL) QUERIDO NIETO DEL PROFETA DEL ISLAM
Posted on/at 00:03 by Sur

El mes de Ramadán se impregna con la fragancia perfumada de la familia del profeta.


Los ángeles fueron a mediados de este bendito mes, los mensajeros de la luz resplandeciente y del nacimiento del primer hijo de Ali (la paz sea con él) con la querida hija del profeta. Hassan (que Dios lo tenga en su gloria), hijo de Ali, nació en Medina, el 15 de Ramadán, del año tercero de la hégira lunar.


En este rememorable nacimiento, los países islámicos realizan festejos y ceremonias de rompimiento de ayuno, donde los alegres ayunantes esperan la generosidad de aquel Hazrat (Santo).


Felicitamos a todos los musulmanes, por el nacimiento bondadoso del querido nieto del Profeta del Islam.


Hassan, siempre estuvo al lado de su abuelo. Unas veces se le veía en sus rodillas y otras sobre los hombros de su amado abuelo. Cuando las aleyas
de la Revelación fueron inspiradas, éstas siempre se escuchaban en los labios del Profeta Muhammad y otras en los de su madre, la Hazrat Zahra (saludos sean para ella).


Cuando su Padre llego a casa, sintió que la atmósfera de la casa había cambiado. Entonces escucho nuevos puntos de las aleyas del Corán. Sorprendido pregunta a Fátima ¿De dónde las narras? Decía, de nuestro hijo Hassan, que las ha escuchado de su Abuelo, el Profeta y Mensajero de Dios.


El Imam Hassan no gozó mucho de la presencia de su adorable Abuelo, ya que el Profeta del Islam, Hazrat Muhammad (PBED) falleció cuando tenía sólo siete años de edad.


Después de su partida celestial, fue educado durante 30 años por la escuela de su padre. Posteriormente del martirio de Ali (P), asume durante 10 años el imamato de los musulmanes.


En realidad las ventajas especiales del Imam Hassan (P), más allá de su tremenda personalidad, era uno de los nietos del Profeta del Islam y muy parecido a su Abuelo. Los investigadores musulmanes coinciden sobre un asunto, es decir, en que Hassan era considerado a nivel de hijo de Profeta.


Los sabios musulmanes, incluso Yalal edin Sivati, consideraron la aleya 61 de la sura "la familia de Imran", una de las más claras, respecto a su postura de hijo del Enviado y de su descendencia. En esta aleya, que es famosa como la aleya "Mobaheleh", dirigida al Profeta se lee: "Si alguien disputa contigo a este propósito, después de haber sabido tú lo que has sabido, di, ¡venid!, vamos a llamar a nuestros hijos varones y a vuestros hijos varones; a nuestras mujeres y a vuestras mujeres; a nosotros mismos y a vosotros mismos. Execrémonos mutuamente e imprequemos la maldición de Alá sobre quienes mientan.


Los sabios islámicos coinciden sobre este punto histórico, que los imames Hassan y Hussain (la paz sea con ellos), fueron presentados el día de Mobaheleh como hijos del Profeta y también de Ali y Fátima. Así podemos entender que estos queridos guías, no poseían menos grado que el ser hijos del Profeta.


Por otro lado, las palabras del Enviado de Dios, también son claros testimonios. Consideró al Imam Hassan y Hussain como sus propios hijos y les respetaba. El decía: "Hassan y Hussain son mis hijos, si alguien los quiere, también me quieren a mi".


Un forastero llegó y visitó al Imam Hassan y dijo: "Oh hijo de Ali, por el amor de Dios que te ha brindado muchas bendiciones, ayúdame, que tengo un
enemigo violento que no respeta a los ancianos, ni tiene lástima de los niños". El Hazrat le preguntó: ¿quién es tu enemigo?. Dijo, mi enemigo es la anarquía y la pobreza. El Hazrat pensó unos momentos y luego dijo a su sirviente, tráeme todas mis pertenencias de valor, además cinco mil dinares y se los entrego al hombre.


El Imam Hassan a lo largo de su vida brindó sosiego a las almas dolorosas y fue refugio para los más necesitados, y un punto de esperanza para los desamparados. Antes que cualquier necesitado pedía su ayuda, iba y lo socorría. No permitía que ninguno se avergonzara de sus problemas. El Imam decía, "perdonar antes de suplicar, es una de las más grandes virtudes de la generosidad".


El Imam Hassan tenía una personalidad grande y paciente; grandiosa y sólida, siendo considerado uno de los hombres más valientes de su época. El gran tesoro de su ciencia y sabiduría sorprendía a los demás, fue exacto y previsor en tomar decisiones.


Asimismo, fue consejero honesto y amigo leal de su Padre, y tuvo un papel activo en tomar decisiones y programar el período del Califato del Imam 'Ali. Durante el período de califato, cuando el Imam Ali no fue presentado en Kufa, y no pudo realizar el rezo del viernes, el Imam Hassan hizo este deber.


Asumió la responsabilidad y cargo de los territorios heredados del profeta y de sus padres (Ali y Fátima). Aquel Hazrat, con el ingreso de estos bienes, ayudó a los pobres y huérfanos.


Un día preguntaron al Imam: ¿Cuál es la mayor grandeza?. Él respondió: "Perdonar el pecado y la benevolencia".


Imam Hassan estuvo durante las guerras de Yamal, Nahraván y Saffeín junto a su padre y desempeñó un papel determinante en la defensa del Islam. A veces Ali, le pedía a su hijo estudiar algunos asuntos judiciales. Cuando el Imam Ali observó su inteligencia y sabiduría en los juicios, le admiró y decía, "Oh gente, mi hijo Hassan sabe los asuntos que Dios le enseñó en los Salmos, hijo de David (P).


Se destaca un ejemplo de los métodos de juicio del Imam Hassan. Un día, encontraron en un desolado lugar un cuerpo sin vida, a su lado se hallaba un hombre con un cuchillo ensangrentado en la mano. Fue detenido y llevado ante Ali, acusado de asesinato. El Imam interroga al hombre y le dice "¿tiene algo que decirnos?. El hombre sólo atinó a aceptar su culpabilidad. En este momento, llega un hombre y vocifera, que él no ha matado a nadie. Yo soy el asesino. Ali consternado preguntó al hombre por qué ha aceptado la acusación. El respondió, no había forma de defenderme, porque algunos hombres me han visto junto al cadáver, y con un cuchillo en mi mano. Pero la verdad, cuando me arrestaron recién había sacrificado a un cordero. Ali (P) les envía ante el Imam Hassan para que sea juzgado. El Imán Hasan escuchando la confesión del asesino le concedió su libertad, porque había sido una persona honesta.
Según la aleya 32 de la sura "La mesa servida": "Quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la humanidad".
Posteriormente, ordenó liberar a ambos hombres, y sentenció pagar la indemnización de la víctima con los bienes públicos.

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