miércoles, 13 de julio de 2011

boicot a israel

La ley anti-boicot


El dramaturgo suizo Friedrich Durrennmatt estrenó en 1956 su tragicomedia, "La visita de la vieja dama", con gran éxito de taquilla y elogios de los críticos. La trama es la siguiente: una anciana multimillonaria regresa a su pueblo de origen, y declara que está dispuesta a donar grandes sumas de dinero al alcalde y a cada uno de los pobladores, pero tiene una condición, que maten a quien la había seducido y abandonado cuando era joven. La reacción inicial de la gente fue un indignado rechazo de la oferta, pero poco a poco fueron aceptando la idea, y al final de la obra cumplen con el deseo de la vieja dama y linchan al seductor.



Algo similar está ocurriendo con la idea de boicotear a Israel. El movimiento internacional anti-israelí BDS*, (Boicotear, Desinvertir y Sancionar), al principio rechazado por todo Israel, poco a poco ha sido adoptado por intelectuales israelíes de izquierda, (actores, escritores, profesores, periodistas), que hoy se niegan a presentarse en Ariel, Maalei Adumim y en otras ciudades y pueblos de Judea y Samaria. Más vergonzoso aún es el hecho de que compañías israelíes, para poder recibir lucrativos contratos de una firma palestina que está construyendo una ciudad ultra moderna cercana a Ramallah, han firmado que no hacen ni harán negocios con firmas e individuos que trabajan y producen en Judea y Samaria.



Las personas y firmas que se han radicado en Judea y Samaria, donde viven y trabajan productivamente, lo hacen en forma legal, autorizados e incentivados por los sucesivos gobiernos de Israel**. Es una injusticia condenarlos y castigarlos por actuar de acuerdo a lo que la ley les permite. Los que no están de acuerdo con la política del gobierno pueden, y deben, manifestar su oposición votando en las elecciones por partidos que comparten su posición, pero boicotear y sancionar a ciudadanos inocentes que cumplen con la ley es injusto e inmoral. Y, desde esta semana, también es ilegal.



La Knesset acaba de aprobar, luego de un encendido debate de más de seis horas de duración, la ley anti-boicot, que permite a todo ciudadano iniciar juicio a personas y organizaciones que pregonan y/o cumplen con un boicot económico, cultural o académico contra Israel, contra instituciones israelíes o contra regiones que se encuentran bajo control israelí. La nueva ley también prohíbe al gobierno realizar negocios con compañías que cooperan con estos boicots.



La izquierda y los árabes inmediatamente pusieron el grito en el cielo acusando que la nueva ley, según ellos, es antidemocrática y mccarthista.



* El fundador del movimiento BDS es Omar Barghouti, nacido en Qatar, criado en Egipto, y hoy residente de Ramallah. En un clásico ejemplo de jutzpá e hipocresía este individuo, enemigo jurado de Israel, está haciendo su doctorado en la Universidad de Tel Aviv. Cuando le preguntaron como puede explicar esa contradicción, contestó que sus estudios en UTV son un asunto personal que él no piensa comentar. Los estudiantes de la universidad firmaron una petición pidiendo su expulsión, documento que fue rechazado por las autoridades de la universidad.



** Israel ofreció, pocas semanas después de su victoria en la Guerra de los Seis Días, (junio, 1967) retirarse de los territorios que habían caído bajo su control, a cambio de firmar la paz. Los árabes rechazaron la oferta en la Conferencia de Khartoum. Las Naciones Unidas, reconociendo que las fronteras del armisticio de 1949 ya no eran válidas, aprobaron una resolución pidiendo a Israel que se retire de territorios, y no de los territorios. Los asentamientos, pueblos, ciudades y suburbios de Jerusalén, construidos por sucesivos gobiernos de Israel, han sido en terrenos estatales sobre colinas áridas y pedregosas, sin desalojar un solo palestino

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