Chiitas y Sunitas: El conflicto en Medio Oriente
Dentro del islam existen dos corrientes principales: chiitas y sunitas. La división entre ambos modos de vivir la religión se traduce en modalidades diferentes de vivir el mundo de la política.
Originalmente, la fractura en el mundo musulmán se produjo con la muerte del Profeta Mahoma (Muhammad) en el año 632. Dado que no dejó un sucesor, se creó una disputa entre aquellos que simpatizaban con Ali, seguidor de Mahoma y esposo de su hija Fátima y los que optaron por continuar con las enseñanzas del Cuarto Califa de la tradición musulmana. Los primeros se autodenominan “chiitas” (partidarios) y los segundos, mayoría en el mundo, sunitas. Estos últimos representan aproximadamente un 88 por ciento de la población musulmana mundial.
Las fuentes del islam son el Corán y para los sunitas es fundamental la llamada sunnaque recoge las enseñanzas y dichos del Profeta.
El derecho islámico se rige por la Sharia (gran vía) que reglamenta la vida pública y privada de los musulmanes. No sólo atañe a las obligaciones religiosas, sino también el derecho familiar, penal, administrativo y el derecho de guerra.
Las diferencias entre chiitas y sunitas se expresan en los significados diversos que cada grupo atribuye a la palabra imán. Mientras que para los sunitas, el imán es quien guía la oración en la mezquita, en el caso de los chiitas, los imanes son guías político-religiosos a través de los cuales se debe orientar la comunidad islámica.
A lo largo de la historia, ambas comunidades desarrollaron dos escuelas de interpretación jurídica bien definidas. Cada una de ella se asienta en un consenso específico entre el Corán y las tradiciones proféticas o hadices.
Actualmente la población musulmana a nivel mundial es de 1200 millones. Las minorías chiitas están al frente de los gobiernos de Irán e Irak. Países como Indonesia y Arabia Saudita son de mayoría sunita.
Los enfrentamientos entre ambos sectores parecen haber recrudecido hacia la finalización de la guerra de Estados Unidos contra el régimen de Saddam Husein en Irak. En esos momentos, el poder de mando pasó a manos de los chiitas mientras que los sunitas quedaron relegados en la toma de decisiones del nuevo estado iraquí.
Fuera de esta región, Arabia Saudita, Líbano, Palestina, Egipto, Jordania, Libia y Sudán también asisten al enfrentamiento entre los grupos y aunque los actos de violencia han mermado aún no puede decirse que la paz esté reinando. Los conflictos son de larga duración y la cesión de poder entre unos y otros no parece generar consenso.
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