jueves, 14 de julio de 2011

Hadices sobre el modo de producirse la revelación al profeta Muhammad (saws)

Hadices sobre el modo de producirse la revelación al profeta Muhammad (saws)
Iniciación -
1.‑ Relata ‘Âisha:

La primera revelación que recibió el Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) fue la visión pura mientras dormía; no tenía una visión sin que le viniera como la aurora de la mañana. Después se le hizo querida la soledad, y se aislaba en la cueva de Hirâ’. Allí estuvo adorando a Al-lâh durante varias noches antes de volver a su gente a aprovisionarse para otro tanto. Después volvió junto a Jadîya y se aprovisionó para un nuevo período, hasta que le llegó la Verdad estando en la cueva de Hirâ’. Entonces le vino el ángel y le dijo: ¡Recita! Pero él dijo: No sé recitar. Contó:

-Entonces me cogió y me apretó hasta que no pude aguantar más, y me soltó. Entonces dijo: ¡Recita! Pero yo dije: No sé recitar. Entonces me volvió a coger y apretar hasta que no pude aguantar más, y me soltó. Entonces dijo: ¡Recita! Pero yo dije: No sé recitar. Entonces me cogió y me apretó por tercera vez, y me soltó. Entonces dijo: "Recita en el nombre de tu Señor, Creador; el cual ha creado al hombre de una adherencia. Recita, pues tu Señor es el más Generoso".

El Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) volvió con estas palabras, el corazón temblando, al lado de Jadîya, hija de Juwailid, y diciendo: ¡Arropadme! ¡Arropadme! Y lo arroparon hasta que se tranquilizó. Entonces le hizo saber la noticia a Jadîya:

-¡Tengo miedo por mi alma!

Pero Jadîya lo tranquilizó:

-¡Qué va, por Al-lâh! Al-lâh no dejaría nunca que te alcanzara una desgracia. ¿No ves que tú respetas los lazos familiares, llevas la carga del débil, ganas para el pobre, honras al huésped y ayudas en las verdaderas desgracias?

Entonces Jadîya se lo llevó a presencia de Waraqa, hijo de Asad, hijo de ‘Abd‑al­'Uzzà,, que era primo paterno de Jadîya. Éste se había hecho cristiano en los Días de la Ignorancia y el Desenfreno; sabía escribir en hebreo y escribía del Evangelio lo que Al-lâh quiso que escribiera. Era un anciano de edad avanzada y se había quedado ciego. Jadîya le dijo:

-Primo mío, escucha a tu sobrino.

Waraqa le dijo:

-Hijo mío, ¿qué es lo que has visto?

El Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) le contó lo que había visto. Waraqa le dijo:

-Ése es el Nâmûs [ el ángel Gabriel], enviado por Al-lâh a Moisés. ¡Ojalá fuera joven! ¡Ojalá esté vivo cuando tu pueblo te expulse!

El Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) dijo:

-¿Es que van a expulsarme?

-Así es. Nunca se ha presentado nadie trayendo lo que tú traes sin ser recibido como enemigo. Pero si tus tiempos me pillan vivo te ayudaré con todas mis fuerzas. Waraqa no tardó en fallecer, y la revelación se interrumpió temporalmente. (Bujârî, 1, 1)

2.-Relata Yâbir, hablando de la interrupción temporal de la revelación:

El Mensajero de Al-lâh contaba:

-Un día que iba andando oí una voz del cielo y levanté la mirada, y ha aquí que el ángel que me había visitado en Hirâ’ estaba sentado en un trono entre el cielo y la tierra. Me aterroricé y tomé el camino de vuelta. Cuando llegué dije: ¡Arropadme! ¡Arropadme! Entonces Al-lâh Altísimo reveló: "¡Oh ti, el arropado! Levántate y exhorta, proclama la grandeza de tu Señor, purifica tus vestidos, evita la impureza".

Entonces maduró la revelación y se hizo continua. (Bujârî, 1, 1)

3.‑ Relata el hijo de ‘Abbâs:

El Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) se dedicaba intensamente a lo revelado, para lo cual movía los labios. Pero Al-lâh Altísimo reveló: "No muevas la lengua, con eso para acelerarlo. Somos Nosotros quien lo reúne y quien lo recita". A partir de entonces el Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve), cuando lo visitaba Gabriel, escuchaba; y cuando Gabriel se marchaba, el Profeta (Al-lâh lo bendiga y salve) recitaba lo que había recitado [Gabriel]. (Bujârî, 1, 1)

4.‑ Relata ‘Âisha:

Al‑Hârith, hijo de Hishâm, le preguntó al Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve):

-¡Oh Mensajero de Al-lâh! ¿Cómo te llega la revelación?

Y el Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) respondió:

-A veces me llega como el tañido de una campana, que es lo que me resulta más intenso; cuando me deja conservo sus palabras. Otras veces el ángel se me representa como un hombre que me habla y yo retengo sus palabras.

Dijo ‘Âisha:

Yo misma lo he visto recibir la revelación en un día muy frío, y cómo ésta lo abandonaba. Tenía la frente toda cubierta de sudor. (Bujârî, 1, 1)

5.‑ Zaid, hijo de Thâbit, dijo:

Una vez, cuando el Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) estaba recibiendo la revelación divina, su muslo, que estaba apoyado sobre el mío, llegó a pesarme tanto que temí que me lo aplastara. (Bujârî, 8, 12)

6.‑ Relata Safuân, hijo de Ya’lâ, que Ya’lâ le dijo a ‘Umar:

-Muéstrame al Profeta (Al-lâh lo bendiga y salve) cuando recibe la revelación.

Y estando el Profeta (Al-lâh lo bendiga y salve) en al‑Yi’râna con un grupo de sus compañeros empezó a recibir la revelación. ‘Umar le hizo señal a Ya’lâ, que se acercó. El Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) estaba cubierto con un trapo. Ya’lâ introdujo la cabeza y vio al Mensajero de Al-lâh (Al-lâh lo bendiga y salve) con el rostro encendido y como roncando. Después salió de ese estado. (Bujârî, 25, 17)

7.‑ Relata ‘Ubâda, hijo de as‑Sâmit:

-El Profeta (Al-lâh lo bendiga y salve), cuando recibía la revelación, parecía como encolerizado y se le demudaba el rostro.

Y se cuenta también que dejaba colgar la cabeza y sus compañeros hacían lo mismo. Cuando salía de aquel estado volvía a levantarla. (Muslim, 27, 5).

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