martes, 5 de julio de 2011

LA MASONERÍA INSTRUMENTO DEL JUDAÍSMO

LA MASONERÍA INSTRUMENTO DEL JUDAÍSMO

LA MASONERÍA, INSTRUMENTO SECRETO DEL JUDAÍSMO
CAPITULO XVI “La Gran Conspiración Judía”
México, 1961
TRAIAN ROMANESCU. Profesor de la Universidad de Bucarest, Rumania, exiliado en Occidente

“Hay en rumano un refrán que dice: "Defiéndeme, Señor, de los amigos, porque de los enemigos me defiendo yo solo" y que significa que para una persona son mucho más peligrosos los enemigos desconocidos que se le presentan como "amigos", que los enemigos a los cuales conoce y de los que puede defenderse sola. Pues bien, en esa situación se encuentra el mundo libre, especialmente el cristiano, en relación con el comunismo y con la judeomasonería. El comunismo es ya un enemigo conocido, un enemigo contra el cual se puede luchar —si se quiere— y que será vencido en el momento en que el mundo cristiano occidental se escape de las garras de sus "amigos" judío-masones.

La judeomasonería es la más peligrosa arma del judaísmo, porque se le considera amiga de los pueblos libres y enemiga del comunismo. La realidad es exactamente lo contrario. La judeomasonería es el enemigo desconocido, el feroz enemigo en casa; contra su actuación no hay resistencia. Con libertad debilita desde dentro y roe el cuerpo de la humanidad, como la tuberculosis consume y debilita, hasta matar al individuo. Ningún enfermo de tuberculosis siente dolores ni es derribado bruscamente por el mal; sólo se da cuenta de que cada día que pasa se vuelve más débil, sin conocer el motivo de esa debilidad, hasta que va al medico. El mundo cristiano, libre todavía, pero enfermo de la peste blanca judío-masónica, no se da cuenta de la enfermedad que padece; pero sí observa que a medida que el tiempo pasa se vuelve más débil ante el comunismo, sin conocer la verdadera causa. Esa causa es la masonería, cuya actividad secreta está perfectamente coordinada con la actuación del judaísmo y comunismo, dirigida hacia el dominio judaico mundial absoluto. La mayoría de los cristianos atraídos hacia las filas de esa sociedad no conoce su verdadera actuación y su real papel en los asuntos políticos. El canciller Bismarck, refiriéndose a los masones cristianos, dijo que son los lacayos de los judíos, y Bismarck fue un genio político cristiano que paralizó la actividad del judaísmo en Europa casi toda la segunda mitad del siglo XIX.

Así como los comunistas no-judíos son comunistas porque no sabe: lo que es en realidad el comunismo y viven en la ilusión de que ello harán el mundo irrealizable profetizado por las teorías propagandísticas y embusteras de Marx, los masones no-judíos han sido engañados por los postulados aparentes de esta secta, que es muy atractiva.' Todos los libros escritos por masones sobre la masonería la pintan con colores brillantes. En cambio la mayoría de los escritores antimasones, o sea los hombres que se han dado cuenta de ese enorme peligro para la humanidad, se han limitado a empezar el estudio de sus actividades por la aparición de las logias mixtas de judíos, y cristianos, sin buscar los orígenes más lejanos de la secta y por consiguiente sin poder explicar su procedencia, dirección y verdadera finalidad. Se suele decir que la masonería apareció con la fundación de la primera logia, que parece tenía el nombre de "Rosa-Cruz", en el siglo XVII. Pero esos escritores debían estudiar primero la historia del pueblo judío y de sus instituciones y así podrían encontrar todas las respuestas a las preguntas no aclaradas, sobre la masonería. Para evitar confusiones, yo menciono siempre a esa secta con el nombre real que debe tener, o sea el de judío-masonería.

La judeomasonería es la más antigua secta internacional. Durante su historia, la masonería ha sido varías veces reorganizada y sus actividades secretas readaptadas a las necesidades político-religiosas de la judería. Los verdaderos jefes de la secta han sido siempre los jefes políticos y religiosos de los hebreos.

La masonería es desde su principio (¿siglo I ó II de nuestra era?) una institución puramente judaica, cuyos miembros eran exclusivamente judíos, hasta el año 926 en que un grupo de judíos originarios de Alejandría se establecieron en Inglaterra y para ganar la simpatía del rey Acthelstan le nombraron miembro de la masonería, presentada al soberano como una "sociedad fraternal".

Ese principio de infiltración judaica en Inglaterra y de extensión de la masonería entre los cristianos fue destrozado por el rey Canuto el Grande, que expulsó a los judíos del país en el ano 1020. Vueltos de nuevo en 1066, con Guillermo el Conquistador, rey de Normandía, los judíos fueron otra vez expulsados y todas sus instituciones disueltas en 1290, por lo que no pudieron volver más en masa a Inglaterra hasta 1650, recibidos por Cromwell. En tanto que los judíos no fueron recibidos oficialmente en Inglaterra, la masonería no existió en ese país. Existía sólo en Escocia la logia masónica número 1 de Edimburgo, creada en julio de 1599 por los judíos que gozaban de más libertades en ese país, ya que Escocia no estaba aún unida a Inglaterra. Apenas recibidos de nuevo oficialmente por Cromwell en 1650, los judíos empezaron a extender la masonería. Entre 1652 y 1696 crearon nada menos que 30 logias y talleres masónicos mixtos en Inglaterra, o sean logias en las que lo mismo había judíos que cristianos. Eso además de las logias secretas judías que han existido siempre, que existen hoy día y que forman la verdadera masonería y la dirigen, logias que no tienen más que miembros judíos.

Entre las primeras logias masónicas mixtas fundadas en Inglaterra, las más importantes son "Aberdecn Lodge", creada en 1670, y "Melrose Lodge", creada en 1674. En el mismo país aparecieron en 1701 la logia de Alnwích y en 1705 la logia de York. El primer masón conocido en Inglaterra fue el judío Elias Ashmole, fundador de la logia War-rington-Lancashire alrededor de 1650. En 1716 cuatro logias masónicas de Londres se unieron, formándose la "Grand-Lodge of England", cuyo primer "gran maestro" fue el judío Anthony Saycr, "consagrado" el 24 de junio de 1717.
Durante el año 1725 todas las logias de Inglaterra, incluso la de York, que era la más importante, se unieron en la llamada "Grand Lodge of all England" (Gran Logia de Toda Inglaterra).

La ciudad de York, en Inglaterra, donde se dice que el rey Aethelstan convocó la primera "asamblea general" masónica (mixta) en el año 926, se ha transformado en unatespccíe de Lassa, o sea "ciudad sagrada" de los masones. Progresivamente los judíos consiguieron atraer a la masonería a la aristocracia inglesa, incluso a las familias reales, hecho que les dio la posibilidad de infiltrarse en la dirección política del país, acabando por acapararla totalmente alrededor del año de 1800 y quedándose en esa posición hasta hoy, cuando todo está dirigido en Inglaterra por la judío-masonería bajo el mando de judíos como Norman Montagu, director del Banco de Inglaterra; Lord Reading (Ruf-fus Isaac), Lord Samuel, etc. La familia real inglesa e incluso la iglesia anglicana, no son más que simples instrumentos, o mejor dicho, biombos tras los cuales trabajan y mandan los judío-masones.

El sistema por el cual controlan los judíos a toda la masonería, es muy sencillo. La judería tiene su masonería propia, que es la verdadera masonería, con rito distinto en el que se invoca no al "Supremo Arquitecto del Universo", como lo hacen los masones no-judíos, sino a Jehová, o sea el Dios de los mosaicos. Esos judíos son Jefes de las logias masónicas de las otras ramas; los cristianos ateizados, miembros de las logias, no lo saben.
Todas las decisiones tomadas por las logias masónicas judías son simultáneamente llevadas a las logias mixtas, por los judíos, como "proposiciones" que deben ser tomadas. Corno esos judíos tienen los puestos clave en las logias donde la mayoría es cristiana, y como los cristianos (empleamos este término para diferenciar, aunque no lo merecen) ignoran la actividad judía y tampoco los conocen como judíos porque éstos usan seudónimos locales y son ciudadanos de los respectivos países, las "proposiciones" judías son aprobadas. Siempre, sólo favorecen los intereses generales del judaísmo.

Que la masonería es engendro e instrumento del judaísmo, está claramente probado por los términos en los ritos, los nombres de las diversas logias y órdenes, todos de origen hebreo. Por extraño que parezca, Stéphen Wise, el gran rabino de Nueva York, ha reconocido públicamente esa realidad.

Si los judíos lograron crear una masonería mixta, además de su masonería exclusiva, se debe a que Inglaterra había adoptado un régimen más o menos democrático (mucho tiempo antes que los países europeos continentales) y la judería aprovechó las libertades acordadas por ese régimen. Al mismo tiempo, la Iglesia Católica que se ha opuesto siempre a todas las maquinaciones judaicas, había sido reemplazada en Inglaterra por Enrique VIII con su iglesia anglicana, en 1534, lo que permitió a los judíos escapar a la vigilancia católica y obrar en Inglaterra sin oposición alguna por parte de los cristianos. Desde Inglaterra, los judíos han difundido su masonería, en la cual podía ingresar gente de todos los países, indiferentemente de su origen, religión, convicciones políticas y demás, empezando por Europa. Es una regla general, que allí donde existen comunidades judías, en cualquier lugar, deben existir logias masónicas, y donde no hay judíos tampoco hay logias.
La Gran Logia de Inglaterra fundó la primera logia en el continente europeo o sea la de Gibraltar, en 1729, y esta creó a su vez más tarde las logias "Soberano Capítulo" y el "Taller Sublime" de Cádiz, las primeras logias de España. En 1732 la Gran Logia de Inglaterra constituyó su primera logia en París. Otras logias han sido después creadas de la misma manera, por la masonería de Inglaterra, en Alemania, en 1733; en Holanda en 1735; en Portugal en 1735; en Suiza en 1740; en Dinamarca en 1745; en Italia en 1763; en Bélgica en 1765; en Rusia en 1771 y en Suecia en 1773.

En 1730 había sido creada la logia de Calcuta y en 1752 la de Madras, también en la India. En los países del Nuevo Mundo las logias masónicas fundadas por la judío-masonería de Inglaterra, aparecen más o menos si mismo tiempo que las europeas. Así fueron creadas, en 1730, trece logias masónicas en las trece mayores ciudades de las colonias españolas de América. En 1738, la de la isla de Antigua; en 1739 la San Cristóbal y en 1742 la de Jamaica. El primer masón conocido en las colonias inglesas de Norteamérica fue el judío Jonathan Belcher, que introdujo la secta masónica al Nuevo Mundo llegado de Inglaterra en 1704. La primera logia norteamericana fue creada en Boston, en 1720, y la segunda en Filadelfia, en 1730 mientras que la más vieja logia americana constituida con la autorización escrita de la Gran Logia "Madre" de Inglaterra, apareció en 1733 en Boston, dirigida por el judío Viscunt Montagu, "Provincial Grand Mastcr of New En-gland and Dominions and Tcrritones thereon to belonging".

La actividad judío-masónica en Europa durante el siglo XVIII, llevó a resultados catastróficos al mundo cristiano, como la organización de la revolución francesa en la que todo fue obra judaica. Todos los escritores que prepararon moralmente el terreno para la revolución, y los dirigentes revolucionarios franceses fueron masones, entre ellos Voltaire, D'AIambcrt, Diderot, Rousseau y después Robespierre, Marat y Danton, los grandes verdugos de la revolución.
Para "camuflar" su intervención en el movimiento preparado por ella en Francia, la judío-masonería francesa se "autodisolvió' en 1789, o sea el mismo año de la revolución. Había penetrado en las más altas esferas de la aristocracia francesa, nombrando su "gran maestro" (honorífico) al duque de Orleans, primo del rey Luis XVI, así que se entiende que en el momento en que se desencadenó la revolución, la judeomasonería había paralizado al gobierno real y al ejército, con lo que la anarquía tenía inevitablemente que triunfar. (El mismo método fue aplicado en 1917 por la judío-masonería de Rusia, cuya actividad paralizó también al gobierno zarista y al ejército, dando la oportunidad de ganar a los judío-comunistas.
Napoleón Bonaparte comprendió el peligro judío-masónico y prohibió toda actividad a la secta en todos los países ocupados por él durante el imperio. Por eso la judío-masonería inglesa concentró todos sus esfuerzos en derribarlo, hecho conseguido al fin con la ayuda de los emperadores y reyes cristianos de Europa (!}. En 1804 o sea el año de la declaración del imperio por Napoleón, la judío-masonería francesa había' intentado entrometerse en la política francesa. Ese año la judeomasonería de Francia fue reorganizada, creándose en París un Consejo Superior masónico de los 33 grados de la secta; pero Napoleón paralizó su actividad.
En 1849 apareció la logia "Gran Oriente de Francia", con sede en París; pero sus maquinaciones políticas acabaron en una ruptura con los masones de origen cristiano, que salieron del Gran Oriente en 1914 para formar una "Gran Logia Nacional Independiente y Regular", para Francia. Pero como no se conocía la actuación de la judería dentro de la masonería, los judíos se quedaron en los puestos clave de esa nueva logia y por su influencia consiguieron nombrar al judío Deshanel primer ministro del país, inmediatamente después del fin de la primera guerra mundial. Después crearon en Francia un estado permanente de caos político, social y económico, que dura hasta hoy.
Aparecida en 1771 en Rusia, la judío-masonería intentó apoderarse del gobierno zarista en 1825, por la llamada "revolución de los decembristas", hecho que motivó su disolución el mismo año, por el zar Nicolás I (1825-1855). Oficialmente reaparecida en 1860, la judeomasonería de Rusia recomenzó su actividad subversiva creando multitud de sociedades anarquistas, nihilistas, revolucionarias, etc., cuyas actividades culminaron con el asesinato del zar Alejandro TI en 1881. Más tarde, la actividad de la judeomasonería rusa condujo a las revoluciones de 1905 y 1917.
Después de esta última, todas las logias masónicas mixtas de Rusia, o sean las que tenían miembros judíos y cristianos renegados, fueron disueltas, pues su papel dentro de los planes judaicos había terminado. Quedaron funcionando únicamente, de modo totalmente secreto, las logias puramente judías, o sean de la rama Mizraím. El Politburó comunista de Moscú no era, y sin duda no es otra cosa que el Consejo Central de la masonería judaica secreta de Rusia. Su actuación ha estado siempre de acuerdo con los planes mundiales de la judería.

En nuestro siglo la judeomasonería ha extendido sus tentáculos por toda la tierra, contando actualmente con gobiernos suyos en muchos países, especialmente los cristianos.
Las desastrosos resultados provocados por la intervención de la judío-masonería en los asuntos políticos de los Estados cristianos, condujo a los gobiernos italiano y húngaro a declarar a las logias masónicas como "peligro para el Estado".

Antes de la segunda guerra mundial había en Europa, 'además de las logias masónicas de cada país, quince consejos masónicos que coordinaban la actividad de la judío-masonería en el continente. La actuación de Hitler fue desastrosa para los judío-masones, pues entre 1933 y 1943 fueron suprimidas todas las logias masónicas, todos los consejos y todas las demás organizaciones o sociedades de los países europeos, excepto en Suiza y Suecia. Lo mismo había hecho Franco con la masonería de España, y otro tanto Oliveira Salazar con la de Portugal, y Mussolini con la de Italia. Después de la victoria judío-masónico-comunista, la judío-masonería ha sido reorganizada en Europa y con la ayuda de la de América y la de Inglaterra ha conseguido el control político casi absoluto en todos los países, excepto España y Portugal. Ese control permite a los judíos empujar al viejo continente a la catástrofe final, manteniendo a casi todos los países cristianos en un estado permanente de confusión política y debilidad interior, para que sean fácilmente conquistados por los soviéticos cuando se decida el golpe final contra el mundo libre. En los años siguientes a la segunda guerra mundial, la actividad demoledora de la judío-masonería en todo el mundo libre, ha llegado a amenazar la paz interior de cada país.

En Sudáfrica el judaísmo masónico trabaja por intermedio del llamado "United Party" (Partido Unido, dirigido por el judío Jaodbus Gedeón Ncl Straus), que utiliza el conocido método judaico de levantar a los pueblos de color contra los blancos. El régimen nacionalista del doctor Malan es calificado por las agencias noticiosas judeomasónicas de todo el mundo como "régimen de dictadura" y el doctor Malan de "racista" y "nazi". El espíritu cristiano de la población blanca de ese país impide a los judío-masones obtener el poder por medio de elecciones y toda la propaganda que se hace en favor del derecho de voto de los negros tiene el fin de utilizar a esa masa de votantes de color para obtener el control del gobierno "legalmente".

La actuación inicial del general Perón, especialmente la de Eva Perón en Argentina, paralizó a los judíos masones y a sus hermanos comunistas. El régimen justicialista de Perón consigue sacar al pueblo argentino, por un tiempo, de las garras judías que disponían tanto del gobierno como de la vida económica del país. Después de haber perdido la lucha política en Argentina por medios legales, los judíos masones recurrieron a la infiltración en el gobierno peronista, para destruir al régimen desde el interior. Mientras la judería no había conseguido esa infiltración, toda la prensa judío-masónica del mundo atacaba a Perón y especialmente a Eva Perón, calificando su régimen como "dictadura". Muerta Eva Perón y conseguida la infiltración, la judío-ma-sonería cambió de táctica y Perón fue tratado con cierta suavidad. El objetivo perseguido era provocar un conflicto interior empujando al régimen a una política extremista, bajo el pretexto de que ella estaba acorde con las necesidades del pueblo. Así llegaron los judío-masones a poner en conflicto al régimen peronista con la Iglesia Católica. El papel principal en esa sucia jugada fue desempeñado por el judío Eduardo Vuletich, comunista ex miembro de las brigadas internacionales en la guerra de España, que había llegado a jefe de la Confederación General Argentina de Trabajo, secundado por el judío Abraham Krislavin, subsecretario del Interior, "consejero" de Ángel Borlenghi, titular de ese ministerio.
Bajo el "camuflaje" de "proposiciones justas" necesarias al bienestar del Estado, la banda judío-masónica de Vuletich consiguió que aceptara el régimen peronista, en un intervalo de siete meses entre 1954 y 1955, casi todo el programa secreto de la masonería, dirigido contra la Iglesia y las instituciones cristianas, especialmente católicas, para destrozar la influencia de la Iglesia en la vida particular de los cristianos. El programa judío-masónico propuesto por la banda de Vuletich y aceptado inconscientemente por los peronistas, fue: legalización del divorcio y autorización de nuevo casamiento para los divorciados. (La separación de cuerpos sin disolución del vínculo puede ser necesaria en ciertos casos; pero no debe olvidarse que esa libertad ilimitada que permite a cada uno que se divorcie y contraiga otro matrimonio cuando quiera, ha traído la inestabilidad de la familia cristiana.
El 40 porciento de los matrimonios norteamericanos, por ejemplo; son deshechos cada año por divorcios "legalmente" acordados, y de ese modo la familia cristiana pierde su sentido y los judíos son los únicos interesados en esto). Restablecimiento de la prostitución legalizada en toda la Argentina. Supresión de la enseñanza obligatoria de la religión cristiana en los colegios públicos y supresión de las subvenciones del gobierno a las escuelas católicas. (Medida perseguida por los judío-masones y los judío-comunistas en todo el mundo con el propósito de ateizar a la juventud cristiana, haciendo más fácil su desmoralización y anulación como fuerza defensiva). Determinación de que cinco días de grandes fiestas religiosas cristianas, reconocidos en toda Argentina, sean declarados laborables. (Los judío-comunistas han declarado días laborables, incluso los de Navidad y Pascuas, en los países subyugados). Que la Iglesia pague impuestos sobre bienes raíces y otros. (Éso para dificultar o hacer imposible el funcionamiento de las instituciones públicas como escuelas, hospitales, asilos, etc., mantenidos por la Iglesia Católica con sus propios ingresos). Prohibición de las manifestaciones, procesiones y concentraciones religiosas al aire libre, sin el permiso de la Policía. Presentación de una moción, por el judío Eduardo Vuletich, para que fuera enmendada la Constitución Argentina, separando a la Iglesia del Estado, cuando la Iglesia Católica había sido la oficial del Estado desde que Argentina se separó del imperio español.

La oposición de los católicos a esas medidas les atrajo persecuciones e injurias de parte de la policía, que recibía órdenes del subsecretario del Interior, el judío Abraham Krislevin. Esa situación no podía continuar por mucho tiempo sin producir disturbios internos y la judío-masonería había calculado bien los efectos de su actuación. La sublevación militar de junio de 1955 acabó efectivamente con el régimen de Perón. Los sublevados fueron militares católicos, movidos como piezas de ajedrez, y los que se aprovecharon fueron los judío-masones y los judío-comunistas, que incendiaron las iglesias cristianas y obtuvieron nuevas libertades políticas.

Durante los disturbios de junio de 1955 en Buenos Aires, fueron detenidos como participantes en el desorden muchos comunistas y judío-masoncs notorios, entre ellos el dirigente radical y "periodista" (traidor) David Michcl Toríno, y los diputados Santiago Mudelman y Emilio Mercader. La caída del régimen peronista fue triunfo de la judío-masonería y del comunismo aunque la mayoría de los revolucionarios fue católica.

En Bélgica la actividad de la judío-masonería, cuyo representante oficial es Paul Henri Spaak, ha llevado al poder a un gobierno masónico formado por liberales y socialistas, gobierno que en su lucha contra el cristianismo ha suprimido gran parte de los subsidios oficiales a las escuelas católicas. Los disturbios provocados en ese país durante 1955 se caracterizaron por las medidas anticristianas tomadas por ese gobierno judaizado.
Que Inglaterra haya concedido su independencia a la India, no significa que la judeomasonería haya perdido el control de ese gran país. Por lo contrario, en los últimos años ese control ha sido más firme. Pan-dit Nchru es miembro de la masonería inglesa, de la que obtuvo la dirección del gobierno indio; pero el más peligroso individuo del gobierno de Nehru es el judío masón Khrisna Menon, embajador volante de dicho país. Menon conduce la política exterior de la India y con ella dirige al país hacia el comunismo. El Partido Congresista indio es un partido masónico. Las relaciones cordiales entre Nehru y diversos judíos masones y filocomunistas, como David Lílicnthal, que visitó la India en 1951, y Eleanor Rooscvelt, que lo hizo en 1952, son suficientes para comprender que Nehru lucha desesperadamente para la imposición en todo el mundo de la "paz soviética".
Después de haber arrojado en las garras de la miseria y del hambre al pueblo japonés, por la guerra a la que fue forzado por la pandilla judío-masónica de Roosevelt; después de haber destrozado con "leyes democráticas" gran parte de sus instituciones políticas y sus tradiciones, la judío-masonería internacional consiguió apoderarse directamente del gobierno japonés en 1955, por intermedio de una banda de japoneses vendidos, encabezada por Hatoyama, el actual primer ministro (de la masonería) en el Japón.

El 27 de marzo de 1955, en una ceremonia oficial en casa de Hatoyama, éste, junto con unas setenta "personalidades" japonesas, fue investido con el título de "maestro" de la masonería. Se puso a llorar, por tanta felicidad que sentía al ser transformado oficialmente en instrumento del judaísmo internacional.
Hay actualmente en el mundo unos 3.900.000 masones, en su mayoría judíos. Los más se encuentran en Estados Unidos. Hay en Norteamérica, unos 2.500,000 masones distribuidos en cuarenta y nueve grandes logias y más de 15,000 logias subordinadas a diversas sociedades de la masonería. 1.400,000 judío-masones, aproximadamente, están diseminados en todos los países del mundo, organizados en unas sesenta Grandes Logias y cerca de once mil logias subordinadas, talleres masónicos y otras organizaciones dependientes de la masonería. Todos esos centros forman en conjunto la Gran Masonería Universal, el más peligroso instrumento del judaísmo en su lucha contra los cristianos.
Después de Inglaterra, la sede central de la Gran Masonería Universal pasó a Ginebra y actualmente se encuentra en Chicago, con una poderosa filial en Nueva York, sede de la O. N. U. Este organismo judío-masónico dirige al mundo libre hacia la catástrofe final: dominio judío universal con ayuda del comunismo soviético.
La Gran Masonería Universal está dirigida por el CONSEJO IMPERIAL DEL TEMPLO, de Norteamérica; su gran jefe oculto es el judío Bernard Baruch, "consejero" de los presidentes de la América cristiana, de la cual el mundo entero espera su salvación ante el comunismo. .. Así se entiende por qué la política de Norteamérica ha llevado al mundo cristiano al borde de la catástrofe total. El presidente en funciones de la América cristiana es un judío, Bernard Baruch, uno de los más feroces enemigos de la cristiandad. Bernard Baruch ejecuta él mismo las órdenes del GRAN SANHEDRIN el SUPERGOBIERNO MUND.IAL SECRETO JUDIO cuya sede está también en Norteamérica. Ese supergobierno representa a toda la judería del mundo, incluso la de la URSS.

En 1953 quedó oficialmente constituida, con el título de Gran Logia de Israel, una organización masónica autónoma, puramente judía, en la cual se han fusionado las diversas logias anteriormente existentes en Israel. Es posible que si la judería consigue realizar sus planes de dominación, esa Gran Logia de Israel se convertiría en la Logia Imperial de Israel y tomaría el sitio del actual Templo de Norteamérica

Para dar una idea clara de cómo organizan los judíos la masonería de un país, cómo ocultan sus horribles fines bajo bonitos nombres, y cómo se esconden ellos mismos detrás de individuos elegidos entre los cristianos renegados, voy a hacer un pequeño resumen histórico de la judeomasonería en Rumania.

Las logias masónicas de mi Patria aparecieron en el orden siguiente : La "Estrella del Danubio", logia con sede en Galatzi, el año de 1859. La "Sabios de Heliópolis", con sede en Bucarest, en 1863. La "Discípulos de Pitágoras", con sede en Galatz!, en 1"865. La "Faro Hospitalario", con sede en Braila, en 1865. La "Igualdad", con sede en Bucarest, en 1871. La "Fraternidad", fundada en Bucarest en 1871. La "Corona de Miguel el Bravo" (uno de los mayores héroes en la historia rumana), fundada en Pitesti en 1872.

Esas logias aparecieron en Bucarest, Galatzi, Braila y Pitesti, precisamente en las cuatro ciudades que tenían entonces las mayores comunidades judías del país. He aquí los nombres de los individuos que dirigían la masonería en los principados rumanos el año de 1874: doctor Ludwig P. Bors, judío, "venerable" de la logia "Harmonía" fundada en 1874- en Bucarest; Topler, judío; Weisz, judío; Jul Schein, judío; Gunther, judío; Israelo Preciado, judío sefardita; Lateiner, judío; Ju-les Szekulies, judío; G. Dietz, judío; Ede Hertz, judío, "venerable" de la logia "fraternidad"; doctor L. Fíala, judío; C. Feldescu (Feld), judío; E. Grunwald, judío; T. D. Costin, rumano; I. Kromberg, judío; A. Stein, judío; M. Ramniccannu, rumano; D. Nicolescu, rumano; Edward Ludwig, judío; Christopher Czerkenti, húngaro; doctor Grec-sescu, rumano; doctor Bernarth, judío; doctor Georgescu Duna, rumano. Estos fueron los fundadores de la masonería "rumana", que dependía al principio del "Gran Oriente de Francia".
La masonería creó un estado casi permanente de agitación, por medio de los partidos políticos "democráticos", que manejaban toda la política del país. En 1922 fueron abiertos nuevos talleres masónicos en Bucarest y en esa ocasión el Gran Oriente de Francia envió como representante a las "solemnidades" de la apertura al judío Bernard Weill-haf. En 1926, con motivo de la instalación del Gran Consejo del Orden Masónico de Rumania, fueron enviados como delegados de la masonería americana los judíos Coks y Braun; el representante del Gran Oriente de Francia era el judío Raymond. En 1934 fue reorganizada la logia "Estrella del Danubio" de Galatzi, en presencia del judío Emmanuel Hibel, "Gran Inspector" delegado de la masonería francesa, y del "español" Pérez, delegado de la masonería de España.

El Rey Carol II, que había abdicado al trono en favor de su hijo Miguel, fue repuesto en 1930 gracias a las influencias masónicas en la política del país. Su política estuvo totalmente de acuerdo con las directivas judío-masónicas, además se casó con la judía llamada Wolf (lobo), más tarde "princesa Lupescu" "Magda Lupescu", o "madame Lupescu", con el "lobo" original "rumanizado". El y los judío-masones que giraban a su alrededor, llevaron al país a la catástrofe, asesinando a los mejores hijos del pueblo rumano, mientras robaban las riquezas de Rumania y las enviaban al extranjero.

Con la llegada al poder del Mariscal Ion Antonescu, la masonería cesó de existir durante unos cuantos años y en Bucarest fue abierta al público una gran exposición antimasónica, en la cual se podían ver los objetos utilizados por la masonería en sus macabros ritos, incluso el delantal de Caballero Kadosch, el masón encargado de la ejecución de fas sentencias de muerte pronunciadas secretamente por la Cámara Kadosch, que es más bien un "tribunal" secreto formado por masones de grados superiores que ordenan los asesinatos de los desertores o enemigos de la judío-masonería.

Ese delantal que lleva puesto el masón de grado 30 durante las ceremonias masónicas, tiene pintada una mano que sostiene del pelo una cabeza de hombre cortada, de cuyo cuello caen gotas de sangre, y en otra parte una mano que sostiene una espada de ta cual también caen gotas de sangre. Esos son los símbolos de una sociedad que en su propaganda y en sus actos oficiales, pretende o hace creer que lucha por la libertad de los hombres, por la igualdad, por la fraternidad universal, por la justicia, el trabajo y la ciencia... de cortar cabezas.. .

En 1944, cuando los soviéticos invadieron Rumania, la masonería reapareció en el país, dirigida por la judía Anna Pauker, masón de grado 33, y en aquel tiempo la más .peligrosa comunista llegada de la URSS en uniforme militar soviético. Todos los individuos que oficialmente no son miembros del partido comunista pero que tienen altos cargos en el gobierno, son viejos miembros de la masonería. Entre ellos Petru Groza, presidente de la Gran Asamblea "Nacional" de la República Popular Rumana.

Multitud de masones, que no sabían bien lo que es la masonería, y que enfrentados a la obligación de colaborar con los judío-comunistas rehusaron hacerlo, fueron asesinados. Los masones no-judíos que sí aceptaron colaborar con los comunistas conquistaron con ello el derecho de reírse cuando se les ordena reír, delante de las masas, y de firmar las sentencias firmadas por los judío-comunistas cuando se les ordena hacerlo.
Durante 1948, cuatro años después de la ocupación roja de Rumania, la judeomasonería, del país tuvo una sesión secreta en Bucarest, presidida por el doctor Antonin como "gran maestro", por D. Cocea como "gran maestro adjunto" y por el general judío Pandelea Grau como secretario de la Gran Logia Masónica de Rumania. En esa ocasión, la judío-masonería publicó una resolución difundida entre sus miembros en todo el país, resolución por la cual se llamaba la atención de los masones sobre que: La masonería estaba totalmente de acuerdo con el régimen soviético. Que el nuevo orden impuesto por el régimen comunista era el único capaz de realizar los deseos de la humanidad. Y que las dos ideologías, masónica y comunista, tienen la misma finalidad.
Por motivos tácticos, la masonería ha cesado de existir en Rumania oficialmente, después de 1950, ya que los judíos disponen del partido comunista, que es el instrumento que reemplaza a la masonería en los países sojuzgados.
Desde el momento en que el comunismo realiza las finalidades ocultas de la masonería, la existencia oficial de ésta no es necesaria. Una colaboración abierta entre la masonería y el comunismo pondría a la judeomasonería del mundo occidental en una posición insostenible, toda vez que el mundo libre se daría cuenta de lo que significa y es en verdad esa secta.
Y a los judío-comunisto-masones cabe acusarlos de todo, menos de no saber esconder sus verdaderos propósitos ni de no aparecer a los ojos de los occidentales, siempre, como luchadores por las más altas "conquistas humanas".

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