sábado, 27 de agosto de 2011

Derrama el Ramadán amor

Derrama el Ramadán amor
El ayuno sensibiliza el alma y corazón del musulmán, lo hace más receptivo a la advertencia y recuerdo del Creador
Sufismo - 05/08/2011 10:16 - Autor: Hajj Wilfredo Amr Ruiz, Esq. - Fuente: El Nuevo Día, Perspectiva ~ Sábado 22 de Octubre de 2005Vota:- Resultado 10 votos Adjunto | | Más... Etiquetas: ramadan, iftar, ayuno, wilfredo ruiz

Charlaron, compartieron, pero mejor aún, recordaron a Dios y aprendieron del Islam.En el nombre del Creador, el más Misericordioso, el Dispensador de Gracia.

El pasado miércoles, en un gimnasio de Hatillo, Puerto Rico, Juan ofrecía amablemente a Charlie un “Power Bar” al inicio de su rutina de ejercicios.

-No gracias, replicó Charlie, mientras hacía el aguaje que acostumbraba con la máquina más sofisticada del gimnasio que aún no acaba de entender.

Las risas, chistes y vellones entre los atletas trililí del barrio siguieron hasta que Juan le pregunta a Charlie por qué no tomaba su acostumbrada bebida. Charlie respondió: es que estoy ayunando.

- ¿Cómo que ayunando?, dijo Juan. Chico... es que es Ramadán y los musulmanes ayunamos durante todo el mes.

Aún con mirada asombrada, Juan exclamó: ¡Pero tú no eres árabe!

Charlie, sonriendo, dice: “Tampoco lo somos el 85% de los mil quinientos millones de musulmanes, y donde somos más es en Indonesia e India”.

Ralphie, que ya forma parte del círculo que rodeó a Charlie en su curioso discurso, lo increpa: ¿Y cómo es que está rega’ o que los musulmanes son to’s árabes?

Charlie le aclara: “Yo soy de aquí, como el coquí, de Ponce, y me gusta la bomba y plena. Te aclaro que el noticiero de Cable TV no es la mejor fuente para aprender del Islam”.

— ¿Y te da mucha hambre... por qué ayunan?, preguntó entonces Ralphie. Charlie, ya en tribuna, se seca el rostro y dice: “Mi gente, claro que siento hambre... y sed también, pero me satisface hacerlo porque Dios nos lo ordenó para mantenernos concientes de Él. Ayunamos porque fue en Ramadán que se inició la última revelación de Su palabra, por voz del Ángel Gabriel, al profeta Muhammad, que la paz y bendiciones de Dios sean con él”.

Ese día Charlie invitó a sus amigos atletas frustrados a su Iftar, (rompimiento del ayuno), en su casa. Allá comieron arroz, habichuelas y un tremendo fricasé de cabro. Charlaron, compartieron, pero mejor aún, recordaron a Dios y aprendieron del Islam.

El ayuno sensibiliza el alma y corazón del musulmán, lo hace más receptivo a la advertencia y recuerdo del Creador. “¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Se os ha prescrito el ayuno como se les prescribió a los que os precedieron, para que os mantengáis conscientes de Dios...” (Qur´an 2:183) El ayuno en Ramadán envuelve cuerpo, alma y corazón. Es más que sólo restringir el estómago y las partes íntimas de comer, beber y de sostener relaciones sexuales en las horas del ayuno.

Envuelve igualmente la lengua, que debe guardarse del chisme, la mentira y la cosa frívola. Los ojos deben protegerse de mirar lo prohibido por Dios; y el oído de escuchar la trivialidad y suciedad que el Creador aborrece y que arruinan la intención del ayuno. Por último el corazón y mente deben limitarse de permitirse indulgencias en cosas que no sean el recuerdo del Creador.

No todos estamos físicamente capacitados para el ayuno físico, a éstos el Señor les indica: “Pero, si alguno de vosotros está enfermo o de viaje, ayunará igual número de otros días; y en tales casos aquellos que se lo puedan permitir, que alimenten a un pobre como rescate”. (Qur´an 2:184) Ojalá Dios acepte nuestro ayuno y nos dispense su perdón.

Le agradecemos Su misericordia al hacernos de aquellos que creen y recapacitan en Sus signos. Ruego que brinde Su serenidad a las víctimas de los últimos desastres naturales. Que arrope nuestra Isla con Su infinito manto de paz y bendiciones. Que sea misericordioso con aquellos injustos que aún viendo Sus Signos están en tinieblas, no los entienden y los niegan.

“En verdad, para quienes desmienten Nuestros mensajes y se burlan arrogantemente de ellos, no se abrirán las puertas del cielo; y no entrarán en el paraíso como no entra una soga trenzada por el ojo de una aguja: pues así retribuímos a quienes están hundidos en el pecado”. (Qur'an 7:40)

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