lunes, 26 de septiembre de 2011

Afganistán, lejos de la reconciliación

Afganistán, lejos de la reconciliación

Por: ETHEL BONET PARA EL TIEMPO ISLAMABAD | 6:40 p.m. | 24 de Septiembre del 2011
Afganistán, lejos de la reconciliación

Funeral del presidente del Consejo Superior de Paz de Afganistán, Burhanuddin Rabbani, realizado el viernes en Kabul. Rabbani murió el martes en un atentado suicida.
Foto: EFE

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El anhelo de solución pacífica al conflicto -que arrastra una década- se desdibuja en el horizonte.

. La muerte de Burhanuddin Rabbani, principal negociador de la paz en Afganistán, en un atentado suicida en su vivienda el pasado martes, deja un vacío en el proceso de reconciliación.

Su muerte podría despertar el resentimiento entre los altos cargos de la Alianza del Norte, que acusan al presidente Hamid Karzai de connivencia con los talibanes.

Lo paradójico es que algunos analistas habían advertido que la elección de Rabbani era desacertada porque iba a molestar a los talibanes. Uno de ellos fue el académico Michel Semple en una entrevista reciente al diario The Independent. "Están tan enojados, que es muy difícil dialogar. Ese nombramiento fue desacertado. Karzai sabe lo odiado que es Rabbani".

El mayor problema, apunta el experto paquistaní Imtiaz Gul, es que el talibán "es un grupo más amplio que se extiende desde Afganistán a Pakistán y cuenta, además, con otros aliados". Dice que "es imposible la negociación porque hay detrás muchos intereses particulares".

Por ejemplo, la red Haqqani, que tiene sus bases en Waziristán del Norte (las áreas tribales paquistaníes), pero opera en Afganistán, fue acusado por EE. UU. de estar detrás de la cadena de ataques en Kabul contra la embajada estadounidense y el cuartel general de la Otan hace dos semanas. Se cree que aquel espectacular asalto que duró más de 11 horas buscaba "desestabilizar las negociaciones de paz", asegura una fuente de inteligencia a EL TIEMPO.

El país centroasiático atraviesa un momento crucial, ahora que las tropas extranjeras han comenzado con la retirada que prevé terminarse en el 2014. Con la mirada puesta en la retirada de Afganistán, EE. UU. intenta a marchas forzadas proveer cierta estabilidad al país con los programas de formación a las fuerzas de seguridad afganas.

No obstante, la falta de control a la hora de formar a los nuevos policías ha dado pie a que los talibanes se infiltren en los cuerpos de seguridad, convirtiéndolos en una peligrosa arma mortal. Muchos de los atentados en la capital han podido llevarse a cabo porque la propia policía ha permitido a los talibanes llegar a su objetivo.

Parece que, por el momento, el deseo de los insurgentes no es precisamente buscar la paz sino seguir luchando contra las tropas extranjeras y las autoridades afganas, a las que también les han declarado la guerra.

Ethel Bonet
Para EL TIEMPO
Islamabad

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