miércoles, 7 de septiembre de 2011

El miedo como concepción del mundo

El miedo como concepción del mundo

Se ha instalado entre nosotros. Basta con ver los titulares de los periódicos entre agosto y septiembre. El miedo se ha convertido en una política y una ideología. Una concepción del mundo, una Weltanschauung, según la frase del general Hammerstein que un escritor de enorme talento ha recuperado para la posteridad.
Después del miedo llega la estampida. Sálvese quien pueda. Cada uno a lo suyo, aun a costa de aplastar al vecino. Cuando el miedo se convierte en política y en ideología estamos a un paso del pánico y del caos. No se puede gobernar por el miedo. No se puede atajar la crisis por el miedo. Nada se consigue por el miedo sino más miedo.

La frase de Hammerstein es de la misma época en que el presidente Roosevelt expresó su único temor: al miedo mismo. Crisis económica, ascenso de los populismos, retraimiento nacionalista, y el totalitarismo al acecho ahora, y en plena expansión entonces.

Miedo al desempleo, miedo a la ruina, miedo al extraño, miedo al regreso a la miseria, miedo a la pérdida de la propia identidad: las políticas del miedo tienen un amplio y peligroso registro de teclas sobre las que pulsar, algunas bien auténticas y tangibles y otras producto del miedo mismo. Muchos son las que las pulsan con gusto y no pocos beneficios inmediatos, electorales sobre todo, y pocos quienes combaten y neutralizan a estos fúnebres concertistas que acompañan a todas las crisis.

(‘Hammerstein o el tesón’, de Hans Magnus Enzensberger, arranca con la frase “el miedo no es una concepción del mundo” como lema. El general, que pudo impedir mediante un golpe de Estado el nombramiento legal de Hitler como canciller, fue uno de los pocos militares alemanes y prusianos que nada tuvo que ver con el nazismo. Con el miedo instalado en toda Europa, Hammerstein resistió con honor.)

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