viernes, 2 de septiembre de 2011

El ser humano en el Islam

El ser humano en el Islam
No encontramos otra civilización que pueda concebir al ser humano bajo un ángulo tan universal y perfecto
Iniciación - 01/09/2011 8:30 - Autor: Ayatullah Muhammad Husein Fadlallah - Fuente: Webislam
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Etiquetas: ser humano, adan, califa, vicario, islam, ayatullah husein fadlallah

Ilustración representando la postración de los ángeles ante Adán (el ser humano)
P. El Islam posee una concepción del ser humano que le es específica. ¿Podría aclararnos algunos de los aspectos principales de esta cuestión?
R. El ser humano es, en la concepción islámica, dueño del universo, y ha sido escogido por Allah (swt) para ser dirigido con los recursos y potencialidades que ha depositado en él y que le son necesarias para llevar a cabo su función. Esto se puede deducir de aquel famoso diálogo relatado en el Corán, que tuvo lugar entre Allah y los ángeles, sobre la creación de Adam (P): Allah les dijo: «Voy a designar un jalifa sobre la Tierra» (Suratal Baqarah, 30) y les explicó que le había enseñado al hombre lo que ellos no sabían. Señalamos también la alta consideración del hombre al saber que Allah ordenó a los humanos a ordenarse ante él (P), lo que da testimonio de la grandeza del ser humano y de la importancia de su valor entre las demás criaturas.
Esta alta consideración se desprende igualmente de la expulsión de Iblís (Satán) fuera de los lugares privilegiados como receptáculos de la Rahma de Allah, en respuesta a su rechazo de prosternarse ante el hombre, pero también de la Revelación de Allah, lo que significa la perennidad de la presencia de Iblís al lado del hombre con el objetivo de seducirle y desviarle durante toda su vida en la tierra, no porque el ser humano haya sido abandonado por Allah, sino más bien para que sea digno de Su Confianza en la medida en que es invitado a probar su capacidad de luchar por su libertad y de mantener firmes sus posiciones en el combate que lleva a cabo, voluntariamente, contra el mal en su calidad como representante (jalifa) del bien. Esto puede concluirse de la aleya en la que Allah dice dirigiéndose a Shaytán: «No tienes ningún poder sobre mis sirvientes a excepción de aquellos que te seguirán» (Corán XV:32). Así, el ser humano está preparado para enfrentarse al símbolo del mal a pesar de todo su poder y de vencerle en tanto combata su lucha por la causa del bien.
Cuando subrayamos todo esto y cuando vemos el gran interés que Allah tiene en el ser humano, y que se ilustra con el hecho que Él haya enviado Mensajeros (P) -que también son a su vez humanos- para planificar su vida y orientarlo en el sentido que le permita actuar con toda responsabilidad, constatamos entonces que el Islam da al ser humano un valor sin igual en el universo y un gran honor ante Allah. Es así porque el ser humano es considerado, por Allah, como responsable de sí mismo, mientras que los ángeles y el universo entero no lo son. No ha habido diálogo entre Allah y el ser humano sobre este particular, pero el ser humano es el único que se ha propuesto cargar con sus responsabilidades cuando Allah le ha querido hacer responsable e investir sus esfuerzos. Por esto, constatamos que el Paraíso y el Fuego están en relación directa con la responsabilidad del ser humano que es consciente de sus actos y que es recompensado con el primero cuando sigue la vía recta o castigado con el segundo cuando se desvía de esta vía.
Por consiguiente, la concepción islámica del ser humano, lo considera como el elemento o la criatura cuya vida entera está hecha para que se mueva en su órbita. La vida está hecha para el ser humano, el Paraíso y el Fuego están hechos para el hombre, los ángeles llevan el mensaje de Allah al ser humano, los ángeles acogen al hombre, y todo el universo, desde el Sol y la Luna a las leyes universales, está sometido al ser humano. Esto significa que el Islam considera al ser humano -por el interés que Allah le dirige- como centro del universo, como elemento a partir del que gira todo el universo. Y a partir de estas consideraciones, no encontramos otra civilización que pueda concebir al ser humano bajo un ángulo tan universal y perfecto.

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