jueves, 1 de septiembre de 2011

Matemática y cultura azteca-naua.

Matemática y cultura azteca-naua.

BREVE PRESENTACION PARA ABORDAR
LOS SISTEMAS DE PESOS Y MEDIDAS
TRADICIONALES MEXICANOS
Por el maestro Ulises Valiente Argüelles, generado en enero 2005.

Los sistemas de pesos y medidas mexicanos, han sido como la escritura, objeto de estudio desde la llegada de los europeos, sin embargo, si el primer sistema de registro de información fue despreciado e ignorado, el segundo permaneció en un estado peor de abandono ya que los sistemas europeos hasta la invención del sistema métrico-decimal predaron como un canon de medida al que tenían que sujetarse los nativos.
Los sistemas de pesos y medidas casi están extintos y solamente permanecen en la actualidad pequeños rasgos de lo que fue en la antigüedad la forma de medir el mundo de las cantidades y pronósticos temporales.
Es cierto que ha faltado hasta la actualidad un estudio serio, hecho por matemáticos. Debemos de partir así por el conocimiento de la escritura tradicional, ya que en ella se encuentra el germen de la otra, no la notación matemática, sino la escritura matemática.
Las matemáticas europeas son una aportación distinta de otros pueblos desligados de la escritura romana –más bien aumentada-; en cambio en América la escritura tradicional glífica y la matemática son una sola, ya que comparten rasgos como la economía gráfica, el contexto social de la época para la jerarquización de valores y el uso cifrado del color.
Dividiremos las matemáticas en varios apartados ya que fundamentalmente se contaban tiempo y cosas. En el primero dividiremos el problema en dos: cronología calendárico-religiosa y cuentas anuales (años). La primera se refiere a matemáticas aplicadas a la creación de un calendario, con días, semanas, meses, años, etcétera, y su relación con los ritos y valores religiosos de la época, éstos estudios han sido los más populares, pretendiendo lamentablemente los investigadores, que como es un área donde escritura glífica y “cómputo”, mejor decir cálculo, se entrelazan, da por lo tanto un mayor prestigio a quien lo estudia, cosa que sucede igual con los códices; siempre se estudian (interpretan) los códices prehispánicos “mayores” de contenido religioso y de brillante colorido, desdeñando los coloniales por estar “contaminados” con la influencia europea.
Las cuentas anuales están ligadas a la cronología de los señoríos, edad de las personas, relación de tiempo de acontecimientos naturales y cuándo efectuar las ceremonias del fuego nuevo, nos apartamos así un poco de la temática religiosa que aunque presente es menos patente.
También tenemos las cuentas de carácter adivinatorio o de augurio, tonalamatl, 260 días como corpus principal, con 20 glifos-marcadores para cada uno de los días. En estos los colores y las asociaciones con divinidades son claves para entender el proceso augural.
Para contar cosas tenemos varias vertientes: cuentas de cosas (objetos), medidas agrimensoras, pesos y medidas ligadas a aportaciones tributarias que para la época eran abundantes tomando en cuenta las fases de conquista de etnias con producción de bienes requeridos por los grandes señoríos del centro de México.
Como mencionamos anteriormente la cuenta religiosa-calendárica es la que lleva la batuta en la demostración de los investigadores mexicanos o mexicanistas para afirmar que las brillantes culturas del pasado poseían un acervo de cálculo matemático no solamente superior a los de la época, sino que habían inventado procesos matemáticos como la multiplicación, números exponenciales, raíz cuadrada, etcétera, ya en una época tan temprana, surge sin embargo nos preguntamos: ¿dónde están los procesos matemáticos escritos, es decir, glifos matemáticos y sus valores en el espacio del soporte (traducidos directamente) con tal exactitud, como sucede en la escritura?, ¿dónde están las claves en la escritura matemática que asignan los valores de tales funciones descubiertas por los europeos posteriormente?, no será que como en la escritura fónica, la interpretación del investigador siempre ve lo que él quiere ver y por lo tanto asignar a una etnia determinada; es acaso que la demostración de tal complejidad numérica nos tiene que situar (paliar la destrucción de otros documentos y superar el grado de inferioridad) en un nivel equivalente con la cultura conquistadora y dominante.
Ya hemos mencionado que si estudiamos éste aspecto poco conocido hablaremos de escritura matemática, como tal hay que saber el idioma nahuatl, los números, cantidades, pesos y medidas se nombran en la lengua de origen, por lo que sabemos hasta el momento los investigadores abocados al problema no hablan el idioma, ni publican los resultados en un traducción directa de los glifos matemáticos. En la actualidad la escritura glífica está en un proceso lento de desciframiento y se proyecta terminar en 200 años; la escritura matemática tiene que abordarse por el mismo proceso censando todos los documentos coloniales que son más próximos a nuestro discernimiento para pasar luego a los prehispánicos, muy pocos han procedido de tal manera.
Como un primer paso el estudio del códice Mendoza, Matrícula de Tributos y códice de Tepetlaoztoc plantean las bases para la cuenta de objetos, pasando por medidas agrimensoras (tema sucintamente abordado por Galarza) para posteriormente con el estudio de otros documentos pasar a las cronologías y finalmente a los complicados calendarios religiosos.

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