domingo, 11 de septiembre de 2011

Resolución de la Conferencia Nacional de las Tribus Libias.

Resolución de la Conferencia Nacional de las Tribus Libias.

Trípoli, 5 y 6 de mayo

1. Libia es un país independiente, y los que no son libios no tienen legitimidad para intervenir; sólo los libios tienen derecho a elegir libremente su sistema político, económico y social.

2. La unidad de Libia y su independencia está por encima de todo y no está sujeta a discusiones ni compromisos.

3. Muamar el Gadafi es un líder histórico y un símbolo de la revolución libia y el constructor de Al-Jamahiriya, no hay forma de abandonarle o apartarse de él. El país y sus instituciones y ministerios son propiedad de los libios y ellos tienen la libertad de gestionarlos.

4. Decidimos hacer una declaración de tolerancia para los que depongan las armas, comenzar la formación de comités para el recuento de los mártires, los heridos y las personas desaparecidas, estimar los daños causados por los acontecimientos, hallar un mecanismo para compensar todas las pérdidas humanas y materiales, y la formación de un comité para investigar las causas de la crisis y determinar los responsables del estallido de la violencia.

5. Condenamos las acciones de injerencia extranjera en los asuntos internos y aquellos que facilitaron la agresión, y consideramos que ello es una traición a la patria.

6. Hacemos un llamado a las tribus a abandonar a los traidores y a no apoyarlos ni ayudarlos de ninguna manera, y a que se nieguen a comunicarse o negociar con ellos.

7. La nulidad de todos los acuerdos alcanzados por los traidores y colaboradores con cualquier país extranjero.

8. Vamos a trabajar en la elaboración de una ley de amnistía general, que concedería la amnistía a aquellos que participaron en los sucesos y se alzaron en armas, para iniciar una nueva era de tolerancia.

9. La riqueza nacional y los recursos esenciales para los libios, tales como el petróleo, el gas y el agua y los fondos, que se hayan congelado, se deben mantener.

10. Se debe comenzar la negociación para elaborar una constitución y determinar los términos de referencia que protejan los derechos de las personas y salvaguarden las libertades fundamentales, y para nombrar un comité de expertos y especialistas que desarrollen un proyecto para la discusión y el referéndum. Los proyectos nacionales como el Gran Río Artificial, los puertos, los aeropuertos y las fábricas deben ser protegidos. Por otra parte, despilfarrar la riqueza y devastar la infraestructura se consideran delitos de traición a la patria, y aquellas deben estar bajo la protección de las tropas libias.

En el plano exterior:

Primero: Responder a la llamada para la paz y la aceptación de las iniciativas de los acuerdos regionales e internacionales, en concordancia con un proceso que asegure el cese de la agresión.

Segundo: El rechazo de las resoluciones 1970 y 1973 emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Tercera: Negociar con los países occidentales, tras el cese de la agresión, para reorganizar las relaciones de Libia con Occidente sobre nuevas bases que permitan realizar los intereses de ambas partes, y que conduzcan a la paz, la estabilidad y el respeto a la independencia de Libia.

Cuarto: Apelar a los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y a los países que se abstuvieron en la votación de las resoluciones, a hacer esfuerzos para cancelar esas dos resoluciones y revisarlas.

Quinto: Un llamamiento a las tribus árabes y a los árabes, especialmente en los países que apoyan la agresión contra Libia: a rebelarse contra aquellos de sus gobernantes que proporcionan cobertura a la agresión contra el pueblo libio.

Sexto: La retentiva del pueblo libio para el enjuiciamiento de los países, organizaciones y organismos, personas e instituciones, que han practicado o facilitado la agresión o la han alentado.

Séptimo: Instamos a la Unión Africana a desempeñar un papel para detener la agresión.

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