jueves, 3 de noviembre de 2011

Divergencias con respecto a los versículos ambiguos

Divergencias con respecto a los versículos ambiguos
En su libro «Problemas en la vía de la vida islámica», el Sheykh Muhammed Al Ghazâlî trata de las divergencias con respecto a la ‘Aqîda y aborda la cuestión de los versículos ambiguos
¿Acaso la hormiga sabe como el poeta crea su rima o como el profesor resuelve una ecuación algébrica?
Dije que en el Sagrado Coran existen versículos claros y otros ambiguos. Sin embargo, ¿cual es el porcentaje del ambiguo comparado al claro?
El claro (al-Muhkam = المُحْكَمُ) constituye el núcleo y la base del libro (Umm al-Kitâb), es el fundamento de las obligaciones, esto significa que es hacia él que se orienta la voluntad de los hombres de ciencias, mientras que el ambiguo tiene un espacio limitado: ocuparse o basarse en este constituye un desvió del pensamiento y del corazón.
Basta tomarlo tal cual, sin seguir más sobre el tema ni buscar complicaciones, eternizarse no sirve para nada ya que será a expensas de lo que está claro. Descuidaríamos lo que es prioritario por haber gastado en otra cosa el tiempo que le era reservado.
Una persona me dijo: pero nuestros ancestros divergieron después de haber reflexionado, no podemos negar esto. En el país, hay personas que se atan de forma fanática a los Salaf que han tomado los versículos según su sentido aparente y hay otros que se atan a los Khalaf que han interpretado estos versículos y les han dado sentidos razonables. Pues que debemos hacer?
A lo que respondí: ¡El fanatismo ciego no está aceptado! Cuando reflexionamos bien, encontramos elementos que hay que afirmar.
Los Salaf tanto como los Khalaf glorifican y le alaban a su Señor los unos tanto como los otros. Le santifican, esperan Su misericordia y teman Su castigo. Todos creen en El, que es Omnipotente y que nada no es tal como El. Lo que Le atribuyen los Judíos y los Cristianos como cuerpo, número o cualquier otro fenómeno humano es un grave error.
Las expresiones de los Salaf y de los Khalaf van todas hacia estos objetivos. La manera y el estilo pueden diferir, pero si la divergencia entre ambos no depende del dominio del lenguaje, se encuentra muy cercana de este.
El Coran es un libro que forja la certitud en los corazones, propaga el bien en la sociedad, habla a los servidores de Allah para hacerles conocer Su potencia y Su grandeza, y elevarles en la piedad.
El Coran, que fue revelado en idioma árabe, siguió sus reglas, sus estilos y sus metáforas.
Cuando meditamos de manera correcta sobre el Sagrado Libro, seguimos la vía recta. Sin embargo, el cerebro humano tiene vagabundeos que le sugieren a veces hacerse preguntas que no tienen respuestas.
Si memorizo el Coran, ¿donde se encuentra el lugar de lo que fue memorizado? ¿En el corazón o en la cabeza? ¡No sé!
La memoria es un deposito extraño, ¿cómo desaparece en sus abismos lo que olvidamos, y flota en su superficie lo que nos acordamos? ¡No lo sé! ¿¡Y cuál es la utilidad de insistir sobre interrogaciones si la respuesta está encima de mis capacidades!?
¿Acaso la hormiga sabe como el poeta crea su rima o como el profesor resuelve una ecuación algébrica? No lo sabe, y no lo va a saber nunca!!
Pues ¿por qué uno de ustedes intenta conocer los secretos de la Esencia divina… mientras que ni se conoce sí mismo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario