miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mercenarios e impunidad en Libia

Mercenarios e impunidad en Libia
Otro crimen de lesa humanidad
Un mes después del brutal asesinato del dirigente libio Moammar El Khadafi a manos de los mercenarios dirigidos por las fuerzas especiales de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia y los países de la OTAN , estos grupos lograron detener a su hijo Saif Al Islam, que había estado al frente de la resistencia junto a su padre.
El linchamiento público del dirigente libio, maltratado, golpeado y torturado por sus captores, exhibido luego en un frigorífico, junto a su otro hijo Muatassim asesinado de la misma manera, fue el despertar para muchos que habían sido confundidos con la historia falsa de una rebelión popular que en realidad era una mascarada para encubrir la invasión de las potencias occidentales.
A partir de ese momento algunos sectores tomaron conciencia de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los invasores de Libia, cuidadosamente ocultados por los medios y agencias internacionales, que nunca han mostrado los muertos, a pesar de que se reconocen miles de víctimas, ejecuciones, torturas, violaciones, masacres, crímenes raciales y otros ejecutados por las fuerzas mercenarias del Consejo Nacional de Transición (CNT) bajo el mandato de la Organización del Atlántico Norte (OTAN).
Esto obligó al fiscal de la Corte Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo a anunciar en una conferencia de prensa-que también ocultaron los medios y difundió Telsur- que se iban a investigar las denuncias de graves violaciones a los derechos humanos cometidos por el CNT y la OTAN en Libia.
Posiblemente lo dijo para calmar las severas críticas de su inexplicable actuación, cuando en momentos en que la OTAN comenzaba a bombardear Libia, violando la intervencionista Resolución 1973 del Consejo de seguridad de la ONU del 17 de marzo pasado, ordenó la captura de Khadafi su familia y funcionarios cercanos por violaciones a los derechos humanos.
Esta apresurada decisión que servía a la ONU para justificar la invasión y paralizar el repudio internacional hacia ésta, estuvo basada en supuestos bombardeos de Khadafi contra la población civil, que según informes de los medios, usados como un arma de guerra en este caso, habían dejado entre mil y diez mil muertos de acuerdo a lo argumentado por un miembro libio de la CPI , según citaron las agencias.
La verdad es que nunca existieron tales bombardeos como constataron diplomáticos rusos, chinos, y turcos y observadores de distintos países, como luchadores por la paz británicos, belgas y franceses, además los enviados de la Unión Africana en esos momentos, advirtiendo que no existía ninguna imagen sobre los mismos, a pesar de que había corresponsales extranjeros, todo lo cuál fue reportado documentadamente a la ONU lo que nunca tuvo en cuenta esta institución y por supuesto Moreno Ocampo tampoco.
El Fiscal sólo actuó por las denuncias de los mercenarios y los medios que instigaron la invasión contra Libia.
De esta manera comprometió a la CPI basado en informaciones falsas justificando la injustificable invasión supuestamente humanitaria para deponer a un dictador siniestro capaz de bombardear a un pueblo inerme en una manifestación pacífica, hecho inexistente.
Este 24 de noviembre Moreno Ocampo llegó a Trípoli, no para investigar los crímenes de la OTAN sino para negociar quien se queda con Saif Al Islam, al que se ha dejado en manos de temibles asesinos, sin que nadie diga nada.
El silencio perturbador del mundo abona la impunidad y abre las puertas a nuevas invasiones y genocidios.
Más aún hasta fines de enero de este año Khadafi había sido adulado por los gobiernos europeos, que compraban el petróleo de ese país en euros, lo que hace presumir que eran cómplices de un dictador, pero con el que no pudieron negociar la entrada masiva y sin control alguno de sus empresas a Libia, y menos aún la propuesta de Estados Unidos de instalar en Trípoli la sede de su nuevo Comando Militar para el Africa, el AFRICOM, con base actual en Stuttgart, Alemania, con el que Washington intenta controlar ese continente.
Hay suficiente información pública para saber qué es y que se propone el Africom, que en un principio comenzó trabajando con el Comando Europeo para Africa y que ahora se deslinda de sus socios, algo que los gobiernos de Europa nunca explicaron a sus pueblos.
De la misma manera les ocultaron quien se queda con el control de los países ocupados en las tres guerras coloniales de este siglo, en las cuáles participaron con dineros, hombres y armas afectando gravemente la propia economía.
Los orgullosos gobernantes del euro, ahora lo ven caer al oscuro fondo, y la Unión Europea , que preanunciaba un bloque potente y desafiante en este siglo, terminó desinflada gracias a los socios europeos de Estados Unidos que llegaron al poder y gobernaron mintiendo a sus pueblos, como ahora éstos están descubriendo tardíamente.
Extraña que la izquierda francesa no esté en las calles demandando a Nicolás Sarkozy quien acaba de sugerir una nueva invasión humanitaria contra Siria, jugando con fuegos que no podrá apagar y asumiendo sin tapujos un nuevo papel colonial.
En tanto el dictador feroz de Libia terminó convertido en un héroe resistiendo la invasión de su país y es necesario analizar hasta qué punto llega el cinismo cuando se conoce cómo trabajaron los gobernantes europeos para ganarse la confianza de Khadafi -cuyo país había sido bloqueado y los fondos estatales congelados por Estados Unidos-para convencerlo de que colocara los dineros del estado libio en la confiable banca europea.
Ahora estamos viendo cómo algunos intelectuales equivocados confundidos dicen que Khadafi se había vendido a Europa, simplemente porque les vendía petróleo y porque creyó en ellos. Sin embargo no juzgan a los gobernantes europeos, especializados en su viejo papel colonial de embaucadores, inmersos en guerras coloniales que han hundido a sus países en la violenta crisis actual y que cómo salvación intentan hacer retroceder a sus sociedades a algo así como los arrabales de la post segunda guerra mundial.
Los unos y los otros sacan el slogan de moda. Khadafi era de la CIA. Ninguno- ni de derecha ni de izquierda- ha podido demostrarlo, pero lo dicen, a pesar de que esta institución intentó no menos de 400 veces asesinar al dirigente libio.
Además estuvo detrás de todos los ataques cometidos contra ese país, como los dos bombardeos de 1986, en uno de los cuáles mataron a una pequeña hija de Khadafi y de los intentos de invasión -también mercenaria- en el año 2006 utilizando a sus hombres de Al Qaeda.
Varios de estos murieron en los combates contra el ejército libio y los que fueron prisioneros serían dejados en libertad después de firmar un acuerdo de no cometer actos de terrorismo contra sus hermanos, lo que en todo caso evidencia un problema ideológico de fondo en los gobernantes libios.
Algunos de esos mercenarios estuvieron ahora al frente de los que llegaron como tropa de resguardo de las potencias de la OTAN , ya que la resolución de la ONU , que abrió las puertas a la invasión, establecía que no podía haber tropas extranjeras actuando por tierra en ese país.
Por esa y otras razones usaron a los llamados ejércitos privados integrados por los mercenarios de peor calaña de todo el mundo.
Para aquellos que dudaban de que fuera un ejército mercenario el que actuaba en Libia, capaces de torturar, asesinar en terribles circunstancias a sus víctimas, violar, robar, como lo hicieron ahora la verdad se impuso. La realidad está allí.
Khadafi sabia lo que decía desde un principio cuando el 24 de febrero de este año acusó a Al Qaeda por las primeras acciones violentas en Libia, donde una manifestación, relativamente pequeña, en Benghazi fue utilizada para iniciar un violento ataque destruyendo comisarías, cuarteles, escuelas y otras instituciones en pocas horas y dejando centenares de víctimas entre civiles, policías y militares que intentaron una defensa desesperada.

Desde el primer momento todo lo actuado en defensa del país por el ejército libio, fue transmitido por las cadenas de televisión como un ataque a la población y a los rebeldes, Nunca se habló de mercenarios. Y menos de que fueran como lo son de Al Qaeda.
Resulta increíble que Estados Unidos, que viola la soberanía de países, como Pakistán para asesinar a presuntos líderes de Al Qaeda en su guerra antiterrorista, lleva a esos mismos mercenarios a lugares bajo su dominio como Irak y a conformar la tropa de la OTAN para invadir Libia, donde ahora se les entregó el poder militar y político.
DE MERCENARIOS Y OTRAS CUESTIONES
El pasado 19 de noviembre se presentó un proyecto de resolución en la Tercera Comisión de las Asamblea de Naciones Unidas bajo el título de "Utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación".
Pero este intento de condena al uso de mercenarios fue resistido por Estados Unidos y la Unión Europea , configurando un grave precedente a la luz de los sucesos en Libia y los crímenes de lesa humanidad cometidos por los invasores.
Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, a los que se sumaron Alemania, Portugal y Bosnia y Herzegovina, que ocupan un asiento en ese organismo, se opusieron a denunciar el uso de mercenarios como reclamaba la propuesta de Bolivia, Cuba, Nicaragua, El Salvador y Belarús y que fue adoptada por 118 votos a favor, 52 en contra y cinco abstenciones.
De los 52 votos en favor de los mercenarios 36 provinieron de países europeos, pertenecientes y no a la Unión Europea, señala el informe.
Los restantes integrantes del Consejo de Seguridad que votaron a favor de la propuesta contra el mercenarismo fueron Rusia y China (miembros permanentes) además de Brasil, Gabón Líbano, Nigeria, India y en tanto Colombia que forma parte de esta instancia de la ONU hasta finales del año próximo, se abstuvo
En América Latina 20 países votaron a favor de la propuesta y contra el uso de mercenarios con la abstención además de Colombia, México y Chile.
La propuesta reconoce que los conflictos armados, el terrorismo, el tráfico de armas y las operaciones encubiertas fomentan la demanda de mercenarios y llama a tomar medidas contra la amenaza que entrañan las actividades de esos elementos.
Se solicita a Estados Unidos que tome las providencias legales para impedir que su territorio y su nacionales sean utilizados para reclutar, concentrar, financiar, entrenar, o proteger el tránsito de mercenarios.
Señalaron que es importante considerar las actividades de los llamados contratistas o ejércitos privados que son utilizados para desestabilizar y derrocar gobiernos, afectar o destruir las integridades territoriales de Estados soberanos que actúan de conformidad con el derecho a la libre determinación.
La iniciativa llama la atención sobre el uso de mercenarios por empresas privadas de seguridad militares, y exige que se prohíba la intervención de esas firmas en conflictos armados o acciones encaminadas a desestabilizar regímenes constitucionales.
También se mencionan las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por estos soldados de fortuna y se reclama que esas empresas y su personal rindan cuentas por estas violaciones. Exhortan a los Estados a investigar la participación de mercenarios en acciones terroristas con la posibilidad de juzgarlos y extraditarlos, rechazando "cualquier forma de impunidad que se les otorgue, tanto a ellos como a las empresas responsables de su utilización, reclutamiento, financiación y entrenamiento.( Informe de presentación en la ONU de http://www.rlp.com.ni/noticias/general//eu-y-ue-no-condenan-uso-de-mercenarios 20 -11-1011)
ESTADOS UNIDOS : SEDE DE MERCENARIOS

El pasado 23 de Noviembre David Broock, corresponsal del periódico La Jornada de México en Nueva York se refirió a una casi desconocida oficina dentro de la gigantesca burocracia del Pentágono encargada de otorgar contratos multimillonarios a empresas privadas para las misiones estadunidenses antinarcóticos y antiterroristas o "como dice" la amenaza narcoterrorista en México, Afganistán, Pakistán, Colombia y otras partes del mundo.

Estos contratos que incluyen a servicios de seguridad internacional (el uso de mercenarios en distintos lugares) forman parte de la privatización de servicios de asistencia militar y de inteligencia que resulta ser un negocio muy lucrativo, ya que los contratos que sólo esta oficina otorgará a empresas tendrán un valor total de más de tres mil millones de dólares, señala el periodista citando a la revista Wired.

La entidad que se llama Oficina del Programa Contra Narcoterrorismo del Departamento de Defensa (CNTPO, por sus siglas en inglés), y está bajo mando del Directorio de Operaciones Especiales Conflicto de Baja Intensidad del Pentágono, dentro del sector encargado de antinarcóticos y amenazas globales. fue establecida en 1995.

Pero llamó la atención en 2007 cuando contrató a una subsidiaria de la ahora notoria empresa de seguridad privada Blackwater, junto con varias de las firmas de la industria militar más grande para una amplia gama de programas contra el tráfico de drogas. En 2009 contrató nuevamente a Blackwater para capacitar a la policía afgana. Pero esta empresa ha sido acusada de violar derechos humanos y hasta de robar armas destinadas a la misma policía que supuestamente estaba entrenando, entre otros abusos (el escándalo llevó a Blackwater a cambiar de nombre).

La invasión y ocupación brutal de Libia, el nuevo modelo de esta fase imperial de Estados Unidos pretende ser utilizado rápidamente en Siria ante la falta de respuesta internacional. Y no sólo se trata de la apropiación de recursos, sino de un control casi absoluto, que deja en la desprotección total a todos los países del mundo.

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