jueves, 1 de diciembre de 2011

LA SABIDURÍA; EL ARTE DE VIVIR EN LOS TEXTOS REVELADOS

LA SABIDURÍA; EL ARTE DE VIVIR EN LOS TEXTOS REVELADOS

- Breve introducción a la literatura sapiencial
- Libro de los proverbios y Sirácida ; el valor de la sabiduría popular
- Qohélet; el relativismo existencial. Sabiduría; búsqueda del conocimiento divino
- Las parábolas evangélicas: parábolas del reino
- Los hadices del profeta (saws)
- A manera de conclusión

INTRODUCCIÓN

Entendemos por literatura sapiencial aquella obra escrita destinada para asistir al lector a conducirse con sabiduría en su aventura existencial: Es un tipo de literatura que se ha desarrollado con prodigalidad en oriente medio entre los pueblos semitas, pueblos que se distinguen por su pragmatismo frente a la mentalidad especulativa de occidente (que no obstante cultiva la fábula y la novela ejemplar por influencia de oriente). Los escritos sapienciales no distinguen entre filosofía y estilo de vida; Los autores intentan que su mensaje sea lo más inteligible posible tanto para el lector cultivado como para el oyente iletrado, por ello el discurso adopta una gran variedad de géneros literarios: proverbios, refranes, cuentos, novelas; todos ellos de amplia aceptación popular, dado que la amenidad es junto a la sencillez su rasgo esencial.

Nos encontramos ante textos surgidos de la oralidad; La plaza, en el mundo antiguo (y en sus variantes culturales por todo el mediterráneo como el ágora griega o el foro romano) es una auténtica universidad del pueblo, pero en oriente medio, a diferencia de Grecia y Roma más dadas al discurso legal y especulativo, la plaza es auténtica escuela de vida para jóvenes y mayores; En el mundo arabo judaico la sapiencia sale del templo y se convierte en patrimonio común de la gente y sólo mucho más tarde cuando el riesgo de pérdida o tergiversación se hace más evidente adopta la forma escrita.

Aunque nos limitamos a la literatura sapiencial en las tradiciones musulmana, cristiana y judía surgidas de la revelación (Biblia, Corán y hadices proféticos) el género continuó desarrollándose en el medioevo de modo profano tanto en oriente como en Al-Andalus. Incluso la literatura castellana medieval se dejó influir por el género con creaciones como los ejemplos del conde Lucanor y las traducciones del calila e dimma.

Por la literatura sapiencial desfilan los grandes interrogantes del ser humano; La disertación teológica pasa a un segundo plano y la comunidad religiosa es obviada a favor del ser humano universal. Así, por ejemplo en el libro de Job (Ayub) su protagonista ni siquiera es israelita; la procedencia es algo superfluo lo que importa es su actitud de fidelidad a Allah aún en la desolación más sobrecogedora y es que el arte de vivir y más concretamente de vivir para Allah es el valor más universal que poseemos como especie “privilegiada” más allá de nuestros condicionamientos culturales y sociales.



LIBRO DE LOS PROVERBIOS Y EL SIRÁCIDA; EL VALOR DE LA SABIDURÍA POPULAR

Nacidos de la sabiduría popular, muchos de ellos tienen un profundo sabor ancestral que hunde sus raíces en la solidaridad tribal y el respeto por la ancianidad como receptora de la sabiduría y sede de la experiencia vital, de ahí que en su lectura podamos imaginar a un sabio anciano que prepara a su discípulo para afrontar con dignidad los avatares de la vida, en concreto el texto se pone en boca de un padre que lega a su hijo sus más hermosas enseñanzas para que se conduzca con rectitud.

La temática de los proverbios y del Sirácida (titulado así por el nombre de su autor, Jesús Ben Sirac) es muy variada y sin menoscabo de lo dicho arriba podemos encontrar en ellos también cierta actividad cortesana (los proverbios, en su encabezamiento están atribuidos a Suleimán) que se engarza a la perfección con la raíz popular del género; Junto a proverbios laicos, referidos a la virtud y al vicio, a la riqueza, a las malas y buenas compañías, etc. Encontramos otros de carácter estrictamente religioso que son toda una exhortación a la vida espiritual como en este caso:

Hijo, si te acercas a servir al Señor,
Prepárate para la prueba;
Orienta bien tu corazón, mantente firme,
Y en tiempo de infortunio no te turbes,
Pégate a él y no te alejes,
Para que al final te veas enaltecido,
Acepta lo que te venga y sé paciente en dolores y humillaciones,
Porque el oro se acrisola en el fuego,
Y los que agradan al Señor en el fuego de la humillación.
Si 2, 1-5

Tampoco se libran estos escritos de cierta misoginia, si bien el libro de los proverbios contiene uno de los más hermosos himnos a la mujer sabia que se hayan compuesto jamás (Prov 31. 10-31)


QOHÉLET; EL RELATIVISMO EXISTENCIAL

Muchos exegetas han definido esta obra como el único tratado ateo del corpus bíblico. Sin embargo, lo que el autor expone (y muy acertadamente además) es la futilidad de casi todas las empresas e inquietudes humanas. El ritmo cíclico del texto marcado por el sugerente estribillo “vanidad de vanidades, todo es vanidad” redunda en su visión escéptica y desencantada de la existencia. Veamos algunos ejemplos:

Aborrecí la vida, porque me disgustaba todo cuanto se hace bajo el sol. Pues todo es vanidad y caza de viento. Aborrecí también todos los trabajos en los que me afané bajo el sol y que habré de dejar a mi sucesor
Qo 2.17-19

Ante tal pesimismo el autor nos propone una actitud más “sensata” ante la vida:

Es mejor ir a un duelo que a una fiesta. Pues la vida del hombre acaba en duelo y así el que está aún vivo reflexiona.
Mejor es la tristeza que la risa, pues la seriedad hace bien al corazón. El sabio piensa en la muerte, el necio en la diversión.
Qo 7.2-4

La cita no merece más comentario que el que proceda de la meditación profunda.

Por último, como colofón a este brevísimo recorrido por la literatura sapiencial veterotestamentaria, el libro de la sabiduría ofrece la intuición del conocimiento divino a través de los contrastes y del rechazo radical de la idolatría que distrae con futilidades el camino del hombre hacia Dios:

Quien inventó los ídolos, originó la infidelidad.
Quien proyectó hacerlos corrompió la vida.
Sab 14.12-13

Además, la sabiduría subvierte los valores humanos; la muerte del joven justo es preferible a la longevidad del malvado ya que la primera es un signo del amor de Allah y la segunda de su desprecio por el impío (Sab 4.7-19)


LAS PARÁBOLAS EVANGÉLICAS; PARÁBOLAS DEL REINO

La parábola es uno de los géneros más expresivos de la literatura sapiencial; Hunde sus raíces en la sapiencia popular, pues parte de hechos cotidianos para explicar grandes verdades teológicas. Al parecer Sidna Isa (as) supo recoger en ellas el acervo cultural de su pueblo; No son necesariamente creaciones originales, muchas circularían desde antiguo por las plazas de los pueblos y ciudades palestinos o entre los muros de las escuelas hassídicas pero Sidna Isa (as) les dio sentido como nadie jamás acertó a hacerlo. El complicado concepto teológico del malkutá Yhvéh análogo al mulku Allahi (Reino de Dios) coránico es expuesto ante el pueblo de manera sencilla, cotidiana, amena; Tan aparentemente trivial como un grano de mostaza sembrado casi por descuido que acaba convirtiéndose en un gran árbol que da sombra fresca o como la levadura insignificante que el ama de casa añade a la masa del pan y que hace que este se infle volviéndose esponjoso y tierno (Lc 13, 18-21).

El Reino es tan valioso que merece hipotecar la vida por él, como el comerciante que encuentra un tesoro en el campo y vende todo su haber para adquirir la parcela y junto con ella el hallazgo. O el rico mercader de perlas que hallando una de valor incalculable vende por ella todos sus bienes (Mt 13.44-45).

El Reino, por su valía requiere cautela y atención como en el caso de las vírgenes descuidadas que se pierden las bodas por no tener sus lámparas encendidas a la llegada del novio (Mt 25.1-13).rectitud de conducta y pureza de fe simbolizadas en los vestidos blancos de los invitados al banquete de bodas real, metáfora a su vez del Reino (Mt 22.1-14). Enumerar todas estas parábolas sería en exceso largo para el tiempo que disponemos. Basta señalar que todas ellas emplean imágenes y personajes absolutamente cercanos para el auditorio de la época y aún de esta, pues no han perdido las culturas del mediterráneo sus raíces profundas a pesar del capitalismo globalizador.

También encontramos parábolas en el Corán al-karim pues como él mismo dice Allah no se avergüenza de proponer una parábola aunque se trate de un mosquito o algo aún más insignificante (Al baqara 26) Pues toda la realidad es una gran obra sapiencial que se ofrece a nuestros ojos y a nuestro entendimiento (curiosamente en estos días leí la reseña de una obra de la escritora brasileña Clarise Lispector en la que narra la revelación mística acaecida ¡¡¡¡a través de una cucaracha!!!!).

Las parábolas coránicas ilustran la actitud del hombre ante la verdad revelada; Los miedos y la ignorancia hacen que el ser humano actúe como un perro jadeante tanto si se le amenaza como si se le deja en paz (al aaraf 176).


LOS HADICES PROFÉTICOS

Para este último punto he tomado como referenciala recopilación titulada los jardines de los justos (ar Riyadh as salihin) compilada por Imam Nawawi.

Rasul Allah (saws) fue un maestro de vida y espiritualidad. Su didáctica se basaba más en el ejemplo que en la palabra; Salvo el sermón de despedida no son los ahadices abundantes en largos discursos semejantes por ejemplo al sermón evangélico de la montaña o del llano, según el evangelista que lo cuente. Los hadices sorprenden por su laconismo; son frases cortas, certeras como dardos que disipan las dudas del corazón humano. No hizo el profeta bellas elucubraciones sino que ofreció su ejemplo al que lo quisiera seguir. Sidna Muhammad (saws) desterró en los sahaba (compañeros suyos) toda tentación de amaneramiento espiritual ofreciéndoles la vivencia de una vida espiritual sana y moderada. En palabras de Aisha (r.a) su esposa más querida, él era al Quran amshi (el Corán andante) y por tanto nadie sino él era capaz de transmitir el mensaje de Allah y de llevarlo a la práctica.

Pero volvamos a la cuestión de la pose espiritual; había sahaba tentados de emular las proezas ascéticas de sus coetáneos los monjes cristianos. Con su ejemplo y sus palabras Muhammad (saws) cortó de raíz estas ansias de elitismo místico haciéndoles ver que el Islam es ante todo equilibrio:

Llegaron tres hombres a las casas de las esposas del profeta (saws) preguntando acerca de la adoración del profeta (saws) y cuando fueron informados sus ibadat (actos de adoración) les parecieron pocos.

La soberbia humana, como vemos, es tal que llegamos a corregir a los profetas juzgando sus ibadat insuficientes. Estos tres se disponen, de alguna manera, a enmendarle la plana a Sidna Muhammad (saws):

Dijeron: ¡el profeta no necesita tantos actos de adoración ya que se le han perdonado tanto sus faltas anteriores como las posteriores. Nosotros, sin embargo, necesitamos más actos de adoración.

Se juzgan demasiado lejos de Allah e intentan atraérselo mediante acrobacias cúlticas de lo más disparatadas, estableciendo entre ellos una especie de malsana competencia:

Uno de ellos dijo: En cuanto a mí, estaré la noche entera en oración.
Dijo otro: Yo ayunaré continuamente.
Y dijo el otro: Yo me aislaré de las mujeres y no me casaré nunca.
Vino entonces rasul Allah (saws) y dijo: ¿Vosotros sois los que habéis dicho esto y aquello?. Yo soy más temeroso de Allah que vosotros y sin embargo, ayuno y como, rezo y duermo y también me caso con las mujeres. Quien no aprecia mi sunna y la abandona no es de los míos.
Hadiz de Anás- ar riad as salihin

Y la moderación, sin duda, está unida al conocimiento. Muhammad (saws) recoge el testigo de la inquietud bíblica por la sabiduría, exhortando a su búsqueda de una manera mucho más apasionada y radical; No se trata ya de vivir una vida recta y honesta mediante el cultivo del conocimiento, sino que este es parte esencial del din:

¿Acaso son iguales los que saben a los que no saben?
Los grupos 39,9

A quien siga un camino buscando el conocimiento, Allah le facilitará el camino del yanna
Hadiz de Abu huraira- riad as salihin

La ciencia no sólo debe ser buscada y cultivada, sino transmitida una vez ha sido lograda:

¡Quien sea preguntado sobre una ciencia y lo oculte siendo conocedor de ello, será embridado el día del juicio con una brida de fuego!
Hadiz de Abu Dawud y At tirmidzi

Por último, el conocimiento desaparecerá de la tierra. El último hadiz que citamos nos pone en guardia contra los falsos maestros que surgirán en ese tiempo:

¡Verdaderamente, Allah no quitará el conocimiento arrancándolo de repente a la gente, sino que lo quitará con la muerte de los sabios ilustrados. De forma que cuando no quede uno sólo la gente tomará líderes ignorantes que al ser preguntados emitirán veredictos (fatawat) sin conocimiento, extraviándose ellos mismos y extraviando a los demás!
Hadiz de Al Bujari y Muslim

Omitimos por razón de tiempo la extensa cadena de ahadices sobre la educación islámica. Señalamos solamente que en ellos impera el sentido común por derecho; La sabiduría no debe transmitirse con arrogancia y el maestro no mostrará desazón en convertirse en discípulo si otro más versado que él se cruza en su camino. La sapiencia en el Islam, como en los textos bíblicos aunque e un modo mucho más práctico, es cortesía, humildad y moderación.


A MANERA DE CONCLUSIÓN

Al elegir el tema de esta charla quise proponer a mis oyentes un reto; Sabedor de que hay temas mucho más “candentes” y agradecidos en cuanto a que se prestan más al debate, quise hablar de sabiduría porque es parte primordial de nuestro din (la revelación comienza con el imperativo “¡lee! Denotando la urgente necesidad de conocimiento del ser humano y la solicitud de Allah al ofrecérselo.

La sabiduría, desnuda y elocuente como la verdad a la que sirve, no está de moda en estos tiempos de la rapiña y la manipulación mediáticas. Hoy más que nunca, la sabiduría ha sido recluida en los templos del saber donde sacerdotes funcionarios la custodian y administran su culto sin mucho entusiasmo. Este es nuestro drama contemporáneo; el saber no es compartido en nuestras plazas como ocurría en las sociedades de la nubuwa (profecía). No existe en nuestros días una sabiduría popular aletargados como estamos por la televisión basura y el ocio de parque temático; quizá nunca haya sido el ser humano tan extraño para sí mismo como en estos tiempos.

Sin embargo, la revelación sigue ahí como manantial inagotable. Un manantial cuyas aguas nos hacen ser más puros, más siervos de Allah, más nosotros mismos. Bebamos de esta fuente y no seremos alienados; si la ignoramos, morimos de sed y los siervos ilustrados faltarán y los sustituirán aquellos que dictan fatawat sin haber pagado antes su sed en las aguas del conocimiento de Allah.

Allah es el que sabe.
Ahmad Jalil Ibn Yusuf

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