Siria: ¿Assad se queda o se va?
El buque militar ruso Pyotr Veliky en Tartus, Siria Abril 2010
Siria está al borde de una guerra civil. Después de haber rechazado los cambios que el pueblo le pidió, la mayoría de los sirios quieren deshacerse del dictador Bashar al-Assad.
Aunque las protestas en Siria son parte la dinámica democrática que transforma la vida política en la zona, este conflicto tiene una dimensión estratégica que no tenían Túnez, Yemen o Libia. Ni lo tuvo Egipto a pesar de que en su momento se trató defender al Egipto de Hosni Mubarak como el bastión irremplazable contra Irán.
Bashar al-Assad no parece haber entendido sus vulnerabilidades. Ha demostrado una escasísima visión para comprender que las tiene en tres niveles: El nacional, el regional y el estratégico.
En su entorno nacional Assad no entendió:
a) Que la continuidad e intensidad de las manifestaciones populares en su contra se alimentaban de la propia violencia con que las reprimía. Tuvo la oportunidad de negociar pero no la aprovechó.
b) Que su país no tiene recursos propios para un conflicto prolongado y que no es seguro que Irán se los proporcione.
c) Que la clase empresarial tal vez no lo respaldaría en cualquier circunstancia. Las sanciones económicas impuestas por la Liga Árabe, por Europa y por los Estados Unidos pueden cambiar esa situación.
En el plano regional no entendió que:
a) Los pueblos de la zona están sensibilizados por la primavera árabe. Lo que sucedía en Siria en alguna forma afectaba la estabilidad de otros gobiernos de la región. Mantenerse al margen de una campaña de represión desmedida en ese país no era una opción inteligente para algunos de ellos.
b) Un gobierno de una minoría religiosa agrediendo brutalmente, día tras día, a una oposición compuesta mayoritariamente por musulmanes sunís era una provocación directa a Arabia Saudita.
c) La posible reacción negativa de Turquía. Romper con su gran socio comercial y en cierta forma un aliado político ha sido un error inexplicable.
d) Para todos los países de la región el conflicto entre Irán e Israel es un peligro. La posibilidad de que en el futuro implique armamento atómico sería aun más grave. Así como el problema que representaría para todos un Irán nuclear. Para la mayoría de ellos este es el momento de aprovechar y tratar de cortar las alas a Irán.
e) Por las acciones de Siria en el Líbano y por su permanente amenaza contra Israel hay actores, entre ellos el estado judío, que no perderían la ocasión para cobrar cuentas pendientes.
f) La próxima retirada de las tropas estadounidenses de Iraq es un factor de intranquilidad adicional en la zona. Esta acción aumentará la preocupante influencia de Irán.
En el entorno estratégico:
a) En el conflicto entre Europa y los Estados Unidos con Irán, Siria, el mejor aliado de Irán, es el eslabón débil. Las potencias occidentales no iban a perder la oportunidad de golpear a Siria para debilitar a Irán. Es parte de la presión para obligar a Irán a archivar su desarrollo nuclear.
b) Los Estados Unidos han llegado a la conclusión de que a largo plazo la verdadera arma contra el terrorismo son los gobiernos democráticos. No pueden y no van a permanecer inactivos ante cualquier oportunidad que se les presente de contribuir a derribar un régimen dictatorial que apoye el terrorismo.
c) Ni Europa ni los Estados Unidos necesitan presencia física en la región para castigar a Siria. Con sanciones comerciales y apoyando y presionado a los vecinos sería suficiente. Además, en ese plano estratégico Turquía podía aprovechar la oportunidad de ejercer su poder e influencia en la zona.
d) El apoyo de Rusia a su gobierno será limitado. Aunque Siria sea un mercado importante para los rusos y Tartus en Siria sea su única base naval en el exterior, los rusos lo abandonarán cuando les convenga. Exactamente como hicieron con Gadafi en Libia.
El conflicto en Siria puede prolongarse porque Assad tiene sectores internos que lo respaldan. La clase empresarial, el ejército, la minoría Alahuita o nusayrí, y la mayoría de los dos y millones y medio de cristianos. Los que se han enriquecido bajo su protección y todos aquellos que temen un futuro gobierno musulmán.
Sin embargo, el exceso de brutalidad de Assad y su estupidez política lo han puesto en una situación muy vulnerable. Por estas razones, entre ¿Assad se queda o se va? pareciera que Assad se va. A menos que Rusia o Irán se arriesguen a defenderlo, o el dictador sirio acepte compromisos.
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