domingo, 29 de enero de 2012

Crecen las maniobras políticas contra Siria

Crecen las maniobras políticas contra Siria

Por Martin Hacthoun *

Damasco (PL) Mientras sigue abierta a la observación de la Liga Árabe y un mayor número de periodistas, Siria afronta hoy, sin embargo, un acrecentamiento de las maniobras políticas en su contra, en tanto avanza en las reformas que la conducirán a un mayor pluralismo democrático. "Siria hoy se esfuerza en varios frentes para salir de la crisis que le han impuesto: cumple con los acuerdos firmados con la Liga Árabe, ultima el proceso de reformas integrales, busca alternativas para fomentar su sancionada economía y emprende acciones contra la violencia terrorista para garantizar la seguridad ciudadana", resume el académico Bassam Abu Abdullah.

Ya se terminó de elaborar el proyecto de la nueva Constitución, "y hasta se discute la creación de un nuevo gobierno, que todavía no tiene un nombre, pero en el cual estarán representados todos los sectores de la sociedad siria, desde opositores hasta independientes", explica el profesor de asuntos internacionales de la Universidad de Damasco.

Lo llamarán 'gobierno de unidad nacional' o de 'alianza nacional', o de 'coalición nacional', no sé, incluso el presidente Bashar al-Assad manifestó que no le importa el nombre, sino que su composición refleje todo el espectro de la vida política y social del país, señala el experto en política internacional, quien también se presentó como militante del gobernante Partido al-Baath.

Ese gobierno, que mantendrá al frente al-Assad, quedará establecido en unas cuatro semanas, según estima Abdullah, cálculo con el cual coincide también Kadri Jamil, miembro del Comité Constitucional que discutió y elaboró el borrador de la nueva Carta Magna, y, a su vez, preside el opositor Partido de la Voluntad Popular.

Abdullah y Jamil, así como fuentes que trabajan en el gobierno consultadas por Prensa Latina, pronostican que la nueva autoridad nacional será establecida luego que la Constitución sea aprobada en los primeros días de marzo en un plebiscito popular.

El propio presidente esbozó esa iniciativa en su discurso a la nación a mediados de enero, días antes de que Catar y el resto de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico impusieran en la Liga Árabe la exigencia de que al-Assad abandonara el poder y cediera el cargo al vicepresidente, y este se encargara de formar un gobierno interino de unidad nacional y convocara elecciones.

Una de las fuentes dijo que, en la nueva administración, se evitará el nombramiento de políticos al frente de los ministerios, en cambio, se designarán a profesionales expertos con experiencia en las ramas, cuyo trabajo y desempeño deberán dirigir y supervisar.

Los entrevistados señalan que en las reformas hay dos elementos relevantes en la vida interna del país: que el Partido al-Baath, acorde con la nueva Constitución, dejará de ser la organización rectora y dirigente de la política, el Estado y la sociedad, y segundo que el presidente tendrá solo dos mandatos de siete años cada uno, o sea únicamente podrá ser reelegido una vez.

Esas propuestas, así como la de creación de partidos, las nuevas leyes de elecciones y de prensa, la separación de las ramas del gobierno y otras, están contempladas en el proyecto constitucional que será sometido a referendo a principios de marzo.

Respecto a la incisiva ofensiva, ahora más abierta, las cuales tienen a Catar y Arabia Saudita como principales puntas de lanza, Abdullah concluye que se "les está acabando el tiempo, y es demasiado el dinero invertido y no han logrado sus objetivos".

"No han podido resquebrajar la unidad nacional, pese a la intensa campaña mediática y abiertas exhortaciones a la sedición por canales satelitales noticiosos y religiosos desde el exterior, especialmente desde Arabia Saudita", asevera el profesor.

Y cada vez son más visibles las evidencias de que la llamada revolución siria es un plan impuesto desde el exterior, no un fenómeno auténtico de masas en el cual incluso se ha pagado a la gente para que protestara, indicó.

Reconoce que debido a la corrupción "que se enquistó en Siria" y las actitudes caudillistas de algunos dirigentes locales, se generó descontento y parte de la gente protestó honestamente y demandó cambios y reformas.

Pero aclara que esas manifestaciones, las cuales comenzaron en Daraa en marzo de 2011, fueron utilizadas por fuerzas externas para desatar y azuzar un conflicto interno en Siria, con el empleo inclusive -aseveró- de mercenarios y comandos bien entrenados de organizaciones radicales de salafistas, wahabitas y miembros extremistas de la Hermandad Musulmana.

Al-Assad admitió los errores -recordó el profesor- y tras escuchar a representantes de quienes se manifestaban, optó por emprender un proyecto de reformas cuyo punto culminante será el diálogo nacional. Desde que este proceso se inició, las demostraciones de auténtico descontento popular -aseguró el experto- cesaron.

Para apresurarlo, al-Assad promulgó muchas de las leyes por decreto presidencial, a fin de no tener que esperar por el debate y aprobación legislativa.

Abdullah afirma que las fuerzas de seguridad sirias han arrestado en los enfrentamientos con los grupos armados a tres oficiales cataríes, a 47 militares turcos, y también a jordanos, iraquíes y hasta pashtunes y chechenes que han traído desde Afganistán y los han infiltrado en Siria.

Entre los capturados -asegura- hay sirios extremistas de la Hermandad Musulmana que estaban radicados en el Líbano. Sus aseveraciones acerca de los arrestados coinciden con otras fuentes consultadas por Prensa Latina.

Y sobre la utilización de mercenarios, trabajos de investigación informativa aparecidos en varios medios, incluido el portal israelí DEBKAFile, también señalan que Catar no solo ha canalizado sumas millonarias para tales fines, sino incluso envió a un comandante militar a asesorar la formación en dos campamentos en Turquía de una fuerza extremista de intervención que han llamado Ejército Sirio de Liberación.

Abdullah sostiene que este ha sido un plan preparado desde hace años, en el cual han aprovechado las inclinaciones de creyentes islámicos ortodoxos y fundamentalistas, en particular en Homs, quienes han sido influenciados por edictos salafistas y wahabitas, las escuelas más extremistas dentro del Islam.

Sobre la popularidad del presidente y el apoyo del pueblo a su autoridad, el académico refiere que, según una institución en Doha, al-Assad cuenta con el respaldo del 55 por ciento de la población de 23 millones y medio de habitantes, pero él sostiene que en realidad un 65 por ciento cierra filas tras su líder.

Hay otro 25 por ciento -indica- crítico del gobierno, desea reformas aunque no necesariamente un cambio de la autoridad, mientras queda entonces de un 10 a un 15 por ciento que no quiere al mandatario.

"Tomando como referencia los dos primeros porcentajes, entonces al-Assad cuenta con la aceptación de la inmensa mayoría", argumenta el académico. Otras fuentes, incluidos analistas occidentales residentes en Damasco, tienen la misma apreciación.

A este contexto interno lo acompaña una intensa campaña política encabezada por Francia, Estados Unidos y Reino Unido en el Consejo de Seguridad, con el apoyo de Catar y Marruecos, este último por su actual condición de miembro árabe no permanente en ese órgano de la ONU, para lograr que se adopte una resolución anti-siria.

Utilizan como base un plan que impuso Catar en la Liga Árabe, rechazado como injerencista por Damasco, de exigir que al-Assad abandone el cargo, relegue la autoridad a su vicepresidente, este forme un gobierno interino y convoque a elecciones.

Los patrocinadores de ese proyecto buscan el mejor lenguaje para convencer a las otras naciones integrantes del Consejo a que lo acepten, pero Rusia, que también presentó una propuesta de resolución sobre Siria, insiste en que no admitirá proposición alguna que no esté acorde con los acuerdos y protocolos firmados por Damasco con la Liga Árabe.

Y toda discusión en ese organismo deberá tener también como base el informe presentado por la jefatura de la misión observadora árabe, el cual fue rechazado por los llamados Estados del Golfo, luego de ser los que más presionaron para enviarla a Siria. Pero la objetividad del reporte no se atiene con sus intenciones contra Damasco, y lo obviaron.

Incluso, en la intensa actividad política en torno al caso sirio, Moscú ha visto un creciente movimiento diplomático con la intención de persuadirlo de que cambie su postura respecto a Siria, observó el canal libanés Al-Manar.

Ya en la capital rusa estuvo el canciller turco Ahmet Davutoglo y se preparan para visitar Rusia los del denominado Consejo de Cooperación de los Estados del Golfo Pérsico, que integran Catar, Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Omán y Emiratos Árabes Unidos.

Todos quieren -afirma al Manar- reunirse con el canciller ruso Sergei Lavrov, quien ya advirtió a su homólogo turco que Moscú rechazará toda decisión unilateral contra Siria en el Consejo de Seguridad.

"Estamos abiertos a sugerencias constructivas para encontrar una solución a la crisis siria, pero no vamos a apoyar propuestas unilaterales como las sanciones impuestas sin previas consultas con Rusia, China y el resto de los países del Grupo BRICS (Brasil, India y Suráfrica)", le recalcó Lavrov a Davutoglo.

Al-Manar recuerda que el secretario adjunto de Estado norteamericano para asuntos del Oriente Medio, Jeffrey Feltman y su asistente Fred Hof también viajaron en días recientes a Moscú y sostuvieron entrevistas con diplomáticos locales.

Sobre los motivos detrás de esta intensificada escalada contra Damasco, el académico Abdullah y el político opositor Jamil coinciden en que los adversarios de Siria se sienten frustrados porque no han podido lograr sus fines, y en especial Catar ve que le queda poco tiempo al frente de la Liga Árabe, la cual deberá celebrar su ya pospuesta cumbre en Bagdad, Iraq, en marzo.

De ahí que la monarquía de Doha ahora esté presionando otra vez para que sea una vez más aplazada. Incluso algunos expertos en asuntos del Oriente Medio estiman que a ese ente regional le queda poco tiempo de existencia por la forma en la cual ha sido manipulado, y el divisionismo que ya dentro de él se nota.

*Enviado especial de Prensa Latina en Siria.

arb/mh

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