viernes, 23 de marzo de 2012

AMLO, RATZINGER Y CÓMO REGRESARLE A LA POLÍTICA MEXICANA LA DIGNIDAD PERDIDA.

AMLO, RATZINGER Y CÓMO REGRESARLE A LA
POLÍTICA MEXICANA LA DIGNIDAD PERDIDA.


Por Fernando Miranda Servín.


La izquierda, por autonomasia, siempre ha guardado sudistancia respecto al clero, precisamente porque el clero siempre se haidentificado con la derecha conservadora. Si AMLO se reúne con Ratzinger en supróxima visita a México y/o le envía una carta para informarle lo que pasa enla nación, estará perdiendo su tiempo y traicionando los principios elementalesde la izquierda ya que este y todos los papas forman parte de ese entramado deintereses internacionales que mantienen oprimidos a los pueblos que de buena fese han entregado a la religión católica. Esta oligarquía, en vez de remuneraresa fe con protección y buenos niveles de vida, explotan y saquean a estospueblos (incluido el nuestro por supuesto).



De nada sirve que AMLO le explique a Ratzinger lo quesucede en México porque este líder mafioso de sobra sabe lo que pasa en nuestropaís. Ratzinger viene a apuntalar el "proyecto" de la derecha, ya seapriísta o panista, que es el único proyecto que beneficia los intereses delVaticano, no del pueblo de México.



Si AMLO quiere quedar bien con el electorado, tal vezdebería de reclamarle a Ratzinger el no haber hecho hasta la fecha unpronunciamiento enérgico de rechazo a la guerra improvisada emprendida por elgobierno de Felipe Calderón contra algunos carteles de la droga, guerra que haprovocado ya más de 60 mil muertos y miles de viudas y huérfanos. AMLO tal vezdebería preguntarle a Ratzinger por qué no ha reprendido a su súbdito religiosoFelipe Calderón por estar aplicando durante todo su sexenio una políticaeconómica criminal con aumentos abusivos al precio de la gasolina y las tarifasdelincuenciales de electricidad que empobrecen aún más al pueblo de México.



Si AMLO le hace estos reclamos a Ratzinger, el pueblode México seguramente se lo agradecerá más que si asume una actitud meramenteconvencional como simple estrategia para ganarse la simpatía del electoradocatólico.



Ni Ratzinger,ni la jerarquía católica mexicana, ni el duopolio Televisa-TV Azteca, ni laderecha depredadora encarnada en los partidos PRI y PAN, pueden seguirengañando al pueblo enarbolando la falsa bandera de la benevolencia; y AMLO, enesta obra de teatro con actores más que curtidos, solamente sería un patéticopatiño debutante.

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