Los problemas de la filosofía en el Islam actual
La decadencia y el renacer filosófico
Averroes (Ibn Rushd)
Por diversas razones, la mayoría de las veces simplemente por la influencia negativa de una disminución generalizada en el nivel intelectual de la ummah, y recientemente por el rechazo de las sectas reformistas wahabi y deobandistas a toda forma de expresión científica y por su tendencia a hacer ver el Islam como la “religión simple del desierto”, el cultivo de la filosofía decayó fuertemente a lo largo de los siglos en el ámbito del Islam.
Si deseásemos repasar la historia de la filosofía islámica, deberíamos hablar de kalam y fálsafa, de tassawuf y de Al Kindi, de Razi, de Al Farabí, de Avicena, de Averroes, de Al Ghazzali, y tal vez aventurarnos en los asuntos del análisis del “ser” en el neohelenismo filosófico que desde Al Andalus hasta la India, desveló a los pensadores musulmanes. Pero no es este nuestro objetivo, nos propusimos una tarea mucho más pretenciosa, desde hace años buscamos generar una revivificación de la ciencia filosófica en el Islam, tarea ciclópea esta, ya que además de los problemas inherentes a la propia materia, encontramos hoy que desgraciadamente, muchas veces son las personas menos letradas, de visión más corta las que, simplemente por el poder del dinero y no por el saber, fundan y dirigen muchas “universidades” en los países islámicos. Así, prima la ignorancia rampante, y nacen innumerables problemas, que se suman a la ya complicada tarea de desarrollar un pensamiento filosófico propio. Increíblemente, muchos pseudo-eruditos actuales, “rechazan” –esto es imposible para un intelectual- la filosofía.
En general este rechazo se basa en una profunda ignorancia, ya dijo Ali ibn Abu Talib RA: “Quien ignora un asunto es su enemigo natural”.
Lo cierto es que hoy muchas universidades islámicas no son más que falaces entidades emisoras de certificados al memorista, esto es una aberración, es vergonzoso y si una persona ilustrada que por alguna razón no hubiese oído nunca hablar del Islam de pronto observara estas instituciones, seguramente se extrañaría mucho de que se las llame universidades. Este no es el caso de todas las universidades islámicas por supuesto.
Sin embargo, el pensamiento filosófico clásico del Islam, bien podría hoy considerarse algo discontinuado, estancado desde hace ochocientos años más o menos. Por esto hoy ya no solo es necesario retomar los problemas que abordaron los filósofos islámicos tradicionalmente, sino que es necesario reconstruir casi todo el edificio de la filosofía islámica.
Por supuesto, no puede prescindirse del trabajo de los filósofos musulmanes anteriores, pero este debería ser reabordado en una nueva etapa, en un renacer de la filosofía islámica, por el trabajo singular de quien en ello esté interesado.
Si esto ocurriese, si se volviese a levantar la cultura islámica como la más desarrollada de la tierra, el actual período quedará sin dudas en la historia como la época oscura del Islam, la época en la cual decayó el arte y la ciencia para dar paso a la ignorancia.
Si este renacer ha de ocurrir, ya no sería necesario recurrir a las bases sentadas por los filósofos griegos, sino que el antecedente de este renacer serían los propios filósofos musulmanes del pasado, por un lado, y todo aquello que se desarrolló en el ámbito de la filosofía occidental durante los últimos siglos por el otro.
En este sentido el trabajo a encarar por los científicos musulmanes es complejo, y tal vez un sistema filosófico que brote de mentes musulmanas, debería inclinarse a un neo-idealismo, considerando los trabajos de Hegel y Heidegger, a la vez que debería permitirse analizar bajo la luz de la revelación ciertas ideas de la filosofía materialista de Marx. Esto en cuanto al “macrosistema”, no faltará sin dudas, quien incursione como los filósofos musulmanes antiguos en las consideraciones respecto al “ser”, y aquí encontraremos, y no debería extrañar esto a nadie, que toda la filosofía de Sartre y de los existencialistas en general se basa en el trabajo de los filósofos musulmanes como Al Farabi o ibn Jaldún.
Queda así planteado un desafío a las mentes de los intelectuales musulmanes de hoy.
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