miércoles, 28 de marzo de 2012

Sobre Trayvon Martin, el Opus y Afganistán

Sobre Trayvon Martin, el Opus y Afganistán


Sobre Trayvon Martin, el Opus y Afganistán
Cada vida afgana, incluyendo la de los niños, vale $50 mil dólares. Los heridos, lógicamente, valen menos. Cada uno se remedia con apenas $11 mil.
Tomado de Claridad, Puerto Rico


Por Manuel de J. González
Publicado: martes, 27 de marzo de 2012
Muchos pensaron que con la elección de un presidente negro en Estados Unidos se certificaba la muerte del racismo. No cabe duda de que dicha elección fue un paso significativo en esa dirección y una señal de que se ha avanzado mucho, pero cuando surgen casos como el del adolescente Trayvon Martin salta a la vista que el problema sigue vivo, muy vivo.

El caso de Martin es grave tanto por el hecho mismo como por lo que ocurrió después. El joven de 17 años murió baleado mientras caminaba a comprarse un refresco, bajo la lluvia con la cabeza cubierta. Iba desarmado. El asesino resultó ser un hombre blanco, vigilante voluntario, de esos que se auto designan “protectores” de la comunidad. Un joven negro con la cabeza cubierta todavía resulta sospechoso en Estados Unidos. Ante el “peligro” el vigilante dispara primero y pregunta después.

El hecho ocurrió el pasado mes de febrero y a estas alturas el agresor aún no ha sido detenido y ni siquiera fue investigado. Durante semanas el asunto permaneció enterrado en el pequeño pueblo de Florida donde ocurrió. Tal vez esa situación cambie ahora cuando hasta la prensa mundial se fijó en el tema y el propio presidente Barack Obama exigió una investigación, pero ese procesamiento tardío no altera la conclusión de que el racismo sigue presente en Estados Unidos, particularmente en los estados sureños.

El Opus Dei entre los Republicanos
De Rick Santorum, precandidato Republicano a la presidencia de Estados Unidos, se sabe que es de derecha. Su extremo conservadurismo no parece ser una táctica de campaña diseñada para atraer el voto de ese sector crecientemente fuerte en el Partido Republicano. Su trayectoria desde que fungió como senador no ha variado. Era ultra entonces y lo sigue siendo ahora.

Lo que muchos no sabíamos es la vinculación de Santorum con la poderosa y misteriosa Opus Dei. Un reportaje recientemente publicado en el diario español El País documenta la estrecha relación del líder Republicano con la mencionada organización católica fundada por el canonizado español José María Escrivá de Balaguer.

El Opus Dei se distingue no sólo por su apego a las doctrinas más conservadoras del catolicismo y por su oposición a cualquier cambio que pretenda liberalizarla, sino por sus acciones dirigidas a influenciar los gobiernos. Para ellos la separación entre iglesia y estado es una anomalía porque dificulta que los valores y doctrinas católicas rijan la vida pública. Esos valores doctrinales tienen que llegar a los centros de poder – como ocurrió durante la España de Francisco Franco - y de ahí el activismo del Opus para colocar sus cuadros, de manera abierta o encubierta, en las esferas de poder político y económico. Sus operaciones en ocasiones son públicas y otras secretas, pero siempre van dirigidas a tratar de controlar las estructuras de mando, tanto públicas como privadas.

Según El País, la vinculación de Santorum con la Obra comenzó en Washington donde la entidad es muy activa. Su extremismo religioso ya era algo manifiesto, pero esa vinculación lo reforzó. Cuando el fundador del Opus, Escrivá de Balaguer, fue canonizado en tiempo récord por el papa Juan Pablo II, Santorum viajó a Roma a celebrar la ocasión.

Ahora mismo las probabilidades de que Santorum llegue a la presidencia de Estados Unidos son bastante remotas. En la contienda primarista anda en segundo lugar y, si lograra alcanzar la nominación tendría que vérselas con un Obama fortalecido por los avances en la economía. No obstante, esta vinculación demuestra que el Opus dejó de ser hace tiempo una fuerza limitada a España y ciertos países latinos para convertirse en un fenómeno mundial. Ya cuentan con un precandidato a la presidencia estadounidense.

A $50 mil por muerto
Cada vida afgana, incluyendo la de los niños, vale $50 mil dólares. Los heridos, lógicamente, valen menos. Cada uno se remedia con apenas $11 mil. Con esas cifras Estados Unidos pretende curar la más reciente de sus barbaries en Afganistán, pagándoselas a los familiares de las personas recientemente asesinadas en Afganistán.

Según sabemos, en esta ocasión no se trató de un mero “daño colateral”. No se trata de civiles que resultaron muertos por “error” o por un “lamentable” accidente, como ha resultado tantas veces desde que se produjo la invasión a Afganistán hace once años. En esas ocasiones bastó con disculparse diciendo que no había intención de matar. En este caso se trata de asesinatos deliberados cometidos por un sargento llamado Robert Bales. Este individuo quiso matar y simplemente mató disparando contra un grupo de personas indefensas.

Como siempre, Estados Unidos pretende resolver el asunto a billetazo y la pasada semana le hizo llegar $50 mil a la familia de cada muerto y $11 mil a la de cada herido. En cuanto a Bale, dicen que lo juzgarán aunque ya comenzó la campaña mediática sobre el “pobre” hombre que ha sido víctima del estrés bélico. Antes de llegar a Afganistán, Bales estuvo varias veces en Irak y parece que el pobrecito anda malito y por eso le ha dado con asesinar afganos, incluyendo niños. Como si fueran reses, el Pentágono procedió a ponerle un valor máximo a cada vida. En cuanto al sargento, pues habrá que tratarlo con psicólogos y psiquiatras, claro está.
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