lunes, 28 de mayo de 2012
Operaciones con bandera falsa
Operaciones con bandera falsa
Estamos tan acostumbrados a que sean las Farc las que protagonizan todos los actos terroristas que cuando se supo del atentado contra Fernando Londoño se pensó inmediatamente que había sido víctima de la guerrilla.
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Sin embargo, han surgido dudas sobre la autoría del delito, inicialmente suscitadas por la vehemencia de las declaraciones de los líderes de la derecha y la prudencia del gobierno y de la policía, que no se apresuraron a atribuirle a la guerrilla la responsabilidad. Más recientemente, el fiscal ha dicho públicamente que no existen pistas de que las Farc lo hicieron.
Al mismo tiempo, la victima ha expresado inequívocamente que está convencido de que fueron ellas, y ha aprovechado para cuestionar por lo mismo la política de seguridad de esta administración y para poner públicamente en duda la idoneidad del presidente para dirigir a la nación en un momento tan difícil, y la conveniencia de que lo siga haciendo.
Aunque se le ha ido la mano en su interpretación del alcance del incidente no solamente en sus expresiones de censura al gobierno sino en la percepción de su propia importancia, es comprensible su vehemencia. Sería doblemente trágico para él que no fuera la guerrilla la que atentó contra su vida sino que lo fueran facciones más extremistas de su propio bando.
No hay duda de que Londoño fue la víctima y de que está vivo de milagro. Entonces, desde el punto de vista de su propia sanidad mental, a él no le queda alternativa distinta a creer ciegamente que los autores no fueron sus amigos. Si lo fueran no tendría mucho sentido seguir haciendo lo que ha hecho valientemente hasta ahora, y mucho menos pensar, como lo ha sugerido, que haber sobrevivido es una señal de que está predestinado para dirigir el país en esta aciaga circunstancia, y que lo acompañaría en esa gesta la enorme mayoría que ha sentido simpatía por él. En ese esquema mental no cabe la posibilidad de que hayan sido sus copartidarios o los estamentos que él mismo ha defendido insistentemente los que organizaron el crimen.
Lamentablemente, sin que ello implique falta de solidaridad con la víctima, si es necesario examinar si fueron ellos los responsables porque poner en peligro o inclusive matar a su propia gente para atribuirle estos actos al enemigo ha sido algo a lo que se ha recurrido históricamente con alguna frecuencia, al punto que en medios académicos y de inteligencia se conoce esa práctica como “operaciones con bandera falsa”, como las que llevaban a cabo los corsarios para evadir la vigilancia o cometer actos barbáricos que justificaran la posterior intervención de sus gobiernos clientes.
Recientemente se invadió a Irak utilizando como pretexto que el gobierno de este país se preparaba para agredir a Occidente con armas biológicas o nucleares. Los norteamericanos le arrebataros a España lo que le quedaba de su imperio, utilizando el hundimiento del vapor Maine como pretexto inicial. Los nazis habrían incendiado el parlamento alemán en 1933 para suspender las libertades civiles, encarcelar a los opositores, y consolidar la dictadura de Hitler y su partido. Después organizaron incidentes contra la población alemana residente en Polonia y atacaron, vestidos de polacos, una estación de radio en Silesia el día antes de que se iniciara la ofensiva contra Polonia que culminó en guerra mundial.
La probabilidad subjetiva de que fueron las Farc las que atentaron contra Fernando Londoño es posiblemente mayor que la de que fue la derecha. Pero no hay razón para creer que ella no es capaz de hacerlo o que no sacrificaría a un alfil para posicionar mejor a su reina.
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