lunes, 4 de junio de 2012

Comienzan los calendarios gregoriano y el llamado tzolkin

Comienzan los calendarios gregoriano y el llamado tzolkin (31/12/2003) México - El Norte de Jalisco fue cuna de civilizaciones antiguas (18/12/2003) Los mexicas molían y cremaban los cuerpos para separar el alma (31/10/2003) Caminos prehistóricos en Costa Rica (18/10/2003) El Camino del Inca, el más largo del mundo (8/10/2003) Industria de la plata antes de los Incas (2/10/2003) Confluían cuatro cogobiernos en Teotihuacán (14/9/2003) Estiman más antiguo origen de americanos (4/9/2003) Enigmas de la arqueología cubana (19/8/2003) Por qué cayó en desuso la escritura maya (5/8/2003) Guatemala - Milenarios vestigios bajo tierra (13/7/2003) Descubren antigua civilización en Ecuador (1/7/2003) Saqueadores del pasado Maya en Guatemala (29/6/2003) México - Vestigios prehispánicos en el lago de Texcoco (20/6/2003) Hallan una diosa degollada en México (18/6/2003) Falleció la antropóloga Laurette Séjourné (26/5/2003) Hallazgo arqueológico en Guatemala (26/5/2003) México - Hallan vestigios de revuelta maya (1/5/2003) Guatemala - Localizan tumba precolombina (27/4/2003) Vinculan clima con ocaso maya (13/3/2003) Guatemala - Piezas mayas bajo el agua de Atitlán (2/3/2003) La epigrafía maya, entre las más complejas (2/3/2003) México - Bodas de plata de la Coyolxauhqui (16/2/2003) Consideraciones sobre la Aritmética Maya (2/10/2002) Cuentas del Inca (26/9/2002) Comienzan los calendarios gregoriano y el llamado tzolkin Carlos Paul Este primero de enero de 2004, después de más de 5 mil años, ocurrirá una feliz coincidencia: dará comienzo el calendario gregoriano y el llamado tzolkin, en lengua maya, hecho que se volverá a repetir después de ''para ser exactos, 7 mil 280 años, si se consideran éstos de 365 días", explica Raúl González Cortés, autor del ensayo El calendario antiguo de México. Origen del tonalamatl y el cómputo de los días. En el calendario gregoriano -implantado por el papa Gregorio XIII en 1587 y que aún rige en occidente-, los años se forman por 12 meses de 30 o 31 días en general. En el calendario de los antiguos mayas el año se formaba por 18 veintenas, es decir, por periodos de 20 días cada uno, un breve ciclo de cinco días y un día más que se agregaba cada cuatro años. ''Las veintenas fueron usadas por pueblos como el olmeca, tolteca, maya, mixteco, zapoteco y náhuatl. Esos periodos servían para computar la cuenta de los días y se combinaba con series de números diferentes a la veintena, de las cuales la serie de los 13 números era la más común", explica el artista gráfico. ''La combinación de esas dos series (la de los 20 días y la de 13 números) dio como resultado un calendario muy particular y único entre los del resto del mundo: el tonalamatl (el papel de los días) que constaba de 260 días, el cual se utilizó para marcar o computar los ciclos de los astros, y a la vez, para señalar los ritos que habían de realizarse tal o cual día. Con él se estructuró el año solar o calendario civil de 365 días de duración, ya que el tonalamatl, que cubre un periodo de 260 días, fue un calendario que corría de manera paralela y estaba ligado a otros, como el tonalpowalli, que cubre 360 días, y el xiwitl, que constaba de un ciclo solar de 365 días o 366 si caía bisiesto, cálculo que se registró mucho antes de que lo hicieran en Europa." La piedra del sol, conocida como calendario azteca, dice González Cortés, ''es una representación escultórica y sintética del tonalamatl, con el que se tejía la urdimbre matemático-astronómico del micro y macroespacio". En ese almanaque ritual de los pueblos prehispánicos (llamado tzolkin, en lengua maya), ''uno cocodrilo es la primera combinación numérica-simbólica con la que inicia dicho calendario, el cual volverá a comenzar su registro el primer día de 2004''. Fecha -abunda González Cortés- en la que ''iniciará la cuenta de la profecía maya que revela el 'gran cambio' positivo en todos los órdenes de la esfera humana y anuncia la llegada de un Nuevo Sol, para el nuevo ser humano. Este proceso de cambio concluirá en el 2012, año en que se habrán completado 5 mil 200 ruedas calendáricas de 360 días, a partir del 3113 antes de Cristo, que es la fecha inicial de las cuentas mayas". Esa dos fechas (2004 y 2012), expresa, ''están enmarcadas por dos acontecimientos astronómicos registrados y pronosticados por mayas y nahuas en los códices Dresde y Borgia, respectivamente, que son el paso del planeta Venus por el disco del Sol, el 7 de junio de 2004, y su repetición el 5 de junio de 2012". Los mayas como los nahuas, continúa el investigador, tenían como inicio de serie calendárica el uno cocodrilo y como combinación final el 13 flor. Uno de los lugares que tiene la fortuna de albergar esas dos combinaciones simbólicas es Xochimilco, ubicado en la misma línea solsticial de la zona arqueológica de Xochicalco, en Morelos. ''La primera combinación (uno cocodrilo) se localiza en la zona arqueológica de Cuauilama, labrada en la piedra de los cerritos del pueblo de Santa Cruz Acalpixca, y la segunda (13 flor) está colocada heméticamente en la fachada norte de la iglesia de San Bernardino, en el centro de Xochimilco, donde 26 primorosas flores, de diseño sincrético, cuadrangulares y octagonales, adornan ese muro. El día uno cocodrilo corresponde a la cuenta larga que consiste en ir contando los días en series combinadas lógica y gradualmente de 20 símbolos y 13 números. Según la arqueología académica, esa cuenta larga es creación de los mayas y su uso se remite sólo a esa cultura''. Sin embargo, dice González Cortés, los pueblos del centro de México, entre ellos los de origen náhuatl, también la usaban, de manera tal que quedó registrada en los escritos coloniales del siglo XVI. Uno de esos días de la cuenta larga, fue el 13 de agosto de 1521, que corresponde al zen koatl (uno serpiente), día en que los mexicanos dejaron de luchar físicamente contra la invasión española para dar paso al proceso de mestizaje un día después, o sea el día ome mikiztli (dos muerte), fecha registrada dentro de la iglesia de San Bernardino. ''Si el 2000 -concluye González Cortés-, fue festejado por el mundo occidental con bombos y platillos por ser el inicio de un nuevo milenio, para nosotros, descendientes de las culturas prehispánicas, el 2004 reviste singular importancia y debería ser celebrado de igual manera." La Jornada - México D.F., 31/12/2003 México - El Norte de Jalisco fue cuna de civilizaciones antiguas Rebeca Pérez Vega En el primer milenio de nuestra era, en territorio del actual estado de Jalisco, están los orígenes de una cultura que tuvo gran influencia en las culturas tolteca, olmeca, maya y azteca. Investigaciones que se han realizado a lo largo de los últimos 30 años en la zona norte de Jalisco han revelado que grupos indígenas asentados en el cerro del Huistle y sus alrededores dejaron precedentes importantes a estas culturas de Mesoamérica y a otras del Suroeste de Estados Unidos. Ante la importancia de los descubrimientos realizados en el municipio de Huejuquilla el Alto, la arqueóloga belga Marie-Areti Hers, quien desde 1974 trabaja en la zona norte de Jalisco, el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), la comunidad y el ayuntamiento, decidieron hace tres años agrupar el acervo arqueológico, por lo que propusieron la construcción de un museo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El proyecto se hizo realidad: este domingo se inaugura el Museo Tatuutsima, Historia y Arqueología de Huejuquilla el Alto. El museo comunitario, que tuvo un costo de 500 mil pesos y fue apoyado también por la Secretaria de Cultura de Jalisco, contiene tan sólo el diez por ciento de los vestigios encontrados en la zona, pero se trata del “material más representativo de la cultura huistleña”. En sus salas, los visitantes podrán apreciar los diversos aspectos de este grupo indígena, y se explicará el vínculo que tiene con la actual cultura huichola. En más de tres décadas de investigaciones, Hers encontró en Huejuquilla el Alto asentamientos y vestigios arqueológicos que datan del año 100 de nuestra era. Hers informó que los huistleños pertenecieron a la cultura chalchihuiteña, que tuvo su origen en los estados de Zacatecas, Durango y Jalisco y que ha tenido gran importancia para la historia de Mesoamérica, ya que pueden ser identificados con las culturas tolteca-chichimeca, que en el primer milenio de nuestra era colonizaron la zona norte del país, especificó Hers. Luego del siglo noveno los tolteca-chichimecas regresaron al sur, a las tierras de sus antepasados, algunos grupos de habla purépecha se asentaron en Michoacán y otros de habla náhuatl fundaron la ciudad de Tula, que dejó huella en gran parte de Mesoamérica hasta la llegada de los colonizadores españoles. La arqueóloga señaló que por la similitud de las construcciones, los materiales y los estilos escultóricos, así como por el culto a los muertos y el sacrificio humano, “la cultura huistleña, fue predecesora de la cultura maya, azteca, tolteca y olmeca, ya que los vestigios encontrados en la zona del cerro del Huistle datan del año 100 de nuestra era”. Uno de los vestigios más interesantes e importantes para establecer el vínculo entre estas culturas se encontró en el cerro. “Se halló un santuario, en el que se encontraban dos esculturas, prototipos de los Chac-Mool, que son muy burdas, pero representan a la imagen que se reconoce después entre los toltecas, purépechas y aztecas. Los Chac-Mool del Huistle, a pesar de su simplicidad formal, son muy importantes por ser las imágenes más antiguas conocidas de este tipo y confirman junto con otros elementos, el origen norteño de los tolteca-chichimecas que fundaron Tula [en el actual estado de Hidalgo]”, afirmó la arqueóloga. El vestigio de las dos esculturas “no es el único elemento tolteca que tiene la cultura Chalchihuiteña, sino que también las formas de construcción de pequeños oráculos rectangulares son muy parecidas a las de la cultura tolteca-chichimeca; además se encontraron las formas de sacrificios que se asocian a la lucha del sol, que después aparecieron en Tula y que llevaron los tolteca-chichimecas del norte”, aseguró Hers. Tatuutsima: los antepasados Tatuutsima es una palabra que viene de la lengua huichola y que significa “antepasados”. Bajo este concepto el museo, ubicado en la presidencia municipal de Huejuquilla el Alto, estará dividido en cuatro salas que explicarán de forma didáctica la historia de la cultura huistleña. En este espacio se dará una introducción que explica el origen de la cultura huistleña y cuáles fueron las áreas de influencia de los grupos que se asentaron en el cerro del Huistle. En la sala denominada “Los huistleños: un pueblo tolteca-chichimeca” se abordarán los aspectos más notables de la historia de los antiguos habitantes de la región (entre ellos el hecho de que primero fueron colonizadores mesoamericanos procedentes del Sur) y la importancia de la guerra, cuyas imágenes grabaron en piedras. En la sala “Vivir y morir en el Huistle” se exhibirán figurillas de barro y ajuares funerarios de los antepasados, que proporcionan la imagen que los huistleños tenían de la vida y la muerte. En el espacio “Vivir en la sierra” se presentará información de los patrones de asentamiento de los antiguos pobladores y su relación estrecha con la naturaleza y su medio ambiente, que sirvió también como refugio frente a la conquista española. Finalmente se vincula a la cultura huistleña con los actuales grupos huicholes que se encuentran en la zona y sus concordancias culturales e históricas. La curaduría de la muestra fue realizada por Hers y el trabajo museográfico fue llevado a cabo por Fernando Félix de la Universidad de la Ciudad de México. Félix decidió que el museo tenga aproximadamente 24 tableros para mostrar las piezas arqueológicas y esté ambientado con elementos distintivos de la cultura huistleña y de los grabados en piedra. En el museo Tatuutsima se expondrán más de cien piezas arqueológicas de la cultura huistleña, que datan del año 100 de la era. Desde collares de cuentas de concha, en piedra verde y turquesa, figuras de barro, cerámica, puntas de lanza y cuchillos en obsidiana (ver fotografía), serán parte de la colección del museo comunitario, situado en Huejuquilla el Alto y que desde este domingo próximo abrirá sus puertas al público. En la exposición se podrán apreciar fotografías de grabados en piedra que realizaron los antiguos pobladores de la zona, que de acuerdo a la arqueóloga Marie-Areti Hers son imágenes muy peculiares de la cultura Huistleña. Además la colección integra objetos cuneiformes en roca arenisca, figurillas de barro antropomorfas, y zoomorfas, anillos, pectorales y diademas de diversos materiales, entre otros importantes objetos representativos de la cultura Huistleña, que por primera vez serán presentados en Jalisco. Anteriormente el acervo del museo fue presentado en Bélgica, en 1993, en el marco de Europalia, y en Nueva York, en 1997. “Lugar de sauces” Huejuquilla proviene de las palabras Huejuca y Huexutla que significa “lugar de sauces”. A cinco horas de distancia de la Zona Metropolitana de Guadalajara, Huejuquilla se ubica en la zona norte del estado, limita al norte con Zacatecas, al sur con el municipio de Mexquitic. El municipio tiene 672 kilómetros cuadrados de extensión y tiene aproximadamente diez mil habitantes, que se concentran en la cabecera municipal. Las actividades económicas más sobresalientes son la agricultura, la ganadería y el comercio, de acuerdo al último censo. El municipio de Huejuquilla el Alto cuenta con una red de comunicaciones estrecha, ya que solo se puede arribar por carretera. La transportación se realiza por la carretera Guadalajara-Saltillo, aunque la región cuenta con brechas para comunicar a los diferentes poblados. La cabecera municipal está a cinco horas de distancia de la Zona Metropolitana de Guadalajara y para llegar se debe cruzar seis veces los límites con Zacatecas. Huejuquilla el Alto es un municipio con larga historia. Desde el año 100 de nuestra era, grupos de indígenas se asentaron en lo que hoy es la zona de Tenzompa, del Huistle y sus alrededores. Los antiguos pobladores dejaron testimonio de su paso por estas tierras: esculturas, arte rupestre y una cantidad ilimitada de piezas, que han sido desenterradas del olvido, hace apenas 30 años. Los vestigios arqueológicos que documentan la historia antigua del municipio norteño de Jalisco, han sido testigos mudos de la formación y desarrollo de la zona, que vivió la colonización española en 1548 y la guerra de independencia en 1810. Ya en 1910 los pobladores de Huejuquilla tomaron parte en la Revolución y el 14 de septiembre de 1912, la región libró una batalla contra el bando de Francisco I. Madero. En 1926, Huejuquilla el Alto fue escenario de la guerra cristera. Encabezado por Pedro Quintanar, un grupo de pobladores de la zona defendió la causa cristera. No fue sino hasta 1938 que cesaron que las batallas en la región, de acuerdo al investigador Manuel Caldera. Milenio - México D.F., 18/12/2003 Los mexicas molían y cremaban los cuerpos para separar el alma Monica Mateos-Vega El hallazgo reciente de restos humanos calcinados en una tumba frente a la escalinata principal del edificio conocido como La Casa de las Aguilas, en la zona arqueológica del Templo Mayor, ha proporcionado importantes detalles, hasta ahora desconocidos, acerca de la forma en que la elite mexica realizaba los funerales de sus dignatarios. Si bien los cronistas de la época colonial describen que los tlatoanis e importantes guerreros aztecas eran incinerados, ningún códice o crónica de los siglos XVI y XVII habla de las características de ese acto, ''quizá porque los informantes indígenas no lo revelaron o los españoles no presenciaron el rito en su totalidad", señala Juan Alberto Román Berrelleza, director del museo del Templo Mayor e integrante del equipo de investigadores que ha reconstruido uno de los rituales más importantes que se realizaban en Tenochtitlán. Después de cuatro años de estudios, la historia de los funerales del personaje descubierto en 1999 por el equipo del arqueólogo Leonardo López Luján puede narrarse de la siguiente manera: se trata de un hombre, probablemente un comerciante, que falleció de muerte natural, es decir, de tlalmiquiztli. Pasados cuatro días de rezos y diversas ceremonias, al cadáver se le cortó un mechón de cabello del área de la coronilla, para ser colocado en la misma caja en la que se guardaba otra porción de cabello que le fue recortada cuando nació (ésta era una costumbre generalizada en el pueblo mexica). Luego se prendió fuego al cuerpo, pero con el único propósito de ''liberar" los huesos de los tejidos blandos. Los huesos ''pelados" fueron golpeados, probablemente con un hacha de piedra de entre 350 y 500 gramos de peso, hasta ser reducidos a pequeños fragmentos. En una pira abierta, los huesos y demás objetos ceremoniales (cerámica, obsidiana, pedernal, basalto, turquesa, oro, concha, copal, palma; así como esqueletos de perro, jaguar, águila y gavilán) se sometieron a una segunda cremación prolongada, esta vez hasta alcanzar la incineración completa de los materiales. El 95 por ciento de los restos óseos de mayores dimensiones, todavía en estado incandescente, se depositaron en un botellón policromo, el cual fue introducido de inmediato a la fosa (tanto el fondo del recipiente como la tierra muestran quemaduras). Cuando la pira ya se había enfriado, una segunda porción de huesos calcinados se echó en un vaso teotihuacano. Finalmente, el resto de las cenizas y algunos fragmentos de cobre se colocaron en una olla con rostro de anciano, que imita el estilo de las que se fabricaban en Guatemala. Faltan muchos fragmentos del esqueleto del personaje, pero ello se debe a que numerosos pedazos quedaron reducidos a polvo o a que ciertos residuos fueron desechados, entregados a los deudos o ingeridos mediante un ritual. ''La hipótesis más fuerte que tenemos es que con la cremación se pretendía acelerar el desprendimiento de las almas del individuo, en particular del teyolía, que es el más importante y que se suponía que estaba en el corazón. Para acelerar el proceso se fragmentaba el esqueleto", explica Román Berrelleza. Agrega que en esta investigación se aplicaron técnicas nunca usadas en estudios arqueológicos, por ejemplo, para conocer los detalles del proceso de combustión de huesos. También se intentó la recuperación de ADN, ''pues algunos reportes dicen que se puede recuperar material genético humano de material cremado, pero no se logró. Sólo hicimos un intento porque se trata de técnicas muy caras para nosotros; hablamos de 800 a 900 dólares por análisis. Para los estándares presupuestales mexicanos se trata de una suma elevadísima", consideró. El investigador puntualizó que 60 por ciento de la evidencia arqueológica analizada no corresponde en nada a lo que se narra en las crónicas de la época, por lo cual las investigaciones en torno a este hallazgo ''constituyen un trabajo pionero que, si bien resuelve parcialmente las interrogantes que tenemos en torno a los rituales funerarios, sienta bases firmes para poder analizar, cuando llegue el caso, el entierro de un guerrero de alta jerarquía o de un tlatoani. Entre otras dudas, todavía queda por esclarecer qué significa la ubicación de los entierros en estas zonas específicas del corazón de Tenochtitlán". El próximo año, el museo del Templo Mayor presentará una exposición que detallará las características del entierro de la Casa de las Aguilas, después de que concluya el largo proceso de restauración de los materiales hallados. La Jornada - México D.F., 31/10/2003 Caminos prehistóricos en Costa Rica Según un estudio efectuado por antropólogos y arqueólogos de la University of Colorado, los pequeños senderos seguidos por los habitantes de Costa Rica hace 1.500 años fueron los precursores de las amplias calzadas rituales que, 500 años más tarde, conectaban los pueblos con los cementerios. El equipo de arqueólogos, liderado por Payson Sheets, dedicó los dos últimos años a localizar los pequeños senderos originales, a menudo invisibles en la actualidad, pero visibles a través de imágenes enviadas por satélites y aviones. Algunos de ellos ofrecen un desgaste que alcanza los tres metros de profundidad debido al repetido paso de muchas personas a lo largo de los siglos. La gente que seguía estos senderos no veía nada de los cementerios hasta que entraba físicamente en ellos. Así, sin quererlo, otorgaban una importancia religiosa a su recorrido, y a la forma apropiada de entrar y salir de estos lugares. Un sendero en particular presentaba una desviación que avanzaba hacia una colina. La cúspide de esa colina sería el único punto de la región desde la cual las personas podían tener desde tan lejos una visión del cementerio llamado Silencio. En otro caso, un pueblo y un cementerio a aproximadamente un kilómetro de distancia tenían una colina entre ambos. En vez de elegir un camino de mínimo esfuerzo, los lugareños crearon un sendero muy utilizado que llegaba hasta la cima de la pendiente, el cual después se dirigía hacia la entrada del cementerio. Sheets opina que esta forma particular de entrar y salir de cementerios y pueblos se extendió a lo largo de los siglos, cuando sociedades más complejas la llevaron a un nuevo nivel de sofisticación al construir calzadas mucho mayores y rectas. Da la impresión de que el cementerio no era el único lugar sagrado, sino que también lo era el territorio a su alrededor, entre él y el poblado. Por tanto, la forma adecuada de acceder era utilizar el mismo camino que sus ancestros. El proceso de entrada y salida de los cementerios formaba parte de un sistema de creencias que incluía fiestas ceremoniales, construcción de tumbas y rotura de cerámica especial, grabado de piedras, etc.. Las imágenes de los pequeños senderos primitivos, algunos de 1.500 años de antigüedad, fueron obtenidas por aviones de la NASA y por el satélite comercial IKONOS, equipados con instrumentos que pueden 'ver' en longitudes de onda invisibles para los humanos (básicamente infrarrojo). Uniendo imágenes con información de posicionamiento GPS, fue posible visitar los lugares y realizar excavaciones. Argenpress - 18/10/2003 El Camino del Inca, el más largo del mundo Odalys Buscarón Al desandar por los míticos valles, que parecen empinarse hacia las cumbres de los Andes, reaparece bajo nuestros pasos una cadena de empedrados hilvanados en cientos y miles de kilómetros, los mismos que recorriera el Inca en la expansión del Imperio del Sol. Entre acantilados rocosos, sierras y páramos yace como inerte en el tiempo el Camino del Inca, una de las monumentales obras de la arquitectura vial precolombina que hizo inmortales a los habitantes de las tierras del Tahuantinsuyo, en un vasto territorio desde Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Cuando llegaron las huestes del conquistador Francisco Pizarro a la ciudad de Machu Picchu en 1532, el imperio se había extendido hacia el este y sur de los Andes, cubriendo cordilleras, valles, semidesiertos, sierras y tupidas selvas hasta la llanura chaqueña de Argentina, descendiendo los cuatro mil metros de altitud. Allí, como abrazada a las nubes, esta civilización levantó sus templos sacros para adorar al astro rey y a la divinidad responsable de la fertilidad. Los vestigios arqueológicos testimonian esa historia, la cual conservada, reposa entre las rocas pulidas y escarpadas, y que la madre Naturaleza tan a bien nos entrega. Estas piedras empotradas en lo más profundo del suelo sirvieron de descanso y brújula durante muchos siglos atrás a las caravanas de pueblos, dueños de antaño del canto del cóndor y de las llamas andinas: los protagonistas de un esplendor jamás imaginable por estas tierras. Recorrer la Ruta del Inca, como también se le conoce, es toparse con una de las grandes cumbres de la historia americana, levantada siempre 'mirando la salida y puesta del Sol'. 'Los incas construyeron el camino más importante y más largo del mundo, desde el Cuzco a Quito, y además, desde Cuzco a Chile, por unas 800 leguas. No creo que nunca se haya construido algo tan grandioso en el curso de la historia humana, que pueda compararse con este camino¦' escribiría en uno de sus pasajes sobre Perú, el cronista español Pedro Cieza de León. Para el llamado segundo descubridor de América, el científico alemán Alexander Von Humboldt, fue 'la mayor hazaña de la humanidad'. La impresionante red de caminos, resultado de la savia de los emperadores incas y jefes militares, se usó en la mensajería y el control de todos los súbditos del imperio, según estudiosos del tema. En hileras de piedras, los senderos incaicos cubren unos 25 mil kilómetros hasta las provincias argentinas de Salta, La Rioja, Jujuy, Mendoza, San Juan y Catamarca. Pero se sabe que, a la llegada de los conquistadores españoles, las rutas estaban ramificadas en una longitud de 40 mil kilómetros, a punto de tocar el corazón del subcontinente. El Qhapaq ñan o Inka ñan (Camino del Inca), además de ser uno de los mayores aportes de esta civilización, como lo fue el calendario maya, simbolizó el poder y la cohesión alrededor de un sistema político y social que imperó por siglos a lo largo de esta porción geográfica. La columna vertebral del Camino del Inca -según los historiadores- fue la arteria conocida como Capacñam, de unos dos mil 500 kilómetros, con su nacimiento en el Cuzco y numerosas bifurcaciones hacia el Sur. Junto al tráfico humano, las llamas transitaron también estos parajes, como animales de carga empleados para transportar a distancias minerales y productos de todo tipo, con lo cual el comercio fue también una de las virtudes desarrolladas por esos pueblos. Si algo deja perpleja la mirada del hombre post-moderno es la curiosa pertinencia de unir dos puntos geográficos con la menor distancia posible. Esto sin obviar las fuentes de agua o la inclinación de la topografía del lugar, tan agreste en ocasiones, pero que denotan cómo las técnicas aplicadas minimizarían cualquier esfuerzo físico de los viajeros. Así, los senderos líticos aparecen por tramos mezclados unas veces en línea recta o zigzag, auxiliados de puentes fijos, voladizos, de madera o roca; colgantes sobre lagos; escalinatas, rampas y altísimas paredes erguidas sobre precipicios y abruptas laderas. En las fatigosas marchas a través del policromo paisaje andino, los caminantes encontraron reposo nocturno en varias de las fortalezas edificadas a mitad de camino, algunas de cuyas ruinas se conservan en pie. Hace casi un año, un equipo de arqueólogos argentinos desenterró de la maleza, casi intacto, un estrecho tramo del Camino del Inca, en la cordillera de los Chicas en Bolivia, a cuatro mil metros de altura, construido unos 500 años atrás. El mismo grupo de investigadores descubrió en abril de 2001 el único puente que preserva su estilo original, con nueve metros de alto y 2.5 metros de ancho, en la región boliviana de Tarija. Cerca de Potosí, otro antiguo viaducto de 15 metros de largo, tres de alto y seis de ancho, con tres alcantarillas en buen estado de conservación, sería avistado por los 'buscadores de la huella incaica'. El vasto corredor trasandino, que hoy recorren turistas de diferentes latitudes atraídos como un imán por la maravillosa ciudad del Sol, guarda celoso enigmas de un pasado edificado por soberanos y pueblos. Tal como suele ocurrir con la herencia cultural y arqueológica precolombina, el Camino del Inca peligra si no se apura una definición como Patrimonio de la Humanidad, a instancias de la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), con vistas a su conservación para generaciones futuras. Argenpress - 8/10/2003 Industria de la plata antes de los Incas Los sedimentos encontrados en el fondo de un lago situado en los Andes bolivianos sugieren la existencia de una activa industria de la plata en la región antes de lo que nadie había imaginado, antecediendo incluso a los Incas. Alexander Wolfe, de la University of Alberta, y Mark Abbott, de la University of Pittsburgh, tomaron las muestras de los sedimentos depositados en un lago próximo al mayor depósito de plata de Cerro Rico de Potosí, en Bolivia. A partir de las concentraciones de metales asociados con la fundición, como el plomo, pudieron inferir la historia de esta actividad en los yacimientos de la montaña. Probaron así la existencia de una industria metalúrgica activa en la zona incluso antes de que los Incas descubrieran la montaña, sobre el siglo XI. Wolfe explica que empezaron a ver niveles altos de plomo, un metal que al ser pesado y no moverse en los sedimentos, se convierte en un buen marcador sobre la polución del aire y para vigilar la actividad metalúrgica. Los Incas utilizaron un flujo que contenía plomo para extraer la plata y para regular la temperatura de la fundición, por lo que la sustancia es un marcador fiable presente en los sedimentos del fondo del lago. El equipo pudo comparar las muestras de sedimento con los metales existentes en el entorno natural durante miles de años, lo que permitió obtener una cronología que muestra cuándo se inició la fundición de la plata. Hallaron de este modo una falta de correspondencia entre la cantidad de plata de la montaña aparentemente fundida y las evidencias arqueológicas, en forma de artefactos de plata, que han sobrevivido y que estuvieron presentes en la región. Aunque es imposible determinar cuánta plata fue extraída de Cerro Rico, los datos implican que se produjeron varias miles de toneladas con anterioridad a la llegada de los Incas. La falta de objetos de plata fabricados en la era pre-incaica podría ser debida a que no han sido aún encontrados por los arqueólogos, o que fueron robados por culturas posteriores. Esta última opción es la más probable: la plata debió ser reciclada y transportada a otros lugares de América antes de la conquista, o quizá finalmente exportada por los españoles. Los estudios ponen una vez más de manifiesto que las culturas andinas más antiguas debieron enfrentarse a problemas modernos. Eran lo bastante avanzados tecnológicamente como para polucionar de forma severa la atmósfera, como indican los niveles de plomo. Estas culturas también permanecieron vulnerables a los cambios climáticos, como demuestra un declive en las fundiciones (años 1200 a 1400) durante un intervalo de sequía conocido. Argenpress - 2/10/2003 Confluían cuatro cogobiernos en Teotihuacán Linda Manzanilla Naim Un estudio interdisciplinario encabezado por la arqueóloga Linda Manzanilla Naim permitió detectar que la civilización teotihuacana se compuso de tres grupos étnicos que al parecer funcionaban mediante un cogobierno conformado por cuatro mandatarios. Lo anterior se concluyó luego de realizar análisis químicos y exámenes a algunas osamentas, con las que se pudo determinar que estos grupos étnicos provenían básicamente de Michoacán, Veracruz y Oaxaca, afirmó la experta luego de recibir un reconocimiento por su reciente ingreso a la Academia de la Ciencia de Estados Unidos. En su conferencia magistral Nuevas investigaciones interdisciplinarias en Teotihuacán, la arqueóloga comentó que se trata de un grupo de migrantes, específicamente comerciantes, que decidieron asentarse en aquella región hacia el año 600. Eso fue posible determinarlo, explicó, tras estudiar el tipo de ceremonias fúnebres que se realizaron, la cerámica, la alimentación que desarrollaron, así como la genética de algunas osamentas. Las prácticas funerarias, comentó, son un marcador de identidad de una civilización, y en el caso de las vasijas, algunas de ellas encontradas recientemente en la pirámide de la Luna, son semejantes a las que se encuentran en Michoacán en tiempos similares. No obstante que la civilización teotihuacana no dejó un legado de sus actividades ni testimonios de cómo era la vida en una ciudad tan cosmopolita y bien planeada, tiene un recurso que se interpretó hace poco: el mural localizado atrás de la pirámide del Sol. ''El mural tiene plasmadas una serie de escenas, algunas con agua, gente nadando, otra cultivando, personas con distintas pigmentaciones y representaciones de las plantas que fueron económicamente importantes para el desarrollo de la agricultura en la región", explicó. Curiosamente, agregó, este mural sugiere también un aspecto que se podría considerar una anomalía en el periodo clásico, que es la colectividad del individuo, lo que domina son las profesiones anónimas, gente que desarrollaba el mismo oficio, pero se desconocen los nombres. En cuanto a su forma de gobierno, se cree que se haya compuesto de cuatro gobernantes. Lo anterior se deduce de la flor de cuatro pétalos que predomina en las pinturas teotihuacanas; inclusive, una de ellas está plasmada en el centro de la pirámide del Sol, donde se hacían una serie de rituales. Habló del proyecto que tienen acordado con el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México de introducir un detector de muones, con el cual se pretende identificar la presencia de cámaras ocultas en la pirámide del Sol. Dicho proyecto se llevará a cabo antes de que finalice el presente año y del resultado de ello dependerá si cambia o no el rumbo de la historia de la civilización teotihuacana, concluyó la arqueóloga. La Jornada - México D.F., 14/9/2003 Estiman más antiguo origen de americanos Arturo Barba Los primeros americanos pudieron haber llegado hace 30 y 35 mil años desde el sur de Asia para poblar la Península de Baja California, México, 200 siglos antes de lo que se creía, sugiere un estudio de Rolando González, de la Universidad de Barcelona, y Antonio González Martín, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. El tema de este trabajo sobre los primeros colonizadores de América -publicado en la revista Nature- es uno de los problemas más discutidos en la paleontología moderna; la hipótesis más aceptada sobre cuándo, de dónde y cómo llegaron sugiere que el continente fue colonizado hace alrededor 13 mil 500 años por un grupo de emigrantes mongoloides, que llegaron desde el norte de Asia a través del Estrecho de Bering. Sin embargo, los resultados del grupo hispano-mexicano cambiarán la teoría que aún se sigue enseñando en todas las escuelas del mundo y demuestra que la ascendencia de América es tan compleja y tan difícil de remontar como el de otros linajes humanos alrededor del mundo. "Encontramos un grupo humano diferente al que hemos denominado paleoamericanos o paleoindios", afirmó González en entrevista con Reforma. "Seguramente fue una migración anterior a la última glaciación que ocurrió hace 10 mil años". Este grupo californiano representa a los primeros ancestros americanos hasta ahora conocidos con rasgos fisiológicos no mongoloides, provenientes de una oleada migratoria del sur de Asia que se dividió hacia Australia, se desplazó por las costas de Asia, y luego pasó por el Estrecho de Bering hacia América. González y su equipo de investigadores analizaron los cráneos de una tribu extinta encontrados en la Península de Baja California en los años 40, y determinaron que las características en la forma craneofacial es muy distinta a los mongoloides que distinguen a los grupos provenientes de la migración de hace 13 mil 500 años. Si bien otros investigadores ya habían postulado la existencia de otros grupos paleoindios, como en Agua Santa, Brasil, ésta es la primera vez que se tiene información científica fehaciente que confirma el poblamiento de América mucho antes de lo que se había pensado hasta ahora. "Hay muchos rasgos que estamos estudiando a través de análisis matemáticos muy profundos, pero básicamente la gran diferencia estriba en la forma del cárneo, ya que principalmente son cráneos relativamente alargados", señaló González. "Esta característica no tiene que ver nada respecto a su inteligencia, sino que la morfología es diferente y más antiguo". La forma en que colonizó América es la misma, es decir, por el paso en el Estrecho de Bering, entre lo que hoy es Alaska y Rusia, pero en una época mucho más antigua. "Los estudios de genética humana y antropología física siguen planteando esa hipótesis", aseguró González. Pero el grupo de investigadores aún no puede determinar si se extinguieron por presiones demográficas, o si se mezclaron con otros grupos. "Lo que parece evidente es que este grupo de paleoamericanos quedó aislado en Baja California Sur". Los paleoamericanos vivieron en Baja California hasta épocas relativamente recientes de hace 300 o 200 años. Los restos fueron encontrados en los años 40 y 80; al mismo tiempo, los investigadores analizaron restos encontrados en otras partes del País como la Ciudad de México. "Son colecciones que ya habían sido estudiadas, pero no se habían hecho investigaciones comparativas con otras poblaciones, por ello, una idea de este equipo es estudiar la mayoría de los grupos, conjuntar bases de datos y compararlos", mencionó González. "Creo que todavía los grupos americanos tienen muchas sorpresas". Los científicos recuperaron la información y midieron los cráneos y los compararon con otros grupos americanos, indoeuropeos y australianos, con lo que realizaron una una nueva aportación interpretativa. Se han realizado estudios histológicos (de tejidos de huesos) pero no hay una gran riqueza en lo que respecta al análisis poblacional, donde sólo se han realizado proyectos aislados que no han sido integrados de forma comparativa. Como parte de este estudio, los científicos realizarán un muestreo intensivo de los grupos humanos representados histológicamente en todo el País junto con otros grupos transamericanos y sudamericanos. "México sigue siendo el punto de referencia", apuntó González. "Si hubo un asentamiento en las costas habrá otras en el resto del continente". En este proyecto se emplearon técnicas tanto morfológicas y moleculares como de ADN para analizar el origen genético. "Son herramientas de la genética humana que no se han aplicado mucho en Latinoamerica". Asimismo, con el uso de programas de software estadístico, se realizaron los estudios de craneometría del que surgieron nuevas medidas para representar los cráneos y sus dimensiones de forma tridimensional. Las semejanzas morfológicas del cráneo, a decir de González, se pueden explicar de acuerdo con dos principios, uno de ellos es que tengan un ancestro común, y el otro, que se hayan adaptado al mismo medio ambiento en el que han vivido. Los investigadores realizaron estudios paleoclimatológicos en Agua Santa, Brasil y en Baja California, México, y encontraron que el medio ambiente era totalmente distinto, por lo que las semejanza morfológicas entre los restos humanos de ambas regiones obedece solamente a que provienen de un ancestro común, y que es la migración de los grupos del sur de Asia. Reforma - México D.F., 4/9/2003 Enigmas de la arqueología cubana Majestuosas herramientas de piedra, análogas a las empleadas por las oleadas humanas del Paleolítico temprano europeo, es decir, que tienen que ver con las primeras poblaciones de seres humanos, fueron halladas en zonas costeras de Sagua la Grande, en Villa Clara. Ramiro Ramírez García, rector del Instituto Pedagógico Félix Varela, de esa provincia, disertó sobre el importante hecho, en el primer día de sesiones del V Taller Internacional de Historia Regional y Local, que comenzó este lunes en el Instituto de Historia de Cuba, en Ciudad de La Habana, y se extenderá hasta el miércoles, con experimentados especialistas de numerosos países. Ramírez García explicó que el material fue hallado por el grupo arqueológico de aficionados de Sagua la Grande, dirigido por el arqueólogo e historiador Raúl Villavicencio, del Museo de Historia de esa ciudad y 'constituye un enigma para Cuba de alta trascendencia científica'. 'Las piezas, de grandes magnitudes, son estudiadas actualmente por los especialistas de Arqueología de la Academia de Ciencias y todo parece indicar que romperán los criterios que hasta ahora existían en cuanto al período original del poblamiento cubano, considerado de 10 000 años de antigüedad, a partir de las piezas encontradas hace mucho tiempo en Mayarí y Levisa, en Oriente. 'El material, detectado sobre todo en zonas costeras y sitios de diente de perro, está compuesto, entre otras evidencias, por grandes hachas de rocas silíceas monolíticas, tajadores, puntas de flechas y de lanzas de enormes dimensiones. Algunos de esos objetos estaban bajo tierra y otros en la superficie, en Los Charcones, cerca de Quemado de Güines y en La Sierrita, en las proximidades de la ciudad de Sagua.' El rector Ramírez argumentó que esas piezas son muy reveladoras de que fueron construidas por comunidades hasta ahora no estudiadas en Cuba y que parecen indicar son sumamente antiguas, 'de un período que no me atrevería a calcular, porque sería echar abajo teorías e hipótesis no solo del poblamiento cubano, sino incluso del americano'. Igualmente el investigador comentó que en el Sumidero de Jibacoa, en las Alturas de Guamuhaya, zona de actual desarrollo cafetalero, en pleno corazón del Escambray villaclareño, se han encontrado 50 sitios arqueológicos con objetos y restos humanos cuyas pruebas de colágeno revelan una antigüedad de más de 2 000 años. En torno a estos interesantes asentamientos las conclusiones preliminares hablan de comunidades pertenecientes a grupos pre-agroalfareros cubanos dedicados a la caza, la pesca y la recolección. Lo más impresionante es el hecho de que se han detectado enterramientos primarios, con esqueletos completos y secundarios, de solo huesos largos y cráneos teñidos de rojo que hacen pensar, ya en esa época remota, en manifestaciones mágico- religiosas y animistas. Argenpress - 19/8/2003 Por qué cayó en desuso la escritura maya Jorge A. Bañales Los mayas desarrollaron el sistema de escritura más avanzado de la América precolombina pero, al igual que otros, ésta desapareció con la clase gobernante que lo usaba y fue sustituido por el de los conquistadores, según un estudio. “Los cambios en los sistemas de escritura reflejan cambios más amplios, no por supuestos avances tecnológicos, sino debido a los sentimientos acerca de las asociaciones de los tipos de comunicación del pasado”, explicó Stephen Houston, uno de los autores del estudio que publicó ayer la revista “Comparative Studies en Society and History”. Houston, un experto en la cultura maya y profesor de antropología de la Universidad Brigham Young (Utah), trabajó con el egiptólogo John Baines, de Oxford (Reino Unido), y Jerrold Cooper, un experto en escritura cuneiforme de la Universidad Johns Hopkins (Maryland), en el estudio sobre la decadencia de los sistemas de escritura. Los tres científicos encontraron que los sistemas de escritura requirieron una gran inversión de sus sociedades en la extensión de un sistema común de grafías, y un fuerte compromiso en la educación de jóvenes escribas. “Habitualmente estos sistemas se relacionaban con funciones múltiples, como los negocios o el gobierno, o con valores religiosos”, indica el artículo. “Cuando esas funciones quedaron limitadas, o cuando, por ejemplo, se derrumbó la base religiosa para el uso de un sistema de escritura, otro tendió a ocupar su lugar siendo su uso más general”, agrega. Los mayas desarrollaron el único sistema de escritura oriundo de las Américas y fueron, además, maestros de matemática. Su sistema de escritura era muy complejo y empleaba elementos pictográficos y fonéticos, o silábicos, y es probable que sólo los miembros de las clases dominantes fueran capaces de leer sus símbolos. La escritura maya se componía de inscripciones en piedra y madera, y usos en la arquitectura. En las tumbas reales se colocaban “libros” hechos de corteza de higuera plegada, que no sobrevivieron mucho tiempo a la humedad de los trópicos o a la presencia de los españoles. Una de las razones para la rápida decadencia y desuso del sistema de escritura maya, y también del cuneiforme y el de los jeroglíficos egipcios, según este grupo de investigadores, es que esos métodos estaban vinculados a las clases dominantes y a sistemas políticos y religiosos obsoletos. “Para cuando cayeron en el abandono las escrituras egipcia, cuneiforme y maya, deben haber acumulado suficiente estigma y desprestigio como para desalentar su uso”, señala el trabajo científico. Prensa Libre - Guatemala, 5/8/2003 Guatemala - Milenarios vestigios bajo tierra Pedro Pop Las entrañas de Santa Lucía Cotzumalguapa y La Democracia, Escuintla, esconden tesoros arqueológicos que pacientemente esperan ser descubiertos. Esto es lo que se encuentra en medio de los enormes cañaverales del ingenio El Baúl, en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla. Pero no sólo en este lugar hay vestigios, pues otros municipios, como La Democracia, poseen los propios, pertenecientes a culturas distintas. Oswaldo Chinchilla Mazariegos, de la Universidad Francisco Marroquín, quien desde 1994 estudia el sitio arqueológico El Baúl, señala que ese lugar no es muy conocido. Sin embargo, lo poco que ha salido a luz tiene gran belleza. La enorme cabeza muestra cuidadosos detalles. Bajo tierra se halla una ciudad de unos 10 kilómetros cuadrados, de una civilización que vivió de 900 a mil años después de Cristo, indica Chinchilla. La ciudad era un sitio importante, pues se han localizado calzadas, puentes y edificaciones. No obstante, el lugar ha sido estudiado sólo por algunos, debido al desconocimiento, falta de financiamiento e indiferencia, pues, según datos, la ciudad fue descubierta en 1860. Rubén Chévez Van Doberman, director y fundador del museo de La Democracia, también ha descubierto gran cantidad de piezas arqueológicas, como las que se encuentran en el parque de ese municipio desde hace 35 años. Según expone, estos vestigios son de la cultura Montealto, que vivió en el área en el 2,500 antes de Cristo, por lo que se le considera la madre de las demás civilizaciones del lugar y la que, con su migración, dio origen a los olmecas en México. Chévez indica que toda su vida la ha dedicado a descubrir fascinantes objetos, algunos en exhibición en el museo local y otros en bóvedas de bancos, donde tuvieron que ser depositados, por el riesgo que corrían. Chinchilla y Chévez concuerdan en que el área está colmada de tesoros arqueológicos, para cuyo descubrimiento se necesita mucho trabajo. El Instituto de Antropología e Historia indica que hacen falta arqueólogos para descubrir y trabajar en estos y otros sitios arqueológicos a nivel nacional, pero los recursos son escasos. [...] Argenpress - 13/7/2003 Descubren antigua civilización en Ecuador Un descubrimiento arqueológico que demuestra que el hombre ocupaba ya la alta cuenca amazónica hace 4.000 años, fue realizado en el sur de Ecuador, en la provincia de Zamora Chinchipe, fronteriza con Perú, por arqueólogos ecuatorianos y franceses, anunció el martes el Instituto francés de Investigación y Desarrollo (IRD). La Amazonía occidental es una región que ha sido todavía poco estudiada por los arqueólgos. La datación de un monumento hallado en la frontera con Perú y el descubrimiento en el lugar de recipientes de piedra demuestran la existencia en la región, hace más de 4.000 años, de una sociedad anterior a las ocupaciones humanas conocidas hasta ahora, lo que lleva a reconsiderar la historia del desarrollo cultural de Amazonía occidental y de las regiones andinas vecinas. En la zona de la ladera oriental de la cordillera andina, piemonte amazónico de topografía accidentada, situado entre los 500 y 2.000 metros de altitud, no se realizaron muchas investigaciones arqueológicas sistemáticas hasta ahora. Esta zona estaba ocupada en la época histórica (a finales del primer milenario) por grupos de la familia lingüística Jívaro, los Bracamoros, que son sin duda los habitantes con los que se toparon los conquistadores españoles en el siglo XVI, recordó el IRD. Las estructuras monumentales descubiertas en el sitio de Santa Ana Florida, en el alto valle del río Palanda, son un testimonio de "técnicas de construcción complejas con un fin ceremonial o funerario". Las dataciones radiocarbono obtenidas durante las búsquedas indican una fecha probable que avecina el 2.450 antes de nuestra era, lo que permite remontar en el tiempo la antigüedad de las sociedades agrícolas desarrolladas de la Amazonía occidental. "Se considera que el interés de este sitio es mas importante por la presencia, en contextos que no se les pudo poner fecha aún, de depósitos de ofrendas que contienen recipientes de piedra finamente pulidos, y adornados con grabados zoomorfos (felinos, cóndores, serpientes), figuras y formas de representación que presentan numerosos puntos comunes con las tradiciones culturales peruanas posteriores a Chavín y Cupisnique", agregó el comunicado. Este descubrimiento es el "testimonio de la presencia de elementos ideológicos constitutivos de las primeras civilizaciones andinas importantes en un entorno tropical, cuya existencia era hasta ahora desconocida", afirmó el IRD. Las regiones tropicales tienen la reputación de ser zonas poco hospitalarias y se las asocia a un subdesarrollo crónico. Esta visión se funda esencialmente sobre la geografía y el análisis de los efectos de la colonización. El estudio a largo plazo de las ocupaciones preeuropeas de diversas zonas tropicales (bosques del Camerún, el sur de Sumatra, las islas oceánicas, los bosques de Ecuador) realizado por la unidad de investigación "Adaptaciones humanas a los entornos tropicales durante el período holoceno" del IRD relativiza este punto de vista. Estas investigaciones fueron llevadas a cabo por el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural (INPC) de Ecuador y del IRD, con la participación del arqueólogo ecuatoriano Julio Hurtado. La Hora - Quito, 1/7/2003 Nella foto alcuni dei recipienti rinvenuti nel sito Saqueadores del pasado Maya en Guatemala Miguel González Moraga y Alberto Ramírez La escasa vigilancia y protección de los sitios arqueológicos del país permiten a los traficantes llegar a monumentos no descubiertos para saquear el patrimonio cultural. Para los arqueólogos, la pérdida es grave, pues se llevan valiosa información del pasado maya. Los mayores saqueos se cometieron en Petén durante la época de la extracción del chicle, en la década de 1970, pues muchos chicleros se internaron en las entonces inexplorada selva petenera y encontraban monumentos no descubiertos y procedían a llevarse las piezas mayas, explica Horacio Martínez, arqueólogo investigador. Hoy en día son los extractores de xate, planta ornamental de Petén quienes tienen oportunidad de descubrir nuevas estructuras mayas para ser saqueadas. Si bien muchos despojos son casi accidentales, los hay por encargo. Se ha logrado detectar la existencia de museos privados de personas económicamente poderosas, añade Martínez. “Lo más triste es que cuando uno encuentra las tumbas saqueadas, no sólo se llevaron los objetos valiosos en información sino destruyen las osamentas y las vasijas menos ornamentadas”, agrega. Los piezas más buscadas son las estelas, altares, páneles y dinteles ricos en epigrafía, aunque también es apetecida la cerámica estucada y policromada, las cuales sólo utilizaban los gobernantes. En los entierros mayas, los ladrones del tiempo esperan encontrar collares y piezas de jade. Antes de tener Guatemala una legislación sobre el tema, universidades y equipos investigadores llegaron al país con fines de estudio, pero se llevaron muchas piezas. Así, una máscara de jade terminó en España , estelas y dinteles aparecieron en Suiza e Inglaterra, dice Martínez. Por aparte, personal a cargo del Parque Yaxhá, Petén, cuenta del hallazgo de una tumba real en el templo principal. Los arqueólogos volvieron a sepultar las osamentas para su protección, pero al día siguiente casi todo había desaparecido. Como en otros sitios del país, la capital no se escapa de la depredación arqueológica, sumada a la falta de eficiente supervisión por parte de las autoridades. Muestra de ello es que un montículo está dentro de una escuela en la colonia Castillo Lara, zona 7. En la cima de otro, ubicado en la calzada San Juan, se construyó una vivienda particular. Ese y otros sitios deben ser “chapeados y rotulados” para que los capitalinos sepan que no sólo Kaminaljuyú existe, explican autoridades del Ministerio de Cultura. Sin embargo, se quejan de la insuficiencia de recursos económicos y humanos, pues sólo tres personas están a cargo de esas tareas. “El ladrón de tumbas mayas no sólo se lleva objetos, sino también un legado cultural prehispánico irrecuperable”, explica Paulino Morales, director del Departamento de Monumentos del Instituto de Antropología e Historia, Idaeh. “Es como si de repente se llevaran todas las imágenes de la catedral, entonces sólo quedaría el cascarón”, compara el experto. Los arqueólogos no le ponen precio económico a las piezas, pero Morales estima que cualquier monto en el mercado legal o negro es mínimo. “El problema es la falta de conciencia cultural colectiva de país, porque con cada saqueo nos roban el alma y el corazón”, añade. “Con cada robo se fragmenta nuestra historia y para nosotros se hace más difícil reconstruir el pasado prehispánico”, agrega Martínez. El 70 por ciento de los sitios arqueológicos ubicados dentro de la Reserva de la Biosfera Maya tienen indicios de saqueos en diferentes grados, dice Byron Castellanos, jefe del Consejo Nacional de Areas Protegidas, Conap, en Petén. Castellanos apuesta a integrar a las comunidades en la protección de los sitios por medio de concesiones, permitiéndoles obtener beneficios a través del turismo o de programas de desarrollo sostenible, los cuales les permitan una vida mejor y no se vean tentado a participar en ilícitos. Los entrevistados agregan como punto importante la educación tanto a nivel escolar como académico sobre el valor en término de identidad de los sitios arqueológicos. Pero a la vez coinciden en la necesidad de un presupuesto mayor para proteger los monumentos existentes. “Lo más dramático es que no sólo están desprotegidos los más de tres mil sitios arqueológicos del país, sino que todavía hay muchos más por descubrir posiblemente de gran importancia y están en peligro”, concluye Martínez. Cuando el equipo de arqueólogos guatemaltecos y estadounidenses inició hace un año el proyecto de investigación dirigido por el doctor David Freidei, en El Perú, Parque Laguna del Tigre, Petén, encontraron estelas cortadas en varios pedazos y un túnel bajo la base de una pirámide. Los saqueadores llevaron sierras especiales para efectuar finos cortes sobre estelas de casi 30 centímetros de grosor y de más de dos metros de alto. Las estelas fueron cortadas en unos de diez pedazos y luego seleccionaron los fragmentos más ricos en tallados de relieve. Las pedazos con menos tallado fueron abandonados. El primer trabajo de los investigadores fue armar como un rompecabezas las piezas abandonadas y unirlas, para conocer la información dejada por los antiguos mayas. Los arqueólogos consideran que el saqueo se cometió en la década de 1970. Los depredadores actuaron con tal libertad, al extremo de haber construido un túnel de unos 19 metros de largo, por un metro de ancho y dos de alto al pie de una imponente pirámide aún cubierta por la selva, en busca posiblemente de una cámara funeraria. Esa vez los buscadores fracasaron, pues no encontraron ningún tesoro, pero ahora los arqueólogos trabajan en reforzar el túnel para utilizarlo como área de investigación, a fin de determinar la composición y estructura de la pirámide, así como la forma de trabajo empleada en el levantamiento de ese edificio. Los ladrones también abrieron una zanja junto a la pirámide; tal vez esperaban encontrar una entrada secreta; al no hallar lo esperado simplemente la abandonaron, pero al hacerlo destruyeron vasijas y ollas. “Nos faltan recursos” Con carencia de todo tipo, el trabajo del Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales, del Instituto de Antropología e Historia, Idaeh, es prácticamente titánico. Quien mejor relata esas deficiencias es el arqueólogo Boris Aguilar, auxiliar de la inspectoría de monumentos. -¿Es suficiente la vigilancia para más de dos mil sitios arqueológicos del país? -No, pues entre vigilantes e inspectores, el Departamento de Monumentos Prehispánicos cuenta con 190 personas. De todos los sitios, el único que tiene administración propia es Tikal. -¿Por qué hay tan poca vigilancia en los sitios del país? -Por falta de recursos. Por ejemplo, para los 188 sitios registrados en San Marcos sólo hay un inspector. La situación es más grave, pues no hay inspectores para 321 lugares de Zacapa, Chiquimula, Escuintla y Santa Rosa. -¿Cuentan con suficientes vehículos terrestres, lanchas y helicópteros para vigilar en áreas de Petén? -Para todo el país sólo tenemos dos picops de doble tracción, que están en la capital, y no contamos con helicópteros. Tenemos una lancha en Sayaxché, Petén, y un cayuco en Altar de los Sacrificios, cerca de la frontera con México. -¿Entonces muchos de los problemas se podrían resolver con mayor asignación de recursos de parte del Congreso? -Sí, porque para todo Sayaxché, Petén, hay 53 guardias que se encargan de vigilar Dos Pilas, Aguateca, Ceibal y Cancuén, entre otros lugares. Eso quiere decir que hay entre seis y ocho personas por sitio. -¿Y cuánto ganan? -Alrededor de Q1,200 mensuales por trabajar 22 días de corrido y descansar ocho. Además, no cuentan con armas y tienen que trasladar su propia comida. -Comparados con otros países, ¿cómo está Guatemala? -En México y Belice hay más apoyo gubernamental. -Por todo lo que usted cuenta, no sorprende que haya campo fértil para los depredadores. ¿Hay estadísticas de los saqueos? -No, porque cuando llegamos a los sitios ya se han llevado lo de más valor. -¿No lo desanima trabajar con tantas carencias? -Aunque tenemos poco presupuesto, nos interesa nuestra labor. -¿Qué ocurre cuando se captura a un saqueador? -Hay un problema de letra muerta con la Ley del Patrimonio Cultural, la que condena hasta con seis años de cárcel a quien dañe las riquezas del país. Sin embargo, la mayor parte de veces los casos son archivados. -¿Qué fórmulas se deberían implementar para evitar la depredación? -Los saqueadores, en general, son campesinos sin muchos ingresos. Creo que a esa gente se le debe tomar en cuenta en los proyectos de desarrollo turístico de los sitios arqueológicos. Prensa Libre - Guatemala, 29/6/2003 México - Vestigios prehispánicos en el lago de Texcoco Javier Salinas Cesareo Por primera vez en la historia, arqueólogos de Estados Unidos, India y México llevan a cabo un reconocimiento sistemático e intensivo de la superficie del vaso del lago de Texcoco con el fin de "entender mejor el papel de los recursos lacustres en la economía y la política prehispánica en la cuenca del valle de México". La investigación comenzó el pasado 21 de mayo y forma parte del proyecto Reconocimiento arqueológico del lago de Texcoco, en el que participan siete especialistas, encabezados por Jeffrey R. Parsons, de la Universidad de Michigan, y Luis Morett Alatorre, director del Museo Nacional de Agricultura de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach), apoyados por el financiamiento de National Geographic. La exploración ya arrojó sus primeros resultados: se han localizado 280 puntos donde han hallado algunos fragmentos de piezas prehispánicas. Uno de los descubrimientos se trata de una pequeña plataforma que se cree servía para propósitos rituales en el siglo XV. "Justo alrededor de una laguneta, ubicada en pleno vaso del lago de Texcoco, se localizó un pequeño estacado probablemente de pino, con 60 postes clavados (10 o 15 que sobresalen), sobre los cuales habría estado una plataforma de madera. Debajo de la plataforma, o seudopalafito, se hallaron 10 incensarios, dos vasijas trípodes, varias cuentas de collar de piedra verde, una figura completa de piedra verde, un fragmento de un metlapil, un metate, dos o tres cántaros, un comal, bastante copal y carbón que están asociados a los sahumadores." Los especialistas consideran este hallazgo como único. "Realmente no pensamos encontrar en los primeros meses del proyecto este tipo de yacimientos", señaló Jeffrey R. Parsons, quien desde hace 40 años realiza investigaciones en América Latina. El propósito de los investigadores en esta primera etapa es realizar el reconocimiento de 70 kilómetros cuadrados de superficie del lago de Texcoco. Colocados en fila, a 10 metros uno de otro, caminan lentamente buscando algún material prehispánico. Cuando alguno observa sobre la superficie algún pedazo de tepalcate, trozos de sahumadores, cuentas de piedra verde o besotes de obsidiana, todos se detienen, colocan una bandera roja y registran las coordenadas del punto y el levantamiento del objeto. "Al caminar hoy en el vaso del lago de Texcoco es posible ver material arqueológico inclusive de pequeños sitios de campamentos estacionales de gente que estaba aprovechando los recursos que ofrecía el lago, ya sea produciendo sal, pescando, cazando patos o haciendo cestería con los tules y gran cantidad de recursos más", señala Luis Morett, mientras uno de sus compañeros da la voz de alerta: ¡ya se ha encontrado otro fragmento de una pieza prehispánica! Jeffrey R. Parsons, quién es uno de los investigadores con más conocimientos etnográficos de la cuenca de México y realizó los estudios de los pescadores en Chimalhuacán y los salineros en Nexquipayac, explicó: "el objetivo es evaluar el papel de esos recursos lacustres en la economía y la política del mundo prehispánico en esta zona, especialmente en el clásico y el posclásico". Esta es la primera ocasión en que se realiza un reconocimiento de este tipo en la zona lacustre del lago de Texcoco, pues en los años 60 y 70 se hicieron recorridos sistemáticos en partes más altas, efectuados por el propio Parsons, precisamente en los cerritos de Tepetzingo y Huatepec, en los ejidos de San Salvador Atenco. Los investigadores coinciden en que estos trabajos no hubieran sido posibles de haberse realizado el proyecto de construcción del aeropuerto en Texcoco. Los materiales encontrados han sido llevados a los laboratorios de la Uach, donde en el transcurso de un año serán analizados; asimismo, serán enviados a la Universidad de Michigan. En el proyecto, que financió National Geographic con 18 mil dólares, también participan Mari Parsons y Hemanth Kadampi de esta última universidad y tres estudiantes de Chapingo y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Los especialistas culminarán su primera etapa de investigación el 31 de julio. La Jornada - México D.F., 20/6/2003 Hallan una diosa degollada en México Andrés T. Morales Luego de permanecer más de 2 mil años sepultada en una de las cámaras mortuorias secundarias de la pirámide de tierra apisonada descubierta en la comunidad Las Puertas del municipio de Jamapa (Veracruz), arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) extrajeron la figura de una diosa degollada y tres osamentas de niños que presumiblemente habrían sido sacrificados para acompañar al inframundo a algún dignatario precolombino. Martín Guerrero Andrade, investigador encargado de la exploración del montículo, explica que la efigie de esa deidad, elaborada en barro cocido, que los lugareños ya denominan La diosa degollada es única en su género dentro de la cultura de Remojadas -civilización única asentada en la zona costera central del estado de Veracruz- que se caracteriza por poseer un panteón con deidades narigudas de planos geométricos. Además, en el edificio se localizaron indicios de posible influencia de la cultura maya en las técnicas arquitectónicas, lo que modificaría la definición de las relaciones entre civilizaciones antiguas de Veracruz y podría confirmarse un intercambio comercial y científico de los mayas con los culturas prehispánicas locales. El sitio arqueológico de Las Puertas se ubica a dos kilómetros de la cabecera municipal de Jamapa y la localización del recinto funerario ocurrió el pasado 16 de mayo, cuando los propietarios del terreno ejecutaban una excavación ilegal; desde entonces un equipo de peritos del INAH se trasladó a la zona para emprender la exploración correspondiente. Y no obstante que se destruyó 70 por ciento de la pirámide de barro, el resto de la estructura, que fue salvada de ser convertida en material de relleno, es la parte más importante, porque alberga las cámaras funerarias y ofrendas para la que fue construida. El pasado fin de semana, trabajadores y arqueólogos hallaron la primera de las cámaras secundarias en el inmueble prehispánico y el lunes, al excavar allí, localizaron la primera ofrenda con dos osamentas de niños de entre 5 y 12 años de edad, que presumiblemente fueron sacrificados para acompañar al inframundo a los dignatarios sepultados, según una de las hipótesis. Ambos entierros se ubican en el ala superior izquierda de la pirámide de terracota, frente a un pequeño altar -también de barro apisonado- donde se encontró la efigie de una diosa nariguda decapitada. La figura está elaborada en barro cocido y tiene una altura de 50 centímetros aproximadamente, sin la cabeza, que al parecer fue cercenada adrede, pues los arqueólogos no la localizaron pese a la minuciosa búsqueda efectuada entre los restos de material. Guerrero Andrade detalló que junto a la deidad se encontró una pequeña vasija de barro que contiene el cráneo de un bebé ya casi pulverizado por el paso del tiempo. ''Es una diosa claramente ligada a la fertilidad y la bonanza de los ciclos agrícolas, y en especial es la primera en su tipo que se localiza en la zona de influencia de la cultura de Remojadas, pues es una efigie en bulto y no simétrica o de retablo como es tradicional en las deidades narigudas de Remojadas'', dijo el arqueólogo. La figura de La diosa degollada, como ya la comienzan a identificar los lugareños que se enteraron del hallazgo, está sentada con las piernas entrecruzadas -en posición de loto- y los brazos se apoyan en las rodillas; además tiene tatuados ambos hombros y porta un collar y muñequeras ceremoniales. Guerrero Andrade abundó que la antigüedad tanto de las tres osamentas de infantes como de la figura de la deidad oscila entre 2 mil y 2 mil 200 años, pues se estima que pertenecen al periodo protoclásico de la cultura de Remojadas, aunque tal cálculo deberá corroborarse mediante la práctica de diferentes pruebas científicas. De la misma cámara mortuoria también se extrajeron una decena de vasijas de barro y otras 28 figurillas de deidades prehispánicas, muchas de las cuales se encuentran en estado de gran deterioro y deberán ser sometidas a reconstrucción por peritos del INAH. Ayudado por una decena de trabajadores, el investigador labora a marchas forzadas para evitar que las lluvias torrenciales típicas de la zona destruyan la frágil estructura de la pirámide de tierra y lograr que se localice la cámara funeraria principal, donde se presume la inhumación de más osamentas humanas y efigies de dioses. Inclusive, no se descarta la posible localización de la tumba de un gran dignatario o un monumento similar al Mictlantecuhtli -el Señor del Mundo de los Muertos-, ubicado en El Zapotal, localidad perteneciente al municipio de Ignacio de la Llave. En los próximos días los arqueólogos comenzarán a explorar el corazón de la pirámide, que también presenta grandes columnas y muros decorados con pintura roja, aunque su forma abrió una nueva incógnita, pues se presume influencia maya en su construcción. Guerrero Andrade plantea que la posible influencia de la cultura maya en esta sociedad se basa en la apreciación de algunas técnicas arquitectónicas y de decorado, que son parecidas a las que se utilizaron en los templos antiguos del Mayab. ''Es una teoría no oficial y se debe analizar y comprobar, pues entonces se conocerá que los antiguos pobladores de las Remojadas mantuvieron contacto comercial e inclusive intercambio cultural o científico con los mayas'', señaló. [...] La Jornada - México D.F., 18/6/2003 Falleció la antropóloga Laurette Séjourné La antropóloga e investigadora Laurette Séjourné, viuda de Arnaldo Orfila, falleció ayer a los 92 años. La autora de diversas investigaciones acerca de la cultura teotihuacana llegó a México, procedente de su natal Francia, en 1942. Su profundo amor por las culturas mesoamericanas y los pueblos indígenas la impulsó no sólo a estudiarlos y a participar en excavaciones arqueológicas, sino a apoyar proyectos educativos, entre los cuales resalta el que impulsó recientemente en las comunidades zapatistas de Chiapas. Fue la primera en proponer la teoría de que Teotihuacán fue la gran matriz de la región (idea refrendada posteriormente por Enrique Florescano), en contraposición con la que apuntaba que era la ciudad de Tula. En 1964 publica El mundo mágico de los mayas, en colaboración con Andrés Medina, con dibujos de Leonora Carrington. En un estudio sobre los aztecas, Séjourné explicaba: ''desde el punto de vista de lo que sabemos hoy en día, parece imposible que Europa hubiera podido permanecer completamente ignorante hasta el siglo XVI con respecto a una civilización que existía en México desde hace más de mil 500 años. Igualmente asombrosa es la indiferencia que mostraron los conquistadores hacia el universo con el cual les tocó en suerte tropezar. Nada demuestra mejor la actitud de Cortés -actitud que él mantuvo hasta el final de la Conquista- que el obsequio de cuentas de vidrio que hizo a los jefes aztecas: a pesar de su asombro al descubrir señales de un gran refinamiento cultural, no dudó ni por un momento de que se hallaba en presencia de un pueblo bárbaro, interesante sólo porque era fabulosamente rico. En ninguno de sus escritos muestra el menor deseo de comprender a los indígenas; en realidad, los condenó antes de haberlos conocido aun de la manera más superficial". También simpatizó con la revolución cubana, fue amiga de Ernesto Che Guevara y publicó el libro de entrevistas El quehacer de la mujer cubana en la historia (1978). Entre sus obras publicadas por Siglo XXI destacan: El pensamiento náhuatl cifrado por los calendarios, Teotihuacan: capital de los toltecas, Arqueología e historia del valle de México, Culhuacán, De Xochimilco a Amecameca y América Latina I: antiguas culturas precolombinas. Séjourné dispuso que sus cenizas fueran depositadas en el jardín de Siglo XXI, al lado del busto de Arnaldo Orfila. Para tal efecto se realizará mañana al mediodía una sencilla ceremonia en la sede de esa casa editorial. La Jornada - México D.F., 26/5/2003 Hallazgo arqueológico en Guatemala Ingrid Roldán Cuatro juegos de pelota se han descubierto en el sitio arqueológico La Vega del Cobán, ubicado en Zacapa, a 122 kilómetros de la capital. El hallazgo fue hecho por profesionales del Programa de Arqueología del Motagua Medio y estudiantes de arqueología de la USAC, patrocinados por la Escuela de Historia de esa universidad. El equipo, que inició los trabajos en la zona en 1997, es dirigido por el arqueólogo Héctor Paredes. Hasta el momento han localizado 132 sitios desde El Rancho, El Progreso, hasta Gualán, Zacapa. De éstos, afirma Paredes, La Vega del Cobán, ubicado en la aldea del mismo nombre en Teculután, es uno de los más grandes. Los vestigios datan del período Clásico Tardío (600 a.C. a 1000 d.C.). Según Paredes, a los antiguos habitantes de la región se les denominaba Maya Motagua. Era una población muy grande, probablemente de comerciantes. Era una comunidad independiente, pero se cree que tenían relación con Copán (Honduras). Las construcciones en la región del Motagua son más pequeñas que las que se han encontrado en Petén y fueron hechas con piedra “bola”, de río. “No hemos localizado el complejo altar estela, que es muy propio de las tierras bajas”, indica el arqueólogo. Se ha encontrado cerámica policroma que se asocia a las tierras bajas del área petenera, aunque también hay relación con las tierras altas. “Muy cerca de este sitio están todos los afloramientos de jade, de jadeíta; pensamos que es gente que tiene el control del ir y venir del comercio en el río, compartido con otro sitio, Guaytán. Son los dos grandes sitios del Motagua”, explica. En junio de 2002, el grupo descubrió un pequeño taller con instrumentos y restos de jadeíta. En noviembre del mismo año encontraron una tumba de cripta. “Allí sí se maneja el arco falso, el tradicional, con lajas. El entierro dio como resultado algunas piezas, y el primer trabajo de jade que nosotros, como investigación de la universidad, localizamos”. En esa tumba se encontró restos de tres individuos, gente de la clase alta, algún comerciante. “Era un varón, tenía en su mano obsidiana”, refiere. Otra tumba descubierta, de 2.30 metros de profundidad, fue la de una mujer. El resto de los parientes yacían en una especie de osario. Uno de los cuatro juegos de pelota descubiertos, desapareció después del Mitch. De los que aún quedan vestigios, el principal mide 70 metros de largo y de 6 a 8 metros de ancho. También se ha encontrado cuatro marcadores que actualmente están en la Municipalidad de Teculután. Uno de ellos tiene la forma de un jabalí, mide aproximadamente 1.10 metros de largo, está hecho en piedra esquistosa, difícil de tallar, porque se rompe en capas. “Compartimos la idea de que el juego de pelota no es sólo una actividad ceremonial. También es una actividad que conlleva entrenamiento, y servía de distracción. No compartimos esa idea de que el maya está sólo en su religión”, concluye Paredes. Prensa Libre - Guatemala, 26/5/2003 México - Hallan vestigios de revuelta maya Astrid Viciano Goffer Ya se ha puesto el sol, los armadillos crujen en los matorrales y los mosquitos enjambran en busca de sus víctimas. El grupo de científicos pisa cautelosamente el suelo, ya que en este bosque hay escorpiones y serpientes. El historiador y etnólogo Hanns Prem, de la Universidad de Bremen en Alemania, se ha puesto en camino, junto con sus colegas, para tomar fotos de las inscripciones mayas. "Este hallazgo es muy importante para nosotros", dice Prem, "una parte de los signos posiblemente contienen una fecha". Toca cuidadosamente la superficie de la piedra y empieza palpar los contornos de la inscripción. Logra distinguir una cara, tres puntos y figuras. Los investigadores no saben con exactitud cuándo los Mayas poblaron la región Puuc - la tierra de las colinas bajas -, al noroeste de la península de Yucatán, pero los hallazgos de Prem aportan información sobre uno de los grandes misterios de la arqueología: la desaparición repentina de la cultura Maya. Entre los años 300 y 900 D.C., la cultura Maya alcanzó su mayor prosperidad en México, Guatemala, Belice y Honduras. A partir del Siglo 8, la región Puuc estaba entre las más pobladas de Centroamérica. Más de 250 grandes urbes sido encontradas, y las metrópolis, como el principado de Uxmal, tenían hasta 70 mil habitantes. "El suelo está compuesto de cal, a través del cual el agua rezuma. Lagos y ríos apenas se pueden formar, y el nivel de agua subterránea está entre 50 y 100 metros", explica Iken Paab, arqueólogo de Xkipché. Por eso, los mil 500 habitantes de la ciudad construyeron cisternas llamadas chultunes, en las que cabían hasta 40 mil litros de agua pluvial. En el año 860 probablemente ocurrió algo que hizo tambalear el orden social y 15 edificios fueron abandonados en Xkipché, a medio construir. Los Mayas súbitamente dejaron de construir las casas planeadas. "Como mostraron estudios realizados en polen, el clima cambió", dice el científico. Hubo periodos de sequía en los años 810, 860 y 910 en Centroamérica que se cree contribuyeron acabaron con la sociedad Maya. De hecho, al principio sólo huyó la aristocracia. "Cuándo creció la población en el Siglo 9, los príncipes aparentemente no sabían cómo proporcionarles alimentos y agua a todos", piensa Prem. Los campos fueron desmontados y sembrados de forma más frecuente, pero el rendimiento fue cada vez menor. Carecieron de los alimentos básicos - maíz, frijol y calabaza. Mientras los obreros exigieron reformas, los soberanos ampliaron sus palacios para mostrar su poder y su buena relación con los dioses. "En el segundo piso habían planeado edificar 10 recámaras", dice Prem y señala a los postes y piedras que esparcidos alrededor. Se ven las marcas de unas columnas de piedra que fueron arrancadas de los muros, y de un monumento espléndido cerca del palacio sacaron máscaras representando a Chac, el dios de la lluvia. "Los trabajadores probablemente pensaron: ¿Porqué vamos a construir palacios pasando hambre?", cree Prem. Entonces comenzó la revolución que terminó con la huida de la nobleza. Al principio, el palacio se quedó deshabitado. Más tarde, los campesinos vivieron en él. Construyeron muros para tener mas espacio habitacional, y se quedaron unos 100 años más en Xkipché. "En la ciudad de Uxmal entonces hubo un boom de construcción urbana, ya que los príncipes de la región probablemente se fueron allí", dice Prem. Dejaron Uxmal 17 años más tarde que en otros lugares. Cuándo llegaron los conquistadores españoles varios siglos más tarde, la región Puuc ya estaba despoblada y el imperio de los Maya se había deshecho en soberanías pequeñas, peleándose entre si mismos. Reforma - México D.F., 1/5/2003 Guatemala - Localizan tumba precolombina Alberto Ramírez En Comitancillo, San Marcos (Guatemala), Hermenegildo Pérez Cardona, de 27 años, preparaba la tierra para el cultivo de maíz cuando un pie se hundió en el suelo; nunca imaginó tropezar con un hallazgo arqueológico. Movido por la curiosidad, empezó a excavar y encontró una especie de bóveda, en cuyo interior reposaban unas osamentas rodeadas de lajas y cerámica. Su intuición le indicó que había más tumbas. A cinco metros encontró la otra cueva y, formando un triángulo, localizó la tercera. Casi en secreto, durante dos meses, ayudado sólo por su hermano José Alejandro, procedió a extraer el tesoro arqueológico sin ninguna técnica ni precaución. “Las cabezas se desprendieron cuando las sacamos”, dice Pérez, quien explica que los esqueletos estaban en posición fetal. Hoy las cuevas están derrumbadas. Un camino polvoriento lleva al lugar del hallazgo, en la aldea Chicajalaj, un área montañosa situada a unos tres kilómetros de Comitancillo, San Marcos, y a 35 de la cabecera departamental. Sus habitantes son del grupo mam y viven de la agricultura. El Instituto de Antropología e Historia, Idaeh, determinó que se trata de una cámara funeraria del período Posclásico (1000 al 1525 d. C.). El hallazgo consiste en ocho osamentas de adultos y una de niño, así como 29 piezas de barro cocido poco ornamentadas y en buen estado, cuatro piedras de moler con sus respectivas “manos”, y decenas de lajas de basalto, las cuales servían de mortaja a las osamentas. El descubrimiento es importante porque muy poco o casi nada se sabe de los antiguos pobladores de esa región, dicen los expertos. “Entre los años 800 y 1200 después de Cristo se hizo muy popular en Mesoamérica el uso de una cerámica cuyo barro es originario de San Marcos, pero nunca se ha podido establecer quiénes extraían ese material”, comenta Juan Antonio Valdez, quien dirigió los trabajos de excavación arqueológica en el área de Tikal Futura. Se trata de una cerámica plomiza hecha de barro volcánico y, según pruebas científicas, procede de los volcanes de San Marcos. “Tuvo que existir un centro alfarero donde seguramente no había pirámides ni grandes construcciones, del cual aún no se han encontrado rastros”, enfatiza. En el Posclásico era común el uso de “botellones”; es decir, excavaciones en el suelo con diámetro reducido, pero a cierta profundidad se ensanchaba a varios metros, quedando como una recámara subterránea, la cual se utilizaba para guardar alimentos, depositar basura o para enterramientos. A los muertos se les colocaban ollas con comida y tinajas con agua, así como sus objetos de uso diario, para que “no les faltara nada en el camino al más allá”, explica el experto. Valdez no cree que los cuerpos encontrados sean de sacerdotes. “Si así fuera, hubieran sido sepultados en montículos”, dice. Durante el Preclásico (2000 aC. al 250 d.C) los poblados se construían en valles, como Kaminaljuyú, pero en el Posclásico las ciudades se edificaron en cerros, como el caso de Mixco Viejo, para protegerse de los enemigos. “Eso explicaría el terreno accidentado del hallazgo en Comitancillo”, continuó Valdez. Podría tratarse de grupos mam o quichés, ya que estos últimos penetraron gran parte de esa área durante el Posclásico, explica el historiador Horacio Cabezas. “Cualquier hallazgo contribuye a la identidad del hombre, y la comunidad tiene elementos para identificarse con su pasado”, agrega Cabezas. En tanto, Guillermo Díaz Romeu, director del Idaeh, destaca que si la comunidad lo permite, se harán investigaciones arqueológicas para obtener más información del pasado guatemalteco. Todo el territorio guatemalteco es un vasto campo de tesoros precolombinos: • En el 2001, un huracán pone a descubierto los escalones de una antigua pirámide en Dos Pilas, Petén. • Ese año, arqueólogos de Abaj Takalik, Retalhuleu, encuentran una tumba con una estela, piezas de cerámica y jade. • En la aldea Los Cerritos, Patzicía, Chimaltenango, se descubre un altar maya con dos cabezas de serpiente. • En Ocós, San Marcos, se descubren varios montículos y vestigios de salineras precolombinas. • En enero del 2002, en Camotán, Chiquimula, se hallan unas pinturas rupestres, hechas a base de óxido de hierro. • En junio de 2002, en San Rafael Pie de la Cuesta, San Marcos, se descubre un tesoro arqueológico. • En ese hallazgo destaca una banca real y lo que parece ser un busto tallado en piedra. • Hace algunos años, en una vivienda cercana al sitio arqueológico Kaminaljuyú, zona 7, unos albañiles encontraron una estela de gran tamaño. Prensa Libre - Guatemala, 27/4/2003 Vinculan clima con ocaso maya Arturo Barba Navarrete El colapso de la cultura maya podría estar relacionado con varios e intensos periodos de sequías durante un siglo, sugiere un estudio paleoclimatológico realizado por investigadores alemanes, suizos y estadounidenses. Al realizar la medición de los contenidos de titanio, distribuidos en algunos sedimentos en suelos caribeños, observaron menores cantidades de este elemento asociado a las variaciones de los ciclos hidrológicos de Mesoamérica y parte de Sudamérica. Los datos reportaron que durante un siglo declinaron las lluvias, los recursos acuíferos y, en consecuencia, otros recursos naturales en toda la región, que contribuyeron al surgimiento de problemas sociales. "Los restos de titanio muestran que el colapso de la cultura maya en el Periodo Clásico Terminal ocurrió durante un extenso proceso de sequía regional, agudizado en intensos momentos de casi una década en los años 810, 860 y 910 de nuestra era", señala el estudio dirigido por Detlef Günther, del Departamento de Química de la Universidad de Zurich. Las altas concentraciones de titanio en el suelo y sedimentos se caracterizan por estar relacionadas con la humedad, pero los investigadores observaron pocas cantidades en intervalos de varios años. "Esto sugiere que hay recurrentes patrones de sequía que tuvieron importantes efectos en la cultura maya", indicó Günther. Los Mayas dependían en gran medida de sus ciclos de agua para soportar su producción agrícola, sobre todo de las lluvias de otoño y verano. Incluso desarrollaron varias estrategias para acumular y guardar agua en el que incluso las ciudades fueron diseñadas para capturar el agua de la lluvia y algunas excavaciones fueron convertidas en reservorios de agua. También construyeron topológicamente sus ciudades para el uso de gradientes hidráulicos para distribuir el agua desde canales en un complejo sistema de irrigación. Sin embargo el sistema ingenieril dependían de la disponibilidad de agua de lluvia. En el periodo Preclásico durante la construcción de una de sus mayores ciudades entre 150 y 250 existe un documento histórico sobre una crisis climatológica que obligó a su población abandonar la ciudad. Sin embargo, el pueblo recobró la ciudad y la cultura Maya floreció en los siguientes siglos durante el llamado periodo Clásico, durante el cual se cree que entre los años 550 a 750 la población maya tenía entre 3 y 13 millones de habitantes. Los resultados reportados en Science no proveen una explicación completa del colapso de los mayas, pero indican que los cambios climáticos asociados con las sequías tuvieron un rol crítico. "Nosotros sugerimos que la rápida expansión de la civilización maya durante climas relativamente húmedos resultaron en una explosión demográfica que operaba al límite de sus capacidades ambientales, lo que hizo a la cultura maya especialmente vulnerable a los años de sequías", indicaron los investigadores de las universidades de Miami y Princeton. Esta evidencia de los cambios climáticos no son suficientes para aportar una prueba precisa de las interrelaciones cronológicas entre el clima y los cambios culturales, pero arroja más información a esta teoría. Reforma - México D.F., 13/3/2003 Guatemala - Piezas mayas bajo el agua de Atitlán Crista Kepfer En las profundidades de las aguas azules del lago de Atitlán, un grupo de buzos encontró un misterio: restos de arqueología maya, que ahora es expuesta en el Museo Lacustre, en Panajachel. Urnas, incensarios, ollas y vasijas conforman la colección de más de 100 piezas de arqueología subacuática, recolectadas en los últimos 10 años. Desde el ingreso al salón de exhibiciones se siente un ambiente distinto: melodías en guitarra de fondo, carteles que explican el origen del lago y luces colocadas de forma que resalten la belleza de las piezas. “Da gusto ver un museo de este nivel en Guatemala; es como uno de Nueva York”, expresa Richard Yates, un turista de Ohio, Estados Unidos. Existen muchas teorías que explican cómo llegaron las piezas al fondo del lago. “Se cree que muchos de estos objetos fueron arrojados como ofrendas por enfermedades o muerte”, explica Roberto Samayoa, el buzo que encontró varios de éstos. Otra explicación es que pudo haber existido una ciudad bajo el agua. “Se han visto restos de muros”, agrega Samayoa. Algo característico de los restos es que no todos pertenecen a una misma época, sino a los tres períodos mayas: preclásico, clásico y posclásico, que van de 1500 aC hasta el 1524 dC., o sea mil años. La mayoría fueron halladas cerca de San Lucas Tolimán, San Pedro, Cerro de Oro y Santiago Atitlán. Al contrario de las piezas mayas antiguas, cuyo color natural es el del barro, las encontradas bajo el agua tienen tonos rosados. “No siempre han sido así; meses después de que las sacamos del agua tomaron este color”, explica Samayoa. Este cambio se debe a una reacción química entre los rayos ultravioleta del sol y los minerales del agua. Otra característica de las piezas es que tienen una especie de costra, que da la impresión de ser coral marino. “Son costras calcáreas formadas por los sedimentos minerales que se asientan durante cientos de años sobre las piedras en el fondo del lago”, agrega. Aparte de las características físicas, las piezas representan aspectos importantes de la cultura maya. Entre las más elaboradas están los incensarios, utilizados para rendir culto a sus dioses. “Muchos tienen cruces, que representan los cuatro puntos cardinales”, cuenta Carmen Ajcalom, guía del museo. Estas piezas con forma de cilindros, zapatos y hasta animales, también tienen espinas, las cuales representan el tronco de la ceiba, el árbol nacional. Una de las piezas más interesantes es una olla que tiene dibujos de volcanes invertidos. “Según los ancianos mayas, sus antecesores usaban el lago como observatorio astronómico, veían el reflejo del cielo y por eso están los volcanes al revés”, dice Samayoa. Historias como esta demuestran la importancia de conservar los museos. “Es una ventana científica para hacer una investigación más completa sobre el lago de Atitlán”, concluye Samayoa. Prensa Libre - Guatemala, 2/3/2003 La epigrafía maya, entre las más complejas María de Lourdes Herrasti En 1566, Diego de Landa, obispo franciscano que fue un terrible destructor de la cultura maya, escribió: ''Encontramos un gran número de libros llenos de escritos que contenían sólo supersticiones y mentiras del diablo. Los hemos quemado y esto les causa dolor y tormento". Ahora, los expertos comparan el vandalismo cultural que hubo en la zona maya con la destrucción de la biblioteca de Alejandría. Podemos considerar una tragedia que en este lugar, donde hubo investigación, arte, y ciencia, exista hoy un lamentable vacío. Sin embargo, de toda esta destrucción quedaron templos con inscripciones, estelas, tumbas y objetos que hablan de este mundo apasionante que todos deseamos conocer y cuyos enigmas se van resolviendo de manera paulatina. Simon Martin y Nicolás Grube son los autores del libro Crónica de los reyes y reinas mayas. Martin es un epigrafista inglés que estudió diseño y desde muy joven se dedicó a leer cuanto documento y libro hablara sobre el tema. Es fácil, decía Simon, encontrar publicaciones sobre la historia de China, Siria o Egipto, pero hay poco que hable, para los legos, de la antigua historia de América. Este libro intenta, en parte, llenar ese vacío. Martin piensa que la epigrafía maya no es la única, pero sí posiblemente la más compleja y difícil de comprender. Ella, dice, nos ofrece algo único: la posibilidad de abrir una ventana al pasado y conocer los nombres de los reyes, de sus padres y ancestros; las fechas de su nacimiento y su muerte, o el lugar en el que fueron enterrados, sus peleas y batallas. Son historias que están ahí y el verdadero reto es poder leerlas. -¿Había diferencias, aunque sean pequeñas, entre la escritura de lugares tan distantes como Copán y Bonampak? -No, y esto es uno de los puntos más interesantes: que el sistema de escritura estuviera unificado a pesar de haber tantos reinos con severas pugnas políticas y en una extensión geográfica tan grande. También el lenguaje estaba unificado, aunque era una lengua especial, de prestigio, usada por la elite como se usó el francés en las cortes rusa o alemana, o como durante un tiempo se utilizó el latín. Es posible que más bien haya habido algunos cambios con el paso del tiempo, pero sabemos poco al respecto, pues el sistema viene de una tradición de pintura en materiales no duraderos. Durante más de un siglo se ha trabajado en el desciframiento. Un primer gran avance ocurrió en 1950, cuando se descubrieron las bases fonéticas del sistema, y 30 años más tarde se vio que en el sistema maya hay símbolos para palabras y otros que tienen valor fonético. No es tan diferente al sistema japonés, en el que también encontramos palabras que se complementan y se clarifican por símbolos fonéticos. Son pequeñas claves que es necesario descubrir muy despacio. Hoy sabemos que hay casi 500 símbolos en la escritura maya, conocemos el significado de casi 300. Los otros son raros o especialmente difíciles. -¿Podemos pensar que la escritura era una forma de contar la historia, una historia que iba constantemente de lo general a lo particular, que vinculaba el cosmos y los sucesos de la vida del rey? -Para poder ver el sentido de la Historia debemos remitirnos a la motivación para escribirla. En el caso de los mayas se olvida fácilmente que los monumentos eran levantados para recordar periodos de tiempo, no para clarificar eventos. Ellos los construían en ciertos aniversarios o periodos políticos y ahí inscribían una sinopsis de lo que había pasado. Los monumentos registraban una narrativa del tiempo y la historia se insertaba en ella. Aunque gran parte de la escritura estaba especialmente orientada a hablar de los individuos y sus historias, estas inscripciones eran un producto secundario. Esto no es tan peculiar: en la Edad Media se hacían crónicas año tras año, en cambio hoy escribimos la historia de los sucesos y esta es la manera moderna como concebimos la Historia. -Respecto de la veracidad de la historia inscrita en los monumentos, me pregunto si igual que sucede ahora, igual que ha sucedido siempre, ¿son textos alterados desde el poder para dejar una buena imagen? ¿Entre los mayas había necesidad de ser más veraces, ya que en esta concepción de la historia como ciclos que se repiten cada 52 años, escribirla podría ser útil para pronosticar el futuro? -La escritura maya refleja una forma particular de cultura, es especialmente útil para comprender la cultura de elite y un sistema político que requería legitimar sus dinastías y seguramente sí había modificaciones. Es importante entender el contexto de la narración, se hablaba por ejemplo de asuntos como la subordinación siempre en retrospectiva, de lo que pasó por alguna razón a los ancestros y de la forma en cómo se resolvió. Pero por otro lado, aunque estoy de acuerdo en que escribir la historia tenía un sentido para las predicciones en el futuro, no creo que pensaran simplemente en que cada 52 años se repetían los sucesos. Los mayas estaban interesados en muy diversos tipos de ciclos, por ejemplo, la información lunar resultaba muy importante, y había una comprensión muy intrincada sobre ellos. Todo esto sugiere que la cuantificación exacta del tiempo tenía un propósito concreto mucho más complejo. -Hay mucha libertad en el uso de los símbolos. ¿Cómo es posible que no hayan tenido esa misma libertad en el uso de la lengua o de las inscripciones? -Posiblemente esto tiene que ver con un concepto de etnicidad que siempre interactúa con la geografía. Hay amplias razones para pensar en un lazo cultural y también en algunas diferencias. Tenemos por ejemplo que en la Grecia clásica los bárbaros, las personas de Sicilia o Italia no hablaban griego, pero se consideraban griegos, pues eran parte cultural de esta civilización. Creo que en el caso de los mayas hay un deseo profundo de compartir, y eso es lo que hace que sea tan similar el uso de conceptos y la descripción de las cosas en una región tan amplia. -Dentro de las influencias y herencias que tuvieron los mayas, ¿qué heredaron de los olmecas? -Por supuesto está la imagen del jaguar y también una especie de joya que todos los reyes usaban en la frente. Asimismo, encontramos un tipo de dios que tiene una especie de tres ramas u hojas que salen de su cabeza, por lo que le hemos dado el nombre de ''dios bufón". Era una deidad muy misteriosa, vinculada a lo vegetal, a la fecundidad, pero es difícil su identidad. En el mundo maya hasta los dioses tienen pistas o claves que tienen que ser descubiertas. Esta imagen la encontramos en tiempos muy tempranos (1000 aC) hasta el final del Clásico (900 d.C). -¿Tienen los epigrafistas manera de saber si además de imágenes se heredaron conceptos? -Los nuevos desciframientos van a ayudar en este sentido. Es difícil aislar palabras particulares pero, por ejemplo, la palabra para niño o bebé entre los mayas es una palabra de origen olmeca, ellos estuvieron dominados por la imagen del niño y esto fue heredado por los mayas, donde aparece la imagen de un bebé luchando por liberarse. Si heredas una palabra, heredas un concepto. -En lo concerniente a su organización política, da la impresión de que la forma de entender la paz era totalmente distinta a la que tenemos hoy día. No era un bien común y no era un suceso tan estrepitoso o tan terrible como lo es ahora. -Nosotros estamos acostumbrados a una sociedad de ''guerra total" y en muchas sociedades antiguas no había esta idea. Era posible, en tiempos de guerra, que permanecieran muchos vínculos, personas que viajaban, un intercambio libre de ideas y cultura. No quiere decir que algunos sucesos no fueran devastadores, pero no como lo que sucede en una guerra total. Esta legítima y auténtica visión de una guerra ''por arriba", sin permear la vida cotidiana, sería en cierta forma más apropiada. Hay quienes quieren encontrar entre los mayas un modelo, y creo que es una mala idea buscar un modelo único y no cambiante. Todas las sociedades evolucionan y reaccionan según causas, efectos o circunstancias. No podemos ver las cosas como si fueran reglas rígidas, pero sí con patrones que se repiten. [...] La Jornada - México D.F., 2/3/2003 México - Bodas de plata de la Coyolxauhqui Angeles González Gamio El 23 de febrero de 1978 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recibió una llamada anónima de una mujer, quien informó que personal que estaba trabajando en las calles Guatemala y Argentina había hecho un hallazgo dos días atrás, que parecía ser importante, y solicitó que fuera investigado. Paralelamente, el ingeniero Orlando Gutiérrez, encargado de las obras, buscaba en las distintas dependencias del INAH quién lo atendiera, hasta que finalmente llegó al departamento de Salvamento Arqueológico y notificó el descubrimiento. Los arqueólogos tuvieron que esperar hasta las 10 de la noche, hora en que se iniciaban los trabajos, para no entorpecer la circulación. Cuando se percataron de la magnitud del hallazgo, se comunicaron con el maestro Gastón García Cantú, a la sazón director del INAH. Días más tarde se determinó que era un enorme monolito que representaba a la Coyolxauhqui, personaje femenino de la cosmogonía mexica, a quien decapitó su hermano Hutzilopochtli y la arrojó de lo alto de una pirámide quedando desmembrada, por haber pretendido asesinar a su madre, Coatlicue, aliada con sus hermanos, los 400 surianos, quienes también fueron eliminados por el que habría de convertirse en un venerado dios. La importancia del descubrimiento llevó a que el entonces presidente, José López Portillo, diera la orden de que se demolieran los edificios de parte de esa manzana, para poner al descubierto los vestigios del Templo Mayor de los aztecas, monumental construcción que impresionó profundamente a los españoles. Para tal propósito se creó el proyecto Templo Mayor, al frente del cual quedó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien a lo largo de cinco años, con profunda entrega y pasión, sacó de las entrañas de la tierra innumerables tesoros que confirmaron lo que los cronistas, frailes y conquistadores habían dicho de la grandeza del recinto. Vale la pena recordar la descripción de Hernán Cortés en la segunda Carta de Relación que envía al rey de España: "(...) y entre estas mezquitas hay una que es la principal, que no hay lengua humana que sepa explicar la grandeza y particularidades de ella, porque es tan grande que dentro del circuito de ella, que es todo cercado de muro muy alto, se podía muy bien hacer una villa de quinientos vecinos(...), tiene todo a la redonda muy gentiles aposentos donde se aposentan los religiosos que allí están. Hay bien cuarenta torres muy altas y bien obradas, que la mayor tiene cincuenta escalones para subir al cuerpo de la torre; la más principal es más alta que la torre de la iglesia mayor de Sevilla. Son tan bien labradas, así de cantería como de madera, que no pueden ser mejor labradas ni hechas en otra parte, porque toda la cantería de las capillas donde tiene los ídolos, es de imaginería y zaquizamíes (...) hay tres salas donde están los principales ídolos, de extraordinaria grandeza y altura y de muchas labores y figuras esculpidas (...)" Muchas de estas maravillas que describe Cortés cobraron vida durante los trabajos, y fueron tantas y de tanta calidad que se vio la necesidad de construir un recinto para preservarlas; así nació el Museo del Templo Mayor. [...] La Jornada - México D.F., 16/2/2003 Consideraciones sobre la Aritmética Maya Ruy Díaz El filósofo e ingeniero mexicano Alberto Hijar tituló de ésta forma la excelente presentación que hizo de nuestro trabajo Consideraciones sobre la Aritmética Maya, recientemente publicado por Alin Editores. [...] La presentación de Hijar vale por sí sola y comienza planteándonos lo siguiente: “El racionalismo, esa empobrecedora tendencia que ha dominado a la humanidad durante 500 años, ha impedido la apropiación plena de las culturas no europeas. El uso colonial oculta, en consecuencia, la integridad de los saberes orientados a la armonía productiva con la naturaleza, a pesar del sistema tributario bajo control exclusivo de las dinastías existentes”. “La matemática, continua Hijar, es recurso cosmogónico de alta precisión en la cultura maya. Quiere esto decir que es la garantía del orden del universo reproducido en todas y cada una de sus partes, desde el reparto agrario hasta el destino personal, los cambios climáticos y la ubicación de rarezas como los eclipses. Tras las cuentas y operaciones aritméticas mayas y tras los símbolos de los rostros utilizados para registrarlas, está toda la riqueza cultural regateada por el colonialismo. De ahí que la arqueoastronomía sea necesaria” El licenciado Rafael Platero conincide con nuestra visión de que los procesos simples y por ello bellos, desde el punto de vista matemático, que idearon los mayas representan un potencial elemento nuevo de cohesión cultural para los hondureños. Todo radica en que nuestras autoridades se decidan a introducir en todos los niveles del sistema educativo nacional la aritmética maya. Tenemos ante nosotros la posibilidad, casi única, de revalorar el sistema de numeración decimal mundialmente empleado y plantearnos preguntas que llevan a una comprensión más profunda de los algoritmos empleados en las operaciones aritméticas que aprendemos desde los años de la escuela primaria. Vale, por ejemplo, mencionar una cuestión básica que el doctor Carlos Sacasa les preguntaba a sus estudiantes de Unitec, vinculada con la razón por la cual al multiplicar números de más de una cifra debemos dejar espacios debajo del primer número de cada fila. Nuestro sistema de educación únicamente nos enseña el algoritmo de la multiplicación y asumimos que es único, inmejorable e insuperable, sin embargo, el agoritmo empleado en la aritmética maya compite en simplicidad, tiene menos operaciones que memorizar (únicamente tres multiplicaciones constituyen sus tablas de multiplicar, mientras en el sistema de numeración decimal requerimos aprender 90 números que conforman las tablas de multiplicar). El departamento de investigación de la Unah decidió emplear la numeración maya a todas sus publicaciones, en la convocatoria al concurso de investigación de este año el Cohcit incorpora la numeración maya en sustitución de la árabiga y el Ministerio de Educación a través de su departamento de revisión de textos recomienda consideraciones sobre la aritmética maya... “para ser usado por los alumnos de los Centros Básicos, así como por todos los docentes de todos los niveles educativos del país”. Pensamos que el Congreso Nacional de la República perfectamente puede poner en consideración la inclusión de la aritmética maya en el currículo de todos los niveles educativos, a final de cuentas aprendemos la numeración romana que es infuncional y totalmente ajena a nuestra cultura y por ende estrictamente decorativa ¿por qué no habríamos de aprender la aritmética maya, que es producto de la inteligencia colectiva de nuestros ancestros mesoamericanos, funcional, y en varios aspectos superior a la decimal? La Prensa - Tegucigalpa, 2/10/2002 Cuentas del Inca Un examen de calendarios europeos publicados en los siglos XV y XVI revela, en un libro de Victoria Fox, hasta qué punto Guaman Poma de Ayala se inspiró en esos repertorios católicos y por dónde se apartó, astutamente, de tales cánones para explicar la concepción del tiempo propio de los incas. La historiadora inglesa, que ha estado varias veces en nuesto país para afianzar su minuciosa investigación, encuentra las claves de ese distingo en el carácter mismo de las dos religiones: la cristiana y la prehispánica. La primera, explica, basándose en estudios teológicos y antropológicos autorizados, posee un carácter más bien urbano. En cambio, la religión de la era incaica ostenta un sello rural. La constelación de Las Pléyades, por ejemplo, tenía en el calendario inca varios nombres: collca (almacén), onqoy (enfermedad) y goto (pilar). "Tom Zuidema", recuerda la investigadora, "señala que las Pléyades eran veneradas en distintas regiones del Perú. Ellas eran consideradas la madre universal y se relacionaban con el templo del Sol y la irrigación". Guaman Poma, dice la historiadora, también consideraba que el agua es una expresión de la divinidad. Pero en su libro apenas menciona a las Pléyades. "Pienso que una de las razones por las cuales Guaman Poma no alude a la función de las Pléyades se debe a que los sacerdotes como, por ejemplo, Arriaga prohibían la veneración de estas estrellas y de los astros, como el Sol y la Luna." La señora Fox acierta al señalar cómo el peruano asimila los modelos de calendario europeos para expresar convicciones religiosas de los antiguos peruanos. "El calendario del autor andino gira alrededor de la naturaleza como poder abstracto y dotado de cualidades divinas." Otro acierto de Fox es ver el carácter de complementariedad entre el hombre y la mujer que Guaman Poma identifica. Dice la historiadora: "El hombre, tanto como la mujer, trabajan con la naturaleza para producir el fruto de la tierra." Una constante que cualquier conocedor del Perú puede conocer es el culto del agua. Hay fiestas religiosas sobrevivientes en muchas partes del país. "Durante el mes de febrero, Guaman Poma señala que la fuerza del agua cumple una función fundamental y su fuerza sobrepasa la de la tierra". Las ilustraciones de Guaman Poma se nutren también de imágenes occidentales, pero escapan de éstas por su afán de dibujar al hombre, la naturaleza y los dioses del antiguo Perú. Caretas - Lima, 26/9/2002 Latinoamerica-online - Politica, attualità, archeologia e scienza del continente Direttore Nicoletta Manuzzato Editrice El Quetzal

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