domingo, 10 de junio de 2012

El modelo turco y su creciente papel en el mundo musulmán Con un gobierno moderadamente islámico, estabilidad política y una economía en auge, Turquía se lanzó a una política exterior pragmática e independiente 09/06/2012 - Autor: Alberto Pérez Moreno - Fuente: ateneadigital.es geopolitica mundo arabe primavera arabe turquia 2 Turquía es un país moderno, con personalidad propia, que aspira a ser un puente entre las culturasLa posición geoestratégica de Turquía, con un pie en Asia y otro en Europa, ha motivado a lo largo de la historia su gran disyuntiva de orientarse hacia el Este o el Oeste. Ahora, visto como se desvanece su unión con Europa - aunque siga aspirando a conseguirlo- ha volcado su esfuerzo e iniciativa desde el Cáucaso a África. En realidad esta orientación turca hacia Oriente no es nueva. En los ochenta y noventa Turgut Ozal ya intensificó sus relaciones con Asia Central. Pero sí es verdad que, desde la llegada al poder del partido Justicia y Desarrollo (AKP) en 2002, y apoyada en un crecimiento económico importante y una amplia base de grupos de interés, las relaciones de Turquía con el resto de países de Oriente Medio, y en general con el mundo musulmán, han sufrido una profunda transformación. Expansión en África La reciente reunión en Estambul de dirigentes de 54 países para tratar la seguridad y reconstrucción de Somalia, ha aireado una realidad que hasta ahora ha pasado desapercibida, como es la apuesta de Turquía por proyectar su "soft power" en África, mostrando un modelo diferente de ayuda, al mismo tiempo que refuerza su floreciente economía en los sectores energéticos, construcción y agricultura. En agosto pasado, Tayyip Erdogan fue el primer líder no africano que visitaba Mogadiscio en 20 años. Desde entonces, trabajadores turcos trabajan en la reconstrucción de la ciudad, arreglan el aeropuerto, construyen escuelas y ONG turcas atienden hospitales juntamente con médicos y enfermeras somalíes formados en Turquía. Una actividad que "ha cambiado el panorama de Somalia", según el primer ministro, Abdiweli Mahamed Ali, y probablemente le facilite a Turquía un papel preponderante ante las nuevas instituciones somalíes que deben formarse a partir del 20 de agosto. Si Turquía ha incrementado su presencia en África con la apuesta por Somalia, donde Turquía está alcanzando mayores éxitos es en su entorno inmediato de Oriente Medio, y el mundo árabe en general, con unos intercambios que han pasado de los 6.500 millones de dólares en 2000 a 35.000 en 2011. También es significativo el aumento de turistas árabes que visitan Turquía, no tanto por su numero -1.5 millones en 2013- como por el cambio de imagen que supone haciendo olvidar el pasado otomano. Una encuesta de la Fundación de Estudios Económicos y Sociales (TESEV) en 2011, muestra que el 78% de los encuestados tenia una opinión favorable de Turquía y el 61% consideraba que era un modelo a seguir por su régimen democrático, (32%) economía, (25%) e identidad musulmana (23%). Equilibrio geopolítico en la región entre Turquía, Irán e Israel Con un gobierno moderadamente islámico, estabilidad política y una economía en auge, que ha duplicado el PIB en diez años con crecimientos cercanos al 10%, Turquía se lanzó a una política exterior pragmática e independiente que le ha permitido jugar un papel activo de mediador en las tensiones regionales y ejercido un contrapeso a la influencia iraní con la que compite en diversos escenarios -especialmente Irak- por convertirse en potencia regional. La diferencia es que mientras Irán se ha erigido en campeón de los oprimidos, ya sean palestinos o chiítas, el modelo turco, más moderno y democrático, pero alardeando de su carácter musulmán, seduce a una mayoría entre la que destacan los profesionales, les acerca a gran parte de los sunitas, y aunque Turquía no haya querido entrar en la guerra sectaria, también les aproxima a Arabia Saudí. El acercamiento al mundo árabe, que en el pasado no había condicionado las relaciones con Israel - Turquía fue el primer país musulmán en reconocerle en 1949- sí las ha deteriorado desde la operación Plomo Fundido en Gaza, y sobre todo el incidente del Mavi Marmara en 2010, poniendo de manifiesto el nuevo papel que quiere desempeñar Turquía en Oriente Medio como líder de la causa árabe, aunque para ello tenga que enfrentarse a un Israel que ha optado por hacer y decir lo menos posible ante la primavera árabe. Occidente no puede pensar que Turquía seguirá dócilmente sus orientaciones en el mundo árabe, pero sí pueden confiar que sea un socio cuando coincidan sus objetivos. No obstante, Turquía seguirá siendo importante para la estabilidad de Oriente Medio y colaborará en todo lo relativo a la seguridad, como lo ha demostrado con la instalación de radares de alerta temprana, a pesar de la indignación iraní. Turquía y la primavera árabe Con el inicio de las revoluciones árabes, Turquía ha visto como crecía su importancia, tanto para los actores regionales, como para EEUU y la UE, hasta el punto de que muchos la consideran la gran vencedora de la primavera árabe. Los cambios en la situación han obligado a Turquía a adaptarse, introduciendo cambios en la doctrina "cero problemas" con sus vecinos, preconizada por Davutoglu. El mismo gobierno que hace un año votaba junto con Brasil en contra de las sanciones al régimen iraní, era un firme aliado de Assad por su colaboración en refrenar a los kurdos y las fuertes inversiones efectuadas en el país y dudaba intervenir en Libia, ahora promociona la democracia y la solidaridad islámica, apoya a los rebeldes sirios y se esfuerza en estrechar lazos con los nuevos regímenes. Egipto haría bien en seguir el modelo turco puesto que se enfrenta a unos retos similares a los que ha superado Turquía: secularismo frente a islamismo, relación entre fuerzas armadas y gobierno, crecimiento económico y fomento de las relaciones internacionales. Turquía sigue siendo el Estado secular creado por Ataturk, aunque el islamismo del que hace bandera el AKP influya cada vez más. Egipto podría seguir su ejemplo, y aunque ganen los Hermanos Musulmanes, moderar sus deseos de imponer un islamismo radical. Respecto a las relaciones entre ejército y poder civil, Egipto tiene pendiente resolver el papel que tendrá el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Las situaciones de Egipto y Turquía son diferentes, pero el hecho de que los militares turcos hayan devuelto el poder civil en breve plazo, cuando se han visto obligados a tomarlo, puede servir de pauta en Egipto. El enfoque económico liberal, más que su ideología, ha marcado el ascenso del AKP, y Egipto, cuya economía solo ha crecido 1% el pasado año, y cuenta con una gran fuerza laboral, debería tomar buena nota, al igual que en política exterior. Turquía miembro de la OTAN y del Consejo de Europa, pero también de la Organización de la Conferencia Islámica, ha servido como puente entre Occidente y el mundo musulmán. Egipto por su situación geográfica -Canal de Suez- y potencial, también debería poder desempeñar el papel de líder árabe abierto a Occidente que ejerció en el pasado. *Alberto Pérez Moreno es coronel de Infantería. Diplomado de Estado Mayor. Diplomado de la Naval Postgraduate School de Monterrey (EEUU), Agregado de Defensa en Irak y Pakistán (1984-1988) y Miembro del Instituto de Estudios Estratégicos (1992-1998).

No hay comentarios:

Publicar un comentario