“Luego de las elecciones del pasado
1 de julio, una de las primeras tareas
que la izquierda mexicana debería
emprender, si quiere avanzar política
y socialmente, es la de limpiar sus filas de corrupción, pero esto es muy
complicado porque fuertes intereses
de las llamadas tribus que la conforman han convertido a los partidos y
gobiernos de izquierda en un negocio”, argumenta el investigador e intelectual Lorenzo Meyer, en entrevista
concedida al reportero de la revista
Proceso, José Gil Olmos, en el número
1862 publicado el pasado 8 de julio.
“Vemos que la izquierda en el Distrito
Federal pelea duramente por las delegaciones, pero no es por una ideología, por un proyecto de desarrollo social y económico, sino por ver quién
controla los empleos en esas delegaciones. Que yo sepa, las delegaciones
no son particularmente limpias y ajenas a la corrupción; a veces da la impresión de que están igual que antes,
cuando el PRI las controlaba”, agrega
el profesor Lorenzo Meyer.
Y estas palabras de Lorenzo Meyer
quedan como anillo al dedo para la
problemática que desde hace 15 años
padece la delegación Xochimilco
bajo las gestiones perredistas, y que
se ha agudizado de manera grave por
la impunidad con la que actúan los
funcionarios que ocupan los puestos
más importantes de esta jefatura delegacional.
Muchas páginas de medios informativos, tanto impresos como digitales, se
han escrito, y muchos programas de
radio y televisión han dado cuenta de
las denuncias ciudadanas de actos de
corrupción extremos cometidos por
funcionarios de esta jefatura delegacional, pero hasta la fecha ni la Contraloría General del gobierno del D.F.,
que encabeza el Lic. Marcelo Ebrard
Casaubon, ni la Asamblea Legislativa, han castigado a ninguno de estos
personajes nefastos que se han enriquecido ilícitamente aprovechándose
de las facultades que les otorgan los
cargos que ostentan.
Este es el caso del L.A.E. Luis Manuel
Novelo Gordillo, titular de la Subdirección de Recursos Humanos, dependiente de la Dirección General de
Administración de la jefatura delegacional de Xochimilco.
Luis Manuel Novelo Gordillo es propietario de una camioneta modelo
2012 marca Chevrolet, con placas 570
UMY, que tiene un valor de más de
300 mil pesos; también, Novelo Gordillo posee un auto BMW de modelo
reciente, con placas 231 XTM.
Pero lo anterior quizá no nos pudiera
sorprender tanto como los siguientes
datos:
Luis Manuel Novelo Gordillo mantiene en la nómina de la delegación Xochimilco a su esposa, Obdulia Lucero
Olarte, con el nivel 17 y un sueldo de
15 mil pesos mensuales; a sus cuñados
Arturo, Jorge y Norma Lucero Olarte,
con el nivel 15 y sueldos de 12 mil pesos mensuales cada uno.
También, Novelo Gordillo tiene en la
nómina de esta jefatura delegacional a
sus hijos Alan Eduardo Cruz Lucero,
con el nivel 17 y sueldo de 15 mil pesos
mensuales, y Pamela Novelo Lucero,
con el nivel 18, cobrando un sueldo de
16 mil pesos.
Adriana Díaz Pueblita y Victoria Cruz
Arreola, amigas íntimas de Luis Manuel Novelo Gordillo, poseen el nivel
15 y cobran sueldos de 12 mil pesos
mensuales. Erika Díaz Pueblita, hermana de Adriana, cobra en la nómina
de honorarios un sueldo superior a
los 10 mil pesos mensuales.
Y por si lo anterior fuera poco, este
subdirector de Recursos Humanos
cobra fuertes comisiones mensuales
a 50 “aviadores” que aparecen en la
nómina como trabajadores eventuales, y a 35 empleados de base, actividad ilegal que le produce 75 mil pesos
mensuales.
Luis Manuel Novelo Gordillo es aficionado al futbol, de hueso colorado,
y como tal cree que es conveniente
que los contribuyentes patrocinen sin
enterarse a un equipo de este deporte integrado por familiares y amigos
que compiten en una de las numerosas ligas de futbol de Xochimilco: el
equipo se llama “Morelia”, y todos
sus jugadores cobran un sueldo en la
delegación Xochimilco como trabajadores eventuales y de honorarios, sin
acudir a laborar, como “aviadores”
pues.
“Tiene varias averiguaciones previas
en las que está acusado por el delito
de hostigamiento sexual en agravio
de trabajadoras de la delegación Xochimilco, pero están archivadas en la
Procuraduría General de Justicia del
D.F., y acaba de vender 50 plazas en 35
mil pesos cada una… también vende
dígitos o claves en 5 mil pesos para
obtener prestaciones preferenciales”,
denuncia un trabajador de esta jefatura delegacional que por razones obvias prefiere guardar el anonimato.
Esto es precisamente a lo que se refiere el profesor Lorenzo Meyer, a la corrupción sin límites de los gobiernos
delegacionales de “izquierda” protegidos desde la más alta cúpula del
gobierno del D.F., la Asamblea Legislativa y el PRD. Corrupción que está
enriqueciendo a unos cuantos a costa
del esfuerzo sobrehumano de millones de contribuyentes. ¿Quién castiga
a estos pillos si en la Contraloría General del D.F., hay miles de denuncias
en contra de funcionarios perredistas
archivadas por su titular, el Lic. Ricardo García Sáinz? ¿Quién castiga a
estos saqueadores si el mismo jefe de
gobierno del D.F., Lic. Marcelo Ebrard
Casaubon, está siendo señalado en diversos medios de comunicación por
hacer negocios pingües y enriquecerse ilícitamente al amparo del poder? ¿Hasta cuándo tolera
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