martes, 17 de julio de 2012

Los cincuenta pequeños rostros de Siria o un trocito de libertad


Los cincuenta pequeños rostros de Siria o un trocito de libertad

06/06/2012 - Autor: Sirin Adlbi Sibai - Fuente: Más de una voz
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Los cincuenta pequeños rostros de Siria o un trocito de libertad.
Los 50 pequeños rostros se han convertido en un mapa, en otro de tantos ya, que trazan la geografía de nuestro dolor. Alhole, en un nombre cuyas letras de fuego han deformado para siempre nuestra memoria.
Un antes y un después. Un antes y un después al mirar a los ojos de mi hijo de cuatro años. Sus ojos ahora me recuerdan al brillo apagado de los cincuenta pequeños rostros. Un antes y un después al acariciar su cabello y al sentir el calor de su amor en un abrazo. Ahora hay una grieta de amargura que filtra el vacío profundo, la desolación sin límites de las madres que han perdido a sus cincuenta pequeños rostros.
Un antes y un después
Desde el comienzo de nuestra revolución, los protagonistas han sido los niños y las mujeres. Nuestra revolución tiene rostro de niño y de mujer. El de los más de 1.250 niños y las más de 1.020 mujeres, de entre las más de 16.000 personas asesinadas por el régimen de los Asad hasta el momento. Cifra que queda desactualizada por momentos.
Sin embargo, el desangrado, era como un goteo lento, uno, dos, diez niños cada día, cada semana. Un goteo silencioso, casi imperceptible. No para nosotros, claro, sino para esos medios de comunicación que apenas ya los mencionaban. El 25 de mayo en AlHole, fueron cincuenta niños, de golpe y porrazo, la mitad degollados como corderos, a punta de cuchillo. 39 mujeres. 30 hombres. Un total de 113 seres humanos. Apenas nuestros cuerpos han logrado tranquilizar el estremecimiento de las masacres de Karam El Zeitun y El Adaouia del no muy lejano pasado 11 de marzo. En su momento fueron 80 personas, siempre con niños y mujeres principalmente.
Arrastramos ya 14 largos meses de lucha por recuperar nuestra dignidad y nuestra libertad. O más bien nos arrastran ellos a nosotros. 14 largos meses de re-dibujar un país libre o de que un país libre nos re-dibuje. Ayer, los cincuenta pequeños rostros lograron que finalmente uno de nuestros gritos de largas horas frente a la embajada: “Embajador, ¡fuera!” se hiciera realidad. En Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Bulgaria, Italia, Bélgica, Holanda, Canadá y España, nuestros pequeños cincuenta rostros eternos, han robado al asesino pequeños trozos de libertad y nos los han regalado.
Siria, a la que el genocida, queriendo exiliarnos de ella, no ha logrado sino hacerla tan grande como el mundo entero, esparcida por todo el planeta, como nuestras ansias de libertad, nos ha devuelto ayer trozos de ella. Hemos liberado nuestra particular gran Siria de los representantes del terror. Siria hoy es más libre que ayer. Hemos dado nuevos pasos en esa tortuosa danza que nos lleva a ella. Como a niños pequeños, nos han guiado por el camino 50 pequeños rostros que nos han cogido de la mano.
No, no han sido los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Alemania, España y el resto de países los que han expulsado a los embajadores del genocidio. Han sido nuestros pequeños cincuenta rostros. Ellos, los gobiernos de estos países, lo habrían podido hacer hace ya más de un año. Tuvieron la oportunidad de tener ese gesto de humanidad, pero no lo hicieron. Fuimos nosotros, fueron nuestros hijos, sus cincuenta pequeños rostros los que lo hicieron.
Ayer, liberábamos un trocito de Siria… esa puerta de la embajada en Madrid, a la que furgones y furgones de policía no nos dejaban acercarnos... ya es nuestra. Viva Siria libre y viva en el recuerdo que quedará siempre ardiente de nuestros cincuenta pequeños rostros.

Sirin Adlbi Sibai es investigadora y activista hispano-siria

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