miércoles, 8 de agosto de 2012

Los "virtuosos israelíes" contra los "malvados árabes"

Los "virtuosos israelíes" contra los "malvados árabes" El argumento moral definitivo describe a Israel como un país que ha buscado la paz constantemente y que siempre ha mostrado contención incluso cuando era provocado. De los árabes, al contrario, se dice que siempre han actuado con gran maldad. Esta narración -que repiten hasta la saciedad líderes israelíes y apologistas norteamericanos como Alan Dershowitz- es otro mito. En términos de comportamiento actual, la conducta moral israelí no es moralmente distinguible de las acciones de sus oponentes. Estudios israelíes demuestran que los primeros sionistas estaban muy lejos de ser benevolentes con los árabes palestinos. Los habitantes árabes se resistieron a la usurpación sionista, lo que no puede sorprender a nadie dado que los sionistas estaban intentando crear su propio estado en territorio árabe. Los sionistas respondieron vigorosamente y ninguno de los dos bandos tiene moralmente la razón durante este periodo. Este mismo estudio revela también que la creación de Israel en 1947-48 implicó actos explícitos de limpieza étnica incluidas ejecuciones,masacres y violaciones por parte de judíos. Además, la conducta posterior de Israel hacia sus adversarios árabes y hacia los palestinos ha sido, a menudo, brutal, sometiendo cada reivindicación a una conducta moralmente superior. Entre 1949 y 1956, por ejemplo, las fuerzas de seguridad israelíes mataron entre 2.700 y 5.000 infiltrados árabes, la gran mayoría de los cuales estaba desarmada. Las IDF llevaron a cabo numerosos ataques transfronterizos contra sus vecinos a principios de los 50 y a pesar de que estas acciones fueron descritas como respuestas defensivas, en realidad eran parte de un amplio esfuerzo por expandir las fronteras de Israel. Las ambiciones expansionistas de Israel le llevaron a unirse también a Gran Bretaña y Francia en el ataque a Egipto de 1956, Israel sólo se retiró de las tierras conquistadas tras la intensa presión ejercida por los Estados Unidos. Las IDF también mataron a cientos de prisioneros de guerra egipcios en las guerras de 1956 y 1967. En 1967 expulsaron entre 100.000 y 260.000 palestinos de la recién conquista Orilla Oeste y echaron a 80.000 sirios de losAltos del Golán. También fue cómplice de la masacre de 700 inocentes palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila después de la invasión del Líbano en 1982 y una comisión de investigación israelí declaró al ministro de defensa de aquel momento, Sharon, "personalmente responsable" de estas atrocidades. El personal israelí ha torturado a numerosos prisioneros palestinos, humillándolos sistemáticamente y ha molestado a civiles palestinos y usado la fuerza indiscriminadamente contra ellos en numerosas ocasiones. Durante la Primera Intifada (1987-1991), por ejemplo, las IDF distribuyeron porras entre sus tropas y las animaron a romper los huesos de los protestantes palestinos. La organización sueca "Save the Children" estimó que "entre 23.600 y 29.000 niños habían necesitado atención médica por heridas de golpes en los dos primeros años de la intifada"', aproximadamente un tercio tenía huesos rotos'. Casi un tercio de los niños golpeados tenía diez años o menos.La respuesta de Israel a la Segunda Intifada (2000-2005) ha sido más violenta, llevando a Ha'aretz a declarar que "las IDF se están convirtiendo en una máquina de matar cuya eficacia es impresionante, casi espantosa". Las IDF dispararon un millón e balas en los primeros días del levantamiento, lo que está muy lejos de una respuesta comedida. Desde entonces Israel ha matado a 3,4 palestinos por cada israelí perdido, la mayoría de los cuales eran testigos inocentes; la relación de niños palestinos muertos contra niños israelíes es superior (5,7 contra 1). Las fuerzas israelíes han matado también a varios activistas extranjeros por la paz, incluida la joven a norteamericana de 23 años que fue aplastada por un bulldozer israelí en marzo de 2003. Estos hechos sobre la conducta israelí han sido ampliamente documentados por numerosas organizaciones pro derechos humanos -incluyendo destacados grupos israelíes- y no admiten discusión por los observadores internacionales. Por esto mismo cuatro antiguos miembros del Shin Bet (la organización de seguridad interna de Israel) condenaron la actuación israelí durante la Segunda Intifada en noviembre de 2003. Uno de ellos declaró: "nos estamos comportando de una forma vergonzosa", y otro tachó la conducta de Israel de"claramente inmoral". ¿Pero no tiene derecho Israel a hacer lo que sea necesario para proteger a sus ciudadanos? ¿No justifica el mal del terrorismo el apoyo continuo de los EEUU aunque Israel responda con dureza? De hecho este argumento tampoco es una justificación moral convincente. Los palestinos han usado el terrorismo contra los ocupantes israelíes y su disposición a atacar civiles inocentes está mal. Ese comportamiento no sorprende, sin embargo, porque los palestinos creen que no tienen otra manera de forzar concesiones israelíes. Como admitió una vez el primer ministro Barak, si hubiese nacido palestino "se habría unido a una organización terrorista". Tampoco debemos olvidar que los sionistas usaron el terrorismo cuando se vieron en una situación de debilidad similar y estaban intentando conseguir su propio estado. Entre 1944 y 1947 varias organizaciones sionistas usaron ataques terroristas con bombas para expulsar a los británicos de Palestina y por el camino se llevaron muchas vidas de civiles inocentes. Terroristas israelíes también asesinaron al mediador de la ONU, el conde Folke Bernadotte, en 1948 porque se oponía a su propuesta de internacionalizar Jerusalén. Los autores de estos actos no eran extremistas aislados: los jefes del plan de asesinato consiguieron la amnistía del gobierno israelí y uno de ellos fue elegido para el Knesset. Otro líder terrorista que aprobó el asesinato, pero que no fue juzgado, fue el futuro primer ministro Yitzhak Shamir. Es cierto, Shamir admitió públicamente que "ni la ética judía ni la tradición judía pueden rechazar el terrorismo como medio de combate". Al contrario, el terrorismo tenía "un gran papel que jugar, en nuestra guerra contra el ocupante (Gran Bretaña)". Si el uso del terrorismo por parte de los palestinos es moralmente censurable hoy en día, también la dependencia que de él tenía Israel en el pasado, por lo tanto no puede justificarse el apoyo de Estados Unidos a Israel basándose en que su conducta en el pasado había sido moralmente superior. Quizá Israel no haya actuado peor que muchos otros países, pero está claro que no ha actuado mejor. Y si ni los argumentos morales ni los estratégicos son válidos para el apoyo estadounidense a Israel, ¿cómo lo explicamos? La explicación reposa en el incomparable poder del Lobby israelí. Si no fuera por la habilidad del Lobby para manipular el sistema político norteamericano, la relación entre Israel y los EEUU sería mucho menos íntima de lo que es en la actualidad.

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