¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis? (Corán 55:22)

¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis? (Corán 55:22) Y (Allah swt) hizo salir al hombre a un mundo colmado de beneficios (ibn Abi Zaid) 12/10/2012 - Autor: Iahia ibn Said Al Andalusi - Fuente: shadilia.com.ar coran & sunna islam pensamiento 0 En el noble Corán y en la Tradición del Profeta (sws) encontramos numerosas aleyas y dichos sobre los valores de la fe, la guía, las virtudes moral No hay asunto humano, pequeño o grande que no sea objeto de análisis en la shariah; la Revelación provee la solución más perfecta a todos los conflictos humanos, no existe la menor posibilidad humana de encontrar solución mejor a ningún asunto que la solución provista por el islam. Por ello, el Corán es también un milagro. Ninguna mente humana, aún dedicando toda su vida a este trabajo, podría encontrar las soluciones perfectas a cada conflicto tal y como las expresa la Revelación. Pero el hombre es dado a creer en sí mismo. Desde el Renacimiento, el hombre se ha erigido en ídolo del hombre; el humanismo, bajo su manto de benevolente racionalidad, ha traído las mayores desgracias al género humano, ni que decir del maquinismo, de la revolución tecnológica del siglo XX, que puso la ciencia al servicio del exterminio de la especie humana. Ni que decir de los sistemas económicos y políticos de la modernidad, que pretendían abolir un orden considerado racionalmente “injusto” por los filósofos del "humanismo de las luces”, luces que resultaron engañosas. Las dos guerras mundiales, los ataques al pueblo de Hiroshima, Nagasaki y Dresde, los genocidios en África, las hambrunas en Ucrania... ¿será la modernidad recordada por todo esto o por los avances en el campo de la analgesia? Gracias a Allah swt, la caída del comunismo y su fin, y las crisis encadenadas del capitalismo, parecen ofrecer una posibilidad actual para abrir los ojos, para abandonar la idolatría del hombre por el hombre, por la razón, quiera Allah que en un tiempo seamos capaces de ponernos de acuerdo renunciando a esos “principios irrenunciables”, verdaderos ídolos que crearon las ideologías de la modernidad y restaurar la verdadera dignidad del hombre.