sábado, 27 de octubre de 2012
reaaparición de las tropas coloniales
reaaparición de las tropas coloniales
Etiquetas: africa, EE.UU, libia
Entre los objetivos no declarados de Estados Unidos en Libia estaba la instalación en ese país de una base permanente para el AfriCom. Ha llegado el momento de hacerlo, sin decirlo, por supuesto. Manlio Dinucci explica el método.
Hace un año, después de un intenso trabajo de demolición del Estado libio a lo largo de 10 000 misiones aéreas y ataques de las fuerzas especiales infiltradas, la OTAN daba por terminada la operación Protector Unificado con la eliminación del propio Muammar el-Kadhafi a manos de los servicios secretos.
Pero aquello no ponía fin a la guerra. Las grietas en las que se había introducido, desde el exterior, la cuña para hacer caer el Estado libio se ampliaron y se ramificaron. En Bani Walid, rodeada y bombardeada por las milicias de Misrata, una población entera resiste hoy en día. Trípoli sólo controla una porción mínima de la «Nueva Libia», teatro de constantes enfrentamientos armados entre milicias, así como de homicidios y desapariciones. Según el presidente Mohamed Magariaf, ello se debe a «retrasos y negligencias» en la formación de un ejército nacional. Pero no debe preocuparse ya que el problema está a punto de resolverse… no en Trípoli sino en Washington.
Después de haber dirigido la operación Protector Unificado, Estados Unidos se está encargando ahora de proteger a la «Nueva Libia» dotándola de un ejército. El Pentágono y el Departamento de Estado ya están ocupándose de la formación de una «fuerza de élite» libia de 500 hombres, que serán el núcleo duro alrededor del cual ha de conformarse el futuro ejército. El financiamiento inicial es de 8 millones de dólares, provenientes de la reducción de la ayuda a Pakistán para las «operaciones antiterroristas».
La misión oficial de la «fuerza de élite», cuya formación ya fue aprobada por el Congreso [de los Estados Unidos], será «enfrentar y vencer a las organizaciones terroristas y extremistas violentas». Ya está en marcha la selección de los hombres, escogidos por funcionarios del Pentágono, del Departamento de Estado y de la CIA a través de un screening que evalúa la capacidad física del candidato, su manera de pensar y, sobre todo, su actitud hacia Estados Unidos.
Condición número uno: el conocimiento de la lengua inglesa (o mejor aún del inglés que se habla en Estados Unidos), dado que es en ese idioma que se impartirán las órdenes. Y es que en realidad los hombres serán entrenados y dirigidos por miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses, trasladadas a Libia desde Pakistán y Yemen.
Un movimiento de alta estrategia de Washington.
En primer lugar, las tropas seleccionadas, entrenadas y comandadas por el Pentágono lo único que tendrán de libias es el nombre. En realidad van a desempeñar el mismo papel que antiguamente tenían las tropas coloniales que se componían de indígenas.
En segundo lugar, como se necesitarán años para formar un ejército libio, el despliegue de Fuerzas Especiales estadounidenses en Libia no será de carácter temporal sino permanente. Estados Unidos también tendrá sus propias bases militares en Libia, vinculadas a las que ya existen en la isla italiana de Sicilia. En este momento, Bengazi y otras ciudades ya están siendo sobrevoladas por drones que despegan de Sigonella (en Sicilia) y son teleguiados desde Estados Unidos. Esas bases servirán en la realización de operación no sólo en territorio libio, sino también en otras partes del continente (donde el AfriCom ya está realizando este año 14 «maniobras militares» de gran envergadura) y en el Medio Oriente (donde ya hay milicias libias infiltradas en Siria).
En tercer lugar, Estados Unidos dispondrá de un instrumento de poder no sólo de índole militar sino también político y económico que le garantizará el acceso privilegiado al petróleo libio.
¿Y los aliados europeos? Quizás los llamen para que echen una mano. Por supuesto, siempre bajo las órdenes de Estados Unidos. Italia puede aportar una gran contribución, dada su experiencia de 30 años de dominación colonial en Libia y en el uso de los askaris [1]. En Etiopía, los askaris perpetraron, bajo las órdenes de sus oficiales italianos, las masacres que abrieron camino al Imperio.
Manlio Dinucci
Fuente
Il Manifesto (Italia)
http://www.voltairenet.org/article176357.html
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