miércoles, 24 de octubre de 2012
Rusia incorporará nuevo misil balístico a su arsenal nuclear
Rusia incorporará nuevo misil balístico a su arsenal nuclear
En lo que resta de año, Rusia comenzará la producción de un nuevo misil balístico intercontinental de combustible líquido, destinado a reemplazar los misiles pesados RS-20 Voivoda (Satanás, según la clasificación de la OTAN), los más potentes del mundo.
Anteriormente se había informado de que las Tropas de misiles estratégicos (TME) recibirían en dotación la nueva arma en la segunda mitad de la década. El comienzo de la producción y los ensayos del misil en 2013 permitirán cumplir con los plazos previstos.
El lanzamiento de misiles intercontinentales de propelente líquido desde silos ofrece un panorama majestuoso. Primero, impulsado por potentes cargas de pólvora, es eyectado a la superficie. Al abandonar el silo, el misil queda suspendido por un instante en el aire, luego de lo cual empieza imponentemente a acelerar la velocidad. En los RS-20 estarán instaladas 10 ojivas de 0,8 megatones de potencia cada una, en capacidad de destruir ciudades y países enteros.
Los misiles balísticos intercontinentales emplazados en silos, durante largo tiempo fueron el núcleo del poderío nuclear de la URSS y también lo son hoy. Pero el tiempo pasa, la vida útil de los misiles antiguos caduca. Esta circunstancia planteó la necesidad de renovar y modernizar el arsenal nuclear: hace algunos años, las TME recibieron los misiles Topol-M, luego, los Yars con 3-4 ojivas. Ahora le toca el turno de reemplazo a los Voivoda.
Los misiles con ojivas de reentrada múltiple tienen mayores probabilidades de superar el sistema de defensa antimisiles. Pero el tiempo genera nuevos problemas.
Los silos son capaces de proteger al misil incluso contra una explosión nuclear, si ésta se produce a unos doscientos metros. Pero el desarrollo de las armas de alta precisión ha hecho que cualquier silo pueda ser inutilizado mediante 1 o 2 impactos de misiles convencionales, rellenos de varios centenares de kilos de explosivos. Pero la precisión de las armas nucleares también ha avanzado.
La amenaza del primer golpe demoledor con empleo de armas de alta precisión motivó que las TME dieran prioridad a los sistemas móviles, así como a un mayor empleo de la Marina.
Los sistemas móviles son más difíciles de detectar. Los satélites y drones no garantizan una localización oportuna de los mismos, como tampoco son capaces de establecer si los sistemas detectados no son blancos falsos.
La posibilidad de cambiar rápidamente el área de emplazamiento, unas condiciones meteorológicas adversas al reconocimiento vía satélite en la mayor parte del territorio ruso, enormes distancias que tendrían que cubrir los drones, todo ello ofrece apreciables ventajas a los sistemas móviles frente a los misiles emplazados en silos.
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