jueves, 11 de octubre de 2012

Yaratullah Monturiol, especialista en hermenéutica coránica

Yaratullah Monturiol, especialista en hermenéutica coránica ´Mi naturaleza me ha hecho musulmana desde que nací´ 20/07/2008 - Autor: Isabel Bugallal - Fuente: laopinioncoruña.es dialogo entrevistas feminismo interreligioso islamico monturiol naturaleza yaratullah 0 Yaratullah Monturiol posa en el jardín de San Carlos, A Coruña. (Foto: Fran Martínez) -¿Cómo se hizo musulmana? -Hum... -¿Le molesta? -Llevo más de la mitad de mi vida como musulmana. Toda mi realización personal desde los 24 años es como musulmana, pero vivo en una sociedad mixta. No es una etiqueta ni me parece una extrañeza lo suficientemente importante como para que se tenga que hablar de ella. -Pero usted está aquí por eso. -Yo he venido como islamóloga y como estudiosa y exégeta del Corán y de las fuentes islámicas, y también como miembro del Diálogo Interreligioso. El diálogo islamo cristiano me cautiva y me interesa muy especialmente, pero estoy en contacto con otras religiones. En realidad, yo no puedo explicar ni el cómo ni el por qué de mi hecho musulmán. Para la persona que lo tenga reciente probablemente sea más fácil hablar de ello: ´estaba yo en mi casa y de repente me desperté y me dije, ¡anda, fíjate!, pero si yo en realidad soy una musulmana...´ O alguien que necesite estudiar unos años o viajar por países islámicos. -¿Y a usted cómo le ocurrió? -No puedo decir cómo me ocurrió. Cuanto más tiempo pasa y reflexiono sobre ello más me doy cuenta de que no comprendo el motivo ni cual fue el detonante. -¿Era católica? -De tradición católica; fui bautizada, tuve mi experiencia infantil de sentir un cariño bastante sincero hacia Jesús y sus enseñanzas. Hoy me sigue fascinando su carisma y su personalidad. Después tuve una etapa mucho más desinteresada por el hecho religioso y no me sentí buscadora de nada en aquel momento. No sé exactamente qué habría en mi cabeza porque me pilló por sorpresa, ni siguiera me planteé mucho la cuestión, me vino rodado. -¿Podía haberse hecho budista, por ejemplo? -No lo sé si podría haberme hecho budista. Creo que en realidad mi naturaleza me ha hecho musulmana. Yo me sentí en plena armonía en el hecho y en la práctica de esa tradición espiritual y he vivido mi espiritualidad mucho más intensamente desde el islam. He abrazado el islam, profundizo en él cada día e intensifico mi vivencia espiritual en otras tradiciones espirituales como la cristiana. Incluso intento acercarme y comprender a otras tradiciones espirituales que no son las semíticas o las abrahámicas y me resultan ajenas. Yo me siento más identificada a nivel físico con las tradiciones abrahámicas, en las que se vive la espiritualidad más desde dentro. -No parecen buenos tiempos en Occidente para hacerse musulmana, ¿se siente marginada? -Hay gente que se pudo haber sentido más marginada que yo, pero como mujeres musulmanas estamos estigmatizadas. Es injusto que se estigmatice la imagen de la mujer musulmana, todo el mundo la juzga y que se deja poco espacio para su propia voz. -¿Qué papel asigna el Corán a la mujer? -Acabo de escribir un libro, Mujeres musulmanas, autodeterminación, y me ha hecho el prólogo una arabista que no es musulmana, es profesora y enseña sobre el islam, y ella sostiene que el Corán es uno de los libros sagrados en los que se intuye un mensaje feminista. Yo no puedo definir al Corán como feminista, pero hay que reconocer que, a pesar de que hay cosas difíciles de interpretar y de que se hayan manipulado muchísimo las traducciones, el Corán hace un esfuerzo sin precedentes para explicar el género. Mohamed fue muy igualitario, algo que intentamos recuperar desde las fuentes: cómo se reunían en asamblea y cómo las mujeres eran maestras de los hombres y cómo eso, después de catorce siglos, nos está costando trabajo defender y llevar a la práctica. -¿Musulmana y feminista? -He tenido mis dificultades como mujer musulmana, igual que otras mujeres que no lo son; he tenido que luchar y defender los derechos de las mujeres y me siento feminista en algún sentido. Nosostros hablamos desde hace años de un feminismo islámico, y hablamos de feminismo islámico como especificidad. -¿Ese feminismo es compatible con el velo?, ¿usted lo usa? -Por supuesto. Lo uso cuando hago la salah, cuando recito el Corán y lo llevé durante un tiempo cuando sentí la necesidad. No hay que imponer la imagen de la mujer musulmana ni hay que decirle que se lo ponga o se lo quite. Cualquier sociedad, se sienta democrática o no, se sienta occidental o no, islámica o laica, no tiene que imponer a ninguna mujer, sea musulmana o no, cómo vestirse. A las únicas mujeres que se les está diciendo qué imagen deben tener es a las mujeres musulmanas. -¿Se puede ser sexy? -¿Sexy, qué significa ser sexy? Hablar de mujeres sexys es definirlas como objetos sexuales. Si nos ponemos en ese plan, podemos decir que nos ponemos el velo para no ser objeto sexual y que la gente te trate como una persona. Según los estereotipos la mujer que se pone el velo es sumisa al macho y para ser libre tienes que quitártelo. Es muy legítimo usar el velo como resistencia a ese colonialismo mental del discurso de la mujer feminista occidental blanca, supuesto modelo para el resto de las mujeres del mundo. Me parece muy lógico que frente a ese discurso colonialista las mujeres de otros sitios del mundo y con otras necesidades se pongan el velo como reacción. Cada mujer tiene un motivo distinto para llevar velo y todos son muy respetables. Las hay que lo llevan por motivos políticos, para luchar contra la invisibilidad de las mujeres musulmanas. Tampoco tienen por qué dar explicaciones de por qué llevan el velo. Y me parece una indecencia ética y política que Francia prohíba llevar velo a las niñas en las escuelas.

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