lunes, 5 de noviembre de 2012

La muerte en el Islam

La muerte en el Islam Hablar de la muerte, y de la muerte en el Islam en particular, implica una reflexión previa sobre el sentido del término «muerte». Y en el contexto que nos interesa aquí, se trata ante todo de definir el «Islam» a fin de delimitar mejor su visión de la muerte. Tengamos presente que el Islam es una religión cuyo documento básico y fundacional es el Corán. No obstante, hay cantidad de textos secundarios de gran interés en la vida cotidiana de los musulmanes. Son los textos que contienen la Sunna, que en árabe significa «tradición», «método» o «dirección», en general. Ella cobra con el Islam un significado especial porque designa cuanto concierne a la vida del profeta Mahoma: - sus actos, af al, en el seno de la comunidad durante los veintitrés años de su vida de mensajero de Dios; - sus palabras, hadiz, relativas a la fe, la práctica y los ritos, lo lícito, lo ilícito, la moral y las relaciones humanas entre los mismos musulmanes, o entre ellos y los demás; - el taqrir o, dicho de otra manera, lo que Mahoma admitió y reconoció de parte de los musulmanes sin rechazo ni oposición. Hay que recordar que el Profeta había prohibido a sus compañeros y a sus discípulos transcribir sus propias palabras para evitar confundirlas con el texto coránico, texto sagrado y divino. El Hadiz se conservó oralmente hasta el siglo IX. Fue Albujari, muerto el 870 d. C, el que verificó y seleccionó sus palabras auténticas. Nos ha dejado de esta manera un florilegio, reconocido como el más exacto, sahih, es decir, el texto reconocido como canónico en el Islam. La Sunna y los hadiz del profeta constituyen la segunda fuente del Islam. A ellos se suman los diversos documentos elaborados a lo largo de la historia de los pueblos musulmanes, tales como los textos de los doctores de la shan a o del derecho musulmán, así como las interpretaciones del Corán. Además, existe una amplia literatura folclórica que tomar en consideración. Varía de un espacio geográfico y cultural a otro. A todo lo largo del período de las conquistas, el Islam se abrió a las diversas civilizaciones en las que dejó su marca y de las que, a su vez, él salió impregnado. Obligado es reconocer el influjo de las religiones anteriores: las religiones egipcias faraónicas, las religiones de Mesopotamia, la religión hebrea, la del Antiguo Testamento… y otras más.

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