viernes, 28 de diciembre de 2012

LA GUERRA FRÍA Y EL FIN DEL MUNDO

LA GUERRA FRÍA Y EL FIN DEL MUNDO




¿Cuántas veces sonó el teléfono rojo que comunicaba a los Estados Unidos y la Unión Soviética? ¿Cuántas veces el mundo ha estado al borde de su total destrucción? ¿Qué ocurrió durante la Guerra Fría? ¿Cuántas veces estuvimos cerca de la tan temida Guerra nuclear?

El teléfono rojo

El teléfono rojo, como se sabe, era la línea telefónica directa entre la Casa Blanca de los Estados Unidos y el Kremlin de la Unión Soviética, creada para resolver diversos problemas relacionadas con la seguridad nacional de ambos países y los posibles conflictos creados por diversos malentendidos entre ambos.

Se dice, que a lo largo de la Guerra Fría, el referido teléfono (que primero fue simplemente una línea de teletipo) sonó varias veces, impidiendo en muchos casos, con su acertada utilización, que se iniciase la tan temida guerra nuclear que sin lugar a dudas, hubiera cambiado para siempre la faz de la Tierra.

¿Pero cuán cerca estuvo el mundo del abismo?

La falla del sistema

Se dice que esta línea sonó en su historia unas veinte veces, y si bien gran parte de estas llamadas permanecen aún clasificadas tanto en los Estados Unidos como en Rusia, se conocen algunos casos que sorprenden tanto por sus orígenes y motivos como por la torpeza y negligencia con que fueron efectuados. Uno de los más conocidos ocurrió el 9 de noviembre de 1979 a las 8 y 45 minutos, cuando la NORAD (Defensa Aéreo Norteamericano), el Comando Nacional Militar del Pentágono y el Comando Alternativo Nacional Militar de los Estados Unidos comenzaron a mostrar en las pantallas de sus computadores los lanzamientos de decenas de misiles nucleares rusos en contra de su territorio.

Durante los siguientes seis minutos, se iniciaron los planes de la agencia de seguridad previstos, incluyendo por supuesto, los preparativos para un contraataque militar, no obstante, había un detalle que faltaba, pues ni los radares de alerta ni los satélites espías norteamericanos habían detectado hasta ese momento, los mentados misiles.

Esto provocó que las máximas autoridades militares decidieran esperar unos tensos segundos hasta que ocurriese el primer impacto del misil ruso. Sin embargo, este primer impacto nunca ocurrió, lo que produjo de inmediato la anulación de la alarma.

¿Qué había pasado? Pues que alguien de alguno de estos centros de defensa de los Estados Unidos, había introducido por equivocación una cinta de entrenamiento militar sobre misiles en el sistema compartido por estas instituciones, no obstante, lo curioso del caso, es que en ese momento, nadie en los Estados Unidos supo de este hecho, es decir, nadie supo cuán cerca estuvieron del inicio de una Guerra nuclear por culpa de un error informático.

La falla del sistema de satélites

Pero no sólo las computadoras pudieron acabar con el mundo. El 26 de septiembre de 1983, las fuerzas militares soviéticas también detectaron no a través de las computadores sino a través de sus satélites, la presencia de unos cinco misiles estadounidenses surcando sus cielos.

En este caso, el peligro de una respuesta fue más latente debido a que los satélites eran considerados en ese momento sumamente precisos debido a que rastreaban sus objetivos por el nivel de calor de los objetos. No obstante, en esos momentos de gran tensión, el teniente coronel Stanislav Petrov, del GRU (inteligencia militar soviética) se negó en todo momento de dar la alerta de contraataque debido, según confesara después, a que estaba convencido de que una guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética no podía empezar nunca con sólo cinco misiles. Al final, tuvo toda la razón.

¿Qué ocurrió en este caso? Pues que en el momento de la alarma lo que ocurrió fue que los satélites registraron no el calor de unos misiles norteamericanos, sino que sus rastreos coincidió con el equinoccio de otoño, es decir, con el momento en que el sol se elevó sobre el horizonte en un ángulo tal que coincidía con el área de cobertura de todos los satélites que vigilaban los campos misilísticos norteamericanos, y si bien esta posibilidad estaba prevista por los técnicos del sistema, el hecho de que ocurra o que un militar las conociera era mínimo.

El incidente del cohete noruego
Otro hecho importante ocurrió el 25 de enero de 1995, cuando Noruega lanzó un cohete suborbital noruego-estadounidense para el estudio de las auroras boreales y otros fenómenos electromagnéticos de altas latitudes. A diferencia de otros cohetes científicos que anteriormente había lanzado este país, esta vez el cohete era mucho más largo y grande tanto que tenía las dimensiones muy parecidas a los misiles ICBM norteamericanos.

Fue entonces que la referida red de satélites rusos detectó este lanzamiento y lo calificó de inmediato como un misil norteamericano, tanto que pocos minutos después de su lanzamiento el Departamento de Observación del Centro de Seguimiento de Lanzamientos Espaciales del GRU en Serpukhov-15 y el Comando de las Fuerzas Espaciales en Moscú ya se encontraban en alerta. Sin embargo se aguardó unos minutos para ver con certeza la trayectoria del referido armamento y cuando notaron que éste no tenía dirección contra la Unión Soviética, desistieron en dar una posible respuesta.

Otra vez, la tecnología puso en aprietos la seguridad del mundo, y éste se salvo de su completa destrucción.


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