DESDE LA REVOLUCIÓN DE MAYO AL ISLAM
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[Nota: este artículo fue publicado el año pasado, luego de exponerse en la Conmemoración del Nacimiento de Fátima Zahra (a.s.) en Tucumán. El evento fue realizado por el Instituto Al Gadir. Por razones de "calendario", este año no coincidió con el aniversario de la Revolución de Mayo, pero consideramos que lo expresado en su momento tiene plena vigencia.
Islam en Mar del Plata]
En ocasión de la coincidencia del aniversario de la Revolución de Mayo con el nacimiento de Fátima (p), hija del Mensajero de Dios, Muhammad (bpd).
“En el nombre de Dios Todopoderoso, a quien conozco como Hacedor del Universo.”
Así, con esas palabras, comienza el testamento de nuestro General San Martín. Y así empezamos los musulmanes nuestras tareas. Y hoy, los musulmanes argentinos, hispanoamericanos, vemos con agrado la coincidencia del aniversario del nacimiento de Fátima (p) con la Revolución de Mayo. Por supuesto, desde el vamos aclaramos que esto ocurre este año, porque el calendario islámico, al ser lunar, se corre todos los años aproximadamente 10 días en relación al calendario gregoriano, que es solar.
Pensamos, entonces, que vale la pena mencionar otras coincidencias, esta vez no tan afortunadas.
Porque en ambos casos, nuestra historia patria y el Islam, nos topamos con una “Historia Oficial”, que se repite por doquier sin ningún tipo de análisis y reflexión.
Sabemos de ante mano la relación entre la historia y la política. La historia que se divulga y se reproduce es la política que se impuso, y que se quiere imponer.
Citemos a Winter: “La historia es la política del pasado y la política la historia del presente”. (Jauretche, Política Nacional y Revisionismo Histórico).
“Cuando Bloch expresa que “si la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado” agrega que “inversamente el pasado puede comprenderse por el presente”. (Jauretche, Política Nacional y Revisionismo Histórico).
El Chamullo
Observemos la visión con la cual fuimos educados sobre los sucesos de 1810: nace el “primer gobierno patrio”, se establece una revolución que quería la independencia del “yugo español”, utilizando la “mascara” de Fernando VII dadas las supuestas condiciones que imperaban. Para mayor claridad, citamos:
“¿Qué dice ahora esa Historia Oficial que tiene por columna la interpretación de Mitre? Viene a sostener que la Revolución de Mayo fue separatista, independentista, antihispánica, dirigida a vincularnos con el mercado mundial e implícitamente proinglesa”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
“… quedará la Historia Oficial del 25 de Mayo con estas características: revolución separatista y antihispánica, cuya dirigencia aristocrática - pues el pueblo no intervino – jura por Fernando VII utilizando “una máscara”, para no evidenciar su propósito autonómico, dirigida a insertarse en el mundo, especialmente en vinculación con los ingleses, a través del libre comercio”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Entonces, la historia que nos enseñan es la historia contada por los intereses del puerto de Buenos Aires, que quería cortar de raíz nuestra vinculación con España para profundizar nuestra dependencia con Gran Bretaña.
Nos apena la veracidad de las siguientes afirmaciones de Galasso:
“En todo caso, si esa Historia mitrista provoca cohesión y un soporte de unión entre muchos argentinos no es para consolidar una comunidad nacional, sino una comunidad dependiente, con mentalidad colonial, europeizada o yanquizada, en la cual, la mayor parte de sus integrantes, desconoce las claves fundamentales para erigir un país soberano en una América Latina unida como querían San Martín y Bolívar, entre muchos otros”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
“… nuestras ideas históricas, así como políticas y culturales, se hayan inficionadas por una concepción colonial. En definitiva, no sabemos de dónde venimos, porque no sabemos quiénes somos, ni adónde vamos, según las ideas dominantes que circulan en toda la sociedad”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Se nos quiere desvincular de lo propio, de lo natural, se nos fuerza para, desde la Civilización y el Progreso, o ahora desde la Democracia y la Libertad, miremos para otro lado, intentando desesperadamente recortar realidades ajenas para insertarlas en nuestro suelo. Se nos ha enseñado a odiar lo propio, nuestro pueblo, nuestra tierra… se insiste en que necesitamos inversiones del exterior (que se reduce a Europa y EE.UU.) para absolutamente todo:
“Hay una comunidad subjetiva que es la incapacidad para comprender el hecho nacional en el pasado y en el presente. Los ideólogos de la derecha liberal y de la izquierda están enfrentados, pero enfrentados fuera del país; en el país mismo, como ideólogos están de acuerdo en un punto común: el país es el sujeto básico de su tarea civilizadora, no importa que unos civilizadores se apoyen en Adam Smith o en los filósofos del liberalismo, y los otros en Kropotkin y en Calos Marx.”(Jauretche, Los profetas del odio y la yapa)
La Posta
“La historia oficial se impuso, con todas sus contradicciones: una revolución anti española en cuya junta gobernativa hay españoles, y cuyos integrantes juran fidelidad al rey de España, después de haber agitado al pueblo repartiendo estampas con la efigie del rey, y una bandera española que permanece flameando durante varios años después del “separatismo”, coronado todo por una independencia que se declara con 6 años de retraso”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
La Revolución de Mayo, como el resto de las revoluciones que se dieron en el continente, deben analizarse desde el contexto europeo creado por la Revolución Francesa, y la propia realidad española; en vez de insistir con españoles e hijos de españoles que se cansaron de ser españoles o se sentían atraídos por algún recuerdo de su niñez, por citar la zoncera más divulgada cuando se quiere justificar las actitudes de San Martín.
Juan Bautista Alberdi, de los primeros en refutar la ficción mitrista, afirma:
“La Revolución de Mayo es un capítulo de la revolución hispanoamericana, así como ésta lo es de la española y ésta, a su vez, de la revolución europea que tenía por fecha liminar el 14 de julio de 1789 en Francia”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Por lo tanto, esta revolución nace contra el absolutismo europeo, en defensa de valores democráticos que se difunden por toda Europa primero, y luego en el Virreinato.
“… los sectores populares se insurreccionaron en España contra el invasor, se organizaron en Juntas Populares, esas Juntas, bajo la influencia de las ideas de la Revolución Francesa, asumen, en la lucha misma, no sólo la reivindicación nacional, sino la revolución democrática y transformadora; el movimiento se impregna entonces de la ideología liberal revolucionaria que ha prendido en pensadores, políticos y soldados españoles, aunque con variantes reformistas y moderadas, en muchos casos, y este movimiento asume como referente a un hombre prisionero del invasor, que tiene derecho a gobernar a España por la antigua legalidad monárquica, pero que se manifiesta, desde su reclusión, como abanderado de las nuevas ideas democráticas: Fernando VII. Por una parte, la revolución española - por intermedio de la Junta Central y en consecuencia con sus nuevas ideas igualitarias - pone en conocimiento de las tierras de América que ya no son colonias, sino provincias con igualdad de derecho. Y, así mismo, les solicita el envío de representantes para deliberar sobre la nueva constitución democrática a dictarse en las Cortes de Cádiz, así como convoca a los americanos a que se organicen en Juntas. Así, los liberales españoles son coherentes con su ideología, al mismo tiempo que aseguran la resistencia de América a las pretensiones francesas”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Bajo ningún aspecto la Revolución de Mayo fue anti-española, o bregaba por romper sus lazos con España, fue el restablecimiento de la monarquía absolutista y la traición de Fernando VII, lo que forzó a nuestros revolucionarios a proclamar la independencia, seis años después, en peores condiciones que las de 1810, siempre en un contexto de sociedad bien criolla.
“La independencia americana, idea grandiosa, muy superior al concepto de la mayoría de los historiadores, no fue un fin, sino un medio para asegurar los beneficios de la libertad de estos pueblos que no la conocían, ni jamás la habían gustado”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Es que nunca fue un problema entre naciones diferentes, sino más bien se trató de la opresión e injusticia de un sector social aristocrático y pro-monárquico-absolutista contra otro mayoritario hijo de la revolución francesa. Los españoles e hijos de éstos lucharon entre sí, propio de una guerra civil antes que de una cuestión nacional.
“Esa Revolución acompañó a la revolución democrática española iniciada en 1808, cuando ésta fue derrotada y se restableció el absolutismo en 1814, entonces sí San Martín abogó por la ruptura…”. (Galasso. Verdades y mitos del Bicentenario).
Y siguiendo con San Martín, encontramos que dentro de los revolucionarios, ahora independentistas por la realidad española, había facciones, disputas, e intereses divergentes:
“Como se ve San Martín tenía la clara percepción de un problema que saltaba a los ojos de los contemporáneos y que la historia oficial ha oscurecido. Los unitarios rivadavianos tienen una política que será la de la oligarquía liberal después de Caseros y que consiste en separarnos de la empresa continental, de la empresa común americana, para establecer con urgencia la civilización europea, urgencia a la que es un obstáculo la realidad americana que quiere conformar el futuro de sí misma y conforme a sí misma: quiere ser nación, con su espacio, su pueblo, su cultura y con una economía al servicio de la misma. A esta concepción nacional, la concepción de factoría opondrá las fórmulas expresamente contrarias: en materia de espacio, el mal que aqueja a la Argentina es la extensión; en materia de población, exterminar la población nativa y sustituirla por inmigrantes - a lo que llaman “gobernar es poblar” - ; en materia cultural, desprestigiar y destruir las bases culturales y religiosas constituyendo una “intelligentzia” de importación; en materia económica y social, destruir las artesanías propias, las industrias locales e impedir la formación de un capitalismo nacional y de trabajo tecnificado”. (Jauretche, Política Nacional y Revisionismo Histórico).
Con el San Martín de soberanía “flotante”, no el de Mitre y sus mitos, que insisten en sumarlo con su literatura al lado de Rivadavia; empieza a esbozarse, en sus luchas internas, la tragedia nacional que, de otras maneras, todavía persiste:
“Una tendencia trata enseguida de reducir el ámbito geográfico y humano de la revolución; su problema es casi un problema municipal, y el puerto de los exportadores e importadores, fija un destino a esta tendencia y ésta un destino a la nación. La Patria vista como un puerto con su prolongación pampeana, una cabeza de puente de Europa, destinada al intercambio de productos. Con ese punto de vista el país debe ser lo menos americano posible, lo más maleable a la europeización cultural según el modelo político francés de entonces, y según el plan económico inglés. Economía, sociedad y cultura deben acomodarse a ello, y se hace necesario disgregarse del todo latinoamericano, y subsidiariamente del todo geográfico que ha constituido el Virreinato del Rio de La Plata. La crisis de la Logia Lautaro, entre sanmartinianos y portuarios es un anticipo de toda la historia argentina. Las tendencias que han combatido en los primeros gobiernos patrios ya están definidas. Con San Martín y los caudillos por un lado, y los directoriales y rivadavianos por el otro. El enfrentamiento se configura ab-initio”. (Jauretche, Política Nacional y Revisionismo Histórico).
La “Historia Oficial” de Mitre y la “Civilización y Barbarie” de Sarmiento están todavía presentes en la Argentina. La “madre de todas las zonceras” hoy sigue sonando en muchos medios, en muchos sectores políticos.
En el ámbito internacional, también la derecha y la izquierda -con los que están en el centro- reproducen Zonceras Internacionales.
La “Historia Oficial” del Islam
Así es la vida, los musulmanes argentinos, estamos en la obligación de hacer un manual de Zonceras Internacionales con urgencia. Nos hace falta un Jauretche. Occidente como bloque, para justificar su agresión, ha embarrado con sus poderosos medios masivos y monopólicos de información, a una de las civilizaciones más importantes que la humanidad en su historia y en su actualidad –y futuro, a pesar de algunos- ha dado.
Como argentinos, la tarea es sencilla, porque los paralelismos con la construcción de nuestra historia son idénticos. La “Civilización y Barbarie” aplicada en la Argentina, se emplea con toda su fuerza en el Islam. Y la “madre que las parió a todas”, engendró el Orientalismo, y desde ahí nuestra historia oficial, no sea que estos bárbaros musulmanes puedan pensar y hablar por sí mismos.
Llamativo es que algunos en nuestro país, cuando se pone en debate el rol de los medios de comunicación y lo peligroso que es el divorcio de la realidad virtual con la concreta, se sumen sin reparo a repetir lo mismo que dicen esos medios hegemónicos en el mundo.
Precisemos algunas zonceras. Por ejemplo, el rol de la religión. La carga despectiva a todo lo que venga del ámbito religioso se aplica constantemente. Y si bien hay religiones y religiosos que ayudan a criticar más, es injusto meter todo en la misma bolsa. Pero mejor citemos a la Jefa Espiritual de la Nación, la Mártir del Trabajo, Evita:
“Yo no creo, como Lenín, que la religión sea el opio de los pueblos.
La religión debe ser, en cambio, la liberación de los pueblos; porque cuando el hombre se enfrenta con Dios alcanza las alturas de su extraordinaria dignidad.
Si no hubiese Dios, si no estuviésemos destinados a Dios, si no existiese religión el hombre sería un poco de polvo derramado en el abismo de la eternidad.
Pero Dios existe y por Él somos dignos, y por Él somos iguales, y ante Él nadie tiene privilegios sobre nadie.
¡Todos somos iguales!
Yo no comprendo entonces porqué, en nombre de la religión y en nombre de Dios, pueda predicarse la resignación frente a la injusticia, y por qué no puede en cambio reclamarse, en nombre de Dios y de la religión, esos supremos derechos de todos a la justicia y a la libertad.
La religión no debe ser jamás instrumento de opresión para los pueblos. Tiene que ser bandera de rebeldía. La religión está en el alma de los pueblos porque los pueblos viven cerca de Dios, en contacto con el aire puro de la inmensidad.
Nadie puede impedir que los pueblos tengan fe.
Si la perdiesen, toda la humanidad estaría perdida para siempre. Yo me rebelo contra las "religiones" que hacen agachar la frente de los hombres y el alma de los pueblos.
Eso no puede ser religión.
La religión debe levantar la cabeza de los hombres.
Yo admiro a la religión que puede hacerle decir a un humilde descamisado frente a un emperador: "¡Yo soy lo mismo que usted, hijo de Dios!"
La religión volverá a tener su prestigio entre los pueblos si sus predicadores la enseñan así: como la fuerza de rebeldía y de igualdad, no como instrumento de opresión.
Predicar la resignación es predicar la esclavitud.
Es necesario, en cambio, predicar la libertad y la justicia.”
(Eva Perón, Mi Mensaje -escrito entre marzo y junio de 1952-, Introducción de Fermín Chávez, Buenos Aires: Ediciones del Mundo, 1987, páginas 57-58)
Y hay más para el manual: Fundamentalismo, Integrismo, Terrorismo, Yihad, atraso, barbarie, inmigrantes de mier.., etc. En el caso específico de Argentina: ¿cuántas mentiras se dicen de los musulmanes luego del lamentable atentado en la Amia?
Ahora algunas zonceras han sido “revisadas”, en especial luego de los levantamientos del último año, donde al parecer la “libertad” y la “democracia” son anheladas, y no son propiedad exclusiva de Occidente, que con su bondad manifiesta invade países para exportarla. Claro, si no tiene algún dictador o monarca que los resguarde del “extremismo islámico”. Otra “máscara” de la Historia Oficial.
Pero sin dudas, la zoncera de la mujer es la más utilizada. Las razones, variadas, nos invitan hoy a presentar y responder pero por la vía positiva, es decir, es vez de decir que no son las mujeres musulmanas, traemos el ejemplo de Fátima (p).
Pero antes, ya que mencionamos a Fátima (p), entre los musulmanes también hay una “historia oficial” que se ha impuesto a costa de mucho dolor y sangre (sí, como en la Argentina). Y algunos musulmanes invitamos a reflexionar en las contradicciones del discurso oficial. La historia del Islam también tiene sus “Sanmartines” y sus “Rivadavias”, y aunque existan “Mitres” que quieran subvertir lo ocurrido, debemos conocer la realidad como fue. Lejos están estas líneas de desarrollar esta tarea, pero nos atrevemos a dejar el llamamiento, siempre teniendo como premisa la unidad entre los hermanos.
Un ejemplo concreto si los hay, es el de la masacre de Karbalá, en donde el Imam Husein (p) y gran parte de la familia del Mensajero de Dios Muhammad (bpd) fue asesinada. No es posible que hermanos musulmanes desconozcan lo ocurrido, o que aquellos que lo saben, lo ninguneen o no hagan mención al respecto. Es una doble gran injusticia la que cometemos los musulmanes. La primera ya fue mencionada, pero la otra, la más grave, es el perdernos las hermosas enseñanzas que deja este suceso, que marcó un antes y un después en la historia del Islam.
Otro debate que se presta a mucha pasión, es el debate sobre el matrimonio temporal (muta’a). Podemos entender que haya musulmanes que lo critiquen (aunque, en rigor, lo utilizan con otros nombres), pero de ahí a decir que hay musulmanes que fomentan la prostitución, el alquiler de vaginas, etc, hay una gran mentira. No podemos pensar así entre nosotros, no podemos repetir o crear estereotipos que generen desconfianza.
Toda convocatoria entre hermanos debe realizarse en pro de la unidad y la verdad, la convivencia no puede nunca hacerse sin conocernos tal cual pensamos cada uno de nosotros. Pero aquí, debemos tener cuidado a dos actitudes. La primera, la de algunos hermanos que estudiando y conociendo algunas cosas en forma parcializada, empiezan a maldecir y faltar el respeto a figuras históricas muy queridas por otros hermanos, produciendo un fuerte daño a la hermandad. Esa actitud infantil está lejos de colaborar, en especial si parte de dirigentes políticos y/o religiosos. La otra postura, sin duda más peligrosa en sus consecuencias, surge de parte de musulmanes que para evitar el debate, empiezan a difundir mentiras al mejor estilo occidental sobre los musulmanes. Éstos musulmanes, fomentan activamente la desunión al decir no sólo que hay musulmanes que en realidad no lo son, sino que son lo peor del mundo, el enemigo a vencer, de los cuales es lícito derramar su sangre, y otras barbaridades más; terminan haciendo un daño mucho mayor, daño que si bien algunos reproducen inocentemente, otros lo realizan en forma militante cometiendo una gran injusticia. Lo que hace Occidente con el Islam, ellos lo hacen dentro del Islam, y sabemos bien que los extremos se tocan siempre. A buen entendedor, pocas palabras dice el dicho.
Volvamos a Fátima (p). Al ejemplo de mujer que invita el Islam. Fátima (p) fue la hija del Mensajero de Dios (bdp) y de Jadiya (p), otra gran mujer del Islam. Se casó con el sucesor político y espiritual de Muhammad (bpd), el Imam Ali (p). Sus hijos fueron el Imam Hasan (p), el Imam Husein (p) y Mohsen (p) y, sus hijas, Zainab (p) y Umm Kulzum (p).
Algunos aspectos de su vida
“Tenía aproximadamente dos años cuando los incrédulos del Quraish boicotearon a su padre económica y socialmente, y se vio obligada a soportar tres difíciles años, sufriendo hambre y penalidades, en “la quebrada de Abu Talib” junto a su padre, madre, tío y demás musulmanes y familiares.
En el décimo año de la Revelación, poco después de ser liberados de “la quebrada” murió su honorable madre, tras haber soportado los sufrimientos de diez años de lucha, especialmente la presión de las dificultades y penas durante el boicot económico y social. Fátima (p) se quedó huérfana de madre, esto supuso para ella un gran sufrimiento y una enorme tragedia y fue lo que ocasionó que se uniera más que antes a su padre, ya que su educación pasó a depender totalmente del Profeta (bpd).
A los ocho años, poco después de la emigración del Gran Profeta (bpd) a Medina, acompañada de las demás mujeres de la Casa del Profeta (bpd) y acompañadas todas éstas de ‘Ali (p) viajaron desde La Meca a Medina y nuevamente se encontró en compañía de su padre. Durante los diversos problemas que tuvo que soportar el Mensajero del Islam en Medina, Fátima (p) siempre lo acompañó y ayudó.
En la guerra de Uhud después de que los musulmanes fueron obligados a retroceder y se refugiaron en la montaña, Fátima (p) viajó apresurada desde Medina al campamento del Gran Mensajero y, en compañía del Príncipe de los Creyentes, ‘Ali (p), curó las heridas que éste había sufrido.
Fátima (p) creció con el Islam, fue compañera del Islam y del Corán, respiraba en el ambiente de la revelación y la profecía. Su vida siempre estuvo unida a la del Profeta (bpd), incluso cuando se casó y nacieron sus hijos su casa lindaba con la de su padre y él frecuentaba más que cualquier otro lugar la casa de Fátima (p). Todas las mañanas antes de ir a la mezquita iba a visitarla. Un sirviente del Mensajero de Dios dijo: “Cuando el Profeta (bpd) quería viajar, la última persona de quién se despedía era de Fátima (p), y cuando regresaba del viaje, a la primera persona que visitaba era a Fátima…”. Durante las últimas horas de vida del Mensajero de Dios, Fátima Az-Zahra’(p) no se separaba de la cabecera del lecho de su padre y lloraba, y él la consolaba diciéndole que ella sería la primera en unirse a él.” (Equipo de escritores de la Fundación Dar Rah-e Haqq. Martha Golzar y Rahmatul.lah Golzar.)
Nuestro Profeta (bpd) ha dicho de su hija (p):
-“Mi hija Fátima es la Señora de las mujeres del Universo.”
-- “Por cierto que Fátima es parte de mí; me molesta lo que le molesta y me alegra lo que le alegra. Ciertamente que Dios, Exaltado y Elevado Sea, se enfada por el enfado de Fátima y se complace por su complacencia.”
- “Si la bondad fuese una persona ésta sería Fátima, e incluso ella es superior: mi hija Fátima es lo mejor de entre la gente de la Tierra en esencia, honor y dignidad.”
- “De entre los hombres muchos de ellos fueron perfectos, pero de entre las mujeres no alcanzaron la perfección sino cuatro: Asiah la hija de Muzâhim y esposa del Faraón, María la hija de ‘Imrân, Jadîyah la hija de Juwailid y Fátima la hija de Muhammad.”
- “La primera persona que ingresará al Paraíso es Fátima, la hija de Muhammad. Su ejemplo en esta comunidad es como el ejemplo de María la hija de ‘Imrân entre los Hijos de Israel.”
Vemos como el nuestro amado Profeta (bpd) menciona a María (p), tan cara al sentimiento de nuestras tierras.
Ambas mujeres son mencionadas en el Corán (ya sea en forma explícita o implícita) y tienen muchas características comunes. La primera, ambas lucharon contra la opresión de su época. A ambas mujeres el Islam las considera autoridades, signos de Dios, una y otra sufrieron opresión e injusticia, fueron calumniadas, despojadas y respondieron con sabiduría y paciencia. Siempre tuvieron tiempo para alimentar a los pobres y necesitados.
Es en Fátima y María donde los musulmanes encontramos el rol de la mujer, un rol familiar, social, espiritual, revolucionario, en fin: una visión integral de la mujer.
Es nuestro orgullo más preciado ser seguidores de mujeres con cualidades tan hermosas, que tanto necesita hoy la humanidad toda.
Finalmente, en Fátima (p) los musulmanes encontramos múltiples beneficios: el lugar que ocupa y su ejemplo es la mejor manera de responder a aquellos que tergiversan el lugar de la mujer en el Islam; conocer su vida y su historia permitirá romper con muchos mitos de la historia oficial occidental y de la historia oficial que se ha instalado entre muchos musulmanes. Fátima puede ser entonces un puente de comunicación no sólo para presentar los valores y la importancia que tiene la mujer dentro de nuestra cosmovisión sino también, un puente entre los mismos musulmanes que profundizará nuestra unidad y descorrerá velos para acercarnos a la verdad y a la justicia. Por eso decimos: las “… gracias sean tributadas al Gran Alah por tan señalado beneficio”.(Carta del General San Martín a Guido, Galasso “Seamos libres. Biografía del Gral. San Martin“.)
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