ISRAEL: Un gobierno de derecha política y de extrema derecha social] 1
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Asunto: [Palestinaymexico] ISRAEL: Un gobierno de derecha política y de extrema derecha social
Fecha: Wed, 10 Apr 2013 06:52:24 -0700 (PDT)
ISRAEL
Un gobierno de derecha política y de extrema derecha social
por MICHEL WARSCHAWSKI
A pesar de la sonora bofetada que los electores israelíes dieron al
partido del primer ministro saliente, ha sido de nuevo él quien ha
presentado el nuevo gobierno al presidente Shimon Peres. En efecto, si
el Likud/Israel Beitenu ha perdido 11 de sus 42 diputados (sobre 120),
esas pérdidas han sido parcialmente compensadas por el avance del
partido de extrema derecha La Casa Judía (sic) que ha pasado de 3 a 11
diputados.
Pero lo que ha permitido a Benjamín Netanyahu tener una sólida mayoría
parlamentaria, ha sido la adhesión de Yair Lapid y de los 17 diputados
de su nuevo partido Hay un futuro. Esta adhesión ha sorprendido a los
ingenuos -en la opinión y en los medios- que se han obstinado en
presentar a este superestar de la televisión como de "centro
izquierda". Sin embargo bastaba con escuchar a Lapid para comprender
que esa etiqueta era usurpada: Lapid es de derechas, políticamente y
sobre todo socialmente. Su eslogan "Justo reparto de las cargas", ha
sido entendido como un llamamiento a reclutar a los ultrareligiosos al
ejército, de lo que están dispensados desde la creación del estado de
Israel. De hecho, lo que exigen Lapid y su electorado acomodado de Tel
Aviv, es reducir las ayudas sociales a los pobres, en particular a los
judíos ultrareligiosos que viven, con sus familias numerosas, en
condiciones de gran pobreza, pobreza que comparten con la minoría
árabe de Israel.
El nuevo gobierno no es ni más ni menos de derechas que el precedente,
en cuanto a su posicionamiento sobre todas las cuestiones ligadas a la
ocupación, a la colonización y a la guerra. Por el contrario, está en
la extrema derecha en el terreno social y económico. Es esta política
económica ultraliberal la que ha cementado la alianza de Lapid con
Naftali Benett de Habait Hayehudí (La Casa Judía); el niño mimado de
las capas acomodadas y laicas de Tel Aviv detesta a los
ultrareligiosos, pero no ha tenido ningún problema para aliarse con el
patrón del partido religioso ultranacionalista, sobre la base de un
programa de clase que pone los pelos de punta. Frente al bloque
Lapid-Benett, Netanyahu debía plegarse, rompiendo incluso la alianza
tradicional con los partidos ultrareligiosos, Shass y Yahaduth Ha Tora.
Netanyahu-Lapid-Benett vienen a ser Margaret Thatcher+Milton Friedman
multiplicado por diez. El despertar va a ser doloroso para los
centenares de miles de jóvenes que han votado a Lapid pensando
equivocadamente que representaba las aspiraciones de las grandes
movilizaciones del verano de 2011: "¡vuelta al estado social!"
gritaban durante aquellos meses de movilizaciones de masas. Votando a
Lapid tendrán derecho a un entierro de primera clase de los residuos
de ese estado social ya fuertemente puesto en dificultades por los
gobiernos precedentes. Lapid ha surfeado con éxito sobre la voluntad
de cambio, pero serán las capas más desfavorecidas las que pagarán la
factura de esos cambios.
Se equivocan también quienes creen que Lapid y la antigua ministra de
asuntos exteriores Tsipi Livni van, al menos, a hacer avanzar las
cosas en el terreno de las negociaciones israelo-palestinas: en el
gobierno actual la extrema derecha política es ampliamente
mayoritaria, incluso después de la inclusión de Livni. Serán Benett y
los colonos que representa quienes marcarán el tono y permitirán a
Benjamin Netanyahu continuar actuando y no poner en cuestión la
estrategia de colonización. Como ha podido notar Barak Obama durante
su visita a Israel, la cuestión palestina no es una prioridad, ni para
la clase política, ni siquiera para el público israelí; y quienes
esperaban que el presidente americano utilizara su segundo y último
mandato para hacer que se movieran las cosas, han debido rendirse a la
evidencia de que, en Medio Oriente, manda el más fuerte y decidido, el
cual no es precisamente el presidente palestino Mahmud Abbas.
Queda una pregunta: ¿van a continuar los palestinos a dejar hacer y
esperar vanamente que la comunidad internacional ponga en marcha lo
que no deja de predicar desde hace decenios? Se habla cada vez más de
una "tercera Intifada", y algunos signos parecen indicar que la
paciencia, de la que los palestinos son sin duda alguna campeones,
comienza a agotarse. En cuyo caso, todos los planes del nuevo gobierno
caerían por tierra, porque éste se vería entonces obligado a
desbloquear nuevos presupuestos para el "mantenimiento del orden" en
los territorios palestinos ocupados. La hipótesis de trabajo de
Benett-Lapid es una Cisjordania pacificada y en calma, pero es
precisamente lo que no controlan, especialmente en un contexto general
de revoluciones árabes.
Entre sus diferentes proyectos de reforma para "compartir la carga",
el tándem ultraliberal haría bien en meditar sobre la forma en que la
primera Intifada (1987) cogió a todos los israelíes por sorpresa,
cuando preparaban grandes cambios estructurales, olvidando que en su
patio trasero más de tres millones de palestinos no podían seguir
soportando la ocupación colonial y sus efectos destructivos sobre sus
vidas y sus aspiraciones. El despertar fue doloroso para los
israelíes. Doloroso pero saludable.
27/03/2013
Publicado en Témoignage Chrétien
http://www.lcr-lagauche.be/cm/index.php?view=article&id=2828:israel—un
-gouvernement-de-droite-politique-et-dextreme-droite-sociale&option=co
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