viernes, 26 de abril de 2013

Tratado del Salat II

Tratado del Salat II


Si fueses a hacer el Salat en cien mezquitas, no encontrarías ni una sola en la que el Salat se hiciera de acuerdo con la Sunna del Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros

26/04/2013 - Autor: Imam Ahmad Ibn Hanbal - Fuente: Musulmanes Andaluces

imam sunna taslim

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Quien pierde el Salat pierde todo el Islam.En un hadiz se narra lo siguiente:



“Llegará un tiempo en el que la gente hará el Salat, pero no harán el Salat.” (es decir, harán el Salat, pero su Salat no será aceptado.) Me temo que ese tiempo es nuestro tiempo. Si fueses a hacer el Salat en cien mezquitas, no encontrarías ni una sola en la que el Salat se hiciera de acuerdo con la Sunna del Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros.



Por tanto, temed a Allah (s.t.) mirad vuestro Salat y el de aquellos que están con vosotros. Tenéis que estar atentos si alguien realiza el Salat correctamente, completándolo, y ver aquel que lo realiza incorrectamente, perdiendo así el beneficio del mismo, adelantándose por ejemplo al Imam, y en tal caso si se permanece en silencio sin corregirle y explicarle como se hace el Salat correctamente, entonces es igual de culpable y compartirá su mismo error. Es decir, aquel que realiza bien el Salat pero no corrige a otro cuando éste lo hace mal comparte con él el error. Bilal Ibn Sa’d dijo: ‘El error oculto no perjudica mas que a aquel que lo comete, pero si es público y nadie le corrige, entonces se tratará de un error que perjudicará a toda la comunidad’”. (Narrado por Ibn Hazm)



Por tanto, no se debe eludir la responsabilidad y ser negligente con la obligación de cambiar el error de alguien cuando se comete en público.



Ha sido narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo:



“¡Ay del sabio! que no enseña al ignorante.” (Narrado por Abu Ya’la). Es evidente que, si la enseñanza del sabio al ignorante no fuera obligatoria, sino algo voluntario, él no hubiera dicho “¡Ay del sabio!", por su omisión de la enseñanza.



Por tanto, temed a Allah (s.t.) en todos vuestros asuntos, especialmente en vuestro Salat. Y temed a Allah (s.t.) cuando enseñéis al que no sabe porque se trata de algo obligatorio y todo aquel que no lo hace está cometiendo una trasgresión. Por tanto, enseñad en vuestras mezquitas a la gente a hacer correctamente el Salat y a que no hagan el Takbir antes que el Imam, ni que hagan la postración antes que él ni se adelanten al Imam en sus movimientos. Debéis saber que esta es la forma correcta de hacer el Salat, y así ha sido transmitido por el Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros.



Es algo asombroso ver como un hombre abandona su casa cuando escucha la llamada al Salat, se levanta teniendo presente a su Señor, se prepara y sale de su hogar dispuesto a hacer el Salat, sin otro objetivo que no sea éste. Puede que haya dejado su casa en la oscuridad de la noche, en una noche lluviosa, mojándose y embarrándose por el camino, o si es verano, poniendo en riesgo su vida a ser picado por animales venenosos como escorpiones u otras alimañas en la oscuridad de la noche. Además, puede que se encuentre enfermo o débil, y sin embargo no por ello abandona la mezquita. Y soporta todas estas cosas por el solo deseo de hacer el Salat y de su amor sincero por el mismo.



Tan solo el Salat es capaz de hacerle dejar su hogar en tales circunstancias. Pero cuando el Imam empieza el Salat, Shaytan le engaña, y comienza a competir con el Imam, anticipándosele en todos sus movimientos. Se trata de un engaño de Shaytan que desea ver invalidado su Salat. Luego abandona la mezquita y sin embargo su Salat no es aceptado.



Otra cosa extraña es que todos los que realizan el Salat detrás del Imam están de acuerdo en que no es lícito para nadie abandonar el Salat hasta que el Imam lo haga diciendo el Taslim final. Sin embargo, y a pesar de esto, todos, excepto los que Allah (s.t.) quiera, se anticipan al Imam en los movimientos de éste, siendo esto un engaño de Shaytan el cual hace que el Salat se realice de forma incorrecta. Esta es su suerte en el Islam, y se ha narrado en un hadiz:



“No hay participación en el Islam para aquel que abandona el Salat.” (Según at-Tabarani, este dicho se atribuye a ‘Umar Ibn al-Jattab)



Por tanto, toda persona que hace el Salat de forma imperfecta o negligente, su Islam es incompleto y es un descuidado en su Din; y su participación en el Islam está en proporción a su Salat, y su amor por el Islam es equivalente a su amor por el Salat.



Así pues, haz de saber ¡esclavo de Allah! Que tu participación en el Islam y la medida de tu Islam están en proporción directa a tu participación en el Salat y a la medida del mismo. Ten cuidado cuando te encuentres con Allah (s.t.) y tu Islam carezca de valor, pues la medida del Islam de cada uno se encuentra en el corazón.



El Profeta (s.a.s.) dijo, “El Salat es un pilar del Islam.” (Baihaqi, ad-Dailami, Ahmad y otros.) ¿Acaso no sabes que una tienda se sostiene gracias a sus postes?, si los postes fallan, la tienda también fallará, las sogas y las estacas no servirán para nada. Pero si el poste está en su lugar, las sogas y las estacas serán de utilidad. De igual manera sucede con el Salat en el Islam. Por tanto observa –que Allah (s.t.) sea compasivo contigo- piensa y perfecciona tu Salat con temor hacia Allah (s.t.); cooperad unos con otros aconsejándoos mutuamente en la forma de hacerlo correctamente y recordaros mutuamente vuestros errores y vuestros olvidos en el mismo, porque Allah (s.t.) os ha ordenado la cooperación mutua en la humildad y el temor hacia Él; y el Salat es la mejor forma de humildad.



El Profeta (s.a.s.) dijo:



“La primera cosa que se perderá en vuestro Din es la confianza y la última cosa que se perderá será el Salat. Veréis a gente entre vosotros que hacen el Salat, pero no recibirán beneficio alguno del mismo.” (Al-Baihaqi)



También se ha narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo:



“La primera cosa por la que será interrogado el esclavo en el Día del Jucio será por su Salat –si éste es aceptado, el resto de sus acciones también serán aceptadas. Si su Salat es rechazado, entonces todas sus acciones también serán rechazadas.” (Ahmad, Abu Dawud, Ibn Mayah y otros)



Por tanto, el Salat es la última cosa que se perderá en el Din del Islam y la primera cosa por la que seremos interrogados. Y si el Salat es la última cosa en perderse en el Islam, entonces cuando se pierde, todo estará perdido. Por tanto, aferraos a vuestro Salat –que Allah (s.t.) sea compasivo con vosotros. Que sepa él que es descuidado en su Salat, él que lo hace incorrectamente, él que se adelanta al Imam en sus gestos, que sepa que no hay Salat para él y que si no hay Salat, tampoco hay Islam. Por tanto, honrad a vuestro Salat –que Allah (s.t.) sea compasivo con vosotros- y aferraos al mismo, temed a Allah (s.t.), especialmente en el Salat, y en todos vuestros asuntos. Debéis saber que Allah (s.t.) ha ensalzado la virtud y la importancia del Salat en el Corán. Él (s.t.) lo ha glorificado y ha exaltado a su gente (es decir, a los musulmanes).



Y lo ha destacado especialmente en el Corán de entre los diferentes actos de ‘ibadas, haciendo referencia al mismo en innumerables lugares y nos ha alentado especialmente a realizarlo, describiéndonos los maravillosos beneficios del mismo como es el Jardín. Allah (s.t.) dice:



“En verdad llegará el éxito a los muminin, que son diligentes en el cumplimiento de sus Salat”. (Sura al-Muminun, 1-2)



Al describir a los Muminun, Allah (s.t.) empieza con sus Salat, alabándolos por ello. Luego Él (s.t.) menciona sus actos puros, sus actos de donación, agradables ante Allah (s.t.) finalizando con Sus palabras:



“Quienes están atentos a sus acuerdos y pactos, y cumplen con diligencia sus Salat, estos son los herederos, que heredarán el Paraíso. Allí morarán eternamente.” (Sura al-Muminun, 8-11)



Allah (s.t.) ha prometido a aquellos que realizan estas nobles acciones agradables ante Allah (s.t.), vida eterna en el Jardín, mencionando al Salat por dos veces. Luego Allah (s.t.) censura a toda la humanidad acusándole de impaciencia, malicia y miseria, excepto aquellos que realizan el Salat; Allah (s.t.) los ha exceptuado, diciendo:



“En verdad, el hombre ha sido creado impaciente; cuando la desgracia cae sobre él se lamenta, pero cuando su suerte es el bien, se vuelve tacaño, excepto los que hacen el Salat, los que son constantes en el Salat, y aquellos en cuyos bienes hay una parte determinada para el mendigo y para el pobre que no pide.” (Sura al-Ma’riy 19-25)



Luego Allah (s.t.) los describe por sus acciones nobles y puras, agradables ante Allah (s.t.):



“Y quienes respetan sus depósitos y sus pactos.” (Sura al-Ma’riy 33)



Finalmente Él (s.t.) cierra Su descripción y su elogio mencionando su salvaguarda del Salat:



“Quienes se mantienen firmes en sus testimonios, y quienes atentos al cumplimiento de su Salat, estos estarán en los Jardines, debidamente honrados.” (Sura al-Ma’riy 34-35)



Allah (s.t.) ha prometido a aquellos que realizan estas nobles acciones un lugar en el Jardín, abriendo Su descripción de los mismos mencionando el Salat y cerrándola también con la mención del Salat. A continuación, Allah (s.t.), aconseja a Su Profeta (s.a.s.) obediencia en todos los asuntos, destacando especialmente al Salat entre las diferentes clases de obediencia, pues con toda seguridad que el Salat es un tipo de obediencia tal y como Allah (s.t.) dice:



“Recita lo que te ha sido revelado del Libro, y cumple con el Salat.” (Sura al ‘ankabut 45)



La recitación del Libro comprende toda la obediencia y la evitación de toda desobediencia y Allah (s.t.) ha destacado el Salat especialmente; Él dice:



“En verdad el Salat preserva a la persona de la obscenidad y del mal manifiesto.” (Sura al ‘ankabut 45)



Observad como Allah (s.t.) ha hecho hincapié sobre el Profeta (s.a.s.) en la firmeza del Salat:



“Ordena el Salat a tus gentes, y sé constante en él. No te pedimos una provisión; somos Nosotros quienes te la concedemos.” (Sura Ta Ha 132)



Allah (s.t.) ordena al Profeta (s.a.s.) que ordene a su gente el Salat y que sea constante en él. Y Él (s.t.) ordena a todos los musulmanes volverse hacia Él (s.t.) con paciencia relacionando al Salat con la paciencia:



“¡Oh vosotros los muminin! Buscad ayuda en la paciencia y en el Salat, ciertamente Allah está con los pacientes.” (Sura al-Baqara 153)



De igual modo, ha ordenado a los Banu Israel buscar Su (s.t.) ayuda con paciencia y el Salat por encima de todas las demás formas de obediencia:



“Y buscad ayuda de Allah con paciencia y Salat; algo realmente difícil excepto para los humildes de corazón.” (Sura al-Baqara 45)



Allah (s.t.) da un ejemplo de firmeza y paciencia en la sabiduría y guía que depositó sobre Su Jalil (a.s.) (Ibrahim) y también sobre Lut (a.s.), Isaac (a.s.) y Yaqub (a.s.):



“Dijimos: ‘¡Oh fuego!, enfríate y sé pacífico para Abraham” (Sura al-Anbiya 69), y también:



“Y los salvamos a él y a Lot.” (Sura al-Anbiya 71)



“Le concedimos a Isaac y como nieto a Jacob.” (Sura al-Anbiya 72)



“Y les enviamos la revelación que ordenaba la ejecución de buenas obras y el establecimiento del Salat”. (Sura al-Anbiya 73)



“Solía ordenar el Salat y el Zakat a los suyos, y fue muy grato para su Señor.” (Sura Maryam 55)



¿Veis por tanto como menciona al Salat primero?. Y en cuanto al profeta Moisés Allah (s.t.) dice:



“¿Has oído la historia de Moisés?.” (Sura Ta Ha 9)



“Soy en verdad Allah, no hay otra realidad mas que yo, por ello solo dirígete a mi y establece el Salat para recordarme.” (Sura Ta Ha 14)



La forma más bella de obediencia hacia Allah (s.t.) y evitar la desobediencia, está contenida en las Palabras de Allah (s.t.) dirigidas a Moisés (a.s.) “Solo dirígete a mi” –pues Allah (s.t.) ha destacado especialmente al Salat de entre otras muchas formas de dirigirse hacia Allah:



“En cuanto a quienes se aferran al Libro y cumplen el Salat, en verdad que no permitiremos que se pierda la recompensa de esos hombres justos.” (Sura al-A’raf 170)



Aferrarse al Libro implica una completa obediencia y evitar todo tipo de desobediencia; sin embargo, Allah (s.t.) ha destacado especialmente al Salat diciendo: “Estableced el Salat”, y para aquellos que pierden el Salat, Allah (s.t.) ha decretado para ellos la destrucción diciendo:



“Tras ellos aparecieron después algunos descendientes que olvidaron el Salat y siguieron sus deseos. Por eso encontrarán la destrucción.” (Sura Maryam 59)



Correr tras los deseos o las banalidades implica la desobediencia, y así Allah (s.t.) les ha atribuido todo tipo de desobediencia a causa de su negligencia en el cumplimiento del Salat. Todo lo anterior es lo que Allah (s.t.) nos ha dicho acerca de la grandeza del Salat, anteponiéndolo a cualquier otro tipo de acción correcta y destacándolo en innumerables ocasiones y ordenándonos su cumplimiento. Allah (s.t.) ha ordenado el Salat y ha ordenado a Su Profeta (s.a.s.) su realización y éste a su vez ha ordenado a toda la gente su cumplimiento desde el comienzo de la profecía, antes de la institución de cualquier otro acto. El Profeta (s.a.s.) ordenó a su gente que hiciera el Salat como último acto ante de morir, diciendo:



“Recordad a Allah (s.t.), recordad a Allah (s.t.) en el Salat y en el trato de aquello que posee vuestra mano derecha (refiriéndose a los esclavos)”. (An-Nasa’i y Ahmad)



Y también dijo:



“Es el último consejo dado por todos los Profetas a sus pueblos, y la última obligación que les imponían antes de la muerte de cada uno.”



También se ha narrado que él (s.a.s.) dijo:



“Salat, Salat, Salat” (Ibn Jarir At-Tabari)



Por tanto, el Salat es el primer acto de ‘ibada que fue hecho obligatorio sobre los musulmanes y el último consejo que el Profeta (s.a.s.) dio a los musulmanes antes de morir. También será la última cosa que desaparecerá del Islam y será la primera acción por la que será interrogado el ser humano en el Día del Juicio. Es un pilar del Islam, si el pilar desaparece, no hay Din, no hay Islam. Por tanto, recordad a Allah (s.t.) en todos vuestros asuntos en general, y en vuestro Salat en particular. Aferraos a él, cuidaros de no perderlo, no mostraros descuidados en su ejecución o anticipándoos al Imam y estad atentos al engaño de Shaytan que quiere que perdáis los beneficios del mismo, pues quien pierde el Salat pierde todo el Islam. Y advierte al Imam -¡Oh esclavo de Allah- que tenga cuidado en su Salat, que tome su tiempo en el Ruku’a o en la postración, pues hice el Salat con vosotros cierto día y fui incapaz de hacer el Tasbih tres veces en el Ruku’a o en el Suÿud (postración) debido a la precipitación del Imam, que ni se permitió a sí mismo hacerlo ni a los demás, sino que hizo el Salat de forma apresurada. Por tanto, informadle que el Imam –si hace correctamente el Salat- recibirá los beneficios de su Salat y el equivalente al beneficio de todos aquellos que lo hacen tras él. Pero que si lo hace de forma incorrecta, será responsable de esa trasgresión y de la trasgresión de todos aquellos que lo han hecho detrás de él.





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